No caigamos de nuevo en el mismo error: VOX
Acabo de leer las cien medidas urgentes del partido Vox, anunciadas en el acto del pasado fin de semana que tanto revuelo causó en los medios de comunicación. Como todas las propuestas de partidos políticos, se trata de un cajón de sastre. Junto a varias ideas probablemente acertadas y de sentido común, hay otras a mi entender bastante desaconsejables. Como corresponde a un partido con pocas probabilidades de gobernar, tanto entre las deseables como entre las desaconsejables hay unas cuantas completamente inviables en la práctica y supongo que sus mismos autores son conscientes de ello.
En cualquier caso, siendo este un blog de temática fundamentalmente religiosa, lo apropiado es analizar las propuestas que tienen un aspecto moral y las que están relacionadas con el catolicismo. Estas últimas son fáciles de analizar, porque no hay ninguna, así que nos centraremos en los aspectos morales. Moralmente hablando, lo que salta a la vista es una sensación de déjà vu.
Hasta donde puedo ver, todas esas cosas que propone VOX las habría firmado el PP hace diez años sin problemas. Desgraciadamente, pues, se va confirmando mi impresión inicial de que VOX podría ser simplemente un PP que “progresa” un poco más lentamente o que “conserva” lo que los progresistas implantaron hace quince años en lugar de cinco años atrás, como el PP. La oferta de VOX se ve igualmente afectada por la ideología de género, liberalismo, aborto a voluntad, nuevos tipos de familia, etc., todo ello ligeramente camuflado con vagas apelaciones a la defensa de la vida y a lo mucho que les gusta la familia y sospechosos silencios en temas concretos (no sea que les acusen de “prohibir” algo). Es decir, aparentemente la misma oposición a las medidas socialistas mientras los socialistas están gobernando, pero dejando la puerta abierta a conservar luego esas medidas cuando gobiernan “los nuestros”, que era justo la táctica del PP.