16.09.23

Cartas de Tres Sacerdotes Argentinos Cancelados

Me han hecho llegar estas tres cartas de sendos sacerdotes cancelados argentinos. Y me piden que las difunda. Y lo hago encantado. Ni pongo ni quito nada. Publico las cartas tal cual me han llegado. En estos tiempos de Internet, «todo está conectado» y no se puede ocultar la cruda realidad por mucho que se intente.

Hay muchos buenos sacerdotes que están sufriendo mucho. Y a algunos de ellos los están quitando de en medio sin ninguna clase de compasión, dejándoles sin recursos para subsistir. Mi cariño y mi oración por todos ellos.


Primera Carta

En desagravio de los Corazones de Jesús y María.

Recientemente hemos visto cómo el autoproclamado “colectivo de curas villeros” celebraba una “Misa” en desagravio al “P. Jorge”. Es contradictorio con sus propias posiciones, ya que para ellos las palabras “desagravio”, “reparación”, son antigüedades de un pasado eclesiástico que ellos detestan. Pongo “Misa” entre comillas, porque en realidad fue un acto político del que participaron representantes del oficialismo kirchnerista. Si uno indaga sobre la concepción del Sacramento de la Eucaristía que prima en el “colectivo” (para la mayoría de la gente un “colectivo” era simplemente un vehículo de transporte público, ahora designa un conjunto de personas cegadas por una ideología) de curas villeros y gran parte de los obispos argentinos se podrá dar cuenta que no profesan una fe firme en la Transubstanciación, por eso buscan imponer la comunión en la mano y consideran al Cuerpo de Nuestro Señor como vector de virus.

Repasemos algunas frases de la señora Hebe de Bonafini, que Dios tenga piedad de su alma, sobre algunos hechos y sobre S. Juan Pablo II:

“Por primera vez le pasaron la boleta a Estados Unidos. Yo estaba con mi hija en Cuba y me alegré mucho cuando escuché la noticia. No voy a ser hipócrita con este tema: no me dolió para nada el atentado. Me puse contenta de que, alguna vez, la barrera del mundo, esa barrera inmunda, llena de comida, esa barrera de oro, de riquezas, les cayera encima”, dijo poco después del atentado a las Torres Gemelas.

Con la misma crueldad se refirió al Papa S. Juan Pablo II: “Nosotras deseamos que se queme vivo en el infierno. Es un cerdo. Aunque un sacerdote me dijo que el cerdo se come, y este Papa es incomible”. Ante esto, el “colectivo” y la mayoría del episcopado argentino se mantuvieron en silencio y no hicieron ningún acto de reparación.

Sobre la Iglesia: “El mensaje de la Iglesia es golpista. No cambia en nada los conceptos de su posición golpista y cómplice de la dictadura”.

Sobre el apoyo del P. Jorge: “Francisco dijo que a las Madres de Plaza de Mayo les permite todo. La verdad yo estoy recontenta. Así que yo voy a seguir puteando porque parece que Dios me perdona. Le voy a dar con todo”.

Esta última expresión sintetiza claramente el “pontificado” del P. Jorge. Hay algunos a los que les permite todo, incluso avala que sigan pecando y a otros los “elimina” sistemáticamente de la vida eclesial con penas y duras sanciones, simplemente porque no comparten su ideología. Al padre Spadaro se le permite decir herejías contra Nuestro Señor Jesucristo, al P. James Martin blasfemar constantemente contra la Sagrada Escritura, porque no avala los actos homosexuales, pero a Mons. George Gänswein se lo canceló y se lo echó del Vaticano sin ningún problema, porque el verdadero maestro del P. Jorge, el general Perón, decía: “A los amigos todo, a los enemigos ni justicia”.

En el Calvario, vemos a la Santísima Virgen María concebir junto a la Cruz, entre indecibles dolores, a esa nueva generación de redimidos y hermanos de su Hijo Jesús Crucificado. Como decía Dom Guéranguer (autor despreciado o simplemente desconocido por el “colectivo”): “Inefable unión se establece entre la ofrenda del Verbo Encarnado y la de María; la sangre divina y las lágrimas de la Madre fluyen mezclada para la redención del humano linaje” (Année Liturgique: Viernes de Pasión). Allí se cumple la profecía del anciano Simeón: “Una espada de dolor traspasará tu alma”. De allí se sigue que María es medianera y corredentora, aunque le pese al P. Jorge que ve en esto una “tontería”, un simple delirio piadoso.

Al “colectivo”, a los señores obispos y a toda la nueva “casta sacerdotal” le sugerimos que analicen el caso Tiraboschi, donde el Sr. Juez Eugenio Zaffaroni le redujo la pena a un violador de una menor de 8 años a la que había obligado a realizarle una fellatio. La excusa: que el hombre, si puede ser llamado así, lo había hecho mediante un “juego” y con la luz apagada. Para Zaffaroni, esto volvería el hecho menos traumático en el futuro para la menor. ¿No era que para el P. Jorge los abusos sexuales no prescribían?. Sin embargo, lo olvidó al “condecorar” al “compañero” Zaffaroni con un cargo en el Vaticano, y esto frente al silencio cómplice del episcopado argentino que no profirió ni la más mínima objeción, no sea que les “corten las cabezas y vuelen sus mitras”. Todo queda amparado bajo la “comunión” con el sumo pontífice, comunión  que es sólo una uniformidad corporativa que les garantiza mantenerse en sus cargos. Por ello todo sacerdote que sea disidente, debido a su fidelidad a Jesucristo, a la Tradición y al Magisterio de siempre, debe ser cancelado.

Por esto, los sacerdotes cancelados, que somos cada vez más, ofreceremos la Santa Misa en desagravio a los Corazones de Jesús y de María; en reparación a las ofensas hechas contra San Juan Pablo II, a las víctimas de los abusos justificados por el “compañero” Zaffaroni; a la Sagrada Eucaristía, profanada por el constante manoseo y la falta de fe; al Sacramento del Matrimonio, constituido por Jesús como la unión indisoluble entre el varón y la mujer para formar una familia, familia tan olvidada por la nueva religión ecologista y sincrética.

Hermanos del “colectivo” por favor abran sus ojos y vean cómo aumenta la fila del hambre gracias al “dios Estado” que ustedes tanto defienden; Estado culpable del abominable crimen del aborto, entre otras cosas.

Un sacerdote cancelado

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13.09.23

La Ruina de la Iglesia

La nota explicativa a la Declaración de las verdades relacionadas con algunos de los errores más comunes en la vida de la Iglesia de nuestro tiempo comenzaba así:

«La Iglesia actual sufre una de las mayores epidemias espirituales. Es decir, una confusión y desorientación doctrinal de alcance casi universal, que suponen un peligro seriamente contagioso para la salud espiritual y la salvación eterna de numerosas almas. Al mismo tiempo, es preciso reconocer un letargo espiritual generalizado en el ejercicio del Magisterio a diversos niveles de la jerarquía de la Iglesia de hoy. En buena parte, ello obedece a que no se ha observado el deber Apostólico – según lo declarado también por el Concilio Vaticano II – que los obispos deben «con vigilancia, apartar de su grey los errores que la amenazan» (Lumen gentium, 25)».

Epidemia espiritual, confusión, desorientación… Calamidad, desastre, tribulación, persecución… En esas estamos.

1.- Ya somos mayores de edad

Dietrich Bonhoeffer, teólogo protestante, siguiendo los postulados kantianos, predica que vivimos es un mundo adulto en el que el hombre ha aprendido a salir adelante sin recurrir a la hipótesis Dios. Bonhoeffer contrapone la sociedad secular a la sociedad sagrada. El hombre puede afrontar sus problemas sin necesidad de Dios. La gente, cuando oye hablar de Dios, no se lo toma en serio. Por eso hay que explicar a Dios al mundo de hoy con otro lenguaje. El mundo no es Dios; la naturaleza no es Dios, la política no es Dios, los símbolos religiosos no son Dios.

Nuestra «cultura moderna» exige que, ahora, las verdades de la fe deben ser reveladas por nuevos caminos que son «principalmente subjetivos y experienciales». La fe ya no se puede transmitir por la predicación.

Antes, la fe era la adhesión de la inteligencia a la verdad revelada por el Verbo de Dios. Creíamos en una verdad que nos viene desde afuera y que no proviene de ninguna manera por nuestro propio espíritu.

Pero ahora, el hombre moderno – cientifista, progresista y liberal – se carcajea de Dios. Dios no le hace falta para nada. Es una reliquia de un pasado oscuro, de un tiempo en que el hombre no era libre, sino que vivía sometido al poder de los reyes y de la Iglesia.

«Ahora nadie me puede imponer nada desde fuera de mí mismo». El hombre moderno no tiene por qué creer en Dios. Por eso hace falta otro lenguaje, otra manera de hablar de Dios: una nueva evangelización. Y dicen los prelados y los jerarcas de la Iglesia que ahora la verdadera fe no es lo que era antes: creer lo que no vemos, creer la verdad revelada por Dios, que no puede engañarse ni engañarnos. Porque la gente ahora no quiere creer aprendiéndose el catecismo, como antiguamente.

Escribía Benedicto XVI: «No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva» (Deus caritas est, 1).

2.- Libertad, autonomía, independencia, autodeterminación

Y como somos mayores de edad, nos hemos emancipado de cualquier dependencia ni de Dios. El hombre es libre y autónomo, responsable de sus actos, capaz de tomar sus propias decisiones sin depender de nadie. Antes el hombre vivía sometido a Dios y a la Iglesia. Ahora ya no. Antes el hombre obedecía los mandamientos de la ley de Dios,  una ley moral objetiva. Ahora el hombre piensa por sí mismo y se autolegisla: cada uno se otorga a sí mismo su propia moral.

Ahora, el hombre es fin en sí mismo y elige cada cual su camino y su manera de ser feliz. El hombre no será verdaderamente hombre, y digno de ese nombre, más que el día en que haya adquirido una conciencia fuerte, independiente, autónoma, pudiendo prescindir de todo maestro, no obedeciendo a nadie más que a sí mismo.

Los herejes niegan que Dios sea la sabiduría suma y que tenga el poder de dictar leyes. Se niegan a reconocer la santidad de Dios y a adorarlo como Él merece. Niegan que Dios sea el Creador y que tenga derecho a exigir obediencia de Sus criaturas. El hereje modernista es la nueva reedición del non serviam de Lucifer e implica la rebelión contra Dios.

Sin embargo, es absolutamente necesario que el hombre quede todo entero bajo la dependencia efectiva y constante de Dios. Es totalmente insensata una libertad humana que no se someta a Dios y esté sujeta a su voluntad. Negar a Dios este dominio supremo o negarse a aceptarlo no es libertad, sino abuso de la libertad y rebelión contra Dios. Todos los pueblos han de aceptar y respetar la soberanía de Cristo Rey, la Ley de Dios y la verdad de Cristo. Como Verbo de Dios, cuya sustancia es idéntica a la del Padre, Cristo no puede menos de tener en común con Él lo que es propio de la divinidad y, por tanto, poseer también como el Padre el mismo imperio supremo y absoluto sobre todas las criaturas. Y en ningún otro más que en Jesucristo hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Dios exaltó el nombre de Jesús y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús, toda rodilla de doble en los cielos, en la tierra y en los abismos y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para gloria de Dios Padre.

Todas las naciones que has creado vendrán y se inclinarán ante ti, Señor, y alabarán tu santo nombre.

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9.09.23

El aquelarre de la aquelarridad

Libro de Ezequiel 33,7-9.

Así habla el Señor: 
Hijo de hombre, yo te he puesto como centinela de la casa de Israel: cuando oigas una palabra de mi boca, tú les advertirás de mi parte. 
Cuando yo diga al malvado: “Vas a morir", si tú no hablas para advertir al malvado que abandone su mala conducta, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre. 
Si tú, en cambio, adviertes al malvado para que se convierta de su mala conducta, y él no se convierte, él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida. 

Érase una vez un aquelarre, en el que herejes y apóstatas se reunirán para adorar a Satanás. Todos odiaban a Dios, porque nadie que ame a Jesucristo y viva en gracia de Dios podría participar voluntariamente en semejante reunión blasfema y sacrílega que no pretende otra cosa que destruir la Iglesia católica, promover la apostasía y legislar las nuevas tablas de la alianza entre la nueva religión del Anticristo y los poderes del Nuevo Orden Mundial: una religión nueva en la que el hombre adore al demonio a cambio de que el maligno bendiga sus perversiones, promueva sus bacanales y organice orgías para saciar sus sed insaciable de placeres. En realidad el aquelarre de la aquelarridad, cuando predique su perversa enseñanza, pretenderá destruir todo lo que Dios había establecido en la Ley Antigua y en la Nueva y afirmará que el incesto, la fornicación, el adulterio y otros tales no son pecado.

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5.09.23

Vade Retro, Satanás

«Apártate de mí, Satanás, porque tú piensas corno los hombres, no como Dios», así le dice el Señor a Pedro.

Lectura del libro de Jeremías (20,7-9):
Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me forzaste y me pudiste. Yo era el hazmerreír todo el día, todos se burlaban de mí. Siempre que hablo tengo que gritar: «Violencia», proclamando: «Destrucción.» La palabra del Señor se volvió para mí oprobio y desprecio todo el día. Me dije: «No me acordaré de Él, no hablaré más en su nombre»; pero ella era en mis entrañas fuego ardiente, encerrado en los huesos; intentaba contenerlo, y no podía.

Tantas veces le he dicho al Señor que no seguiría escribiendo… Que no vale la pena. Que nadie hace caso, nadie escucha… Que soy insignificante. Que habrá otros más importantes, más prestigiosos, con más formación… Me dije: «no me acordaré de Él, no hablaré en su nombre… pero Dios es como un fuego ardiente en las entrañas que no se puede contener…».

Ese fuego ardiente que no me deja… es el que me ha llevado a declararles la guerra a los enemigos de Cristo, tanto a los paganos sindiós como a los herejes y apóstatas de la nueva religión del Maligno: la del nuevo paradigma, la iglesia modernista, liberal, masónica; la del Imagine de Lennon, la del Nuevo Orden Mundial del Anticristo.

No gano más que desprecios y humillaciones pero no tengo nada que perder. Así que «hágase tu voluntad». Aunque no entiendo por qué yo, que no valgo nada…

Pero vamos a la batalla y dejémonos de autorreferencialidades que no vienen al caso. Vamos al asunto:

El Papa pide «poner fin a la guerra sin sentido contra nuestra casa común, que es una terrible guerra mundial»

Dice el Papa que «es necesario estar junto a las víctimas de la injusticia ambiental y climática, esforzándonos por poner fin a la guerra sin sentido contra nuestra casa común, que es una terrible guerra mundial».

Los años no perdonan… y la ideología tampoco.

¿Qué guerra mundial contra la casa común? ¿Quiénes son las víctimas de la injusticia climática? El Papa cae en la dialéctica marxista. Nada que deba extrañarnos a estas alturas. Ya le habíamos oído que los comunistas piensan como los cristianos:

«¿Usted también se refiere a una sociedad de tipo marxista?», le pregunta Scalfari. «Si acaso son los comunistas quienes piensan como los cristianos», responde el Papa. «Cristo ha hablado de una sociedad en la que decidan los pobres, los débiles y los excluidos. Para obtener igualdad y libertad debemos ayudar al pueblo, a los pobres con fe en Dios o sin ella, y no a los demagogos o a los barrabás», añade.

La dialéctica marxista supura en cada palabra: dice que hay una guerra, una guerra terrible… ¡Una guerra mundial! ¡contra la casa común! Una guerra es una confrontación entre dos ejércitos, entre dos pueblos, dos naciones, dos alianzas militares. Y se supone que un bando está definido: somos nosotros, los seres humanos. Pero el otro ejército de la guerra mundial, ¿quién es? ¿La naturaleza, la Pachamama, la Madre Tierra, los espíritus del viento?

Pocahontas ha hecho mucho daño.

En su reciente visita a Mongolia, el Papa «tomó como ejemplo y símbolo el ger, la tradicional vivienda portátil típica de los mongoles, de la que dijo que es un espacio habitacional que hoy podría definirse como “inteligente y verde, en cuanto versátil, multifuncional y con un impacto cero sobre el ambiente”. También subrayó la visión totalizadora de la tradición chamánica mongola y el respeto por todo ser viviente proveniente de la filosofía budista que “representa una contribución válida al compromiso urgente e impostergable por la tutela del planeta Tierra”.

Invito al Santo Padre y a la curia vaticana a cambiar sus cómodos y climatizados apartamentos (contaminantes y no sostenibles) por espacios habitacionales inteligentes, verdes, versátiles, multifuncionales y con un impacto ambiental cero. Y siempre mirando al cielo con las estrellas sobre sus cabezas. Unas cuantas tiendas de campaña mongolas en San Pedro o en los jardines vaticanos y colaboramos a la urgente tutela del planeta. Vean las tiendas mongolas. 

Para calentarse y cocinar, los excrementos de cabra o de vaca son excelentes para prender un fuego, tan buenos como la leña. Todo sostenible, inteligente, verde y sin impacto ambiental (salvo el olor a mierda, claro). Por otra parte, mierda en el Vaticano hay en abundancia, así que combustible no les va a faltar. Todo se aprovecha, todo se recicla: es lo que llamamos «economía circular». 

Horno donde se queman los escrementos en las tiendas mongolas

Entrando en su tema de la ‘hermandad de religiones’, Francisco siguió diciendo que “una actitud respetuosa y conciliadora se reservaba también a las múltiples tradiciones sagradas, como atestiguan los distintos lugares de culto –entre ellos uno cristiano– tutelados en la antigua capital Karakórum. Por ello, para ustedes fue casi natural llegar a la libertad de pensamiento y de religión, sancionada en vuestra actual Constitución; que ha superado la ideología sin derramamiento de sangre, la ideología atea que se creía obligada a extirpar el sentimiento religioso, considerándolo un freno al desarrollo. Hoy se reconoce en ese valor esencial de la armonía y de la sinergia entre fieles de credos distintos, que –cada una desde su punto de vista– contribuyen al progreso moral y espiritual”» (Tomado de InfoVaticana).

Todas las religiones pueden contribuir al progreso moral y espiritual… ¿Seguro? ¿Las que adoran ídolos también? ¿Y los satanistas? ¿Y las castas hinduistas? ¿Y los fanáticos mahometanos que asesinan cristianos también contribuyen al progreso moral y espiritual en Nigeria o en Pakistán?

Pero se ponga el Papa como se ponga, el indiferentismo religioso, el panteismo, el panenteísmo y el sincretismo están condenados por la Iglesia y ningún Papa tiene potestad para cambiar la doctrina. Y lo que siempre fue pecado, sigue siendo pecado hoy. Dios no quiere todas las religiones. La única religión verdadera es la católica y el único Redentor y Salvador es Jesucristo. No hay otro. No es Cristo uno más entre otros muchos.

El único ecumenismo posible en el que creemos es en la conversión de todos a Cristo:

«Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea será condenado». 

Ese es el multiculturalismo y el ecumenismo católicos. Nuestra obligación es predicar el Evangelio y bautizar. No se trata de obligar a nadie. Cada uno decide. Dios da la gracia suficiente a todos para que se salven. Pero no todos acogen la gracia de Dios ni quieren acogerla.

La libertad de pensamiento y de religión no son virtudes católicas, sino liberales; es decir, apóstatas y enemigas de Dios. El hombre es libre sólo para cumplir la voluntad de Dios (no para pecar), para darle gloria y alcanzar la salvación del alma. Pero nadie es libre para pensar contra Dios, para ser enemigo de Dios o para creer en errores, idolatrías y herejías.

Recapitulemos. Decíamos que los seres humanos, para estos asesinos de cuerpos y almas, somos una plaga que amenaza con destruir la «casa común» (el planeta Tierra, no se me pierdan) en una guerra mundial sin sentido. Obviamente es una guerra sin sentido porque, si destruimos nuestro planeta, nos destruimos a nosotros mismos: sería un suicidio absurdo…

Esta que acabo de exponer es la ideología «verde», también conocida como ideología «sandía» (verde por fuera y roja por dentro). Y como todo comunista que se precie, el enemigo es la propiedad privada y el fin, la dictadura, la tiranía (ya saben: China, Corea del Norte, Nicaragua, Venezuela…). Pero ahora lo que planean es algo más grande: una dictadura global que regulará lo que comemos, impedirá que viajemos a donde nos dé la gana, confiscará cuanto tenemos para que no tengamos nada y dependamos del Estado global. Ya no comeremos carne de vacuno, porque contamina mucho y provoca cáncer. Así que hay que subir los impuestos a la carne y obligarnos a comer insectos. Nos quieren poner cartillas de racionamiento y encerrarnos en nuestras casas y en nuestras ciudades (no viajar más de 15 minutos: un nuevo concepto urbanístico en el que la gente vivirá a poca distancia a pie o en bicicleta de todo lo que necesita). Quieren acabar con los coches, con las fábricas contaminante, con las centrales térmicas, con las nucleares, con los pantanos que impiden que los pececitos naden río arriba … Acabarán con los viajes en avión, con el turismo… Y lo peor de todo: quieren acabar con la mayor parte de la humanidad. Por eso financian el aborto y promueven la eutanasia, las parejas LGTBI, los anticonceptivos… Y necesitan una guerra nuclear o una pandemia o un conflicto con armas químicas o bacteriológicas para provocar una mortandad apocalíptica. Sobran siete mil quinientos millones de personas: deberíamos volver a ser sólo quinientos millones. ¿Y quién decide quién vive y quién muere? Supongo que la Madre Naturaleza, la selección natural o los designios de la oligarquía global, de la plutocracia mundialista.

Aquí pueden ver a la encantadora Jane Godall en el Foro Económico Mundial (Foro de Davos). Parece la abuelita de Piolín. Y tan buena, todo el día abrazando monos. Pues miren lo que dice la abuelita:

Pero no se lo vayan a creer… Esto es cosa de negacionistas conspiranoicos.

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31.08.23

El Reino de Satanás

Someterse a Dios significa rebelarse contra el mundo. Someterse al mundo significa rebelarse contra Dios.

Los santos se someten a Dios y obedecen su voluntad. He aquí el esclavo del Señor: hágase Tu Voluntad.

Los demonios se rebelan contra Dios y se niegan a obedecer a Dios: non serviam. Satanás se rige por la ley del deseo: «Seréis como Dios. Estaréis por encima del bien y del mal. Vuestra voluntad será ley. Seréis lo que queráis ser. Cada uno se creará a sí mismo, se hará a sí mismo a su gusto».

Satanás predica la soberbia: «tú decides lo que está bien y lo que está mal. No tienes que obedecer ni a Dios».

Convierte esas piedras en pan. Los pobres en el espíritu somos los que sabemos que nada podemos sin Dios. Es Él quien nos da nuestro pan de cada día. Es Él quien quita el pecado del mundo, quien acaba con el mal del mundo. No somos nosotros los que cambiamos en mundo a nuestro gusto. El pelagianismo cree que no necesitamos a Dios para ser santos y construir un mundo mejor, justo, en paz y fraternidad. Si no somos hermanos en Cristo, sólo podremos ser hermanos en el pecado. Si no somos hijos de la Verdad, sólo podremos ser siervos de la mentira, del padre de la mentira: de Satanás.

Todas las ideologías ofrecen falsos paraísos terrenales: «Todos estos reinos te daré, si me adoras». La falsa redención de las ideologías ofrece utopías mentirosas que nunca llegan. Las ideologías son falsas religiones que adoran al hombre. Si adoráis al demonio, tendréis poder. Pero ¿qué es adorar al Demonio?

Adorar al Demonio consiste en rendirle culto. «Podrás hacer lo que quieras, si cambias a Dios por Satanás». Traiciona a Dios, blasfema; sé sacrílego, ateo, apóstata. Rebélate contra tu Creador y créate a ti mismo como te dé la gana.

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