Padre de monjes
San Fructuoso de Astorga o de Braga
Es la principal figura del monacato visigodo. Nació a finales del siglo VI en una familia de la nobleza goda que tenían grandes posesiones en la comarca de El Bierzo. Al quedar huérfano en su juventud, ingresó en la escuela episcopal de Palencia, bajo la protección del obispo Conancio. Junto a este gran prelado, recibió una sólida formación en la Sagrada Escritura y en música, preparándose para la vida clerical.
Terminada su formación, la vocación a una vida de total entrega a Dios en la oración y la penitencia hizo que Fructuoso marchara a vivir en una cueva del valle de Compludo, cerca de Astorga. Muchos penitentes, atraídos por su fama de santidad, se le fueron uniendo, y así se fundó el primero de sus monasterios. Escribió para ellos una regla con el fin de inculcar en sus monjes el mismo fervor que le movía a él.
En su regla establece que la autoridad del monasterio son el abad y el prepósito, que actúan representando a Jesucristo por lo que no deben dejarse llevar de consideraciones personales hacia los súbditos y deben ser obedecidos ciegamente, siendo todos plenamente sinceros con el abad. El silencio riguroso presidirá la vida del monasterio, y habrá abundantes ayunos y abstinencias, unidos a una intensa vida litúrgica y a un exigente trabajo corporal en una estricta clausura. Era largo el proceso de admisión, a fin de probar la auténtica vocación de los candidatos, y las desobediencias y rebeldías eran severamente castigadas.
Deseando la vida de ermitaño solitario vuelve a dejarlo todo, abandonando el monasterio, pero varias veces volvió a repetirse la historia de tener que acoger a los que seguían su ejemplo, y así nacieron otras fundaciones como San Pedro de los Montes o San Félix de Visona. Desde Galicia hasta la Bética, y por toda Lusitania, fundó alrededor de veinte monasterios, incluido alguno femenino, como el que nació cerca de Cádiz para Benedicta, joven de la nobleza que deseaba consagrar a Dios su virginidad (de la que hablaremos en otra ocasión). Fructuoso es un monje peregrino que recorre los caminos de España suscitando vocaciones de entrega total a Dios.
Él era el primero en tomar parte en los trabajos manuales para la construcción y mantenimiento de los monasterios, y también se preocupaba de la buena formación de los monjes por medio del estudio de la Biblia y de los escritos de los Santos Padres, a cuya lectura él mismo dedicaba abundantes horas. Mantuvo contacto por medio de cartas con las autoridades tanto de la Iglesia como del reino, y algunos de los monjes formados por él llegaron a ser obispos.
Deseando marchar a oriente, a la cuna del monacato cristiano, es retenido por el rey Recesvinto en Toledo, que le nombra en el año 656 obispo de la abadía de Dumio. Poco después, al ser depuesto por su pecado el obispo de Braga, el Concilio X de Toledo decide que también se haga cargo de esta sede, como metropolitano de Galicia. Conocido desde entonces como Fructuoso de Braga, siguió fundando monasterios y atendiendo a los pobres con abundantes limosnas hasta su muerte en el año 665.
La fiesta de san Fructuoso se celebra el 16 de abril.
2 comentarios
Y muy a tiempo, y muy bien hecha, que menos de un siglo después, ellos pusieron freno al islam allí, y posteriormente fundaron el reino de Asturias-Leon.
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