El musulmán que mata al converso cumple la voluntad de Alá
Sentado delante de un ordenador es muy fácil escribir posts y artículos más o menos incisivos, más o menos interesantes, más o menos acertados. A veces se pueden sufrir consecuencias poco agradables y se puede ser objeto de ataques injustificados o con una intención claramente dolosa. Pero todo ello es un mal chiste comparado con lo que le puede ocurrir a un ciudadano de un país confesionalmene musulmán si osa cometer la osadía de convertirse a Cristo.
Es lo que ha ocurrido en Irán. Un buen hombre decidió que para salvar su alma debe seguir a Cristo y no a Mahoma. Y como consecuencia, el régimen iraní le ha condenado a muerte. De momento la sentencia no se va a ejecutar, pero el mero hecho de que haya sido sentenciado a morir por convertirse en cristiano indica cómo están las cosas en ese país. Y no sólo en ese país.
Por ello, cuando se habla del diálogo entre cristianos y musulmanes, no podemos dejar de lado el hecho de que ellos tienen la obligación de obedecer al Corán cuando el mismo ordena ejecutar a los que se convierten a otras religiones. Seamos claros, señores. Un musulmán que ejecuta a un converso al cristianismo no es un mal musulmán. Es un musulmán obediente a su fe. Y eso no va a cambiar. El Corán dice lo que dice y no va a tener una versión “avanzada", en plan Nuevo Testamento a la musulmana.