Esperanza en tiempo de crisis
Un lector de El Salvador, que ya nos contó la historia de su conversión, Cristhian, me ha enviado estos párrafos sobre la forma que tiene un cristiano de ver la crisis. Desde luego, es un tema actual donde los haya.
Si el cristiano, como dice San Pablo, es una nueva criatura, tiene que ver este acontecimiento de la crisis con ojos nuevos y no como todo el mundo. La Buena Noticia de Cristo también tiene que serlo en estas circunstancias.
Como diría el autor de la carta a Diogneto, los cristianos sufrimos la crisis como los demás, pero no dejamos de compartir con otros de lo que tenemos; trabajamos con el sudor de nuestra frente como los demás, pero no nos pasamos el día renegando y murmurando; perdemos el trabajo como los demás, pero no perdemos la esperanza.
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Vivimos en tiempos de crisis financieras generalizadas, agravadas por la increíble capacidad actual de comunicarnos al instante de un lado del planeta a otro. Es imposible imaginar este nivel de histeria colectiva mundial, si no supiéramos inmediatamente a cuánto cotiza el barril de petróleo o cuánto cayeron las acciones de x ó y compañía al otro lado del planeta. La pregunta es: ¿Como vive un cristiano un tiempo de crisis como el actual? O, aún más apremiante, ¿cómo estamos llamados, en nuestra condición de cristianos, a vivir en un mundo tambaleante?