Un obispo valiente (2)
Convocados ambos obispos de Mérida, católico y arriano, ante el jurado del rey para determinar el destino de la Basílica de Santa Eulalia, Masona se preparó con ayuno y oración.
Su aparición ante el tribunal disipó las angustias y preocupaciones de los fieles.
—No dudéis un momento de la victoria. Confiad en Dios y rezad mucho —dijo a los suyos.
Sunna, el obispo arriano, habló de modo violento y a grandes voces, insultando a sus enemigos, y exponiendo su doctrina. Respondió Masona con suavidad y moderación; fue acalorándose la disputa; se cruzaban textos de la Sagrada Escritura y de los Padres, argumentos teológicos y comentarios bíblicos. La sabiduría divina y la ciencia del Espíritu Santo estaban en los labios de Masona, hasta que el obispo arriano se quedó sin saber qué contestar; algunos de su campo salieron en su defensa, pero fueron también refutados. Los mismos arrianos se hacían lenguas de la elocuencia de Masona. Aplaudido y aclamado por la muchedumbre fue llevado triunfalmente hasta la Basílica de la mártir, entre vítores y cánticos sagrados, para dar gracias a Dios por la victoria.
Al poco tiempo, en el año 582, no queriendo los arrianos que las cosas quedaran así, Masona fue obligado a marchar a Toledo para comparecer ante el rey. Leovigildo, con promesas, presiones y amenazas, volvió a intentar sin éxito la adhesión al arrianismo del prelado. Tampoco consiguió que le fuera entregada la túnica de santa Eulalia para que la veneraran los arrianos en Toledo, por lo que decretó la pena de destierro:
Mandamos que Masona, arrancado al punto de nuestra vista, sea relegado al destierro por incompatible con nuestras costumbres, enemigo de nuestra fe y contrario a la religión.
En un monasterio rural, solo con tres compañeros, y en una gran pobreza, pasó Masona tres años, sin dejar de hacer limosna con los pocos bienes que tenían. Ya cercana la muerte de Leovigildo, convencido de su fracaso en la unificación religiosa de España bajo el arrianismo, permitió el regreso del obispo a Mérida e incluso le envió regalos que fueron rechazados.
Repuesto en su sede episcopal, pudo alegrarse de la conversión de Recaredo y, aunque tuvo que hacer frente a un intento de asesinato por parte de los arrianos, no sufrió ningún daño y los culpables fueron descubiertos y detenidos.
Como metropolitano más antiguo, el obispo Masona presidió en el año 589 el Concilio III de Toledo, donde el rey Recaredo y todo el pueblo visigodo entraron solemnemente en la Iglesia católica. Después de la firma del rey, aparece la suya en las actas conciliares. Junto con san Leandro de Sevilla eran los dos obispos más venerados en ese momento.
Todavía asistió a otro concilio más, y hasta el final de su vida no dejó de repartir abundantes limosnas a los pobres y generosos regalos a los servidores de la Iglesia. Murió lleno de paz poco después de haber empezado el siglo VII, y ha quedado en la memoria como el más grande obispo de Mérida y uno de los artífices de la unidad católica de la España visigoda.
Su fiesta se celebra el 11 de diciembre.
3 comentarios
Se trata ni más ni menos que del verdadero nacimiento de España, que tuvo lugar cuando la única religión verdadera unió a los invasores godos arrianos y a la población católica hispano-romana para formar un solo pueblo.
De un modo muy parecido al nacimiento de Francia con el bautismo de Clodoveo, el III Concilio de Toledo es nuestro "mito fundacional" y marcó nuestra existencia como Patria cuyo fundamento de unión ha sido siempre la defensa del Catolicismo (y cuando lo hemos abandonado, nos dividimos y desaparecemos).
El mayor acierto de SM Fernando VII fue crear en 1814 la Real y Militar Orden de San Hermegildo para servir de máxima recompensa a aquellos militares que, más allá de sus libertades, superando los sufrimientos en la batalla, sirvieran a los ejércitos, con el deseo del Rey de que fuera una distinción de alto rango, comparable a otras de más larga historia.
Esa identificación entre los tres factores, Regnum Gothorum, nación española y fe católica no ha de constar en ningún relato oficial, pese a que las fuentes primarias de la época sean meridianas y nítidas al respecto.
Reitero nuevamente mi agradecimiento a usted Padre Sierra y a todos los comentaristas por sus aportaciones y referencias, que abren mi vida por fin a un mundo apasionante de la Historia de nuestra querida España.
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RESPUESTA:
A mí me pasó lo mismo en los estudios de EGB y BUP en esos mismos años.
Después, al estudiar Historia de la Iglesia, Liturgia, Patrística, y otras asignaturas en Teología es cuando fuimos aprendiendo más.
Por desgracia no están mejor ahora los planes de estudios ni en esta materia ni en otras...
Que no perdamos nunca el deseo de seguir aprendiendo.
Muchas gracias,
Pablo.
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