¡Qué bueno es Carod y cuánto daño hace el Papa!, sor Lucía dixit
Sor Lucía Caram es una monja que no deja indiferente a nadie. Acaba de recibir el Premio Memorial Juan XXIII por parte del “Institut Víctor Seix de Polemología” y la “Universitat Internacional de la Pau de San Cugat del Vallés". Los otorgantes la definen como dominica contemplativa, mujer inquieta e inquietante, luchadora por la paz y la justicia. Y le conceden el premio por su sensibilidad y apertura al diálogo y la oración inter-religiosa, de notable incidencia entre los jóvenes, y por su obra de solidaridad con el Tucumán (Argentina).
De toda esa descripción, estoy plenamente de acuerdo con el adjetivo de “inquietante". Sí, es inquietante que una monja que se supone contemplativa diga cosas como que el mensaje del Papa en África sobre la cuestión del sida ha causado mucho mal. Dice sor Lucía, en una entrevista que le han realizado en TV3, que los que predican el evangelio de la vida deben procurar, en primer lugar, evitar que la gente muera. Y claro, para evitar que la gente la palme de sida se supone que lo ideal es que usen condones. Yo juraría que es más seguro invitar a la castidad y a la fidelidad conyugal. De hecho, hasta pienso que eso es lo que desde la condición de cristiano se debe hacer. Pues no, señores, no. Contra el sida el mensaje cristiano ha de ser, según esta dominica, promover el uso del condón. Que sí, que hay que educar en valores, pero que en una situación de miseria… condones a tutiplén. Y que eso es evangélico. O sea, al mensaje de “dar de comer al hambriento y de beber al sediento” hay que añadir “y reparte cajas de condones para que los adúlteros y fornicarios no vayan por ahí contagiando de enfermedades de transmisión sexual al personal".