El mapa de la apostasía
Desde pequeño, siempre me han encantado los mapas. Hay algo en ellos de poético, de aventurero y de mágico a la vez, que inmediatamente me ilusiona. Solo el hecho de que milagrosamente podamos reducir un país, un continente o el mundo entero a un dibujo sobre un papel es una proeza digna del genio de la lámpara de las mil y una noches. Los mapas hacen abarcable lo inabarcable y, gracias a ello, nos permiten comprenderlo, al menos en parte. Qué grande es Dios, que ha dado este poder a los hombres.
Desgraciadamente, lo que nos permiten comprender no siempre es bueno, ni ilusionante, ni mágico. Es más, a veces es terrible y casi desearía uno no haber visto nunca el mapa de marras. En eso pensaba al contemplar los mapas que he puesto arriba y que he encontrado en Internet. Se trata de dos mapas de Polonia, con una diferencia de diez años entre uno y otro (2011 a 2021), que bastan para visualizar algo tremendo que se está produciendo: la rápida apostasía masiva de todo un país.