26.06.09

Lo ocurrido con Teresa Forcades representa un desafío para toda la Iglesia

El revuelo que se ha creado con las declaraciones de la monja benedictina Teresa Forcades a un programa de entrevistas de TV3, en las que se muestra favorable a que las mujeres tengan acceso a la píldora del día después y plantea la cuestión del aborto de forma radicalmente contraria a la fe de la Iglesia, ha sido importante. Pero aunque las mismas pueden haber sorprendido a todos aquellos fieles que no conozcan la trayectoria de esa religiosa, a mí no. Es más, conociendo la trayectoria de esta religiosa de clausura -lo de la clausura parece un chiste pero no lo es-, lo verdaderamente sorprendente es que hubiera defendido las tesis de la Iglesia a la que pertenece.

La propia Forcades despeja toda duda sobre su propia actuación al decir que no habla en nombre de la Iglesia sino en el suyo propio. Es decir, ella sabe perfectamente que sus palabras son contrarias a la doctrina de la Iglesia a la que pertenece. Pero como bien han señalado otros articulistas, sor Teresa es presentada como monja católica y como tal habla. La pregunta es obligada: ¿puede una monja católica aparecer en un programa de televisión pública a expresar opiniones contrarias a la doctrina de la Iglesia en asuntos tan delicados y de tanta actualidad como es el aborto y la píldora abortiva?

Cualquiera que tenga dos dedos de frente responderá con un no rotundo a esa pregunta. Es decir, la ciudadana Teresa Forcades puede opinar lo que le venga en gana sobre el aborto, la píldora, la moral sexual y hasta el sacerdocio femenino. Sor Teresa Forcades NO puede hacer tal cosa sin dejar de ser “sor". Porque si después de lo que hemos visto y escuchado con nuestros ojos y oídos, esta monja no es conminada ipso facto a rectificar públicamente bajo apercibimiento de ser apartada de la condición de religiosa en caso de negarse a ello, entonces es que la autoridad de la Iglesia es una entelequia, una farsa.

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25.06.09

La Iglesia crece allá donde hay mártires y confesores

Cuando ayer leí por primera vez los datos del catolicismo en Vietnam, no pude por menos que alegrarme. El crecimiento estadístico en tan solo 7 años es espectacular. Hay muchos más fieles, más sacerdotes, más vocaciones, más todo. Dudo que haya otro país en el mundo donde la Iglesia haya crecido tanto y con tanta rapidez.

Hay varios factores que explican ese crecimiento. Una buena parte de los católicos vietnamitas han vivido en medio de la persecución del comunismo. Tienen mártires y un número no pequeño de sus sacerdotes y de fieles son confesores, es decir, cristianos que sin llegar a perder la vida por Cristo, sí han sufrido todo tipo de vejaciones, físicas y morales, por permanecer fieles al Señor. La semilla del cardenal Van Thuan está dando abundantísimo fruto.

Los que vivimos cómodamente instalados en un catolicismo aburguesado, de andar por casa, sin la perspectiva de sufrir una verdadera persecución a corto-medio plazo quizás no podemos hacernos una idea real de qué implica eso de “dar la vida por Cristo”. No es que debamos buscar volver a lo que pasó en este país cuando los rojos regaron la tierra de nuestra patria con la sangre de nuestros mártires, pero sí que podemos aprender de la fidelidad de aquellos antepasados en la fe, que hoy vemos actuar de forma similar en ese país asiático.

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23.06.09

El avance del protestantismo evangélico en Guatemala no es la excepción

Cuando yo dejé de ser protestante evangélico hace 10 años -abril/mayo del 1999-, Guatemala contaba ya con un 40% de evangélicos. Era por tanto el país hispanoamericano donde más había retrocedido el catolicismo en favor del protestantismo. Un protestantismo, dicho sea de paso, que seguía el modelo del evangelicalismo de Estados Unidos, que es el que más nervio misionero tiene dentro del protestantismo mundial. Por tanto, no me he llevado ninguna sorpresa ante el reciente informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada en el que se nos cuenta que el país centroamericano es ya mitad católico/mitad evangélico. Es más, estoy convencido de que en otros diez años el país será mayoritariamente protestante.

¿Es Guatemala un oasis en medio de un desierto para el protestantismo evangélico en el continente americano? Por supuesto que no. Más bien es el paradigma de lo que puede ocurrir en otros países de la zona, alguno de los cuales ya cuentan con un porcentaje de evangélicos muy notable. Y todos tienen algo en común: ese porcentaje no para de subir. Y todo lo que sube el protestantismo lo baja el catolicismo, porque hasta que pase al menos una generación los evangélicos sólo pueden crecer a base de “convertir” a católicos.

A la hora de analizar las causas de este fenómeno desde el ámbito de la Iglesia Católica se pueden tomar dos actitudes:
- La victimista, llorona e irresponsable.
- La valiente, veraz y responsable.

¿En qué consiste la primera actitud? Muy fácil. En echarle la culpa a las “sectas proselitistas” que están financiadas por el “imperio yankee” y que arrasan las comunidades católicas comprando la conversión de los fieles a cambio de dinero y promesas de prosperidad. Buena parte del informe de AIN va en esa línea. Como en toda exageración, siempre hay algo de cierto. La teología de la prosperidad está, valga la redundancia, prosperando mucho en el mundo evangélico hispanoamericano, especialmente el de condición pentecostal. La misma se basa en una interpretación peculiar de determinados pasajes bíblicos que llevan al predicador a asegurar a sus oyentes que, si dan dinero para la iglesia, Dios les va a conceder una prosperidad económica y social que ríanse ustedes de los grandes pelotazos financieros. A mí me parece muy sintomático que allá donde la teología de la liberación hizo presa del catolicismo sea donde ahora triunfa esta otra teología blasfema -poner a Dios como una mera máquina de producción de dinero es blasfemo-, pero eso sería motivo para otro post.

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22.06.09

Hay que dar un voto de confianza a Fellay

Desde que Benedicto XVI “osó” levantar la excomunión a los obispos lefebvristas, el espectáculo al que hemos asistido los que queremos el bien mayor para la Iglesia ha sido bastante deprimente. A través de declaraciones más o menos claras, algunos obispos europeos han demostrado que la medida del Papa no les ha gustado. Y da la sensación de que harán todo lo que esté en su mano para que fracase la posibilidad de que se produzca la reintegración de los obispos de la FSSPX a la plena comunión con la Iglesia. Por otra parte, es también evidente que algunos sectores del lefebvrismo se sitúan en posiciones incompatibles con la condición de futuros fieles de la Iglesia Católica. Son los que piensan que Roma se tiene que convertir al lefebvrismo, que ellos identifican como la Tradición con mayúscula. Porque una cosa es que el más alto magisterio de la Iglesia responda a las dudas legítimas que hacen los obispos lefebvristas sobre el Concilio Vaticano II y el magisterio posterior al mismo y otra, muy distinta, que pretendan torcer el brazo de toda la Iglesia hacia sus posturas sobre ambos asuntos.

Desde un primer momento ha quedado claro que no es casual que monseñor Bernard Fellay sea el máximo responsable de su Fraternidad. Se ve que es el más sensato de los cuatro obispos de la FSSPX. Sin apartarse de las líneas maestras del lefebvrismo, su tono conciliador y su prudencia hacen de él la persona ideal para conducir el proceso desde su “bando”. Del resto de obispos lefebvristas, salvo quizás Galarreta, lo mejor que se puede decir es que cuanto menos abran la boca, mejor.

Entre las dificultades que se están presentando figura la futura ordenación sacerdotal en Alemania de varios seminaristas de la Fraternidad. Roma ya ha dicho que las mismas son ilegítimas, pero tanto el tono del comunicado como lo que se sabe del diálogo discreto de miembros de la curia con Fellay está muy lejos de la amenaza de volver a las excomuniones que ha lanzado el obispo de la diócesis alemana donde se van a llevar a cabo las ordenaciones. Y si finalmente Roma envía un observador al acto, estaremos ante un nuevo gesto, ¿y van?, del Papa ante los lefebvristas.

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20.06.09

Monseñor Blázquez, usted sigue manteniendo como párroco en Bilbao a un pro-etarra

En la foto que adjunto a este post aparece un señor con boina depositando una flor ante la foto de otro señor. El que deposita flores, Tasio Erkizia, fue un sacerdote vasco que finalmente se exclaustró para dedicarse a la política desde las filas batasunas. El homenajeado era el etarra Argala. Y el homenaje tuvo lugar en Arrigorriaga, localidad donde ayer fue quemado vivo un policía nacional.

Eso demuestra que el “problema vasco” tiene muy mal arreglo. Una parte importante de la sociedad vasca ve el atentado de ayer como un acto de justicia que ayuda a lograr la independencia de una nación oprimida por dos estados. Y ese sector de la sociedad vasca cuenta con el apoyo, explícito o implícito, de parte de la Iglesia Católica en el País Vasco. El día 5 de este mes InfoCatólica se hacía eco de las declaraciones de un párroco de Bilbao en las que afirmaba que cuantos más militantes tuviera ETA, mejor. Al día siguiente escribí un artículo en el que hacía las siguientes preguntas al obispo de Bilbao, monseñor Blázquez:

¿puede usted seguir siendo obispo sin apartar inmediatamente del sacerdocio a un personaje tan miserable? ¿no va usted a hacer nada? ¿quizás se conforme con una reprensión privada? ¿tiene usted la valentía y el coraje suficientes para enfrentarse al brazo eclesial de ETA? Si no es el caso, ¿qué hace usted de obispo de Bilbao? Mejor dicho, ¿qué hace usted de obispo?

A esas preguntas, añadí otras:

Póngase por un momento en la piel de una viuda o un huérfano de un asesinado por Eta. Es posible que entre los parroquianos de san Francisquito haya algunos. ¿Tiene idea de qué les debe recorrer por el cuerpo al ver a un sacerdote de la Iglesia Católica afirmando tal cosa? ¿No se imagina lo que deben de pensar si su obispo, o sea usted, no hace NADA ante esas declaraciones? ¿Usted cree que esas personas pueden acercarse a tomar la comunión de las manos de un hijo de Satanás cuyas manos están, al menos espiritualmente, manchadas de la sangre de inocentes? ¿pueden el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo ser alzados por quien se mofa del dolor de las viudas y huérfanos de los asesinados por ETA? ¿A qué espera para echar a patadas del sacerdocio a ese pro-etarra?

Pues bien, hoy don Ricardo tiene más fácil el ponerse en la piel de una viuda y unos huérfanos de un asesinado por ETA. El cuerpo calcinado de la última víctima está siendo velado por sus familiares. El obispo de Bilbao dijo ayer que les visitaría para darles el consuelo de la Iglesia. Supongo que la esposa y los hijos de Eduardo Puelles no están pensando en estos momentos en lo que dijo el párroco de la parroquia de San Francisco de Paula en Bilbao y no le echarán en cara a don Ricardo que no haya movido un dedo para que ese señor deje de ser no ya párroco, sino incluso sacerdote. Pero yo sí estoy para pensar en ese “detalle” y para volver a decirle a monseñor Blázquez que, sin dudar por un momento de la sinceridad de su condena a ETA y de sus buenas intenciones, “…no me basta con sus buenas palabras. No me basta con que pida perdón por el trato que la Iglesia Católica en el País Vasco ha dado a las víctimas. Pase de las palabras a los hechos. Sea valiente y aparte a esa bazofia del sacerdocio o si no, tenga la decencia de apartarse usted mismo del episcopado“.

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