Neos
Me preguntan sobre mi opinión al respecto del acto de presentación de la plataforma NEOS el pasado viernes, 26 de noviembre del presente año 2021. Este acto lo pueden ver en YouTube en este enlace: Presentación de Neos.
Aquí tienen mi opinión, por si a alguien le pudiera interesar:
La defensa a ultranza de la Constitución del 78 y del Estado de Derecho implica aceptar su lógica del interés general (que no es lo mismo que el bien común). El sistema liberal democrático implanta el Estado de Derecho; es decir, que todos debemos cumplir las leyes aprobadas en el parlamento, que es donde reside la soberanía nacional; o sea, el poder que viene del pueblo. Y fruto de ese sistema, son las leyes del aborto, de la eutanasia, del matrimonio homosexual y todas las demás leyes inicuas que hoy disfrutamos en España como grandes avances del progreso, valga la redundancia. El sistema tiene su lógica y sus consecuencias. No se pueden criticar los efectos del sistema y, a la vez, defender dicho sistema (que es la causa de esos efectos). La democracia está muy bien para elegir alcaldes o gobernantes. Pero si se recurre a la democracia – al argumento, o mejor, a la tiranía de la estadística – como última instancia de la moral, el resultado es el que tenemos. No se pueden poner tronos a las causas y cadalsos a las consecuencias.
Ser liberal y católico, tratar de conjugar ambos conceptos es imposible. El problema es que la democracia cristiana, que nació después de la Segunda Guerra Mundial, impulsada por Pablo VI, ha muerto hace tiempo, aunque algunos no se han enterado todavía. Ha demostrado su fracaso político e ideológico. Y ha muerto porque no se puede mezclar el liberalismo con la fe católica, con la verdadera filosofía perenne católica. Quitar a Dios de su centralidad tiene sus consecuencias. La democracia estaría muy bien si todos aceptáramos la Ley Eterna como fundamento; si aceptáramos la soberanía social de Cristo. Pero la libertad de la Revolución es la libertad de la rebelión del ángel caído, de Lucifer, contra Dios: “non serviam!“. Y cuando el hombre se aparta de Dios, lo que queda es oscuridad, pecado y muerte: en definitiva, el infierno.
Va a sonar mal pero creo que la Constitución y el Estado de Derecho son la verdadera raíz del problema. No es políticamente correcto pero me parece evidente que es la verdad.