13.04.16

No adulteremos... el lenguaje

Una de las cosas que más me han gustado de la Exhortación Amoris Laetitia del Papa Francisco es un pequeño detalle que quizá a otros les parezca nimio: su llamada a utilizar un lenguaje adecuado al hablar de los temas de la familia y de los problemas y pecados relacionados con ella.

Confieso que, durante los últimos años, no pocos documentos de la Iglesia me han escandalizado ligeramente por el tipo de lenguaje, algo irrespetuoso, que utilizan para tratar estos asuntos. El lenguaje que usamos es importante, porque revela lo que pensamos y, sobre todo, lo que cree la Iglesia. De lo que rebosa el corazón, habla la boca, dijo el Señor (Lc 6,45). Por otro lado, además, nuestra forma de hablar debe manifestar la caridad salvadora de Cristo, que se ofrece a todos los hombres.

Leer más... »

8.04.16

La clarividencia del cardenal Baldisseri

Cardenal Baldisseri

Tengo que confesar que, cuando leí que el Papa había elegido al cardenal Schönborn y al cardenal Baldisseri para presentar públicamente su Exhortación Postsinodal, me preocupé un poco. Los antecedentes de ambos cardenales durante las discusiones sinodales no me ofrecían mucha confianza, la verdad, y temí que su presentación fuera un poco sesgada.

Como era de esperar, sin embargo, me equivoqué por completo. Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado? La elección del cardenal Baldisseri en particular fue magnífica, porque el cardenal se mostró clarividente en su presentación del documento y nos ofreció una clave interpretativa de toda la Exhortación sencillamente magistral. Sin duda, como deseaba el propio Papa.

Leer más... »

27.03.16

De este mundo, la primera

Hace muchos años, viajé a Loretto con ocasión de un encuentro de jóvenes con el Papa Juan Pablo II que se celebró allí. Al visitar la basílica, me impresionó mucho un mosaico con una escena de la vida de Cristo que nunca había visto antes: la aparición de Cristo resucitado a Nuestra Señora, en la mañana de Pascua.

Se trata de una escena que no aparece en los Evangelios, pero que se ha transmitido en algunas tradiciones, recogidas, entre otros, por San Anselmo de Canterbury, San Alberto Magno y el propio San Juan Pablo II, tan amante siempre de la Virgen y todo lo que tuviera que ver con ella:

“Los evangelios refieren varias apariciones del Resucitado, pero no hablan del encuentro de Jesús con su madre. Este silencio no debe llevarnos a concluir que, después de su resurrección, Cristo no se apareció a María; al contrario […] ¿Cómo podría la Virgen, presente en la primera comunidad de los discípulos (cf. Hch 1, 14), haber sido excluida del número de los que se encontraron con su divino Hijo resucitado de entre los muertos?

Juan Pablo II, Audiencia general del 21 de mayo de 1997

Leer más... »

15.03.16

50º aniversario de la Conferencia Episcopal Española: ¿celebración o penitencia?

Cuando leo alguna noticia sobre la próxima celebración del 50º aniversario de la creación de la Conferencia Episcopal Española, suelo acordarme de la parábola evangélica de los talentos. Ya saben: un Rey se va de viaje y entrega a sus sirvientes diversas cantidades (1, 2 o 5 talentos). Cuando vuelve de su viaje, el que había recibido cinco talentos le entrega al Rey diez y es felicitado; el que había recibido dos, entrega cuatro y también es felicitado; mientras que el que había recibido uno le entrega al Rey ese mismo talento, y es condenado por su cobardía y pereza.

Una cosa que siempre me ha llamado la atención de esta parábola es que no haya ningún siervo que entregue al Rey menos de lo que había recibido de sus manos. Los tres siervos creen que han hecho bien, dos de ellos con razón y uno injustificadamente, pero es evidente que ni el siervo más inconsciente podría esperar ser felicitado si devolvía mucho menos de lo recibido de manos del Rey de reyes. Apliquemos la parábola de los talentos a los cincuenta años de historia de la Conferencia Episcopal Española y a su celebración, recordando algunos datos importantes.

Hace medio siglo, en 1966, al terminar el Concilio Vaticano II, se creó en España la Conferencia episcopal para potenciar y coordinar la acción pastoral de las diócesis españolas. Los obispos, por aquel entonces, tenían encomendados los fieles de una nación con grandes deficiencias (como todas), pero dotada por la Providencia divina con indudables talentos desde el punto de vista de la fe: una historia y una tradición empapados de catolicismo, el ejemplo cercano en el tiempo (1936-1938) de los miles de mártires de la guerra civil,  la aceptación social, cultural y legal de las grandes líneas de la moral católica, un sistema político que intentaba con mayor o menor acierto plasmar en la sociedad los principios católicos y una mayoría de españoles católicos, con sus pecados, debilidades y defectos, pero realmente creyentes y practicantes.

Leer más... »

10.03.16

La adolescencia de Hans Küng

En un artículo publicado hoy en español en El País y titulado “Un llamamiento al papa Francisco“, un anciano Hans Küng rememora una vez más todos los “agravios” que le ha causado la Iglesia. Según nos cuenta, en sus memorias ya “demostró” que la condena de su teología por parte de Juan Pablo II fue una "acción urdida con precisión y en secreto, jurídicamente impugnable, teológicamente infundada y políticamente contraproducente". Lo más gracioso es lo de “teológicamente infundada", teniendo en cuenta que, en el mismo artículo, niega al menos media docena de dogmas de la Iglesia y prácticamente toda la moral sexual católica.

El ateólogo suizo, sin embargo, se reserva la última palabra ante la condena de la Iglesia, una última palabra rebelde, desafiante, optimista y (en su mente) demoledora: “Pero mi reputación ante el pueblo creyente no pudo ser destruida".

Debo confesar que, en esto, estoy completamente de acuerdo con el profesor Küng. Es más, yo diría que es una afirmación tan verdadera que podría considerarse una tautología. En efecto, es absolutamente imposible destruir algo que no existe.

Leer más... »