19.08.14

Las monjas heterodoxas de EE.UU y las pérdidas de tiempo

Anda bastante movidito el mundo de la blogosfera católica de EE.UU (ejemplo) a cuenta de la reciente asamblea nacional de la LCWR (Leadership Conference of Women Religious), organización que agrupa a la mayoría de las religiosas de ese país, con la particularidad de que su edad media supera los 75 años y llevan mucho tiempo pasando por una sequía vocacional irremediable. Existe otra organización de religiosas, la CMSWR (Council of Major Superiors of Women Religious), minoritaria pero creciente. Su edad media es varias décadas inferior a las mayoritarias y sus noviciados gozan de muy buena salud. No hace falta que les expliqué dónde está el futuro de la vida religiosa en ese país. Vean ustedes ambas webs y saquen sus propias conclusiones.

El caso es que las religiosas de la LCWR no tuvieron mejor idea para este año que invitar como ponente principal a Elisabeth Johnson, una teóloga que ha sido reconvenida por los obispos de EE.UU a causa de sus errores doctrinales. La teóloga replicó a las tesis de los prelados y estos le dejaron bien clarito que su teología es heterodoxa. A Mons. Sartain, delegado apostólico del Papa para supervisar la organización, le informaron cuando ya habían hecho la elección. Ello les valió una reprimenda histórica por parte del cardenal Müller, Prefecto a la Congregación para la Doctrina de la Fe. Como cabía esperar, no aceptaron de buen grado dicho rapapolvo vaticano.

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18.08.14

No mires atrás y sí hacia la meta

Son varias las ocasiones en las que la Escritura nos indica que en nuestra vida espiritual no conviene mirar hacia lo que dejamos atrás, sobre todo si ese pasado está lleno de pecado. Cuando la mujer de Lot desobedeció la orden de no mirar hacia atrás, quedó convertida en estatua de sal. Cuando un hombre quiso seguir a Cristo y le pidió permiso para despedirse de los suyos, el Señor le respondió con contundencia: “Nadie que, después de haber puesto la mano sobre el arado, mire atrás, es apto para el Reino de Dios” (Lc 9,62). Dios no exigiría radicalidad sino la concediera por su gracia, así que si nos pide que no miremos atrás, es porque nos concede mirar solo hacia adelante.

Puede que muchos se preocupen de las consecuencias de sus pecados pasados. Más de uno dirá “si yo hubiera actuado así…¡qué bien me habría ido!". Como si la gracia de Dios quedara sin efecto y no pudiera hacer que te vaya bien una vez te acojas a ella. Es cosa buena y necesaria sentir pesar por nuestras ofensas a Dios y a los hermanos. Es imprescindible pedir perdón por ellos y repararlos, en la medida que se nos conceda. Pero, si verdaderamente estás en Cristo, no te atan, no te impiden alcanzar aquello que Dios ha preparado para tu vida.

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17.08.14

Ora sin cesar

¿Estudias la Biblia? ¿meditas en ella a la luz del Espíritu Santo y bajo la autoridad del Magisterio? Haces bien.

¿Vas a Misa los domingos y días de precepto? ¿te confiesas cuando debes? ¿tomas la Eucaristía como verdadero alimento del alma? Haces bien.

¿Procuras llevar a cabo con alegría las buenas obras que Dios preparó de antemano para que hicieras un vez fueras justificado por la gracia y por la fe en el Salvador? ¿Anhelas vivir más en el espíritu en vez de en la carne? Haces bien.

Y si todo eso haces, debes saber que lo haces porque Dios obra en tu alma para que así obres. De manera que no te envanezcas pensado que eres lo suficientemente bueno por ti mismo como para agradar al Señor, pues nada tienes que no se te haya concedido primero y en nada puedes agradarle si Él no te transformara a imagen y semejanza de Cristo.

Mas hay algo que supera sobremanera todo esas cosas que acabo de escribir. Es algo en lo que no muchos nos fijamos cuando leemos el evangelio. Se trata de algo que Cristo hacía con frecuencia.

A la mañana, mucho antes de amanecer, se levantó, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.
(Mc 1,35)

…pero El se retiraba a lugares solitarios y se daba a la oración.
(Luc 5,16)

Podría citar más versículos, pero con esos basta. Ahí lo tenéis. Él, Hijo de Dios, Dios encarnado, gustaba de retirarse para orar al Padre. Si era increíble ver a Cristo obrando milagros, cuánto más sería verle orar.

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16.08.14

Se puede, y se debe, hacer una opción preferencial por los pobres

Yo creo que…

… se puede, y se debe, hacer una opción preferencial por los pobres sin negar la historicidad de los evangelios.

… se puede, y se debe, hacer una opción preferencial por los pobres sin negar que María fue siempre Virgen, concebida sin pecado original y asunta a los cielos.

… se puede, y se debe, hacer una opción preferencial por los pobres sin negar que Cristo es el Dios de Israel, del Antiguo Testamento, de la Iglesia y del Nuevo Testamento.

… se puede, y se debe, hacer una opción preferencial por los pobres sin negar que Cristo hizo verdaderos milagros.

… se puede, y se debe, hacer una opción preferencial por los pobres sin negar que Cristo resucitó realmente, y que la resurrección no es un mero recuerdo vivo en la memoria de sus apóstoles.

… se puede, y se debe, hacer una opción preferencial por los pobres sin negar que Cristo prohibió el divorcio y reafirmó la indisolubilidad del matrimonio.

… se puede, y se debe, hacer una opción preferencial por los pobres sin pisotear la misericordia de Dios, convirtiéndola en un instrumento que justifica y deja al fiel en su condición de esclavitud al pecado.

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15.08.14

A tener en cuenta lo dicho por el Papa a los obispos coreanos

El viaje del papa Francisco a Corea está siendo de lo más interesante. Es evidente que estamos ante un Pontífice que sabe hacerse querer allá donde va. Tiene lo que se llama “don de gentes". De entre los muchos temas que ha abordado en sus discursos, hoy quiero fijarme en algo que dijo a los obispos del país asiático. No porque sea lo más importante -o sí-, sino porque señala algo que creo que es necesario corregir no solo en Corea sino en otras iglesias locales:

Queridos hermanos, el testimonio profético y evangélico presenta algunos retos particulares a la Iglesia en Corea, que vive y se mueve en medio de una sociedad próspera pero cada vez más secularizada y materialista.

A veces pienso que a las naciones se les aplica también lo que dijo Cristo del joven rico. Cuanto más prósperas, más fácil es que se alejen de Dios.

En estas circunstancias, los agentes pastorales sienten la tentación de adoptar no sólo modelos eficaces de gestión, programación y organización tomados del mundo de los negocios, sino también un estilo de vida y una mentalidad guiada más por los criterios mundanos del éxito e incluso del poder, que por los criterios que nos presenta Jesús en el Evangelio.

Cierto, cierto y cierto. Tenemos una querencia a adoptar estrategias muy sofisticadas que se convierten en ocasiones en un fin en sí mismo. El P. Iraburu abordó brillantemente esta cuestión (ver sobre todo a partir de “La operatividad caracteriza al voluntarismo semipelagiano") así que no hace falta que insista mucho en ello.

¡Ay de nosotros si despojamos a la Cruz de su capacidad para juzgar la sabiduría de este mundo! (cf. 1 Co 1,17). Los animo a ustedes y a sus hermanos sacerdotes a rechazar esta tentación en todas sus modalidades. Dios quiera que nos podamos salvar de esa mundanidad espiritual y pastoral que sofoca el Espíritu, sustituye la conversión por la complacencia y termina por disipar todo fervor misionero (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 93-97).

Magnífica sentencia del Vicario de Cristo. La Cruz, y no el éxito mundano, es nuestra guía, nuestra regla, nuestra medida para discenirlo todo. Y es vital que el Papa advierta del peligro de perder el fervor misionero. La principal misión de la Iglesia es ganar almas. Todo lo demás, aun siendo importante, está supeditado a ese “objetivo".

El Espíritu Santo no está sujeto a los modos y maneras del mundo. Lo vence, lo conquista y lo transforma. La nueva evangelización no puede consentir en otra cosa que en recuperar algo tan sencillo como la predicación del evangelio de forma sencilla. Hemos de pasar del cristianismo sofisticado que quiere reinventar la rueda al “mero cristianismo” del que hablaba C.S. Lewis. El evangelio es vino nuevo para los odres nuevos y también vino viejo para odres viejos. Que cada odre sepa el vino que le corresponde. Pero tenga siempre muy claro que lo que tiene dentro es vino. No refresco de cola.

Luis Fernando Pérez Bustamante