27.11.13

¿De verdad que la II Guerra Mundial la perdió Hitler?

Hoy en Europa se abortan embriones y fetos humanos por el delito de venir con enfermedades. Hoy en Europa se puede aplicar la eutanasia a quienes consideran que la vida no es digna de ser vivida si se padece dolor y sufrimiento. Hoy en Europa se va a poder matar a un niño con el consentimiento de los padres por la misma razón.

Hoy en Europa no se puede denunciar la discriminación de los cristianos en sus lugares de trabajo. Hoy en Europa puedes acabar en la cárcel si se te olvida borrar un comentario ofensivo en el medio de comunicación digital que diriges.

Hoy en Europa eres un bicho raro si te parece mal que dos señores se casen. Hoy en Europa se quita la patria potestad a los padres que osan querer educar a sus hijos en casa -lo cual es algo habitual en otras naciones-, sin que ello signifique que no deban examinarse para comprobar que están recibiendo la formación adecuada.

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23.11.13

Cómo sería el mundo si...

Veinte siglos después de que Dios enviara a su Hijo a rescatarnos, las cosas no han mejorado sustancialmente. Cierto que en muchas naciones no tenemos la lacra de la esclavitud, que era el pan nuestro de cada día en tiempos en que nuestro Señor estuvo entre nosotros. Pero ha sido sustituida por el holocausto del aborto, que hace palidecer a esas sociedades paganas que sacrificaban a sus hijos a ídolos de piedra. Y no hay más que leer los periódicos o ver las noticias por televisión para darse cuenta que sigue siendo cierto lo que dijo Jesús, a saber, que Satanás es el príncipe de este mundo.

El Espíritu Santo tuvo a bien inspirar a San Pablo para escribir una carta a los gálatas, en la que les advertía los límites de la voluntad humana a la hora de cambiar las cosas. La ley mosaica había ejercido de maestra que preparaba el camino al Señor, a la gracia que transforma de verdad a las personas. Los preceptos de la ley eran buenos, pero por sí mismos no cambiaban el corazón de los miembros del pueblo de Dios. Era necesario algo mejor: dejarse guiar por el Espíritu. Así lo explica el apóstol:

Os digo, pues: Andad en espíritu y no deis satisfacción a la concupiscencia de la carne. Porque la carne tiene tendencias contrarias a las del espíritu, y el espíritu tendencias contrarias a las de la carne, pues uno y otro se oponen de manera que no hagáis lo que queréis. Pero si os guiáis por el Espíritu, no estáis bajo la Ley. (Gal 5,17-18)

En Romanos el propio San Pablo explicó aquello de que “no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero” (Rom 7,19). No hablaba un hombre desconocedor de la ley divina. Desde la caída de los primeros padres, el hombre es incapaz por sí mismo de obrar el bien de forma continua en su vida. Necesita de la asistencia del Espíritu Santo, único que puede convertir al ser humano de un instrumento de iniquidar en herramienta de construcción del Reino de Dios.

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22.11.13

Cogolludamente hablando, católicamente respondiendo

El P. Jorge González, cura madrileño entre cuyas actividades sacerdotales está la de ser uno de los blogueros más leídos en InfoCatólica, ha escrito hoy un post la mar de interesante sobre esa manía tan moderna de adornar el vacío en cierto discurso eclesial de frases floridas y tópicos comunes. No es que haya nada en esas frases esencialmente malo, pero cuando se convierten en el armazón de la espiritualidad y la praxis eclesial, dejan tras de sí auténticos abismos de esa verdad que nos hace libres.

Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención es el comentario de alguien que firma como cogolludo. Como no era plan de ir respondiéndole punto por punto a sus avezadísimas sugerencias en el propio blog del P. Jorge, he preferido hacerlo acá. Así que vamos por partes.

y como alternativa a esta idea expuesta de que se habla mucho y no se dice nada …

¿QUÉ sería LA ALTERNATIVA VÁLIDA ?

Se me ocurre que la alternativa válida es mostrar el tesoro entero de la fe católica. No solo una parte. Lo contrario es como si para interpretar una sinfonía en un concierto de música clásica, la orquesta solo estuviera compuesta por instrumentos de viento, o de cuerda. Malamente puede salir algo bueno de eso.

¿ESTAS IDEAS QUE EXPONGO A CONTINUACIÓN QUIZÁS SERÍAN LAS QUE SE PROPONE QUE SE DIFUNDAN , en lugar de lo que se considera vacío y prefabricado como es escucha , marginados , solidaridad etc ? )

El problema no es hablar mucho de marginados y solidaridad. El problema es meter a los marginados y la solidaridad hasta en la sopa, incluso cuando se habla de asuntos que no tienen nada que ver con ellos.

Todo lo que se hable en favor de los más necesitados es poco. Pero ojito con usar a los pobres como cortina detrás de la cual esconder una falta casi absoluta de auténtica espiritualidad católica que vaya más allá de la acción social.

hablar mucho del infierno y de los castigos eternos a los que en el juicio final sean rechazados ?

Pido a mis lectores cuántas veces han oído hablar en una homilía del infierno, los castigos eternos y el juicio final en el último año. ¿Cuántas en los últimos cinco años? Yo puedo decir las veces que he oído predicar sobre esa temática en los catorce años que llevo de regreso a la Iglesia. Me bastan los dedos de una mano. Es decir, en 14 años, no más de cinco veces en una homilía. Y he estado en parroquias de Madrid capital, de pueblos de provincia y de capital de provincia.

Y sin embargo, no hay más que leer el evangelio para comprobar el espacio que el mismísimo Cristo dedicó a hablar de los peligros del infierno eterno y del juicio. El que no haya hecho tal cosa, que lo haga ahora. Y luego que alguien nos explique por qué si el Señor habló tanto de eso, ahora se habla tan poco. Que no diré yo que en el pasado no se hablara demasiado. Pero de hablar demasiado a no hablar casi nunca, media un trecho.

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21.11.13

D. José María Gil Tamayo, periodista, pero sobre todo, sacerdote

Voy a ser original empezando este post diciendo que la Iglesia en España está en pleno cambio de ciclo. No hay que ser muy listo para llegar a ese conclusión. Los cardenales y arzobispos de las archidiócesis españolas con más fieles presentaron hace ya bastante tiempo su renuncia por edad. Benedicto XVI no se la aceptó y el papa Francisco no parece tener especial prisa. Pero es evidente que antes o después, Madrid y Barcelona tendrán nuevos arzobispos que, presumiblemente, acabarán siendo creados cardenales por el Papa. Existe también la opción de que el cardenal Cañizares regrese a España, pero el cuándo y el dónde, si es que ocurre, solo lo sabe seguro el Santo Padre. Y lo mismo todavía no lo sabe porque no se lo ha planteado.

Se da además la circunstancia de que Mons. Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid, abandona la secretaría general y la portavocía de la CEE. Diez años al frente de la misma dejan huella, tanto en las formas como en el fondo. Aunque se puede caer en el peligro de simplificar mucho, no resulta demasiado aventurado decir que el secretario general de la Conferencia es el que está al mando de la sala de máquinas en el día a día. Ciertamente en comunicación con el presidente, la ejecutiva, la permanente y el resto de obispos, pero con cierto “mando en plaza”. El caso es que muy mal no les debió parecer a los obispos su primer quinquenio cuando le eligieron para un segundo. Habrá quien piense que los prelados votan siguiendo “órdenes” de la presidencia, pero yo me niego a aceptar que las plenarias son el coto privado de nadie. Más bien parece que entre los obispos españoles hay bastante sintonía a la hora de votar. Nadie olvide que el cardenal Rouco no consiguió una tercera reelección seguida porque le faltó un solo voto para obtener los dos tercios. Entonces los obispos volvieron a votar y eligieron a Mons. Blázquez, pero al final de su trienio optaron de nuevo por el cardenal. Y no creo que lo hicieran coaccionados por guardias suizos enviados desde Roma. Que es lo que algunos “opinadores” parecen querer dar a entender.

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17.11.13

¿Cúando termina el deber que tienen los hijos de obedecer a sus padres?

Uno de las principales enfermedades que aquejan a nuestra sociedad es la pérdida de la autoridad de los padres sobre sus hijos. Ya sea por dejación de los primeros o por rebeldía incontrolada de los segundos, la realidad es que hemos pasado en menos de medio siglo de ver como no había un solo joven, no digamos niño pequeño, que osara no obedecer a sus padres, a ver como hay matrimonios que son incapaces de hacerse respetar y obedecer por niños y adolescentes. Eso, por supuesto, llega a otros ámbitos de la vida. Por ejemplo, a la escuela, donde la autoridad del profesor es en muchos casos una quimera.

Cito del Catecismo, que a su vez cita la Escritura:

«Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar» (Ex 20, 12).

«Vivía sujeto a ellos» (Lc 2, 51).

El Señor Jesús recordó también la fuerza de este “mandamiento de Dios” (Mc 7, 8 -13). El apóstol enseña: “Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa: para que seas feliz y se prolongue tu vida sobre la tierra» (Ef 6, 1-3; cf Dt 5 16).

En realidad, casi todo el mundo conoce esas citas. Ahora bien, voy a citar otro artículo del Catecismo que no es tan conocido, pero que apunta a una realidad cada vez más presente en esta época de crisis económica (negritas mías):

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