Malditos
Algunos lectores de mi blog, con la piel muy fina, se han escandalizado por el término “malditos” que empleé en el artículo anterior: “Con mi Madre no os metáis, malditos”.
Alguno o alguna me cuestionó si sabía el significado de la palabra. Obviamente lo sé.
Pero, por si quedaba alguna duda, dedicaré un artículo exclusivamente a tratar sobre el sentido del término “malditos”, que tanto ha molestado a más de uno.
Dice la Real Academia Española de la Lengua:
maldito, ta
Del part. irreg. de maldecir; lat. maledictus.
1. adj. Perverso, de mala intención y dañadas costumbres.
2. adj. Condenado y castigado por la justicia divina. U. t. c. s.
3. adj. De mala calidad, ruin, miserable. En esta maldita cama se acostó.
Alguien maldito es, por lo tanto, alguien perverso, dañino y con malas intenciones: ruin y miserable. Y ya yéndonos al ámbito religioso, podemos decir que alguien maldito es aquel condenado y castigado por la justicia divina. En este sentido, maldito vendría a ser sinónimo de “anatema”.
anatema
Del lat. tardío anathĕma, y este del gr. ἀνάθεμα anáthema ‘ofrenda votiva’, ‘objeto maldito’, ‘maldición, anatema’, infl. en su acentuación por el lat. tardío anathēma ‘ofrenda, don’, del gr. ἀνάθημα anáthēma.
1. m. excomunión (‖ acción de excomulgar). Era u. t. c. f.
2. m. Maldición, imprecación. Era u. t. c. f.
3. m. En el Antiguo Testamento, condena al exterminio de las personas o cosas afectadas por la maldición atribuida a Dios. Era u. t. c. f.
4. m. Persona o cosa anatematizada.
¿A quién maldice Dios? Veámoslo