Cardenal Newman en los altares
LA FIGURA DE ESTE SANTO PURPURADO INGLÉS, MÁS ACTUAL HOY QUE NUNCA
En el año que comienza veremos en los altares a grandes figuras de la historia de la Iglesia, entre los cuales destacan el Papa Juan Pablo II y el Cardenal John Henry Newman, por el que el autor de este blog siente especial admiración. Es, además, un personaje de gran actualidad: El camino de conversión de Newman, en el que actuaron activamente su inteligencia y u fuerte sensibilidad religiosa, es ejemplar para todo cristiano, pero sin duda tiene especiales connotaciones para los que desde la confesión anglicana se preguntan también hoy -como cuando él vivía- si no estará la verdad en la Iglesia Católica:
En 1832 Newman emprendió un largo viaje alrededor del Mediterráneo con Froude, y regresó a Oxford el 14 de julio de 1833, el mismo día que comenzaba el llamado Movimiento de Oxford. El viaje de Newman a las costas del Norte de África, Italia, Grecia Occidental, y Sicilia (Diciembre de 1832 - Julio de 1833) fue un episodio romántico, del que sus diarios han preservado los incidentes y el color. Roma, como madre de la religión de su tierra nativa, lo embrujó de tal manera que nunca se olvidó de ella. Se sintió llamado para una misión grande; y cuando la fiebre lo atrapó en Leonforte, en Sicilia(donde estaba errando solo) gritó, “No debo morir, no he pecado en contra de la luz.” En el Cabo Ortegal, el 11 de diciembre de 1832 había compuesto el primero de una serie de poemas, denso, apasionado, y original que profetizaba que la Iglesia reinaría como en el principio.
Regresó a casa de su madre el martes 9 de julio de 1833. Al domingo siguiente John Keble predicó desde el púlpito de Santa María el “sermón de los jueces” sobre la apostasía nacional, que Newman consideró como el comienzo del Movimiento de Oxford. El pequeño grupo de seguidores de la Iglesia Alta se movilizó rápidamente. Su primer objetivo era defender la libertad de la Iglesia respecto al Estado, basándola en el origen apostólico de la autoridad eclesiástica. Newman propuso a Keble y a Froude asociarse para publicar folletos. Keble y Froude lo apoyaron. Estos “folletos de actualidad” (“Tracts for the Times”) eran breves artículos en defensa de la independencia de la Iglesia. Al final del año habían aparecido veinte tracts, once de los cuales escritos por Newman. En los últimos días de 1833 se unió al movimiento el prestigioso doctor Pusey. Pronto los tracts se vendieron en grandes cantidades. Newman dedicó gran parte de sus energías al movimiento que estaba en marcha. Asistía a reuniones y asambleas de todo tipo, cenas y veladas, y mantenía abundante correspondencia.