Los preliminares de la persecución religiosa en Madrid
18-20 JULIO 1936: COMIENZAN LOS ASESINATOS RELIGIOSOS EN LA CAPITAL
Un informador inmediato, y ajeno al conflicto, dada su condición de diplomático, el embajador latinoamericano Aurelio Núñez Morgado, nos proporciona las siguientes cifras globales acerca de los primeros días de la guerra civil española en Madrid: “Apenas producido el alzamiento militar en África el 18 de julio, estalló en Madrid la Revolución social que venía preparándose desde meses antes (…) El asesinato de millares de personas llevado a cabo por las milicias marxistas había sido atroz. Se mantuvo durante seis meses un ritmo de asesinatos de trescientos cincuenta a cuatrocientos por día, con recrudecimiento en relación con las derrotas de los ejércitos rojos. Después de este periodo disminuyó hasta quedar reducido a diez o quince por día al cabo del primer año. Más tarde casi desapareció el asesinato callejero para quedar reducido a los que dictaban los tribunales populares, que también guardaban relación con los triunfos de Franco.“
Explica José francisco Guijarro, experto en el tema, en su libro “Persecución religiosa y guerra civil", que esta situación de represión anárquica se puede decir, sin temor a equivocarnos, y con las indiscutibles excepciones, que en la capital duró desde las primeras noticias que se recibieron sobre el alzamiento de los militares en Marruecos, hasta las eficaces medidas adoptadas por la Junta Delegada de Defensa de Madrid, a partir del día 7 de noviembre de 1936. En esta situación de violencia se fue imponiendo progresivamente el sistema de las checas, instaurado o por lo menos autorizado por el mismo gobierno del Frente Popular. A partir de las primeras funciones de la Junta Delegada de Defensa, se instauró la eliminación de detenidos mediante el procedimiento de las “sacas” de los establecimientos penitenciarios de Madrid. Cada uno de estos sistemas sucesivos de violencia tolerada, cuando no institucionalizada, causó un número considerable de bajas, tanto por motivos religiosos -que es lo que a nosotros nos interesa- como por otros motivos diferentes, principalmente políticos, que tampoco podemos perder de vista; pero se trata de fenómenos diferentes, que no pueden ser confundidos entre sí.
Seguimos a José Francisco Guijarro, que nos explica que el primer acto violento con víctima mortal por motivos religiosos del que tenemos referencia es particularmente execrable, dentro de lo que siempre es cualquier atentado contra la vida humana de un inocente. Tuvo lugar por la mañana del mismo sábado 18 de julio de 1936, y fue el asesinato a sangre fría de un niño, hijo del sacristán de la parroquia de San Ramón, en el interior de la parroquia de San Ramón Nonato, en el Puente de Vallecas.
Al mismo tiempo, en la mañana del mismo sábado 18 de julio, en el Seminario Conciliar de Madrid se celebra un retiro espiritual para los seminaristas que estaban ya de vacaciones en sus casas, previsto para que asistieran los que vivían en Madrid o en los pueblos más cercanos, en el que les dirige la palabra el párroco de Carabanchel Bajo, don Hermógenes Vicente, que pocos días después será asesinado: murió, efectivamente, en Carabanchel Bajo, el 18 de septiembre.