«Extra Ecclesiam nulla salus»
Explica el cardenal Cantalamessa:
«Creemos que todos los que son salvos son salvos por los méritos de Cristo: «No hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos». Sin embargo, una cosa es afirmar la necesidad universal de Cristo para la salvación y otra cosa es afirmar la necesidad universal de la fe en Cristo para la salvación».
Y viene el Señor y dice:
«Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará; el que se niegue a creer será condenado.
«El Padre ama al Hijo y ha puesto en su mano todas las cosas. El que cree en el Hijo tiene la vida eterna; el que rehusa creer en el Hijo no verá la vida, sino que está sobre él la cólera de Dios».
«Cristo es el único Mediador y camino de salvación que se nos hace presente en su Cuerpo, en la Iglesia. Él, al inculcar con palabras bien explícitas la necesidad de la fe y el bautismo, confirmó al mismo tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que entran los hombres por el bautismo como por una puerta. Por eso, no podrían salvarse los que, sabiendo que Dios fundó, por medio de Jesucristo, la Iglesia Católica como necesaria para la salvación, sin embargo, no hubiesen querido entrar o perseverar en ella». (Vaticano II, Const. Dogm. Lumen Gentium n.14)
Esta afirmación no se refiere a los que, sin culpa suya, no conocen a Cristo y a su Iglesia.
Aunque Dios, por caminos conocidos solo por Él, puede llevar a la fe, sin la que es imposible agradarle, a los hombres que ignoran el Evangelio sin culpa propia, corresponde, sin embargo, a la Iglesia la necesidad y, al mismo tiempo, el derecho sagrado de evangelizar.
Por parte de Dios no quedará la salvación de ningún hombre, incluso entre los paganos e infieles. Pero es también indudable que fallará por parte de muchos de ellos, por la vida voluntariamente embrutecida y salvaje que llevan, sin ningún rastro de arrepentimiento o de conversión a Dios.
Los paganos no bautizados que ignoren inculpablemente el Evangelio de Cristo y su Iglesia pueden también conseguir la salvación eterna, si buscan a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia (porque la naturaleza caída del hombre no puede de ninguna manera salvarse por sí sola), en cumplir con obras su divina voluntad conocida mediante el juicio de la conciencia.
«No podrían salvarse aqellos hombres que, conociendo que la Iglesia Católica fue instituida por Dios a través de Jesucristo como necesaria, sin embargo, se negaran a entrar o a perseverar en ella».
Tengamos claro que:
1.- Dios quiere que todos los hombres se salven. Pero ha querido que el hombre coopere libremente a su salvación. No hay, hubo ni habrá hombre alguno por quien no haya padecido Cristo Jesús, Señor nuestro. Cristo murió por todos los hombres del mundo: no solo por los fieles.
2.- En virtud de esa voluntad salvífica universal, Dios prepara y ofrece a todos los hombres los auxilios necesarios y suficientes para salvarse. El hombre no justificado (pagano, infiel o por encontrarse en pecado mortal) carece de la gracia santificante pero puede recibir, si Dios se lo envía, el empuje sobrenatural de una gracia actual.
Así lo explica Santo Tomás de Aquino:
Del hecho de que todos los hombres tengan que creer explícitamente algunas cosas para salvarse, no se sigue inconveniente alguno si alguien ha vivido en las selvas o entre brutos animales. Porque pertenece a la Divina Providencia el proveer a cada uno de las cosas necesarias para la salvación, con tal de que no lo impida por su parte. Así, pues, si alguno de tal manera educado, llevado de la razón natural, se conduce de tal modo que practica el bien y huye del mal, hay que tener como cosa certísima que Dios le revelará, por una interna inspiración, las cosas que hay que creer necesariamente, o le enviará algún predicador de la fe, como envió a San Pedro a Cornelio.
Jesucristo es el única camino. Nadie puede ir al padre sino por Él (Jn. 14, 6), ya que no se nos ha dado otro nombre bajo el cielo por el cual podamos salvarnos.
Jesucristo es la Verdad: la verdad absoluta; sabiduría increada en cuanto Verbo.
Jesucristo es la Vida, es nuestra vida. Solo un Dios hecho hombre podía redimirnos del pecado de Adán. La encarnación del Verbo era absolutamente necesaria para la redención del género humano, que se obró en el sacrificio de la cruz.
Hay una fe necesaria que afecta a aquellas verdades cuya ignorancia, aun inculpable, impide en absoluta la salvación del alma. Al menos se requiere la fe en la existencia de Dios remunerador, que premia a los buenos y castiga a los malos.
Así que Cantalamessa tiene razón: el propio Santo Tomás no exige a los infieles una fe explícita, sino una fe implícita en la Divina Providencia: «credentes Deum esse liberatorem hominum secundum modos sibi placitos et secundum quod aliquibus veritatem cognoscentibus ipse revelasset».
Pero su eminencia el cardenal Cantalamessa señala también en su catequesis:
Vivimos en una sociedad pluralista, incluso religiosamente, en la cual ya no prima el axioma tradicional: «Fuera de la Iglesia no hay salvación»: Extra Ecclesiam nulla salus y desde hace algún tiempo existe un diálogo entre religiones, basado en el respeto mutuo y el reconocimiento de los valores presentes en cada una de ellas.
Esa afirmación debería ser explicada: ¿cómo que en la sociedad pluralista ya no prima el axioma tradicional que afirma que no hay salvación fuera de la Iglesia?
«Extra Ecclesiam nulla salus» no es un axioma: es un dogma. Veamos la diferencia.
Axioma: Proposición tan clara y evidente que se admite sin demostración.
Dogma:
1. m. Proposición tenida por cierta y como principio innegable.
2. m. Conjunto de creencias de carácter indiscutible y obligado para los seguidores de cualquier religión.
Un axioma es una verdad evidente que no necesita demostración. Y si esa verdad deja de ser evidente porque se demuestra su falsedad, deja de ser un axioma.
Pero un dogma es una verdad indiscutible, un principio innegable y obligado para todos los que profesamos la religión católica.
Por ejemplo, la Inmaculada Concepción de María, que celebraremos el 8 de diciembre. Es un dogma: no es discutible ni cuestionable. Forma parte del depósito de la fe que la Virgen Santísima fue concebida sin pecado original porque iba a ser la Madre de Dios.
Por ejemplo, la presencia real del Señor en el pan y el vino consagrados en la Santa Misa: la transubstanciación. Es un dogma que nadie puede cuestionar. Y quien cuestiona uno solo de los dogmas queda fuera de la Iglesia.
No hace falta ser un eminente teólogo como Su Eminencia. Basta con consulta la Wikipedia:
En la Iglesia católica, un dogma es una verdad absoluta, y absolutamente segura sobre la cual no se cierne ninguna duda. Una vez proclamado solemnemente, ningún dogma puede ser derogado o negado, ni por el Papa ni por decisión conciliar. Así que, ¿cómo es eso de en nuestra sociedad plural «ya no prima» el axioma tradicional de que no hay salvación fuera de la Iglesia?
Los dogmas constituyen la base inalterable de toda la Doctrina católica y cualquier católico está invitado a adherir, aceptar y creer en los dogmas de una manera irrevocable. El acceso a un Dogma es un acto volitivo, en consecuencia la relación con el dogma es un acto plenamente libre.
La frase latina Extra Ecclesiam nulla salus proviene de los escritos de san Cipriano de Cartago, obispo del siglo III. Es un dogma de la Iglesia católica, definido en la forma “es absolutamente necesario para la salvación de toda criatura humana que esté sujeta al Romano Pontífice” (bula Unam Sanctam del Papa Bonifacio VIII, año 1302).
Símbolo Atanasiano (siglo v):
“Quienquiera desee salvarse debe, ante todo, guardar la Fe Católica: quien no la observare íntegra e inviolada, sin duda perecerá eternamente.”
Afirmaciones de los Concilios y los Papas:
Papa Inocencio III (1198-1216):
“Con nuestros corazones creemos y con nuestros labios confesamos solo una Iglesia, no aquella de los herejes, sino la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, fuera de la cual creemos que no hay salvación “ (Denzinger 792).
Cuarto Concilio de Letrán (1215):
“Hay solo una Iglesia Universal de los fieles, fuera de la cual nadie está a salvo.”
Papa Bonifacio VIII, Bula Unam Sanctam (1302):
“Nosotros declaramos, decimos, definimos y pronunciamos que es absolutamente necesario para la salvación de toda criatura humana el estar sometida al Romano Pontífice.”
Eugenio IV. Concilio de Florencia. Bula Cantate Domino (1442):
La Iglesia cree firmemente, confiesa y anuncia que ninguno de los que están fuera de la Iglesia católica, no solo los paganos, sino también los judíos o los herejes y cismáticos, pueden alcanzar la vida eterna, sino que irán al fuego eterno, preparados para el el diablo y sus ángeles (Mt 25:41), si antes de la muerte no se han reunido con ella; la unidad del cuerpo de la iglesia que es tan importante, que solo para aquellos que perseveran en ella, los sacramentos de la iglesia procurarán la salvación, y los ayunos, otras obras de piedad y los ejercicios de la milicia cristiana obtendrán la recompensa eterna: nadie, por más limosnas y obras de caridad que hiciere, aun cuando derramare su sangre por el nombre de Cristo, puede salvarse, si no permaneciere en el seno y unidad de la Iglesia católica
Papa Pío X (1903-1914), Encíclica Jucunda Sane:
“Es nuestro deber el recordar a los grandes y pequeños, tal como el Santo Pontífice Gregorio hizo hace años atrás, la absoluta necesidad nuestra de recurrir a la Iglesia para efectuar nuestra salvación eterna.”
El Catecismo de San Pío X, nn. 170-172, expresó de este modo el dogma Extra Ecclesiam nulla salus:
170.- ¿Puede alguien salvarse fuera de la Iglesia Católica, Apostólica, Romana?
- No, señor; fuera de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, nadie puede salvarse, como nadie pudo salvarse del diluvio fuera del Arca de Noé, que era figura de esta Iglesia.
- Quién sin culpa, es decir, de buena fe, se hallase fuera de la Iglesia y hubiese recibido el bautismo o, a lo menos, tuviese el deseo implícito de recibirlo y buscase, además, sinceramente la verdad y cumpliese la voluntad de Dios lo mejor que pudiese, este tal, aunque separado del cuerpo de la Iglesia, estaría unido al alma de ella y, por consiguiente, en camino de salvación.
171.- ¿Cómo, pues, se salvaron los antiguos Patriarcas y Profetas y todos los otros justos del Antiguo Testamento?
- Todos los justos del Antiguo Testamento se salvaron en virtud de la fe que tenían en Cristo futuro, mediante la cual ya pertenecían espiritualmente a esta Iglesia.
172.- ¿Podría salvarse quien sin culpa se hallase fuera de la Iglesia?
Papa Benedicto XV (1914-1922), Encíclica Ad Beatissimi Apostolorum:
“Tal es la naturaleza de la fe Católica que no admite más o menos, sino que debe ser sostenida como un todo, o rechazarse como un todo: Esta es la fe Católica, que a menos que un hombre crea con fe y firmemente, el no podrá ser salvado.”
Papa Pío XI (1922-1939), Encíclica Mortalium Animos:
“Por si sola la Iglesia Católica mantiene la adoración verdadera. Esta es la fuente de verdad, esta es la casa de la fe, esta es el templo de Dios; Si cualquier hombre entra no aquí, o si cualquier hombre se aleja de ella, el será un extraño a la vida de fe y salvación. … Es más, en esta única Iglesia de Cristo, no puede haber o permanecer un hombre que no acepta, reconozca y obedezca la autoridad y la supremacía de Pedro y la de sus sucesores legítimos.”
Papa Pío XII (1939-1958), Discurso a la Universidad Gregoriana (17 de octubre 1953):
“Por mandato divino la interprete y la guardiana de las Escrituras, y la depositaria de la Sagrada Tradición que vive en ella, la Iglesia por si sola es la entrada a la salvación: Ella sola, por sí misma, y bajo la protección y la guía del Espíritu Santo, es la fuente de la verdad.”
Concilio Vaticano Segundo, Constitución Dogmática Lumen gentium:
14. El sagrado Concilio pone ante todo su atención en los fieles católicos y enseña, fundado en la Escritura y en la Tradición, que esta Iglesia peregrina es necesaria para la Salvación. Pues solamente Cristo es el Mediador y el camino de la salvación, presente a nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia, y El, inculcando con palabras concretas la necesidad de la fe y del bautismo (cf. Mc., 16,16; Jn., 3,5), confirmó a un tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que los hombres entran por el bautismo como puerta obligada. Por lo cual no podrían salvarse quienes, sabiendo que la Iglesia católica fue instituida por Jesucristo como necesaria, rehusaran entrar o no quisieran permanecer en ella.
Un axioma que en un tiempo se tuvo por verdad tan clara y evidente que no admite discusión, puede llegar a cuestionarse y a modificarse. Por ejemplo, que la tierra es plana fue un axioma durante siglos. Pero la ciencia demostró que la tierra era más o menos esférica. Y lo que fue axioma, dejó de serlo por demostración científica. Y hoy nadie en su sano juicio discute que la tierra es un planeta esférico (vale, sí: hay terraplanistas).
Pero un dogma no se puede cuestionar. Se puede profundizar en él, pero sin cambiarle el sentido que siempre tuvo y que tiene. Se puede profundizar en los dogmas, pero. no se pueden cambiar ni derogar. No se pueden suprimir. Por eso Su Eminencia, que es muy listo y muy sabio, se refirió al dogma, no como tal, sino como axioma. Pero «extra ecclesia nulla salus» no es un axioma: es un dogma. Y a los dogmas les importa un bledo que vivamos en una sociedad pluralista, multicultural, inclusiva, resiliente y sostenible. Los dogma no cambian. Y quien pretenda quitar o modificar el sentido de un dogma tiene un nombre: adivinene cuál.
La afirmación del cardenal parece ir en la misma línea que el Papa Francisco, cuando afirmó que «el pluralismo y las diversidades de religión, de color, de sexo, de raza y de lengua forman parte de aquel sabio designio divino con que Dios creó a los seres humanos».
Pero tengamos en cuenta que el Syllabus de Pío IX condena los siguientes errores:
XV. Todo hombre es libre para abrazar y profesar la religión que guiado de la luz de la razón juzgare por verdadera.
(Letras Apostólicas Multiplices inter, 10 junio 1851)
(Alocución Maxima quidem, 9 junio 1862)
XVI. En el culto de cualquiera religión pueden los hombres hallar el camino de la salud eterna y conseguir la eterna salvación.
(Encíclica Qui pluribus, 9 noviembre 1846)
(Alocución Ubi primum, 17 diciembre 1847)
Encíclica Singulari quidem, 17 Marzo 1856)
XVII. Es bien por lo menos esperar la eterna salvación de todos aquellos que no están en la verdadera Iglesia de Cristo.
(Alocución Singulari quadam, 9 diciembre 1854)
(Encíclica Quanto conficiamur 17 agosto 1863)
XVIII. El protestantismo no es más que una forma diversa de la misma verdadera Religión cristiana, en la cual, lo mismo que en la Iglesia, es posible agradar a Dios.
(Encíclica Noscitis et Nobiscum 8 diciembre 1849)
No estaría de más que Su Eminencia Reverendísima repasara la Encíclica de San Pío X Pascendi, contra los errores de los modernistas. En esa encíclica se pueden leer cosas como estas:
10. Ya hemos llegado en la doctrina modernista a uno de los puntos principales, al origen y naturaleza del dogma. Este, según ellos, tiene su origen en aquellas primitivas fórmulas simples que son necesarias en cierto modo a la fe, porque la revelación, para existir, supone en la conciencia alguna noticia manifiesta de Dios. Mas parecen afirmar que el dogma mismo está contenido propiamente en las fórmulas secundarias.
Para entender su naturaleza es preciso, ante todo, inquirir qué relación existe entre las fórmulas religiosas y el sentimiento religioso del ánimo. No será difícil descubrirlo si se tiene en cuenta que el fin de tales fórmulas no es otro que proporcionar al creyente el modo de darse razón de su fe. Por lo tanto, son intermedias entre el creyente y su fe: con relación a la fe, son signos inadecuados de su objeto, vulgarmente llamados símbolos; con relación al creyente, son meros instrumentos. Mas no se sigue en modo alguno que pueda deducirse que encierren una verdad absoluta; pues, como símbolos, son imágenes de la verdad, y, por lo tanto, han de acomodarse al sentimiento religioso, en cuanto éste se refiere al hombre; como instrumentos, son vehículos de la verdad y, en consecuencia, tendrán que acomodarse, a su vez, al hombre en cuanto se relaciona con el sentimiento religioso. Mas el objeto del sentimiento religioso, por hallarse contenido en lo absoluto, tiene infinitos aspectos, que pueden aparecer sucesivamente, ora uno, ora otro. A su vez, el hombre, al creer, puede estar en condiciones que pueden ser muy diversas. Por lo tanto, las fórmulas que llamamos dogma se hallarán expuestas a las mismas vicisitudes, y, por consiguiente, sujetas a mutación.Así queda expedito el camino hacia la evolución íntima del dogma.
¡Cúmulo, en verdad, infinito de sofismas, con que se resquebraja y se destruye toda la religión!
11. No sólo puede desenvolverse y cambiar el dogma, sino que debe; tal es la tesis fundamental de los modernistas, que, por otra parte, fluye de sus principios.
27. Así, pues, venerables hermanos, según la doctrina y maquinaciones de los modernistas, nada hay estable, nada inmutable en la Iglesia. En la cual sentencia les precedieron aquellos de quienes nuestro predecesor Pío IX ya escribía: «Esos enemigos de la revelación divina, prodigando estupendas alabanzas al progreso humano, quieren, con temeraria y sacrílega osadía, introducirlo en la religión católica, como si la religión fuese obra de los hombres y no de Dios, o algún invento filosófico que con trazas humanas pueda perfeccionarse».
Cuanto a la revelación, sobre todo, y a los dogmas, nada se halla de nuevo en la doctrina de los modernistas, pues es la misma reprobada ya en el Syllabus, de Pío IX, y enunciada así: «La revelación divina es imperfecta, y por lo mismo sujeta a progreso continuo e indefinido que corresponda al progreso de la razón humana», y con más solemnidad en el concilio Vaticano, por estas palabras: «Ni, pues, la doctrina de la fe que Dios ha revelado se propuso como un invento filosófico para que la perfeccionasen los ingenios humanos, sino como un depósito divino se entregó a la Esposa de Cristo, a fin de que la custodiara fielmente e infaliblemente la declarase. De aquí que se han de retener también los dogmas sagrados en el sentido perpetuo que una vez declaró la Santa Madre Iglesia, ni jamás hay que apartarse de él con color y nombre de más alta inteligencia».
Escrib Royo Marín en su libro La Fe de la Iglesia (pág.379):
Si alguno acepta y cree todos los dogma de la fe católica excepto uno solo (por ejemplo, que no hay salvación fuera de la Iglesia), perdería automática y totalmente la fe en toda su extensión. O sea, no tendría verdadera fe divina ni siquiera con relación a los demás dogmas que él dice creer y aceptar; sencillamente, porque le falta nada menos que la única razón o motivo formal de la fe, que es la autoridad de Dios revelante. […] No hay forma de eludir el dilema inexorable: o se acepta íntegramene la fe católica por la autoridad de Dios revelante, o se destruye totalmente al rechazar un solo dogma por el propio criterio o razón puramente natural.
Dice Santo Tomás de Aquino: «el hereje que rechaza un artículo de fe no tiene el hábito ni de fe formada ni de fe informe.[…] Y es evidente que quien presta su adhesión a la Doctrina de la Iglesia, como regla infalible, asiente a todo cuanto ella enseña. De lo contrario, si de las cosas que sostiene la Iglesia admite unas y rechaza otras según su antojo, es claro que no da su adhesión a la doctrina de la Iglesia como regla infalible, sino a su propia voluntad. El hereje que niega un solo artículo de fe de los otros, sino tan solo opinión según su propia voluntad».
Así pues, como nunca hay que apartarse del dogma, yo afirmo con todos los santos que fuera de la Santa Madre Iglesia no hay salvación. La única religión verdadera es la Católica. No hay más Dios que la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo; tres personas distintas y un solo Dios verdadero. La verdad es la verdad. Y no muta ni cambia ni evoluciona para adaptarse a la sociedad pluralista, inclusiva, resiliente y ecológicamente sostenible del siglo XXI.
Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.
Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Gálatas 1:8-10
45 comentarios
Seguimos con la misma: las interpretaciones son tan variadas que a este paso lo que se está pidiendo a los católicos es que interpreten todos los mismo en declaraciones deliberadamente ambiguas y cuando se utiliza la ambigüedad jamás va a dar paso a una única interpretación porque el objetivo de ésta es, precisamente, que cada cual interprete lo que quiera.
Hablar luego de unidad es pedir que se esté atento a la interpretación mayoritaria para cambiar la propia por muy sustentada que esté en la Doctrina, el Dogma y la Tradición. Una interpretación mayoritaria no garantiza ser la mejor, pero es "democrática", algo así como, si en algún tiempo los arrianos llegaron a tener un mayor número de seguidores, es que Arrio tenía razón y condenarlo en un Concilio fue una muestra de totalitarismo.
Si la interpretación mayoritaria fuera que la Pachamama no es un ídolo sino algo meramente festivote y sin ninguna importancia ¿estoy obligada a cambiar la horrenda visión de ver un ídolo en la Casa del Señor por mor de la unidad? ¿Y que importancia tiene la unidad en una iglesia abierta a todo el mundo y sujeta con alfileres?
La Fe, Esperanza y Caridad no se puede pedir a nadie fuera, al menos, de las iglesias cristianas que aceptan estas virtudes, porque de lo que Cantalamessa habla es de "diálogo entre las religiones" y el tal diálogo, que ya no es ni siquiera interconfesional sino abierto a todas, hace que las Virtudes por las que empezó se conviertan en agua de borrajas porque no pueden ser base de diálogo con otras que ni saben lo que es la palabra virtud ni piensan que tenga importancia alguna.
La Fe es fe en Jesucristo; la Esperanza es esperanza en sus promesas y la Caridad es el Amor que Él nos enseñó. ¿Empezamos por ahí el diálogo con un judío o un musulmán? Imposible. Entonces ¿de qué está hablando?
Estamos ante una IGLESIA ; qué después de dar a Luz ; ha huido al desierto , lejos de la persecución religiosa que el Diablo ha lanzado sobre Ella para arrastrarla ; vomitando de sus fauces como un río impetuoso !!! ( La corriente modernista ). Y estamos ante un tiempo de prueba para el Remanente Fiel de la Iglesia : " los qué guardan los mandamientos de Dios ,y mantienen el testimonio de Jesucristo ".....
Y estamos también ante una " Iglesia " apóstata qué ha hecho un pacto de no agresión con el Diablo . Es el tiempo de ésta " Iglesia " , y por supuesto : de La Gran Apostasía " !!!!
En éste contexto hemos de interpretar la existencia de dos Papas , actualmente en la Iglesia Católica...... Ésto es para sabios y entendidos ,y para aquellos a quienes por bondad inmerecida han recibido la revelación de los misterios de Dios ,y de las señales de los tiempos actuales !!!
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Pedro L. Llera
Los catecismos los tiene en Internet:
Catecismo de San Pío X
Catecismo Romano
Catecismo de San Juan Pablo II
Catecismo del P. Astete
Luego están los libros de Royo Marín: es doctrina segura.
Teología de la Salvación Cristiana.
La fe de la Iglesia: muy recomendable para catequistas. Es breve, conciso y completo.
Teología de la Perfección Cristiana.
Me parece que a ese no le falta una s, puede parecer una negación, lo que es una afirmación.
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Pedro L. Llera
Efectivamente, había una errata donde usted indica. Corregido. Gracias.
Los males que nos aquejan son gracias a esta gente, quieren volver a una misa donde se dieron las 2 guerras mundiales, surgimiento del comunismo, fascismo, masonería, surgimiento de iglesias protestantes como nunca antes y tantos males ....
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Pedro L. Llera
Me temo que está usted un poco despistado...
El que se resista a creer será condenado.
2. Esta es la gravedad del predicado y el pecado mortal del predicador en "Adviento." O es pura estupidez o es perversión, porque ya no prima el axioma tradicional, no es Cristo el Centro, Substrato o Quilla de la fe católica verdadera de la única y santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana: Fuera de la Iglesia no hay salvación (Extra Ecclesiam nulla salus).
3. Dice Cantalamessa, rehusando el mandato divino de evangelizar el mundo y rechazando la Santa Fe Apostólica: "En la Iglesia Católica, el punto de partida fue la declaración «Nostra aetate» del Concilio Vaticano II, pero una orientación similar es compartida por todas las Iglesias cristianas históricas. Con este reconocimiento, se ha afirmado la convicción de que incluso las personas fuera de la Iglesia pueden salvarse.".
4. Pues, a reducir la Palabra, el Evangelio, al terreno privado solo dentro de la Iglesia Católica, que el terreno público es plural con validez del error del pecado original y el resto terreno privado para las otras religiones que debe ser respetado en su error virginal. El problema es que sigue siendo válida la regla evangélica: el que no tenga fe y no esté bautizado (agua, deseo o sangre) no se salvará. Hay que verlo prefigurado en el Arca de Noé.
5. En el Protestantismo general, puede ser válido el Bautismo, si tiene la intención de la Iglesia Católica, como nacimiento espiritual, como don que da el ser de gracia y el carácter de cristiano. 6. El Sacramento del Bautismo quita el pecado original y los posibles pecados personales, y da las virtudes y auxilios necesarios para la salvación eterna.
7. El hereje no coopera agradando a Dios, porque no se corresponde su vida con la fe católica. Por ej., en el anglicanismo, y creo que todas las ramas protestantes, ve bien el casarse y divorciarse las veces que haga falta ¿verdad? Esto es contrario a Cristo. Pues, quien recibida la Gracia bautismal, si peca después mortalmente, pierde la gracia, pero no el carácter; de modo que aunque se haga hereje (sin Sacramento Confesión y Penitencia) y se condene, eternamente será cristiano para mayor confusión y tormento. San Agustín lo describe así: "Fuera de la Iglesia él puede tenerlo todo menos la salvación: puede tener el honor del episcopado, puede tener los sacramentos, puede cantar el `aleluya´, puede responder `amén´, puede tener el Evangelio, puede tener y predicar la fe en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; pero nunca podrá encontrar la salvación sino en la Iglesia Católica." Sermo ad Caesariensis ecclesiae plebem 6 (habla de un obispo donatista, válido también para los ortodoxos). Ahora bien, para el Judaismo hay un rechazo explícito de Jesús como Persona divina y Mesías, al igual que en el Islam. Uno porque espera al Mesías y el otro porque lo ve como un profeta hombre. Los paganos infieles tienen por dioses demonios al igual que los ateos en las ideologías del mal, pues por el pecado original es alta la perdición de su alma. Por tanto, en cada pueblo/nación hay corazones que esperan y desean conocer al Dios único y verdadero. Pero, si nadie les habla de Dios y Su Cristo, lo más probables es que muchos se pierdan y Dios se ha hecho carne para recuperar lo que estaba perdido, no para respetar su perdición.
Lo único positivo que ha manifestado Cantalamessa es que la Iglesia de ahora "ya no" piensa como antes.
La enésima bofetada a la hermenéutica de la continuidad, desmentida por los propios artífices de la neofe oficialista, y que ya queda como reliquia para el remanente de ciegos y obcecados.
“Tal ha sido constantemente la costumbre de la Iglesia, apoyada por el juicio unánime de los Santos Padres, que siempre han mirado como excluido de la comunión católica y fuera de la Iglesia a cualquiera que se separe en lo más mínimo de la doctrina enseñada por el magisterio auténtico.”
León XIII, encíclica de 1896, Satis Cognitum.
Llevo unos años en que mis lecturas en este ámbito, se limitan a los Padres (pero hasta finales del siglo V), los místicos españoles, encíclicas de León XIII y algunas más (Pascendi, entre ellas. Las tres de Benedicto XVI), Astete/Ripalda y Royo Marín (toda su obra, pero "el gran desconocido" es formidable).
Empecé a cansarme de tanta heterodoxia (consentida y, a veces, promovida por las altas instancias) hasta decir "basta".
Hubo un tiempo en que no lo esperaba, pero el ahora Card. Cantalamessa lleva una temporada muy rara.
A mi modo de ver, gran parte de la teología que se expone, sólo conduce a la confusión y a la mentira. Tanta sofisticación absurda, ha minado la fe a muchos pequeños.
De manera indirecta, me recuerda peligrosamente a lo que nuestro Señor Jesucristo reprochaba a los doctores de la Ley: "¡Ay de vosotros, maestros de la ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia: vosotros no habéis entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido!".
Gracias por su artículo, Don Pedro.
El Señor le bendiga y proteja.
Oremos
Que nos guste o no, ya es otra cosa. A mí me gustaba más Benedicto XVI, aunque sigo pensando que Juan Pablo II, fue el Papa ideal.
Como ven, "para gustos están los colores", pero, LA FE NO ES COSA DE GUSTOS.
"Si ha habido quienes se hayan salvado sin recibir ninguna revelación, no lo han sido sin la fe en el Mediador. Pues aunque no tuvieran fe explícita, la tuvieron implícita en la divina providencia, creyendo que Dios es liberador de los hombres según su beneplácito y conforme El mismo lo hubiere revelado a algunos conocedores de la verdad, a tenor de las palabras de Job: Nos instruye más que a las bestias de la tierra (Job 35,11)."
Y en ese sentido hay que entender a Heb. 11, 6:
"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que existe, y que es remunerador de los que le buscan."
En cuanto a eso de que el dogma "Fuera de la Iglesia no hay salvación", hoy "no prima", precisamente, eso es lo que "no prima".
Saludos cordiales.
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Pedro L. Llera
Gracias, Néstor. Tú sabes infinitamente más que yo. Te agradezco mucho el comentario.
Fuera de él no existe ningún si a Cristo.
P. Leonardo Castellani SJ .Argentina 1899 – 1981.
"La encarnación del Verbo era absolutamente necesaria para la redención del género humano, que se obró en el sacrificio de la cruz".
En realidad, como enseña santo Tomás, la Encarnación no era "absolutamente necesaria" para la reparación del género humano (S. Th., III, q. 1, a. 2), "pues Dios, por su virtud omnipotente, podía reparar la naturaleza humana de muchas otras maneras" (c.).
¡Cuánto 'prima' en el discurso eclesiástico actual este tipo de retórica ambigua y servil que parece otorgarle la autoridad definitiva de la verdad de cualquier axioma (e incluso dogmas de fe) a la opinión voluble de los hombres y a la frívola presunción de los tiempos!
Claro que, si se engloba con esa frase a todos los católicos que piensan diferente unos de otros, entonces sí: los católicos formamos una sociedad pluralista. Es aquí donde se yerra, si se pretende que esa situación es la deseable, y que, de esa manera, aquí caben todos, se piense lo que se piense de los Dogmas Católicos.
2. Pues, es herejía del dogma cualquier doctrina que afirme que la gracia de Dios no es para todo el género humano y sólo para la Iglesia Católica. Dios otorga Su Gracia también fuera de la Iglesia. La herejía está en el extremo de la Gracia sólo dentro de la Iglesia Católica.
3. El otro extremo opuesto es decir que todas las religiones son verdaderas por razón de la doctrina de la experiencia, ligada a la del simbolismo.
4. El punto 2 y 3: En 1949, una carta del Santo Oficio al Arzobispo Cushing hace referencia a la encíclica de Pío XII: El Papa censura a aquellos que excluyen de la salvación eterna a todos los hombres que se adhieren a la Iglesia sólo con un deseo implícito; también censura a aquellos que falsamente mantienen que los hombres pueden salvarse igualmente en todas las religiones."
h ttp s://www.corazones.org/jesus/salvacion/salvacion_iglesia_fuera.htm
Cuando hablamos de salvaciones y condenaciones, estamos entrando en el espacio de Dios, que es el que escruta y conoce de verdad los corazones. EL Y SOLO EL. Porque a fin de cuentas ¿que sabemos nosotros de nadie? ¿por qué ha llegado a la fe o no? ¿porqué unos creen y otros no? ¿que lleva el prójimo de verdad en su corazón? ¿que influencias o intereses o motivaciones tiene? Si muchas veces ni siquiera nos conocemos bien ni a nosotros mismos.
No hagamos de Dios, que no lo somos.
Yo estudié toda mi vida en colegio religioso. Al acabar el COU, solo unos poquitos nos integramos en parroquias, movimientos, etc, la mayoría pasó de la Iglesia (teníamos 17 años), quizá después volvieron, no lo sé.
Pero decir que se condenaron ¡yo que sé¡ Repito, estas cosas, solo Dios las sabe. Lo demás es especular, comernos el coco malamente, y con frecuencia, creo, que proyectar nuestra visión del prójimo (errónea), juzgándolo.
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Pedro L. Llera
Vamos a ver, Roberto, ¿quién hace de Dios aquí? ¿Quién condena a nadie? ¿Quién está juzgando si el prójimo se salva o se condena?
Lo que aquí se dilucida es si usted acepta la fe de la Iglesia, acogiendo y creyendo sus dogmas o no. Si usted pretende tener una fe a la carta (esto sí lo creo, aquello no) o tiene la fe de la Iglesia. Quien no acepta uno solo de los dogmas, queda fuera de la Iglesia. Y entre los dogmas, Extra ecclesiam nulla salus. No es una verdad cuestionable ni discutible: es un dogma, una verdad revelada que los creyentes debemos afirmar para estar en comunión con el Cuerpo Místico de Cristo. Y si no está usted en comunión, está fuera de la comunión; es decir, excomulgado.
Que alegria me da este párrafo de S. Tomas.
Si sabemos que hay muchos que se condenarán sin saberlo, tenemos mucha responsabilidad los que hemos tenido la providencia de conocer a Jesucristo, de rezar para que se cumpla la voluntad de Dios: "Dios quiere que todos los hombres se salven".
Como también sabemos que: "«No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo", debemos: "velad y orar para que no entreis en tentación", sabiendo que: «Dios ha escogido lo necio del mundo para confundir a los sabios; lo débil del mundo para confundir lo fuerte; lo plebeyo y lo despreciable y lo que no es, para reducir a la nada lo que es» y teniendo este conocimiento solo debemos: “Pero lejos esté de mí el gloriarme, sino es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo”. Y :
"ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa "
Es necesario entrar en Su Corazón Inmaculado para entrar en el Abismo de Cristo, comprenderlo y predicarlo.
El dogma no es nuestra visión de las cosas, no es mera opinión. Es la verdad revelada.
Y, por supuesto, no entramos en casos concretos.
En un cierto conocimiento, si desprecian a la esposa, desprecian o desairan al cónyuge, y es el mismo Jesucristo.
Así que si la Iglesia invita a adorar a Dios en la Misa y formando parte del.Cuerpo Místico, despreciar ese llamado es renegar de Dios mismo.
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Pedro L. Llera
Católicos y luteranos creemos en el mismo Dios. Pero los protestantes son herejes que niegan los dogmas de la Iglesia Católica.
Para nada niego ningún dogma. No niego la realidad de cielo, infierno y purgatorio.
Otra cosa es especular quien va ahí y o deja de ir. ¿Que ha habido santos que en revelaciones privadas han percibido quien se salvaba o no?......pues ahí no me meto.
La Tradición Apostólica no existe,y cada "pastor " tiene libertad para interpretar la Biblia cómo bien le parezca e imponer los " dogmas" de fe qué crea oportunos. No hay dos " pastores" qué interpreten la Biblia de la misma manera ; ni hay dos fieles qué piensen lo mismo de cualquier versículo de la Biblia ; porque a cada uno en particular; ,un mismo versículo puede interpretarlo de una manera distinta.
Al final ; siempre se impone la opinión del pastor qué siempre se sube al púlpito para predicar e interpretar. .....
Las Sagradas Escrituras ; sólo se pueden interpretar a la Luz de la Tradición Apostólica y del Único Magisterio de la Iglesia. Mi opinión,o la revelación de Dios qué cada fiel católico pueda tener ,o pueda haber recibido de parte Dios ; en principio no tiene ningún valor ; siempre debe ser discernido por el Magisterio De los Obispos de la Santa Madre Iglesia . Ésta es la verdadera diferencia entre un católico y un protestante .
Se puede decir que los protestantes creen en el mismo Dios de forma corrupta.
Dios es Uno y Trino y la Iglesia también es Una, Santa, Católica y Apostólica.
En la práctica ; cada " pastor " protestante ,es Dios Todopoderoso : Padre , Hijo ,y Espíritu Santo ; porque tiene potestad para interpretar la Biblia y para imponer los " dogmas que crea convenientes en cada " congregación " o grupo.Cada " fiel " ; tiene la obligación de obedecer al " pastor " ; cómo si del mismo Dios se tratara...
La Tradición Apostólica ,Las Sagradas Escrituras ,y el Magisterio de de la Iglesia ; solamente es Patrimonio de la Iglesia Primitiva; qué es la Iglesia Católica. La opinión de un obispo en particular, de un cardenal,o del Mismo Santo Padre el Papa ; siempre debe estar ajustada a la Tradición y a las Sagradas Escrituras. El Magisterio Apostólico en su Conjunto ; siempre debe ser el Juez de cada opinión , o revelación ,que cada miembro de la Iglesia ,pueda haber recibido de parte de Dios.
La Santísima Trinidad es Dios Todopoderoso. Y son Tres Personas de la Misma Naturaleza Divina. La Tradición Apostólica,las Sagradas Escrituras ,y el Magisterio de la Iglesia ; deben ser el reflejo de la Santísima Trinidad en la Tierra y en la Iglesia.
El Dogma de la Santísima Trinidad ; puede ser compartido por católicos y protestantes ; pero la Única manera de interpretar correctamente éste Dogma ; es el Dogma Católico; porque la Tradición ,las Sagradas Escrituras ,y el Magisterio de la Iglesia ; solamente pertenecen a la Única Iglesia Primitiva fundada por Jesucristo ,y transmitida hasta nosotros por la Sucesión de los Doce Apóstoles escogidos por el Mismo Mesías e Hijo de Dios.
Hay que afirmar con la Fe ,y con la autoridad que nos ha transmitido la Tradición de los Padres de la Iglesia :" fuera de la Iglesia ; no hay salvación " !!!
2. Lanzo una pregunta para entender que la Gracia de Dios afecta a todo el género humano (los evangélicos sólo aceptan la Gracia desde el tiempo histórico de la Cruz). Bien, como católicos debemos dar razones de nuestra esperanza. Pero, si un ateo nos dice: "a mi no me ha dado la fe Dios, de qué se queja usted si a mi no me la ha dado."
Podemos imaginar a un hambriento,seguir pasando hambre por no pedir al panadero una barra de pan , totalmente gratis !!!
Dice el Salmo : " viejo soy ,y joven fui . Nunca he visto al justo desamparado ,ni a su descendencia mendigando el pan " . Si todo el mundo se esforzará por ser " justo " ante Dios , pidiera a Dios el Espíritu, Santo y el don de la fe Verdadera ; no habría ni una sola persona con hambre en el mundo . Es una Promesa de Dios: El Reino de Dios !!!
En el mundo hay una inmensa mayoría de personas ateas e injustas ; qué rechazan la Fe y el Espíritu Santo de Dios . En la mayoría de los casos ,influenciados por sus mismos mandatarios y por sus medios de comunicación. Pero también hay una responsabilidad personal , cuándo los mismos ciudadanos los apoyan con su voto y participación .
El qué es ateo ; es porque le da la real gana ; no valen las excusas delante de Dios !!!
Eso es lo que debería preocuparle a Cantalamessa y a tan importante y distinguido auditorio. Es la realidad de la Fe y la certeza de la Doctrina la que debe proclamarse DENTRO de la Iglesia y desde allí hacia afuera.
Lo demás, con todo respeto, dejémoselo a Dios, no tenemos nada que hacer ahí, lo que tenemos que hacer es aquí y ahora, lo estamos haciendo o no, habrá Fe cuando vuelva ?.
No está en nosotros el poder de detener la confusión ni la apostasía. Sólo a María, Dios le ha confiado la altísima y decisiva responsabilidad de pisar la cabeza de satanás.
Podemos y debemos, sin perjuicio de nuestras discusiones, conservar la Esperanza en que la Madre de la Sabiduría resolverá del mejor modo la actual crisis de la Iglesia y la de la humanidad, muy vinculadas la una con la otra.
Debemos además, estar preparados y en constante oración ante la gran tribulación que nos ha de azotar para purificarnos del “hombre viejo del pecado”, y prepararnos así para que se manifieste en nosotros “nuestro hombre nuevo”.
No depende de nosotros, sino de la Luz de la Gloria de Cristo que irradia María por medio de su Aurora, en la Iglesia, en la humanidad y en el universo.
Nuestros conocimientos, nuestra experiencia son útiles, en la medida, sine qua non, que los ofrezcamos a María a fin de que Ella los potencie y haga eficaces como medios para la evangelización y conversión.
De lo que no podemos prescindir, es de la sabiduría que Ella nos participa, ignorada en siglos anteriores, sobre su eminente Misión, sobre la naturaleza escatológica de los tiempos que vivimos, del derrumbe ya iniciado de la modernidad o Babilonia, con todas las duras consecuencias dolorosas y humillantes que comporta el que sea abatido nuestro mundo, que creemos tan seguro y victorioso.
El escandaloso fracaso de la Iglesia y de la cristiandad frente al mal, debe ser públicamente confesado con vergüenza y dolor. Denunciar, acusar y renunciar a nuestras jactancias de supuestos jueces probos e idóneos.
Para ser consecuentes, debemos proclamar el silenciado triunfo del Corazón Inmaculado de María en el mundo y la Misión extraordinaria de La Mujer Vestida de Sol que lleva adelante por mandato de Su Hijo.
2. hornero (Argentina), revelado está por la Palabra de Dios la confusión y apostasía (Ap 12).
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Pedro L. Llera
La fe es una virtud teologal infundida por Dios en el entendimiento, por la cual asentimos firmemente a las verdades divinamente reveladas por la autoridad o testimonio del mismo Dios que revela.
La fe es incompatible con la visión intelectual o sensible. De suyo es de non visis. Por eso en el cielo desaparecerá la fe, al ser sustituida por la visión cara a cara.
La fe es un gran don de Dios y, por tanto, el que carece de ella o la ha perdido por su culpa, no tiene a su alcance otro procedimiento para adquirirla o recuperarla que la oración humilde, confiada y perseverante.
La única razón por la que aceptamos las verdades reveladas por Dios es la autoridad misma de Dios, que no puede engañarse ni engañarnos.
El mundo me ha envuelto en sus nieblas confortables; suponiéndolas consistentes, me abruma el temor de perderlas. Qué sucederá cuando carezca de muchos falsos recursos de los que hoy dispongo, lo ignoro, pero espero que la gracia me haga comprender la necesidad de que esa tribulación purifique mi visión raquítica de la realidad.
Inmerso como tantos en el consumismo tecnológico, dependo de muchas cosas que en algún momento pueden faltar. Sé que tales carencias pueden llegar a ser trágicas para muchos, lo que empeorará nuestras aflicciones.
Por eso, procuro no olvidar lo incierto que nos aguarda. Mientras intento ver más allá de lo inmediato, comprendo la validez de lo dicho por Sócrates en torno a la nada de su saber. Es nada lo que los milenios han acumulado de patrimonio cultural; filosofía, teología, ciencias, arte, y demás obras del talento humano. Es bueno saberlo, porque nos permite orientar nuestros pasos hacia horizontes inexplorados de un universo en desarrollo cuya realidad se abre hacia el abismo de su inteligibilidad sacra e inefable.
El tiempo de crisálida del “hombre viejo” llega a su fin entre clamores, quebrantos y esperanzas. Se manifiesta el “hombre nuevo” nacido en Cristo por el Bautismo y dado a Luz desde el Corazón Inmaculado de María por obra del Espíritu Santo.
" pedid y se os dará ; buscad y hallaréis ; porque el qué busca halla ,y al que llama se le abre ".
" Padre nuestro qué estás en el cielo , santificado sea tu nombre ,venga a nosotros tu reino ,hágase tu voluntad ,así en la tierra cómo en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día"
" Venga a nosotros tu reino "
" Danos hoy nuestro pan de cada día "
" Pedid y se os dará "
" buscad y hallaréis "
Dios no impone la fé a nadie ; porque quiere que seamos nosotros quiénes se la pidamos .
La Fe es un Don gratuito de Dios ; pero no una imposición . Dios no puede dar la Fe a quién no quiere tener Fe.
Cuando los ciegos le pedían a Jesús qué los curase , Jesucristo les respondió : " creéis qué puedo hacerlo ?. .... Pues que se haga confirme a vuestra fé...
Dios quiere que seamos nosotros quiénes solicitemos su ayuda ,y que le pidamos :
" Señor aumentamos la fé "....
No me estoy inventando nada ; lo dice el Evangelio.Y le ruego por favor ,que no incite a que los demás hagan ,lo que usted no se atrevería a hacer nunca : blasfemar contra Dios Nuestro Señor.!!!.
Un cordial saludo !!!
La fe es una virtud teologal infundida por Dios en el entendimiento, por la cual asentimos firmemente a las verdades divinamente reveladas por la autoridad o testimonio del mismo Dios que revela.
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1. Entonces, un bebé bautizado ¿tiene entendimiento? o ¿un ateo que se convierte sin estar bautizado, sin la virtud teologal de la fe, cómo se explica su asentimiento a la Revelación? o el mandato mismo del Señor Jesús: evangelizad y bautizad, no al revés. Algo no cuadra y lo que cuadra es lo que hace al Dios cristiano justo y misericordioso para que un ateo reciba la Fe por Su Gracia sin pedirla.
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La fe es incompatible con la visión intelectual o sensible. De suyo es de non visis. Por eso en el cielo desaparecerá la fe, al ser sustituida por la visión cara a cara.
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2. Cuando el Señor Jesús dice: dichosos los que creen sin haber visto. ¿A qué se refiere? ¿La fe católica es racional, exige pruebas? ¿Requiere de un trabajo intelectual para creer que Dios se ha hecho Hombre? O ¿creemos como los protestantes porque si?
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La fe es un gran don de Dios y, por tanto, el que carece de ella o la ha perdido por su culpa, no tiene a su alcance otro procedimiento para adquirirla o recuperarla que la oración humilde, confiada y perseverante.
3. La Gracia es un don de Dios para todo el género humano y en el Bautismo es el único regalo divino, injerto de divinidad, cuando ya se tiene Fe o hay garantías en el bebé de conocerla.
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La única razón por la que aceptamos las verdades reveladas por Dios es la autoridad misma de Dios, que no puede engañarse ni engañarnos.
4. Pero esa Autoridad tiene que tener pruebas racionales.
Si un ateo carece de la Fe en Jesucristo ,y quiere tener Fe en Dios ; sólo tiene que pedirla a Dios . Y cómo respondió Santo Tomás de Aquino cuando le preguntaron: qué hace falta para ser Santo ? :" Sólo hay que querer " .
2. Don por la Gracia.
3. Traditio por la fe humana.
4. Confianza por mérito nuestro.
Mi reflexión desde esa ignorancia. No solo ese dogma se ha puesto en duda. Los famosos """hermanos""" de Jesús, la presencia de Cristo en la Eucaristía y el significado mismo de la misa, etc. En el libro de Pagola se ataca hasta el por qué de la muerte de Jesús. Uniendo eso al neopaganismo que nos rodea, por muy bautizados que estén algunos, así como la persecución que asoma y que algunos ya sufrimos, me hace pensar que es como si hubiéramos involucionado como cristianos. Personalmente he ido /re/descubriendo esos dogmas de mayor, que no recuerdo que me hubieran enseñado nunca.
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