¿Lobos hablando sobre ovejas en el sínodo?
Hace tiempo hablamos ya sobre el relator nombrado para el sínodo de la sinodalidad, el card. Hollerich, un jesuita que ha proclamado públicamente en varias ocasiones que rechaza la moral de la Iglesia. A él se unen, por supuesto, numerosos obispos alemanes y de otros países centroeuropeos como Bélgica, que también han expresado públicamente su deseo de abandonar la moral de la Iglesia en varios puntos que no son del agrado del mundo. ¿A alguien le puede extrañar que las ovejas nos sintamos intranquilas al ver que se reúnen sinodalmente los lobos para hablar de nosotras? ¿Qué de bueno puede salir de esas conversaciones, que, es de suponer, más versarán sobre recetas que sobre otra cosa?
Desgraciadamente, parece ser que lo importante no es la calidad, sino la cantidad, y el Papa ha decidido nombrar también a una serie de participantes laicos en el sínodo, algunos de los cuales, por lo visto hasta ahora, podrían asemejarse más al Canis lupus que a la Ovis aries. Consideremos, por ejemplo, el producto nacional: Dña. Cristina Inoges, elegida como participante en el sínodo desde su inicio (pronunció una “meditación” de apertura de las sesiones sinodales) y que probablemente sea propuesta también para las sesiones de octubre de 2023 y 2024. Dejemos a un lado la cuestión de que un laico, sea quien sea, participe en el sínodo de los obispos con el mismo voto que si fuera obispo y consideremos las credenciales de Dña. Cristina.