19.02.10

Los impuestos de los castellano-leoneses van para financiar abortos

1. Los hechos:

El martes me informan de que AES ha denunciado el apoyo del PP en Castilla y León al aborto. Dicho partido pidió la retirada del acuerdo entre la Consejería de Sanidad y la clínica abortista Ginemédica. Efectivamente, la Consejería de Sanidad de Castilla y León, Comunidad gobernada por el Partido Popular con mayoría absoluta, ha firmado un acuerdo para la prestación de los servicios de Interrupción Voluntaria del Embarazo con la clínica Ginemédica de Valladolid. Según el Boletín Oficial de Castilla y León la Comunidad pagará un total de 750.463 euros. AES ha pedido al presidente de la Junta de Castilla y León el inmediato cese del consejero de Sanidad por su apoyo al aborto. Algo que de no producirse indicará la complicidad del presidente autonómico.

2. Los documentos:

a. Publicación de la resolución en el BOCYL: http://www.scribd.com/doc/26961205/BOCYL-D-28012010-32

b. Contenido de la resolución de adjudicación definitiva: http://www.scribd.com/doc/26961477/RESOLUCION-DEFINITIVA-IVES-1

c. Ley 14/2008 de apoyo a la mujer embarazada, que sigue sin dotar: http://www.scribd.com/doc/26961860/BOCYL-D-26122008-6-Apoyo-a-La-Mujer-Embarazada

Hasta ahí, los datos. El análisis es sencillo. Se vuelve a demostrar una vez más que la cultura de la vida no tiene en España a quien la represente en las instituciones de representación popular. Los dos partidos mayoritarios se diferencian en muy poco, por no decir nada, al abordar la cuestión del aborto. Y eso no va a cambiar. El sector “provida” del PP tiene las mismas posibilidades de lograr que triunfen sus tesis que las que tiene en el PSOE Paco Vázquez, todavía embajador de España en el Vaticano. Ni siquiera son capaces de evitar que el dinero que pagamos los españoles en impuestos sea destinado por los gobiernos autonómicos en manos de su partido a las clínicas abortistas.

Ante esa realidad, caben diversas opciones:

1- Que los católicos miren para otro lado y voten sin tener para nada en cuenta los valores éticos y morales. Lo que no sé es si son conscientes en el PP de que en ese caso, mucha gente de derecha puede optar por votar a una UPyD que ya gana de largo a los populares en su trato político de la cuestión nacional.

2- Ponerse a trabajar desde YA en la creación de una plataforma electoral que sea capaz de llevar al parlamento la defensa de los principios no negociables. Como quiera que a dicha plataforma deberían de adherirse partidos políticos minoritarios con nulas posibilidades de alcanzar, por sí solos, representación parlamentaria, debería de quedar muy claro que el programa electoral ha de evitar entrar en materias que dividan a dichas opciones políticas. Debe de entenderse que lo que se busca no es alcanzar mayorías parlamentarias sino poder llegar a ser una fuerza determinante para alcanzar dichas mayorías necesarias para gobernar. Si tan solo se consiguera alcanzar un diputado o un senador, ya sería un gran éxito.

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18.02.10

National ¿Catholic? Reporter

En los últimos veinte años, y muy especialmente desde la llegada de internet, el catolicismo en Estados Unidos está asistiendo a una batalla abierta entre el sector liberal -aquí lo llamamos progre-, que padece prácticamente todas las enfermedades mortales propias del protestantismo liberal, y el sector fiel al magisterio de la Iglesia -al que llaman conservador e incluso fundamentalista-. Dada la tradición useña de debatirlo todo en el ámbito de la opinión pública, unos y otros están acostumbrados a usar los medios de comunicación para defender sus respectivas posturas. Tanto seglares como obispos vieron desde un primer momento el potencial de internet, lo cual se demuestra en el hecho de que mientras en España e Hispanoamérica estábamos todavía a la espera de la llegada de un Zenit o un Aciprensa, en EEUU ya estaban funcionando desde hacía años las principales revistas católicas, de uno y otro signo.

Entre los católicos “conservadores” norteamericanos presentes en la red, los apologetas, “indígenas” o conversos de otras religiones, han ocupado siempre un papel relevante, por no decir fundamental. Mientras que la apologética era una especie de “alien” para el catolicismo mundial, en EEUU se presentaba como lo que realmente es: una herramienta fundamental para la evangelización de los incrédulos, la reevangelización de los apartados, la lucha -yo diría que esencial- contra la secularización interna, el ecumenismo bien entendido, el diálogo inter-religioso y la relación entre la Iglesia y la sociedad secularizada.

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17.02.10

¿Y por qué no le proponemos al Papa que se quede a vivir en España durante un año?

Según las fuentes vaticanas de La Razón, diario en el que escribe artículos habitualmente el cardenal Cañizares, el Papa vendrá a España el próximo mes de noviembre para consagrar la nave central del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia en Barcelona. Bueno, seguro que para los nacionalistas catalanes lo he explicado mal. Como mucho debería haber dicho que el Papa vendrá al Estado español. Ya saben que para ellos Cataluña, de la misma manera que el Barça es más que un club, es más que una comunidad autónoma “histórica". Pero es que yo sigo creyendo que Barcelona es la segunda ciudad de España, siquiera sea por su número de habitantes.

El caso es que algunos están queriendo hacer un agravio comparativo del trato que el Papa da a Barcelona en relación con Santiago de Compostela, cuyo arzobispo también ha invitado al Santo Padre con motivo del Año Compostelano. “Si el Papa viene a Barcelona, ¿por qué no acercarse a Santiago?", preguntan. Y todo ello con la ya segura visita del Vicario de Cristo a Madrid para la JMJ del 2011.

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16.02.10

Monseñor Barrio, ¿de verdad que no piensa hacer nada más respecto a Torres Queiruga?

Vean ustedes la siguiente disertación del teólogo Andrés Torres Queiruga. Habla en gallego, pero creo que los castellano-parlantes le entenderemos bastante bien:

El vídeo dura 9 minutos y pico, pero el teólogo gallego tarda menos de 16 segundos en decir una barbaridad. A saber, que Cristo no pronunció en la cruz las palabras “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". ¿Y cómo sabe don Andrés que no las dijo? Pues porque, según él, no había allí ningún cristiano para escucharle. Claro, cualquiera puede preguntarse: “Y este señor, ¿cómo sabe que allí no había ningún cristiano para escuchar a Cristo? ¿Quizás san Juan no era cristiano? ¿Acaso la Virgen María, Madre del Señor, no estaba a su lado cuando fue crucificado?". Es más, puestos a seguir la lógica de este teólogo liberal, ¿cómo sabemos que Cristo dijo algo en la cruz? ¿cómo sabemos que Cristo fue crucificado? ¿no pudo ser todo una elaboración teológica posterior? A lo mejor Cristo se fue a Cachemira sin avisar a nadie, y entonces los apóstoles se inventaron un mito con contenido teológico para “seguir con el negocio".

De todas formas, nihil novum sub sole. El problema no es Torres Queiruga. El problema es que este sacerdote, aunque ya no da clases de teología en un centro católico, sigue enseñando sus teorías contrarias a la doctrina de la Iglesia por todo Galicia sin que su arzobispo mueva un solo dedo para evitarlo. Cuando se hizo público la posibilidad de que la comisión episcopal para la doctrina de la CEE sacara una nota sobre la teología de Queiruga, asomaron curas, religiosos y teólogos apoyándole y diciendo que era poco menos que su San Atanasio. Y su arzobispo, silente. Silencio, más silencio y… más silencio. La herejía avanza, se encarna en sectores de la iglesia gallega y la española… y silencio.

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15.02.10

Messori, los católicos y la política

La Revista Tempi ha realizado una interesante entrevista a Vitorio Messori, una de las plumas católicas más importantes de Italia y, por qué no decirlo, del mundo entero. En la primera parte de la misma, el italiano aborda la cuestión del papel de los católicos en la política:

- Comencemos por la actualidad. ¿Qué opina de la llamada que el presidente de la CEI Angelo Bagnasco (y antes de él Benedicto XVI) a que aparezca una “nueva generación” de católicos en política? ¿Significa que los de ahora están para el desguace? ¿A que tipo de católicos se les podría pedir que entren en la política?

Hay una tentación iluminista, de la cual ni siguiera la jerarquía se salva, que piensa que el mundo se cambia principalmente mediante la política. Pero los deseos deben contrastarse con la realidad. Y la realidad es que durante cincuenta años gobernó Italia un partido, la DC, que tenía una cruz como escudo. Eran personas que tenían como cita fija por la mañana la eucaristía antes del desayuno, a veces con fotógrafos en la iglesia. Pero fue una experiencia que terminó, como sabemos, ignominiosamente.

Su decadencia vino determinada también, si no principalmente, precisamente por lo que debía ser el sello característico del partido: la moral. La DC no pudo, de todos modos, impedir de ninguna manera modo la secularización. Basta pensar que la ley de aborto, de entre los cinco firmantes, lleva los nombres de cuatro católicos practicantes. La verdad es que el cristiano es un realista, ha leído a Maquiavelo y sabe que la política tiene sus propias reglas, reglas que, por más que queramos los buenos, son férreas. La deriva laicista afecta a todo Occidente, pero la Francia del socialista Mitterrand y el ateo Chirac, por ejemplo, ha dado leyes en favor de la familia francamente mejores que las democristianas. Más que con Bagnasco, yo estoy con el papa Ratzinger, que recuerda que la vocación de la Iglesia es la querida por el mismo Jesús, la de ser un pequeño rebaño, sal, levadura. Una comunidad activa, una minoría creativa. Mejor, mucho mejor que soñar con una cristiandad que no volverá nunca, y aún menos con unos políticos católicos convencidos.

-Mientras en la primera República (ésa considerada corrupta, clerical y reaccionaria, bajo la guía de la DC) los pecados de sexo quedaban lejos de la política, hoy día los “escándalos sexuales” tienen mucha audiencia y, como se sabe, rompen la carrera de los mejores moralistas. ¿Estamos haciéndonos protestantes también en Italia?

Hay una constante: cuando se pierde la fe, aparece la dictadura de la moral, que enseguida deriva en moralismo. Y los maestros de ética a lo Robespierre levantan la guillotina, hoy mediática. Sin duda, incluso en nuestras fibras está presente el protestantismo liberal que ha abandonado la fe considerando el evangelio sólo como un código ético. ¡Cuantos ex-sacerdotes y ex-seminaristas que no creían en absoluto en Cristo y que presentaban un Jesús sólo hombre, como campeón de la ética, como sumo moralista!

-Pero Benedicto XVI ha desmontado la fórmula de la “fe adulta", frente a los católicos progresistas. La posición de quienes no escuchan a la Iglesia, según el Papa, se presenta “como el ‘coraje’ de manifestarse contra el magisterio. En realidad, no se necesita para esto coraje, porque siempre se tiene asegurado el aplauso del público. El coraje se necesita sobre todo para adherirse a la fe de la Iglesia, incluso cuando ésta contradice el “esquema” del mundo contemporáneo". Más claro que esto…

Católico adulto es una contradicción en los términos. El Evangelio dice “si no os hacéis como niños no entraréis en el reino de los cielos". Si hay una cosa que Jesús recomienda y prefiere es el candor, la inocencia. Precisamente la de los niños que conservan aún la gracia del asombro. Sin embargo, cuidado: el candor en sentido evangélico puede coexistir con la cátedra universitaria, con el estudio más serio y profundo. En le Iglesia hay lugar para la santidad de Bernardita y la de Tomás de Aquino.

La verdad, me dan ganas de echarme a llorar tras leer a Messori. O sea, como la democracia cristiana en Italia fue un desastre, olvidémonos de que haya buenos políticos católicos, seamos realistas y dejemos a un lado toda idea de influir en la política para que deje de ser un instrumento de la cultura de la muerte.

Yo más bien pienso que el problema está en que los políticos católicos eran, y suelen ser, antes políticos que católicos. Opino que el hecho de que la democracia cristiana italiana se convirtiera en una herramienta más de una sistema corrupto no cabe atribuirlo a la idea en la que se fundó dicha iniciativa política, sino a la falta de coherencia de quienes la llevaron a cabo. Y pienso que la jerarquía de la Iglesia tuvo mucho de culpa en que así ocurriera al no denunciar a quienes, siendo católicos, se comportaban políticamente de forma contraria a los valores de nuestra fe.

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