Pío XII se dirige a Hitler al comienzo de su pontificado
LA REUNIÓN QUE TUVO EL NUEVO PAPA CON LOS CARDENALES DE HABLA ALEMANA
Nada más elegido nuevo Papa, Pío XII tuvo que afrontar la cuestión candente y muy delicada de las relaciones con el régimen alemán, concretamente con ocasión de algo tan sencillo como la posibilidad de mandar al Canciller Hitler un mensaje de buena voluntad, como años antes había hecho Leon XIII, con buen resultado, en circunstancias similarmente difíciles. Ante esta cuestión, el Papa Pacelli quiso recabar el consejo de los directamente interesados.
Por eso, es de indudable gran interés, para conocer de primera mano la preocupación por este tema, no sólo del nuevo Pontífice, sino también de los cardenales de habla alemana, la lectura de algunas parte de la relación de la reunión del recién elegido con los cardenales Bertram de Breslau, Schulte de Colonia, Faulhaber de Munich e Innitzer de Viena, publicada en las Actes et documents du Saint-Siège relatifs à la seconde Guerre Mondiale, vol II. El texto de la relación es largo, por lo que seha resumido a sus puntos principales en los que se aprecia lo espinoso del tema de las relaciones con Alemania y la claridad de ideas de Pío XII, que conocía bien el percal.
Pío XII: León XIII, al comienzo de su pontificado, envió un mensaje de paz a Alemania. En mi modesta persona, me gustaría hacer algo parecido (el Papa lee el borrador de una carta en latín) ¿Es correcta? ¿Necesita algún cambio o ampliación? Agradecería infinitamente el consejo de Vuestras Eminencias.
Cardenal Bertram: No me parece que haya nada que añadir.
Cardenal Faulhaber: En una carta de este tipo no se puede expresar ningún deseo concreto. Sólo una bendición. Pero tengo una duda ¿Debe ir redactada en latín? El Führer es muy susceptible con respecto de las lenguas extranjeras. No creo que desee recurrir a los teólogos para que se la expliquen.
Cardenal Schulte: Por lo que se refiere a su contenido me parece excelente.
Pío XII: Podría enviarse en alemán. Si la consideramos como una simple cuestión de protocolo, podría pasar inadvertida la connotación sobre el mal estado de las cosas para la Iglesia. Y nuestra mayor preocupación es el bien de la Iglesia en Alemania. Para mí esa es la cuestión más importante. Quizás podría redactarse en latín y en alemán.
Cardenal Faulhaber: Es mejor enviarla en alemán
Al final, se decidió enviarla en alemán. Se acordó por otro lado que, en el caso de Hitler, no pegaba -ni él apreciaría en absoluto- el saludo habitual en estos casos de “Dilecte Fili”, por lo que el texto definitivo rezaba así:
“Al Ilustre Herr Adolf Hitler, Führer y Canciller del Reich alemán. Al comienzo de nuestro pontificado, deseamos aseguraros que seguimos consagrados al bienestar del pueblo alemán confiado a vuestra dirección. Por él imploramos a Dios Todopoderoso que le conceda la felicidad auténtica que emana de la religión. Recordamos con sumo gusto los muchos días que pasamos en Alemania en calidad de nuncio apostólico, época en la que hicimos todo lo que estaba dentro de nuestro poder para establecer relaciones armoniosas entre la Iglesia y el Estado. Ahora que las responsabilidades de nuestra función pastoral han aumentado nuestras oportunidades, rezamos mucho más fervorosamente para conseguir ese objetivo. Hacemos votos para que, con la ayuda de Dios, el pueblo alemán disfrute de prosperidad y progreso.”
Después de haber decidido la forma definitiva de su carta, el Papa dijo a los cardenales presentes. “Así pues, nos hemos arriesgado a hacer un nuevo intento. Si quieren pelea, no nos asustaremos. Pero el mundi verá que hemos intentado todos los medios para vivir en paz con Alemania”.
A ello siguió una discusión entre los cardenales sobre la posibilidad de romper las relaciones si Hitler no respondía. ¿Debería llamarse al nuncio de Berlín?
Pío XII: Sí, Pío XI estaba tan indignado por lo que estaba ocurriendo en Alemania que una vez me dijo: “¿Cómo puede la Santa Sede seguir teniendo un nuncio allí? ¡Es algo que está reñido con nuestro honor!” El Santo Padre temía que el mundo no entendiera cómo era posible que siguiéramos manteniendo relaciones diplomáticas con un régimen que trataba a la Iglesia de aquella forma. Así que le respondí: “Santidad, ¿De qué nos serviría eso? Si mandáramos llamar al nuncio, ¿Cómo podríamos mantener contacto con los obispos alemanes?” El Santo Padre entendió y se calmó un poco. No, es mejor así. Si el gobierno alemán quiere romper las relaciones, tanto mejor, pero no daríamos prueba de demasiada inteligencia si las rompiéramos nosotros.
Cardenal Bertram: Si, no debe parecer que es la Santa Sede la que rompe.
Pío XII: Algunos Cardenales se han acercado a mí y me han preguntado porqué sigo concediendo audiencias al embajador alemán, después de todo esto. Dicen: “Cómo puede tener la desfachatez de pedir una audiencia” Y yo les respondo: “¿Qué otra cosa puedo hacer?” Debo tratarlo con modales cordiales. No hay otro camino. Romper las relaciones es fácil. Pero ¡sólo Dios sabe las concesiones que tendríamos que hacer para volver a entablarlas! Podéis estar seguros que el régimen no las reanudaría sin concesiones por nuestra parte.
La reunión concluyó con unas palabras sobre los efectos de la persecución del régimen nazi a la Iglesia en Alemania, que curiosamente había acercado más a la gente a la Iglesia:
Cardenal Schulte: El interés general por los asuntos de la Iglesia es mucho más vivo que antes.
Pío XII: Ese es el efecto de la persecución.
Cardenal Schulte: Las iglesias están llenas a rebosar.
Cardenal Initzer: Lo mismo ocurre en Austria.
Pío XII: En ese caso, no hemos de perder la esperanza.
Cardenal Bertram: Es una gran misión infundir ánimo a los sacerdotes. Christus vincit! Con frecuencia digo a los sacerdotes: “Los tiempos en que vivimos no son los peores. Los peores son los de la indiferencia”.
25 comentarios
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Desde un punto de vista limitado, demasiado limitado, es lógico que la mayor preocupación de un Papa sea el bien de su Iglesia. Pero comprendan el punto de vista desde fuera de la Iglesia católica: Me sentiría mucho más identificado con E. Pacelli si hubiera sentido y, por tanto, escrito:
"Y nuestra mayor preocupación es el bien de todas las personas a las que les ha tocado vivir en Alemania, judíos, católicos, luteranos, ateos o lo que sean. Para mí esa es la cuestión más importante."
Gracias por sus articulos.
Un saludo en Cristo.
http://www.casadellibro.com/libro-el-mito-del-papa-de-hitler/1103507/2900001136540.
Considero más bien, que como hombre consagrado a la diplomacia Pacelli intentó que la Iglesia Católica y el Estado Alemán mantuvieran un matrimonio de conveniencia, sin amor pero con beneficios mutuos y con algunos roces.
Hitler en 1933 fue investido con poderes dictatoriales por un Parlamento en el que no comparecían los diputados comunistas por estar encarcelados, y tras unas elecciones celebradas en tal clima de violencia que deberían haber sido invalidadas.
En poco tiempo, los partidos de izquierda y los sindicatos fueron prohibidos, se eliminaron las libertades de expresión, imprenta y reunión, y se abrió el primer campo de concentración en Dachau, para encerrar a los disidentes políticos y a los "antisociales" (homosexuales, enfermos mentales, etc.).
Pero aquello no fue impedimento para que el Cardenal Pacelli firmara con Von Papen un concordato que concedía a la Iglesia beneficios económicos, especialmente el "impuesto religioso" que obligaba a los católicos a ceder el 9% de su impuesto de la renta a la Iglesia.
Por su parte, el régimen obtenía el privilegio de conceder el visto bueno para los nombramientos episcopales, así como que cada nuevo obispo tenía que jurarle lealtad sobre los Evangelios.
Por mucho que acosara Hitler a la Iglesia posteriormente, sólo fueron encarcelados algunos curas que hablaron demasiado alto, el concordato nunca fue derogado y de hecho el impuesto religioso se sigue cobrando hoy en día en Alemania.
Pío XII tenía mano dura cunado quería. Excomulgó a los comunistas italianos cuando llegó la democracia para que no ganaran las elecciones, y también excomulgó a los fieles de la Iglesia Patriótica China, sin importarle en absoluto las represalias que Stalin o Mao pudieran tomar contra los católicos del bloque oriental.
Creo que dado que Hitler al menos era católico bautizado, siempre tuvo la esperanza de una conversión y poder reconstruir gracias a él el Sacro Imperio Romano Germánico, o al menos que Hitler pudiera acabar con el comunismo en Rusia y abrir aquellas tierras a la evangelización.
Por razones obvias, en aquel tiempo se mantuvieron secretas dos cláusulas del Concordato, cláusulas sobre un frente común contra la Unión Soviética y sobre los deberes de los sacerdotes católicos reclutados para el ejército de Hitler. Tal reclutamiento era una violación del Tratado de Versalles (1919), el cual Alemania todavía estaba obligada a cumplir; el que se hubiera dado a conocer esta cláusula pudiera haber perturbado a otros signatarios del Tratado de Versalles.
Franz von Papen estuvo entre los nazis enjuiciados como criminales de guerra en Nuremberg, Alemania, hacia fines de la década de los cuarenta. Fue absuelto, pero después recibió una sentencia severa de un tribunal de desnazificación alemán. Aún así, más tarde, en 1959, fue nombrado chambelán papal privado.
Pero antes léase esto a modo de aperitivo,y piense usted en la dificilísima situación de Pio XII-y no sólo el,sono otros muchos-en aquella época,casi la peor de la historia:
http://www.conoze.com/doc.php?doc=7835
De hecho ,es por este motivo,por donde vendran sus mayores dolores.
Hitler sí era católico en el sentido de bautizado. Como Himmler y Göbbels. Hasta ahí tienen razón.
Y ahora yo me pregunto: entre quienes protestan porque la Iglesia no hubiera pronunciado sentencia de excomunión contra Hitler, ¿cuantos habrá que, cuando se suscita esta misma cuestión por razón de aborto a los políticos demócratas, no se rasgan las vestiduras?
Por otro lado es de vergüenza, en efecto, como recuerda Luis López, que alguien aduzca la necesidad de orar por los propios soldados como algo a lamentar. Dice, desde luego, muy poco del nivel cultural de esa persona, de su sentido común y de su servidumbre con respecto a la dictadura correcto-politiquesa.
De todas formas eso le pasa al Vaticano por meterse en la política, cuando Jesús nunca se metió en la política, incluso dijo:
"19 Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. 20 Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? 21 Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios." Mateo 22:19-21
"Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová." Isaías 54 - 17
Que increible que el vaticano con tanto poder, no hiciera más que escribir cartitas para curarse en salud.
Y ni sé para qué les pongo versículos, si ustedes le dan el mismo valor que la Biblia a los concilios, jajaja al fin y al cabo los papas son infalibles verdad ;)
ARTÍCULO 16 – Los obispos, prestarán un juramento: “Delante de Dios, juro y prometo, fidelidad al Reich alemán [Representado por Hitler]
ARTÍCULO 30 – En los domingos, en las iglesias catedrales, en las parroquiales, se recitará al final del servicio religioso, una oración por la prosperidad del Reich [Hitler].
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