Bebé Aído: una iniciativa digna de elogio
Una de las máximas que siempre se cumplen en relación al debate sobre el aborto es que los pro-abortistas, cuya conciencia moral suele ser de inferior calidad a la de muchos individuos del reino animal, reaccionan ante las imágenes de los abortos como los endemoniados ante la imagen de un crucifijo. Hace unas semanas pudimos comprobar esto que digo en un programa de Popular TV. Cuando Ignacio Villa mostró la foto de un feto humano tomada de una ecografía, la pro-abortista de turno se levantó de su silla y se largó.
Y es que esos cómplices del mayor Holocausto en la historia de la humanidad saben que a la hora de replicar a la iniquidad de sus argumentos, una imagen vale más que mil palabras. La ministra Aído, cuyos conocimientos científicos son similares a los de los boniatos del huerto del tío Paco, tuvo la feliz ocurrencia de decir que un feto de 13 semanas es un ser vivo pero no un ser humano. Ante semejante barbaridad, un grupo de profesionales, entre los que se encuentran médicos, enfermeros, psicólogos y abogados, ha creado el “bebe-Aído", una réplica en plástico y a tamaño natural (algo más de cinco centímetros de largo) de un feto de doce semanas. Y, oigan ustedes, lo que ven nuestros ojos es claramente un personaje cabezón, con ojos, nariz, orejas, boca, brazos, manos, piernas, pies, etc. O sea, un ser humano. Chiquitín, pero tan humano como la ministra. O incluso más, ya que no está animalizado todavía por la mentalidad pro-abortista.