España: zona matrimonial catastrófica
Creo que la mayor parte de la gente estaría de acuerdo en que, en principio, el matrimonio es el lugar ideal para la educación de los hijos. La estabilidad familiar, moral y económica del matrimonio son fundamentales para el crecimiento psicológico, intelectual y moral del niño. Como es lógico, puede haber casos de matrimonios desastrosos, pero ceteris paribus, es indudable que, por su propia naturaleza, la relación matrimonial aporta un cimiento más sólido para la familia que cualquier otra relación.
Tomando esto como premisa, cualquiera que (tenga dos dedos de frente y) eche un vistazo a las cifras sobre matrimonios en España, quedará inmediatamente horrorizado. No es que la situación sea mala, es que debería declararse, sin eufemismos, como catastrófica. Y no me refiero meramente al matrimonio religioso, del que hablaremos después, sino ante todo al matrimonio natural como institución básica de la sociedad.

Suelo escribir los libros que me gustaría leer a mí, esos libros que me encantaría encontrar en una librería, que desearía que existieran pero no se han escrito aún… y con ello generalmente consigo que mi mujer me regañe. Según dice, el problema es que soy raro y tengo gustos raros, así que está prácticamente garantizado que lo que me gusta a mí apenas le guste a nadie más. Cuando escribí mi primer libro,
El ecumenismo es una de esas buenas ideas cristianas que, como diría Chesterton, en ocasiones se vuelven locas y arrollan todo lo que encuentran a su paso. Conviene comenzar diciendo que, en sí, se trata de algo bueno, santo y necesario. A fin de cuentas, no es algo nuevo, ni una simple moda actual. La Iglesia siempre ha querido la unidad de todos los cristianos, siguiendo el ejemplo de Cristo, que oró por esa unidad durante la Última Cena: Padre, que todos sean uno, como Tú y Yo somos uno (Jn 17,21).
Participante invitado: El P. Robert Longshanks es un antiguo anglo-católico que cruzó el Tíber hace cincuenta años. Conocido (a sus espaldas) por sus compañeros sacerdotes como Father “Battleaxe” Bob, se comenta que su propio obispo le tiene algo de miedo desde que le dijo que “el problema de Inglaterra ha sido siempre que sus obispos no están dispuestos a morir mártires”.
Un amable lector ha colocado en su blog dos breves reseñas de los libros



