Contra los Modernistas (I): Algunas Verdades sobre el Bautismo
Hay algunas cosas que parece que molestan y que ya apenas se predican sobre el bautismo. Así que conviene recordarlas, porque ya no podemos dar por supuesto que nadie sabe nada: ni siquiera prelados, religiosos o monjas. Lo he podido comprobar en Twitter en los últimos días. Así que, aunque solo sea por tocarles las narices a los modernistas imperantes, me propongo recordar algunas verdades que les resultan incómodas.
Dice el Catecismo Romano:
La ley del Bautismo ha sido impuesta por Dios a todos los hombres, de modo que si no renacen para Dios por la gracia del Bautismo, son engendrados por sus padres para la muerte eterna: «Quien no renaciere del agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el Reino de Dios» (Jn. 3 5.).
El bautismo de los niños: como el bautismo se administra para borrar el pecado original, y como los niños nacen con él, es necesario que los niños lo reciban para obtener la vida eterna, pues sin el Bautismo no puede de modo alguno obtenerse. Los niños, en el bautismo, reciben la gracia de la fe, no porque crean asintiendo con el entendimiento, sino porque son adornados con la fe de la Iglesia universal. Débese bautizar a los niños lo antes que se pueda sin peligro, de modo que se hacen reos de grave culpa quienes privan a los niños del Bautismo más tiempo del que exige la necesidad, pues es el único medio de que disponen para alcanzar la salvación, y están expuestos a numerosos peligros.
La mayoría de la gente hoy no cree en el pecado original ni en la necesidad de bautizar a los niños cuanto antes. Abundan quienes dicen no bautizar a los niños con el pretexto de que, de mayores, ya decidirán ellos si quieren bautizarse o no. Eso solo se puede entender en familias sin fe, ateas o agnósticas. Reduciéndolo al absurdo, eso es como si no les ponemos nombre cuando nacen, para esperar a que ellos se los pongan a su gusto cuando sean mayores; o en no darles de comer leche, carne o pescado, porque no sabemos si de mayores van a ser vegetarianos, veganos o si van a comer de todo.
Quien tiene fe bautiza a los niños lo antes posible para abrirles las puertas del cielo. Pero claro, para eso hay que creer que hay salvación y condenación, cielo e infierno. Y hoy en día ya nadie cree esas cosas.
¿Nadie? ¡No! Un pequeño grupo de irreductibles creyentes resistimos todavía (y lo haremos siempre) a los herejes y a los ateos materialistas que nos tratan de invadir y aniquilar a toda costa (no lo conseguirán).
Hay que bautizar a los niños de recién nacidos. ¿Por qué? Porque, si les pasa algo y mueren, es su única posibilidad de ir al cielo. El bautismo limpia el pecado original con el que todos nacemos. Y por el bautismo somos hechos hijos adoptivos de Dios en el Hijo y coherederos de cielo. Quien no renace del agua y del Espíritu Santo no puede entrar en el Reino de los Cielos. Nuestros padres y abuelos lo tenían clarísimo y nos bautizaban a los pocos días de nacer. Haced caso a vuestros mayores y respetad la fe de vuestros padres. A ver si os vais a creer vosotros mejores o más listos que ellos.
«Si alguno dijere, que nadie se debe bautizar sino de la misma edad que tenía Cristo cuando fue bautizado, o en el mismo artículo de la muerte; sea excomulgado.»
«Si alguno dijere, que los párvulos después de recibido el Bautismo, no se deben contar entre los fieles, por cuanto no hacen acto de fe, y que por esta causa se deben rebautizar cuando lleguen a la edad y uso de la razón; o que es más conveniente dejar de bautizarlos, que el conferirles el Bautismo en sola la fe de la Iglesia sin que ellos crean con acto suyo propio; sea excomulgado.» Cana. XII y XIII, ses. VII, de Bap. , Cons. Trident. Celebrado el 3 de marzo de 1547.
«Cualquiera que niegue que los párvulos por el bautismo de Cristo quedan libres de la perdición y perciban la salud eterna; sea excomulgado.» Ex cod carthag. n. 6.
«No quieras creer, ni decir, ni enseñar (si quieres ser católico) que los infantes antes de ser bautizados, prevenidos por la muerte, puedan conseguir el perdón del pecado original». San Agustín. Ad Renatum.
El bautismo es necesario para los niños pero también lo es para los adultos. Por eso los misioneros dejaban sus casas y se iban a tierras remotas a anunciar el Evangelio y a bautizar a paganos, idólatras e infieles de cualquier pelaje. Y muchos morían en tierras de misión, algunos mártires de la fe. Recordemos, por ejemplo, a San Francisco Javier.
Los adultos tienen que querer recibir el bautismo libre y espontáneamente. Se requiere también tener fe en quien tiene uso de razón: «El que creyere y se bautizare se salvará» (Mc. 16, 16.). Finalmente, se requiere el arrepentimiento de los pecados pasados y el propósito de cambiar de vida en adelante; pues el Bautismo nos impone la obligación de morir al pecado y de andar en novedad de vida viviendo para Dios (Act. 2 38; Rom. 6 11; Gal. 3 27.).
El bautismo nos incorpora a Cristo y nos abre las puertas del cielo, cerradas por el primer pecado. Por naturaleza nacemos de Adán hijos de la ira: Éramos por naturaleza u origen hijos de la ira, no menos que todos los demás. (Efes. , II, 3). Pero por el Bautismo renacemos en Cristo, hijos de misericordia. Pues dio potestad a los hombres de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales han nacido no de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Este Sacramento es necesario a todos sin excepción alguna para conseguir la vida eterna. Por eso es importante bautizarse.
Dice el Catecismo Romano que «la ley del Bautismo está prescrita por Dios a todos los hombres, de modo que, si no renacieren para Dios por la gracia del bautismo, los engendran sus padres, sean fieles o infieles, para la infeliz y eterna muerte. Y así los Pastores explicarán muchas veces lo que se lee en el Evangelio: «El que no renaciere del agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de Dios».
¿Se enteran? No da igual estar bautizados que sin bautizar. Por el bautismo somos hijos de Dios y hermanos en Cristo. Esta es la única fraternidad posible. Por eso si queremos un mundo fraterno, ¿qué tenemos que hacer? Predicar el evangelio y bautizar para salvar todas las almas que podamos: esa es la mayor obra de misericordia que podemos hacer. Es un deber de caridad. Porque nos jugamos la vida eterna o la condenación eterna.
¡Ah! ¿Que no creen? Allá ustedes. Quien no cree, se condena.
«El bautismo es precio de la redención de los cautivos, perdón de las deudas, muerte del pecado, regeneración del alma, vestido resplandeciente, sello Inquebrantable, conductor para el cielo, conciliador del reino, don de la adopción.» Ex S. Basilio. 330 + 379.
No hay salvación fuera de la Iglesia. Por eso hay que ir por todo el mundo anunciando el evangelio y bautizando. Es el sentido de las misiones. Es un acto de caridad tratar de salvar todas las almas posibles. No todas las religiones son queridas por Dios. No todas las religiones llevan al cielo. Para salvarse hay que estar bautizado.
En 1824, el Papa León XII denunció esa secta (eso son los modernistas: una secta) «que se presenta bajo la delicada apariencia de piedad y liberalidad» y predica «el tolerantismo (como se le suele llamar) o el indiferentismo, no solo en asuntos civiles sino también en la religión», afirmando que «Dios le ha dado a cada individuo una amplia libertad para abrazar y adoptar, sin peligro para su salvación, la secta u opinión que más le atraiga en base a su juicio privado». (Encíclica Ubi Primum, 5 de mayo de 1824)
Gregorio XVI también condena el indiferentismo en 1832:
« […] opinión perversa, según la cual es posible obtener la salvación eterna del alma por la profesión de cualquier tipo de religión, siempre que se mantenga la moral. (…) Esta fuente vergonzosa de indiferencia da origen a esa proposición absurda y errónea que afirma que la libertad de conciencia debe mantenerse para todos.» (Encíclica Mirari Vos Arbitramur, 15 de agosto de 1832).
Y Pío IX insiste en la condena:
«[…] la escandalosa teoría que presenta como indiferente el hecho de pertenecer a cualquier religión, una teoría que está muy en desacuerdo incluso con la razón. A través de esta teoría, esos hombres astutos eliminan toda distinción entre virtud y vicio, verdad y error, acción honorable y vil. Hacen creer que los hombres pueden obtener la salvación eterna mediante la práctica de cualquier religión…» (Carta Encíclica Qui Pluribus, 9 de noviembre de 1846).
«Es menester recordar y reprender nuevamente el gravísimo error en que míseramente se hallan algunos católicos, al opinar que hombres que viven en el error y ajenos a la verdadera fe y a la unidad católica pueden llegar a la eterna salvación. Esta creencia ciertamente se opone en sumo grado a la doctrina católica.» (Encíclica Quanto Conficiamur Moerore, 10 de agosto de 1863).
«Existen, por supuesto, aquellos que sufren ignorancia invencible acerca de nuestra santísima Religión. Al guardar cuidadosamente la ley natural y sus preceptos, esculpidos por Dios en los corazones de todos, y dispuestos a obedecer a Dios llevando una vida honesta y recta, pueden conseguir la vida eterna, por la eficacia de la luz divina y de la gracia; pues Dios, que manifiestamente ve, escudriña y entiende perfectamente los pensamientos, corazones y naturaleza de todos, no consiente en modo alguno, según su suma bondad y clemencia, que nadie sea castigado con eternos suplicios, si no es reo de culpa voluntaria.»
Pero esto no significa que los que viven en ignorancia invencible se salven gracias a sus religiones falsas, sino a pesar de ellas.
«Pero bien conocido es también el dogma católico; a saber, que nadie puede salvarse fuera de la Iglesia católica, y que los contumaces contra la autoridad y definiciones de la misma Iglesia, y los pertinazmente divididos de la unidad de la misma Iglesia y del Romano Pontífice, sucesor de Pedro, quien fue encomendada por el Salvador la guarda de la viña, no pueden alcanzar la eterna salvación.»
Proclamar que cualquiera se puede salvar, sin bautizarse e independientemente de la religión que profesen, es contrario a la fe católica. Predicar que todas las religiones son queridas por Dios es un error gravísimo. En el Syllabus o Índice de errores modernos, Pío IX condena expresamente el indiferentismo en las siguientes proposiciones:
«Todo hombre es libre para abrazar y profesar la religión que, guiado de la luz de la razón, juzgare por verdadera.» (Proposición 15)
«En el culto de cualquier religión pueden los hombres hallar el camino de la salud eterna y conseguir la eterna salvación.» (Proposición 16)
«Está bien por lo menos esperar la eterna salvación de todos aquellos que no están en la verdadera Iglesia de Cristo.» (Proposición 17)
«El protestantismo no es más que una forma diversa de la misma verdadera religión cristiana, en la cual, lo mismo que en la Iglesia católica, es posible agradar a Dios.» (Proposición 18). (¿Lutero, testigo del Evangelio? ¡Venga ya!)
Insisto: todas estas proposiciones o expresiones, que tantas veces oímos repetir hoy en día, están condenadas por la Iglesia desde 1864. No hay libertad para el error. No da igual una religión que otra. No es correcto esperar la salvación de aquellos que no están en la Iglesia Católica. La diversidad de religiones no es algo que Dios quiera. Dios quiere que todo el mundo se convierta y se bautice y se incorpore a la Iglesia Católica, al Cuerpo Místico de Cristo. Y Dios quiere que todos los hombres y todos los pueblos se arrodillen ante Cristo y proclamen que en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Te encarezco ante todo que se hagan súplicas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres, por los emperadores y todos los que ocupan altos cargos, para que pasemos una vida tranquila y serena con toda piedad y dignidad. Todo ello es bueno y agradable ante Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Porque uno solo es Dios y uno solo también el mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre, que se entregó a sí mismo en redención por todos. (I Tm. 2, 1-8).
Sólo hay un Cuerpo y un Espíritu, como también una sola esperanza, la de vuestra vocación. Sólo un Señor, una fe, un bautismo; un Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos. A cada uno de nosotros ha sido dada la gracia en la medida del don de Cristo. (Ef. 4, 5-7)
Post Scripitum
El camino de la santidad comienza en el bautismo. Sólo los santos van al cielo. Ergo, para ir al cielo lo primero es estar bautizado. Ahí empieza el camino al cielo: por la regeneración por el agua y el Espíritu.
76 comentarios
Que Dios nos dé la gracia de mantenernos fieles.
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Pedro L. Llera
«creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia».
Es decir, la fe es un conocimiento (pues es un acto del entendimiento y no un sentimiento); de las verdades relativas a Dios, consecuencia de la propia voluntad de creer, de la cual es responsable última la gracia de Dios. Creer es conocer las verdades de la fe y aceptarlas por un acto de la voluntad. Crees las verdades de la fe porque quieres creer. Pero ese querer creer es en sí mismo una gracia de Dios. Es Dios quien nos da la gracia de la fe. El querer creer ya es un regalo de Dios. Igual que el querer ser santo. Es Dios quien pone en nosotros tanto el querer como el hacer.
Por eso tenemos que pedirle al Señor constantemente que nos aumente la fe y que nos haga santos.
Como colaboración. Muchas veces no se toma la SERIEDAD del Sacramento con el respeto que se debiera.
Recuerdo el Canon. El 849 Afirma una Verdad absoluta, el sacramento del bautismo es "puerta" de los demás sacramentos y su recepción es "necesaria para la salvación". El 867 impone una obligación muy seria.
849 El bautismo, puerta de los sacramentos, cuya recepción de hecho o al menos de deseo es necesaria para la salvación, por el cual los hombres son liberados de los pecados, reengendrados como hijos de Dios e incorporados a la Iglesia, quedando configurados con Cristo por el carácter indeleble, se confiere válidamente sólo mediante la ablución con agua verdadera acompañada de la debida forma verbal.
851 Los padres del niño que va a ser bautizado, y asimismo quienes asumirán la función de padrinos, han de ser convenientemente ilustrados sobre el significado de este sacramento y las obligaciones que lleva consigo; y debe procurar el párroco, personalmente o por medio de otras personas, que los padres sean oportunamente instruidos...
855 Procuren los padres, los padrinos y el párroco que no se imponga un nombre ajeno al sentir cristiano.
867 § 1. Los padres tienen obligación de hacer que los hijos sean bautizados en las primeras semanas; cuanto antes después del nacimiento e incluso antes de él, acudan al párroco para pedir el sacramento para su hijo y prepararse debidamente.
§ 2. Si el niño se encuentra en peligro de muerte, debe ser bautizado sin demora.
Alabado sea Jesucristo.
La tradición católica siempre ha sostenido la necesidad del Bautismo para la Salvación, la urgencia por bautizarlos en cuanto se pudiera y la conveniencia de los exorcismos que acompañan al Bautismo. Pues hoy en día, estas tres cosas son menospreciadas. Está todo dicho: no es la misma religión.
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Pedro L. Llera
Los modernistas herejes siempre aducen lo mismo: «eso era antes». Lo que pasa es que yo soy un antiguo y me aferro a la fe de mis antepasados, que es la fe verdadera de la Iglesia. Y los que quieren cambiar la fe quieren, en realidad, otra Iglesia. Quieren acabar con la Iglesia Católica desde dentro. Pero no prevalecerán.
Pedro L. Llera "Todos - judíos, musulmanes, paganos, etc.- tienen que reconocer a Cristo como único Salvador"
Lo que entiendo del párrafo de arriba, no es lo mismo que indica Ud., dice que no conocen de una forma expresa a Dios, si es así difícilmente pueden reconocer a Jesucristo como Dios.
Primero de todo, afirmar tajantemente como se hace aquí, el destino eterno de un bebe según sus padres lo hayan bautizado o no...Vamos, no me atrevería yo a decir que nadie está condenado y menos aún un bebe recién nacido. ¿Cuántos millones de almas están entonces meramente condenadas por el hecho de no haber sido bautizadas? Según la lógica del autor de este artículo muchas. ¿Qué imagen de Dios nos deja esto? La de uno muy cruel, pues sabía de antemano, antes de crear el universo, que millones de almas iban a sufrir eternamente sin siquiera haberles dado tiempo de poner en práctica su libertad.
Bueno, esto se puede superar si dejamos un huequito libre al Espíritu entre tanta tradición y magisterio, para que nos guie en una sana interpretación de la Sagrada Escritura.
Otras perlas:
"No es correcto esperar la salvación de aquellos que no están en la Iglesia Católica". Esto es directamente falso, que lo dijesen en 1864 tiene un pase y es comprensible, escucharlo en 2022 es abominable. Es correcto y es humano esperar la salvación de todos, estén o no en la Iglesia.
"La diversidad de religiones no es algo que Dios quiera. Dios quiere que todo el mundo se convierta y se bautice y se incorpore a la Iglesia Católica, al Cuerpo Místico de Cristo. Y Dios quiere que todos los hombres y todos los pueblos se arrodillen ante Cristo y..." Si algo he aprendido a lo largo de mis cortos años como católico, es a desconfiar de aquellos que están seguros de saber lo que Dios quiere o no quiere.
"Hay que bautizar a los niños de recién nacidos. ¿Por qué? Porque, si les pasa algo y mueren, es su única posibilidad de ir al cielo." Si esto fuese verdad, Jesucristo y los primeros apóstoles hubiesen incidido más en una cuestión tan importante. En cambio, Jesús dijo de niños probablemente sin bautizar: "«Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos»". No dijo en ningún momento que dejasen a los niños ir a Él para que los bautizase, no, directamente habla de que el reino de los cielos es de quienes son como ellos. Ni pecado original ni gaitas.
"Haced caso a vuestros mayores y respetad la fe de vuestros padres. A ver si os vais a creer vosotros mejores o más listos que ellos.". Esto, aparte de una falacia de autoridad, es de una ignorancia tremenda. Esto lo podría haber dicho perfectamente un judío de la época a Jesús en su predicación.
¡Que no! Que la ley y la letra no están muertas por mucho que lo proclaméis. La voluntad de Dios no cambia, pero cambian los grados de conocimiento que tenemos sobre ella. En un momento de la Iglesia se proclamaba como existente el limbo, y luego no, y así con muchas otras cosas. La Iglesia avanza, a veces para mejor y otras para peor, pero lo de este articulista es de un quietismo que paraliza toda el alma.
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Pedro L. Llera
Dios le libre de ser modernista, como usted mismo dice al comienzo de su comentario...
Respecto a «las perlas», ya nos decía el Señor...
«No den lo santo a los perros, ni echen sus perlas delante de los cerdos, no sea que las huellen con sus patas, y volviéndose los despedacen a ustedes.» (Mt. 7, 6).
Yo no reniego de nada. Solo indico lo evidente, que son religiones diferentes. Cuál sea la verdadera, ese es otro asunto, porque claramente no pueden ser verdaderas dos religiones que sostienen creencias, morales y ritos diversos.
Allá cada quién. Quizás lo sabremos con certeza frente al Señor en el Juicio.
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Estimado providence, si ser anticatolico es no creer en la condenación de millones de almas de infantes por no haber sido bautizadas por adultos, pues lo seré, qué le vamos a hacer.
También está el argumento de que sólo puede formar parte de una comunidad religiosa el que conoce y comprende los dogmas de esa religión y tiene la voluntad de seguir sus preceptos. Lo que requeriría un proceso de formación previo.
En realidad el Código de Derecho Canónico considera católico simplemente al bautizado que no ha declarado formalmente su apostasía.
¿Cuándo hay que llevar los niños a la iglesia para que los bauticen?
Hay que llevar los niños a la iglesia para que los bauticen lo más pronto posible.
¿Por qué tanta prisa en bautizar a los niños?
Hay que darse prisa en bautizar a los niños, porque están expuestos por su tierna edad a muchos peligros de muerte, y no pueden salvarse sin el bautismo.
¿Pecarán, pues, los padres y madres que por negligencia dejan morir a sus hijos sin bautismo o lo dilatan?
Sí, señor; los padres y madres que por negligencia dejan morir a los hijos sin bautismo, pecan gravemente, porque privan a sus hijos de la vida eterna; y pecan también gravemente dilatando mucho el bautismo, porque los exponen al peligro de morir sin haberlo recibido.
¿Dónde van los niños que mueren sin bautismo?
Los niños que mueren sin bautismo van al limbo, donde no hay premio
sobrenatural ni pena; porque teniendo el pecado original y sólo éste, no
merecen el cielo, mas tampoco el infierno ni el purgatorio.
Del infierno, ni nombrarlo.
Esa es la predicación que llevan oyendo en las iglesias desde hace más de 50 años, mucho antes del calamitoso pontificado de Francisco.
Desde el Concilio Vaticano II y la hecatombe posconciliar, se les ha inoculado la idea de que la fe católica es lo que en cada momento enseña el papa de turno, ahora Francisco, antes Juan Pablo II o Benedicto XVI.
Si el limbo no existe y todos los inocentes, bautizados o no, tienen abierta la puerta del cielo ¿para qué bautizarlos?
Y cuando sean adultos, salvación universal y canonización fulminante en la misa de funeral. El infierno tampoco existe o, como afirmado por el teólogo Hans Urs von Balthasar (hecho cardenal por Juan Pablo II), está vacío (¡salvo Hitler!).
Cuando en la Iglesia se predicaba sobre el pecado original y la necesidad del bautismo para entrar en el cielo, los nacidos en familias católicas recibían el bautismo dentro de los primerísimos días, muchas veces con la madre todavía convaleciente y por ello ausente de la hermosa ceremonia (exorcismos a la puerta de la iglesia etc.).
Hace muchos años que, en cambio, las parroquias organizan bautizos colectivos (coherentes con el olvido del pecado original y con la concepción del bautismo como ingreso en la comunidad cristiana) cada dos o tres sábados, te apuntan en una lista ¡y a esperar!
Lutero aborrecía el purgatorio, igual que aborrecía el santo sacrificio de la misa ofrecido en sufragio de vivos y difuntos. Nosotros ahora también. Las misas de funeral no se ofrecen ya en sufragio del alma del difunto. Son celebraciones de la resurrección: ornamentos blancos, cántico del aleluya, nuestro hermano ha entrado en el cielo etc.
Para que luego nos digan que, antes y después del concilio Vaticano II y las reformas posconciliares, nuestra religión sigue siendo la misma religión católica.
Vayamos al grano: "Un Dios omnisciente que sabía exactamente el número de personas que se iban a condenar libremente". ¿Pero qué libertad va a tener un bebe que acaba de ser parido por su madre y se muere de una enfermedad dos días después?
Usted afirma que sin bautismo no hay posible salvación, por lo que entonces millones de bebes se han condenado sin opción a estas alturas (y los que quedan). Usted también afirma que esto no es cosa de un Dios cruel, sino al contrario, puro amor.
Si no ve que lo que dice no tiene ningún sentido no tengo razón para seguir esta conversación.
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Pedro L. Llera
No siga, no siga, por favor. Dios es Caridad. Y la Caridad supera a la justicia. Nosotros no lo sabemos todo ni podemos saberlo todo. Dejemos que Dios sea Dios.
Respecto a los niños asesinados con el aborto, su sangre clama al cielo. Y el Señor sabrá...
Yo, en particular, pienso que, cuando muramos, nos vamos a sorprender al ver la gran cantidad de personas que hay en la Gloria, sin haber recibido el Bautismo (niños y adultos) y también, al ver en el infierno, a personas bautizadas.
Si una persona, a pesar de su bautismo, puede ir al infierno, una sin bautismo podrá ir al Cielo; se aplica la misma lógica: lo que define la situación final es la Gracia de Dios (que a nadie se niega) y la respuesta que cada cual dé, dentro de sus particulares circunstancias. A cada cual se le pedirá según lo recibido. Es una carrera en la que nadie compite con ventaja.
Sin la Fe es imposible salvarse. Al respecto, la Iglesia siempre ha enseñado que no hay excepción.
De hecho es una verdad metafísica, nadie puede amar lo que no conoce. Quien no tiene Fe no puede, bajo ningún respecto, tener caridad.
Los no católicos, pueden salvarse no en cuanto no católicos, sino en cuanto se convierten en el último trance de la vida, considerando que están dispuestos. Incluso, si estando bien dispuestos se condenaran, Dios actuaría justamente y el condenado, lo sería por culpa propia.
Los modernistas olvidan que la salvación no es un acto de justicia, sino de pura y gratuita misericordia, pero su condición sine qua non es tener la gracia santificante.
Por lo demás, tenemos certeza absoluta de la Fe Católica en esta vida. En la otra es imposible, la muerte implica el fin de la Fe. La Fe es un conocimiento cierto y objetivo fundado en la autoridad de Dios revelante.
Habéis convertido los medios de salvación dados por Dios en medios de condenación, en una dolorosa espada de doble filo, y encima no paráis de resaltar el lado del miedo y la condenación.
¿Qué pasa? ¿Los niños abortados por sus padres sí pueden salvarse? ¿Y los que han sufrido un aborto natural? ¿O estos últimos han venido a la existencia a estar condenados desde el vientre de sus madres por no recibir bautismo?
Ahora me dice que nosotros no podemos saberlo todo, pero en cambio en su artículo no le tiembla la mano al hacer afirmaciones tajantes sobre la condenación o salvación eterna. No seamos hipócritas, no nos convirtamos en la otra cara de la moneda de Religión Digital, no vendamos una falsa religión que no sacia el corazón.
¡La gente tiene sed Pedro! Tienen mucha sed y están perdidos. Y usted tiene una voz, un puesto desde donde puede saciar los corazones con el amor de Dios a través de internet. No les venda al "dios" de las leyes y los sacrificios del A.T, entrégueles a ese Dios que sigue sanando vidas y atravesando corazones a lo largo de los siglos, con un amor que es como puro fuego para el alma.
No hace falta que me publique el comentario, solamente le pido que se pare y reflexione, ¡por favor Pedro!
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Pedro L. Llera
En mi artículo no hay prácticamente ninguna opinión personal. He seguido casi al pie de la letra el Catecismo Romano. Deje el enlace puesto en el post. Léelo tú mismo.
Lo que pasa es que ya no tenéis la misma fe de la Iglesia de siempre. La vuestra es otra Iglesia. Y eso es lo que estoy tratando de dejar en evidencia: antes se creían cosas que hoy no creéis.
Primer error suyo: En ninguna parte de la cita de LG se indica que no es necesaria la gracia. Sería herético. De hecho lo explicita: "...la divina Providencia tampoco niega los auxilios necesarios para la salvación a quienes (....) se esfuerzan en llevar una vida recta, no sin la gracia de Dios..."
Nadie sabe cómo ni cuándo se producen esos auxilios. Pero lo que nadie puede negar, bajo censura de herejía, es la necesidad de la Fe y del Bautismo para salvarse.
Previo a la separación del alma y del cuerpo, ambas cosas son absolutamente necesarias para salvarse.
Segundo error suyo: Da una interpretación heterodoxa y buenista de un documento que tiene sólo carácter pastoral. Porque la denominación constitución dogmática no quiere decir que define dogmas, sino que trata materias atingentes al dogma y aquello que habla o comenta sobre un determinado dogma no es dogma necesariamente, salvo que explícitamente se esté definiendo algo (no es el caso) o mencionando algún aspecto definido. El carácter pastoral del CVII y sus documentos fue determinado por los mismos pontífices que lo encabezaron y clausuraron.
Una verdad del tamaño de una catedral que conviene recordar.
Lumen Gentium.16
Esta clarísimo no solo los católicos se salvan.
No se puede coger de la doctrina de la Iglesia lo que a uno le apetece.
Tampoco se puede condenar a los que la Iglesia no condena.
Y si Dios quiere que todos los hombres se salven, ¿quienes somos nosotros para acotar su campo de salvación ?.
La Iglesia Católica se compone de la Iglesia Militante, la Purgante y la Triunfante. En todas ellas hay únicamente católicos. Por eso la Iglesia es una, porque tiene un Bautismo y una Fe.
Sostener que un no católico tenga visión beatífica es herético. De hecho nuestro grado de gracia santificante coincide con nuestro grado de gloria, al momento de la muerte. Y no es posible estar en gracia sin la Fe Católica.
Si en el cielo nos encontramos con alguien que conocimos siendo judío, protestante, pagano, ateo, etc., significa que se convirtió, a lo menos, en el último instante infinitesimal de su vida. O sea, en él, a lo menos, coincidió la recepción de la gracia santificante y la de la perseverancia final. Por supuesto, también es necesario, para responder a esta gracia, la buena voluntad.
1260 "Cristo murió por todos y la vocación última del hombre es realmente una sola, es decir, la vocación divina. En consecuencia, debemos mantener que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, de un modo conocido sólo por Dios, se asocien a este misterio pascual" (GS 22; cf LG 16; AG 7). Todo hombre que, ignorando el Evangelio de Cristo y su Iglesia, busca la verdad y hace la voluntad de Dios según él la conoce, puede ser salvado. Se puede suponer que semejantes personas habrían deseado explícitamente el Bautismo si hubiesen conocido su necesidad.
1261 En cuanto a los niños muertos sin Bautismo, la Iglesia sólo puede confiarlos a la misericordia divina, como hace en el rito de las exequias por ellos. En efecto, la gran misericordia de Dios, que quiere que todos los hombres se salven (cf 1 Tm 2,4) y la ternura de Jesús con los niños, que le hizo decir: "Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis" (Mc 10,14), nos permiten confiar en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo. Por esto es más apremiante aún la llamada de la Iglesia a no impedir que los niños pequeños vengan a Cristo por el don del santo Bautismo.
172. ¿ Podria salvarse quien sin culpa se hallase fuera de la Iglesia ?
Quien sin culpa, es decir, de buena fe, se hallase fuera de la Iglesia y hubiese recibido el bautismo o, a lo menos tuviese el deseo implicito de recibirlo y buscase, además sinceramente la verdad y cumpliese la voluntad de Dios lo mejor que pudiese, ese tal, aunque separado del cuerpo de la Iglesia, estaría unido al alma de ella y, por consiguiente, en camino de salvación.
Hay otro punto que me parece polémico para cumplir hoy en dia:
176. ¿ Puede errar la Iglesia en lo que nos propone para creer ?
No señor; en las cosas que nos propone para creer la Iglesia no puede errar, porque, según la promesa de Jesucristo, está perennemente asistida por el Espiritu Santo.
Aunque no es el tema, ¿Tenemos obligación en creer lo que dice el cap. 8 de Amoris Laetitia?
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Pedro L. Llera
Si algún obispo o sacerdote peca y comete una herejía, obviamente, no hay que seguirlo al abismo. Nadie puede ni debe obediencia al pecado. Los pecados se combaten y los errores se refutan y todo ello, con humildad y caridad.
Lo que tampoco vale es la postura de quienes salen a la palestra para insultar, juzgar y condenar al Papa o a los obispos, sin caridad y creyéndose que tienen esa potestad de estar por encima de todos y de todo. Eso se llama soberbia.
En cuanto al capítulo 8 de AL, yo sigo creyendo lo que la Iglesia predicó siempre: el divorcio es pecado y quienes se han vuelto a casar después de divorciarse viven en flagrante y público adulterio. Y por lo tanto no están en gracia de Dios ni en disposición de comulgar. Y conste que no es lo que yo opino, sino lo que la Escritura y la Tradición han enseñado siempre y en todas partes. Santo Tomás Moro murió por defender esa doctrina. Y San Juan Bautista, también.
¿Qué cosa es el bautismo?
Es el primer y más necesario sacramento de la Lay de gracia, el cual consiste en el lavamiento que se hace exteriormente, y en decir debidamente las palabras ordenadas según la ordenanza e institución de Jesucristo.
Y no es solamente necesario a los hombres crecidos en edad, pero aun también a los niños y eficaz para alcanzar la salud eterna.
Todos nacen hijos de ira, luego todos, y entre ellos los niños, tienen necesidad de ser limpiados y no pueden serlo ni tornar a nacer sin este sacramento.
Porque Cristo nuestro Legislador dijo generalmente: "El que no fuere otra vez nacido por el agua y el Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de Dios".
Y en otra parte también dice: "No es la voluntad del Padre que está en los cielos que perezca uno de estos pequeños."
Pues los que no fuesen bautizados, aunque fuesen niños, perecerían, como solían antiguamente perecer los judíos que no eran circuncidados.
Una doctrina común susceptible de aclaración y precisión, hasta llegar en su caso a ser afirmada e incluso definida, en cierto sentido, como de fe divina y católica, como siempre fue el signo del desarrollo dogmático, que es desarrollo orgánico, homogéneo y accidental pero nunca decir blanco donde antes se dijo negro.
En lugar de eso, después de un documento de la Comisión Teológica Internacional aprobado por Benedicto XVI en 2007, lo que ha quedado en la mentalidad de los fieles es que el limbo de los niños ¡ha sido "abolido" o "derogado"! y sustituido por la misericordia divina.
Hablando del purgatorio, una buena mujer de mi familia, católica de misa cada domingo, me dijo un día: además, el Papa (era entonces Benedicto XVI) ha dicho que ya no hay que creer en el purgatorio.
Le expliqué que, a lo sumo, podía referirse al limbo, pero que Benedicto XVI no había dicho semejante cosa sobre el purgatorio. ¡Ah! no sabía ... me contestó ... y se quedó tan tranquila, esperando que cualquier día también se "derogue" el purgatorio.
Es el gravísimo problema de la mentalidad creada por la continua relajación de la doctrina y de las costumbres y adaptación al mundo desde el concilio Vaticano II. Que ya nada se reconoce como irreformable y cada cual cree lo que le parece.
El concilio IV de Letrán (1215) declaró: "Una sola es la Iglesia universal de los fieles, fuera de la cual nadie se salva" ("extra quam nullus omnino salvatur"); Dz 430.
Lo mismo enseñaron el concilio de Florencia (Dz 714) y los papas Inocencio III (Dz 423), Bonifacio VIII en la bula Unam sanctam (Dz 468), Clemente VI (Dz 570b), Benedicto XIV (Dz 1473), Pío IX (Dz 1647, 1677), León XIII (Dz 1955) y Pío XII en la encíclica Mystici Corporis (Dz 2286, 2288).
Ello no excluye la posibilidad de que consigan la salvación personas que de hecho (actu) no pertenecen a la Iglesia, pero a ella pertenecen por el bautismo de deseo (votum baptismi, votum Ecclesiae); Dz 796, Dz 1677.
El concilio de Trento enseña que la justificación del que ha contraído el pecado original no es posible "sin el baño de regeneración o sin el deseo de recibirlo" ("sine lavacro regenerationis aut eius voto"; Dz 796; cf. Dz 847, 388, 413)."
"El bautismo de deseo es el anhelo explícito o implícito de recibir el bautismo sacramental ("votum baptismi"), deseo que debe ir unido a la contrición perfecta" (Ludwig Ott, "Manual de Teología Dogmática" (1954), ed. Herder, Barcelona, 1997, p. 529).
El anhelo explícito de recibir el bautismo sacramental es el bautismo de deseo de los catecúmenos, tomado como ejemplo por Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica, III, c. 68, a. 2.
El anhelo implícito de recibir el bautismo sacramental es el bautismo de deseo de quienes, sin culpa por su parte, ignoran la verdadera religión, desean obedecer a Dios (por ello desean implícitamente recibir el bautismo sacramental) y guardan la ley natural.
- la explícita, que es la que tiene, v. gr., el catecúmeno que se está preparando para recibir el bautismo;
- y la implícita, que está contenida en el acto de perfecta contrición o de perfecto amor de Dios emitido -bajo la influencia de una gracia actual- por un pagano o infiel, aunque no tenga la menor noticia de la existencia del sacramento del bautismo."
Fray Antonio Royo Marín, O.P., "Teología moral para seglares", BAC, 1958, tomo II, p. 82.
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Pedro L. Llera
Además Dios, en su Divina Providencia, sabe suscitar el modo de convertir y bautizar a un pagano que lo busque con buena voluntad: hará que se encuentre con un misionero o con alguien que le lleve a la verdad y al bautismo.
O lo que es lo mismo: ¿Qué hacer cuando las enseñanzas que nos llegan se apartan de las tradicionales, por mucho que nos lleguen de muy arriba?
La respuesta la dio ya San Pablo en la epístola a los Gálatas 1, 8, y la comentó San Vicente de Lerins en el mismo Commonitorium (siglo V), número 8:
"La autoridad del Apóstol se manifestó entonces con su más grande severidad: aun cuando nosotros mismos, o un ángel del cielo os predicase un Evangelio diferente del que nosotros os hemos anunciado, sea anatema (Gal. 1, 8).
¿Y por qué dice San Pablo "aun cuando nosotros mismos ", y no dice "aunque yo mismo"?
Porque quiere decir que incluso si Pedro, o Andrés, o Juan, o el colegio entero de los Apóstoles, anunciasen un Evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema."
Lo mismo vale para los sucesores de Pedro o Andrés o Juan, o el colegio entero de los obispos, dispersos por el mundo o reunidos en concilio.
1257 El Señor mismo afirma que el Bautismo es necesario para la salvación (cf Jn 3,5). Por ello mandó a sus discípulos a anunciar el Evangelio y bautizar a todas las naciones (cf Mt 28, 19-20; cf DS 1618; LG 14; AG 5). El Bautismo es necesario para la salvación en aquellos a los que el Evangelio ha sido anunciado y han tenido la posibilidad de pedir este sacramento (cf Mc 16,16). La Iglesia no conoce otro medio que el Bautismo para asegurar la entrada en la bienaventuranza eterna; por eso está obligada a no descuidar la misión que ha recibido del Señor de hacer "renacer del agua y del Espíritu" a todos los que pueden ser bautizados. Dios ha vinculado la salvación al sacramento del Bautismo, sin embargo, Él no queda sometido a sus sacramentos.
Estar en el cielo es tener la visión beatífica. Es decir, el mismo Verbo de Dios dándonos noticia de Sí mismo en nuestro intelecto pasible. Si en el cielo hubiesen no católicos, sucedería que un hombre gozaría de la visión beatífica simultaneamente con la negación de la Santísima Trinidad, que Cristo sea Dios, que la Santísima Virgen sea la Madre de Dios, etc. O sea, se daría un imposible metafísico: un hombre a un mismo tiempo y bajo un mismo respecto consideraría idénticos a La Verdad y a uno o más errores. Es un absurdo completo.
Por consiguiente, todo miembro de la Iglesia Militante es necesariamente católico.
Por consiguiente
Muchísima gracias por su enseñanza sobre el bautismo.
Soy francesa, vivo en Francia pero de padres españoles...
Hace poco (en marzo) he vuelto a Dios ... me salvó del camino de la perdición ... gracia a la Satisima Virgen (el rosario) y la Divina Misericordia de nuestro Señor Jesucristo ... tengo 3 hijas, las mayores tuven el santo bautismo pero la tercera fue bautizada (tuve una ondulación) en mi jardín un día de Pascua (en 2011) por un "sacerdote celta druida" ... me dijo el que era reconocido por la Iglesia Católica ... pero realmente es Falso ...
hoy día mi hija tiene casi 13 años y me dice que es atea .. hay que lastima ... que me aconsejaría sobre esto ... hoy no le puedo obligar a hacer el bautizo ... gracias por su sincera respuesta ... Que Dios le bendiga ... Amen
(pardon por las faltas ortográficas )
Sylvie
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Pedro L. Llera
Dios la bendiga, Sylvie.
Puede usted hacer lo mismo que hago yo por mis hijas y lo mismo que Santa Mónica hizo por su hijo Agustín. Agustín era un perdido y un vicioso, además de hereje. Y llegó a ser santo y padre de la Iglesia: San Agustín.
Los padres llega un momento en que ya solo podemos rezar por la salvación de nuestros hijos... No nos queda otra solución. Y si se alejan de Dios, esperamos a que vuelvan como el hijo pródigo para volver a recibirlos con los brazos abiertos.
De hecho, todos los catecismos dicen parecido sobre ese tema.
Cristian, la Fe solo se vive mientras estamos en la tierra, una vez muertos ya no tenemos necesidad de Fe, ya no se podrá negar la existencia de la Santísima trinidad si hemos entrado en el cielo. No importará si fuimos de los que solo tuvimos el bautismo de deseo.
Si estamos en el purgatorio, sabremos que estamos salvados, tampoco hará falta la Fe.
Y si estamos en el infierno todavia menos importará si fuimos católicos o no.
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Pedro L. Llera
Efectivamente, todos los catecismos dicen casi lo mismo. Todos hablan de ignorancia insalvable. Pero no olvides las condenas del Syllabus al respecto: las puse en el artículo.
Catecismo de san Pío X:
567.- ¿Es necesario el Bautismo para salvarse? - El Bautismo es
absolutamente necesario para salvarse, habiendo dicho expresamente el
Señor: El que no renaciere en el agua y en el Espíritu Santo no podrá entrar en el reino
de los cielos.
568.- ¿Puede suplirse de alguna manera la falta del Bautismo? - La
falta del Bautismo puede suplirse con el martirio, que se llama Bautismo de
sangre, o con un acto de perfecto amor de Dios o de contrición que vaya
junto con el deseo al menos implícito del Bautismo, y este se llama Bautismo
de deseo.
"El Bautismo es necesario para la salvación EN AQUELLOS A LOS QUE EL EVANGELIO HA SIDO ANUNCIADO Y HAN TENIDO LA POSIBILIDAD DE PEDIR ESTE SACRAMENTO (cf Mc 16,16)".
"Dios ha vinculado la salvación al sacramento del Bautismo, sin embargo, EL NO QUEDA SOMETIDO A SUS SACRAMENTOS".
Que me corrijan los que saben, pero, la segunda afirmación yo la entiendo así: Dios salva a través de los Sacramentos, pero eso no lo limita de salvar por otros medios.
El que uno pueda encontrar bautizados en el infierno, no implica que pueda haber no bautizados en cielo. El Bautismo, como la Confirmación y el Orden Sagrado, imprime carácter, una marca indeleble en el alma. El católico condenado lleva esa marca como signo de la Iglesia a que perteneció. O sea, es un hijo adoptivo de Dios que eligió odiarlo eternamente. Pero quienes no son hijos adoptivos de Dios, no participan de su misma naturaleza conferida por el bautismo. Luego, no tienen vida sobrenatural; y, ésta, después de la muerte, es la visión beatífica.
Cuando se habla de que Dios opera medios extraordinarios, se refiere a que puede causar los mismos efectos de los sacramentos, por el hecho de ser su autor. Pero es algo sumamente excepcional, porque el canal ordinario de la gracia son los sacramentos tal y como se administran desde siempre.
Pero, si alguien que públicamente muere no católico se salva, lo es porque previo a la separación del alma de su cuerpo (eso es la muerte), Dios le confirió la gracia santificante y la Fe Católica, previo a aceptarlo voluntariamente esta persona. De otro modo: 1. No sería hijo de Dios ni tendría mérito alguno por no tener el principio del mérito que es la gracia santificante; 2. No conocería sobrenaturalmente a Dios y, luego, no podría tener amor de caridad hacia Él.
Tiene usted toda la razón "... una vez muertos ya no tenemos necesidad de Fe..". Es por eso que en el cielo sólo hay católicos.
Creo que, en general, hemos estado hablando de lo mismo. Simplemente, he intentado ser lo más preciso posible, para mostrar que las citas, de muy diverso valor magisterial, que usted y otros lectores han traído a colación no contradicen dogmas ya definidos mucho antes que esos documentos. Y si tales documentos llegaran a ser ambiguos o contradictorios con tales verdades, sobran.
"Para bautizar lícitamente a un niño, se requiere:
1 que den su consentimiento los padres, o al menos uno de los dos, o quienes legítimamente hacen sus veces;
2 que haya esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la religión católica, sin perjuicio del § 3; si falta por completo esa esperanza, debe diferirse el bautismo, según las disposiciones del derecho particular, haciendo saber la razón a sus padres".
"En cuanto a los niños muertos sin Bautismo, la Iglesia sólo puede confiarlos a la misericordia divina, como hace en el rito de las exequias por ellos. En efecto, la gran misericordia de Dios, que quiere que todos los hombres se salven (cf. 1 Tm 2,4) y la ternura de Jesús con los niños, que le hizo decir: "Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis" (Mc 10,14), nos permiten confiar en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo. Por esto es más apremiante aún la llamada de la Iglesia a no impedir que los niños pequeños vengan a Cristo por el don del santo Bautismo".
Es un hecho innegable que hoy esa urgencia ha desaparecido.
No sólo los padres posponen el bautizo de los niños semanas y hasta meses por motivos fútiles, sino que las parroquias imponen bautizos colectivos a razón de uno cada semana, cada quince días o cada mes. Efecto indudable del olvido del pecado original.
Y las misiones que subsisten se centran en el desarrollo humano y, en el mejor de los casos, el mero testimonio.
Lo urgente es volver a esa doble urgencia fundada en las verdades católicas sobre la necesidad de la fe y del bautismo.
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Pedro L. Llera
Completamente de acuerdo. Lo que queda patente es que los cambios en los sacramentos van unidos a los cambios doctrinales. Y esos cambios doctrinales están provocando que miles de almas se condenen. Dios pedirá cuentas a los pastores que han llevado a sus fieles al despeñadero.
Sin por ello desconocer lo que la Iglesia ha enseñado siempre sobre el bautismo de deseo y de sangre y sobre la salvación en la Iglesia de quienes no son visiblemente sus miembros. Pero que nunca redujo la urgencia del bautismo y de la conversión a la fe católica.
Así es. Por algo la Conquista y Evangelización de América.
Lo que algunos no entienden es que o se está en gracia o en pecado mortal, y lo altísimamente probable es que un no católico esté en pecado mortal, máxime los más salvajes.
Centrarnos solamente en doctrinas y teologías, grandes verdades, sin atender a los procesos de fe del personal es quedarnos muy cojos. Las catequesis quizá no sean para "tirar cohetes", pero básicamente consisten en lo que "deben de creer", sin contar lo que realmente creen, que no se parece a lo que les enseñamos.
Y asi hemos ido "tirando" durante muchos años, hemos pasado de catequesis de información doctrinal (saberse de memoria el catecismo) a lo puramente vivencial, con muchas lagunas formativas que derivan en una visión muy fragmentada del misterio cristiano en los catecúmenos.
Luego está la edad, hablamos de niños y adolescentes, a los cuales les damos a veces respuestas de preguntas que nunca se han hecho y que reciben pasivamente porque no tienen criterio para discernir.
Cuando llegan a los 17, 18 o 19 empiezan a pensar y decidir por sí mismos, y el resultado no es que sea muy boyante, muchos se han enterado poco de la "película", aunque han recibido los sacramentos, colegios religiosos, clases de Religión , etc
Algo que nos tendría que hacernos pensar mucho y reflexionar a nivel pastoral.
Y lo digo yo que he sido durante años catequista de Confirmación.
Aunque el tema del post era el Bautismo. Me he desviado.
San Juan Pablo II audiencia general miércoles 31 de Mayo de 1995
Vayamos con prudencia en esta cuestión, María es la puerta del Cielo, y es la Madre de todos los hombres. Qué relación filial une a toda la humanidad con María, y por Ella con Cristo.
" Dos tercios se están perdiendo, y la otra parte debe orar por ellos" (Mens. De María en San Nicolás- Argentina). Estos dos mil setecientos millones son bautizados? No. Entonces?
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1. El Sacramento del Bautismo tiene muchas variantes que tienen que ser bien afinadas. En este punto concreto quisiera preguntar en qué momento recibimos el alma y si hay muerte antes del parto o durante el parto por causa natural, si hay perdón o no del pecado original.
2. Si la madre decide abortar, asesinar a su hijo, ¿puede conseguir el nonato el perdón del pecado original?
3. Todos los bebés de padres paganos no evangelizados que mueren ¿pueden conseguir el perdón del pecado original? Y todos los bebés de padres apóstatas que muerten, ¿qué me dicen?
4. Entiendo en todos estos casos que se da el Sacramento del Bautismo por causa de sangre, como mártires, Santos Inocentes.
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Pedro L. Llera
Eso no me lo preguntéis a mí que soy ignorante; doctores tiene la santa Madre Iglesia que lo sabrán responder.
2. Los misioneros o apótoles son la garantía en la Fe católica para los adultos infieles que piden el Sacramento del Bautismo. El catecúmeno o el pagano converso, si solicita el Bautismo es porque va a abandonar los vicios, es porque van a cambiar de vida.
3. Es necesario recordar que quien ha recibido el Bautismo de bebé o de adulto tiene que ser bien evangelizado por la Parroquia y por la familia, conocer bien la Fe católica, porque hay que hacerse esta pregunta, relacionada con la crisis actual de la Iglesia, cuando pedimos la Primera Sagrada Comunión y hemos confesado los pecados mortales y hacemos penitencia, ¿cómo es posible que haya católicos que después de recibir el Bautismo y el Cuerpo adorable de Jesucristo, ofendan a Dios con pecado mortal?
4. El Bautismo no solamente da la primera gracia y el carácter de cristiano, sino también las virtudes y los auxilios con que vivir cristianamente.
5. Si un adulto se bautiza sin tener siquiera atrición de los pecados mortales que haya cometido, queda bautizado, y recibe el carácter de cristiano; pero no la gracia ni las virtudes, hasta que no haga verdadera penitencia.
6. Quie recibida la Gracia peca después mortalmente, pierde la gracia, pero no el carácter; de modo que aunque se haga hereje y se condene, eternamente será cristiano para mayor confusión y tormento.
7. Al catecúmeno que se bautiza bien evangelizado, no solamente se le perdona el pecado original, como a los niños, sino todos los que él mismo haya cometido, y toda la pena que por ellos merecía, de modo que tanto el niño como el adulto, si se mueren antes de cometer pecado después del Bautismo, van derechos al Cielo.
2. En la Basílica de San Pedro el domingo 27 de abril de 2014 en la ceremonia de ordenación de 19 sacerdotes, el Papa Francisco les exhortó a “no negar nunca el bautismo a los que lo piden”.
3. Bergoglio, el 3 de septiembre de 2012 exigió a los sacerdotes de once diócesis de la región de Buenos Aires que administraran el sacramento del bautismo a todos los bebés, sean fruto de una relación extramatrimonial o hijos de una madre soltera.
4. ¿Qué sucede cuando una pareja homosexual pide el Bautismo para un infante o cuándo parejas casadas por el civil o esposos de otra religión solicitan al sacerdote el Sacramento? La Iglesia católica es clara al respecto. De acuerdo con el canon 868, inciso 1, del Código de Derecho Canónico, para poder bautizar a un niño es necesario contar con el consentimiento de los padres o al menos de uno de ellos, y que haya esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la fe católica.
5. Un precedente en estos casos especiales ha sido el protagonizado por el arzobispo de Córdoba (Argentina), monseñor Carlos Ñáñez, que autorizó el bautismo de la pequeña Umma Azul -hija biológica de una persona lesbiana que la cría con su pareja- celebrado en la catedral de Córdoba el 5 de abril de 2014.
6. Justificando su decisión, monseñor Ñáñez señaló, en esa ocasión, que el Bautismo no puede ser negado a la pequeña Umma porque lo recibe ella. “El derecho es de la niña”, recalcó. Además, confirmó que la Santa Sede había sido informada del caso.
7. De igual manera, el Papa Francisco evidencia que los padres, padrinos y madrinas acompañan al niño que recibe el don de la fe. Pero mañana, será el mismo niño con su propia fe quien dé “su personal ‘sí’ a Jesucristo, que nos dona el amor del Padre”, dijo el Pontífice el pasado 12 de enero de 2015 bautizando a 33 niños.
8. El 11 febrero de 2014, en una ceremonia celebrada en la Capilla Sixtina, Francisco bautizó a Giulia, una niña de siete meses, hija de una pareja italiana casada sólo por lo civil. El hecho de que los padres no estuvieran casados por la Iglesia no fue un problema para el Papa, que según la crónica, accedió a bautizar a la niña el 25 de septiembre 2013, cuando los padres se lo pidieron durante una audiencia general de los miércoles.
9. Personas de diferentes confesiones que piden el sacramento y existen otras situaciones más conflictivas, pero el Papa ofrece el criterio de “nunca decir que no a los que piden el bautismo".
10. Si dos personas musulmanas o budistas piden a un sacerdote celebrar el Bautismo de su niño porque está de moda, o por la belleza de la ceremonia, o por agradar a un amigo cristiano… eso es más delicado.
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Fuente:
es.aleteia.org/2015/05/08/papa-francisco-a-sacerdotes-no-negar-el-bautismo-salvacion-es-para-todos/
Pero, qué podemos hacer; alegando "razón pastoral" todo vale y se vulnera, sin más, la Disciplina de la Iglesia.
Tengo clarísimo que Dios no va a condenar a nadie. Ni siquiera a usted (a pesar de todo).
Pero llegar a ser tan mezquino de condenar a un niño por lo que haya hecho dejado de hacer su padre o madre...
Vamos ni de coña
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Pedro L. Llera
Usted me habla de una fe distinta de la católica. Y ya está.
En cambio si uno no se somete a las enseñanzas pastorales del Vaticano II, ni acepta en todos y cada uno de sus puntos el catecismo de Juan Pablo II, merece por ello la condenación eterna. Aunque crea en la Trinidad, la Encarnación, la Redención y todas las demás verdades que pertenecen a la fe católica.
Por cierto, el limbo nunca fue declarado dogma de fe.
Algunos pretenden ser más católicos que Díos.
Plantea un montón de cuestiones que tienen que ver con el bautismo, la salvación de los, infantes, etc. (Es bastante interesante).
Con esta opinión mía no pretendo de ninguna manera pontificar, es una opinión nada más.
Cuando tratamos temas como la salvación, la condenación; solo Dios, y solo El es el que escruta, sabe y juzga; lo nuestro son impresiones, opiniones, ¿por qué una persona tiene fe o no? ¿que culpa tienen los bebés no bautizados? ¿que sabemos realmente de las personas, su corazón y su interior?
Sí, el bautismo es necesario para la salvación, pero no es un "rito mágico" que te quita los males. Si la fe es una opción personal a una vocación, ¿podemos responder por la fe de un niño que no sabe donde se mete? ¿culpabilidad de infantes sin uso de razón por un pecado "heredado"?.......y muchas más preguntas se podían hacer.
Dios y solo Dios sabe de condenaciones y salvaciones. A nosotros nos toca ser fieles a nuestra vocación......y poco más.
Y no quiero entrar en el complejo tema teológico del pecado original, la historicidad de Adán y Eva, afirmada por la Iglesia (Humani Generis), de PIO XII, cuestionada por la exégesis bíblica de la mitad del siglo pasado hasta nuestros días, relatos elaborados en el siglo V-VI antes de Cristo, géneros literarios, etc, etc, etc............Eh, que no niego la realidad de tal pecado, pero que el asunto tiene tela y no es tan sencillo.
Cierto. A confesión de parte, relevo de prueba. La Tradición ha sido devorada por el Magisterio.
Escribe también LuisK: "el limbo nunca fue declarado dogma de fe".
Cierto también. Lo he aceptado desde el principio:
"Reconozco que, a diferencia del infierno y el purgatorio, el limbo de los niños o inocentes es (o era, dirán otros) doctrina común, mencionada durante siglos en los catecismos y la predicación, pero no verdad de fe divina y católica.
Una doctrina común susceptible de aclaración y precisión, hasta llegar en su caso a ser afirmada e incluso definida, en cierto sentido, como de fe divina y católica, como siempre fue el signo del desarrollo dogmático, que es desarrollo orgánico, homogéneo y accidental pero nunca decir blanco donde antes se dijo negro.
En lugar de eso, después de un documento de la Comisión Teológica Internacional aprobado por Benedicto XVI en 2007, lo que ha quedado en la mentalidad de los fieles es que el limbo de los niños ¡ha sido "abolido" o "derogado"! y sustituido por la misericordia divina."
La cuestión, entonces, está en si los niños muertos sin bautismo mueren o no con el pecado original, que ciertamente contrajeron al ser concebidos. Es decir, la cuestión está en si Dios los justifica de hecho extra-sacramentalmente o no, ya sea a todos o a solo algunos. Que eso es posible, i.e., que Dios puede hacerlo, no puede negarse a priori (y por eso hay que distinguir entre la necesidad propia del bautismo y la necesidad propia de la gracia).
Pero en verdad, a ciencia cierta, no lo sabemos y no parece que haya sido revelado... Y eso es lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica (y el documento de la CTI en el fondo no dice sino eso). Pero eso de ningún modo ha de conducir a descuidar el bautismo, antes al contrario, pues sí estamos seguros que el mismo infunde la gracia y borra el pecado original.
2. Que el pecado original lo contraemos todos los descendientes de Adán y Eva al ser naturalmente concebidos en el seno de nuestras madres, lo cual es un dogma de nuestra Santa Fe. Por supuesto, excepto la Inmaculada Concepción.
3. El pecado original es vacío de Dios y presa del demonio, pérdida de la condición de hijos de Dios. El pecado original nos hace reos de eterna condenación, porque ha enflaquecido el entendimiento (el bebé no lo tiene aún) y ha maleado la voluntad (el bebé tampoco decide aún); y la inclinación es al pecado personal por desenfrenar las pasiones y desatar la concupiscencia.
4. Es necesario recordar que el Sacramento del Bautismo es el Sacramento de la Fe, que hay que vivir la vida en correspondencia a la Fe para que Dios conceda la Gracia de poder vivir en el Cielo: la vida eterna.
5. Luego, recibir el Sacramento del Bautismo perdona el pecado original en el bebé y en el adulto, y los pecados personales y sus penas al adulto catecúmeno bien evangelizado, pero no quita la condenación eterna a los que son malos con natural entendimiento y libre voluntad de decidir pecar con la mira y afecto en cosas viles e inmundas hasta el final de su vida temporal.
6. El Bautismo borra el pecado original y los pecados personales con atrición a quien se lo administra la Iglesia Católica, pero no es acceso directo al Cielo sino con la muerte sobrevenida después de ser bautizado sin pecado mortal del adulto con fe. Pues, el poder de la tentación del maligno sobre nosotros por la infección del pecado original en el mundo no desaparece. De ahí, el necesario exorcismo en el Bautismo que hoy poco se practica en la consumación del Sacramento en los bebés y en los adultos para alejar su poder de tentación sobre nosotros.
7. El Bautismo tampoco nos devuelve al Paraíso, pues no quita ni la expulsión del mismo ni tampoco la sentencia, sino que nos eleva al Cielo por nuestras obras no solamente por la sola fe. Pues, el Bautismo es por los méritos de Cristo hasta la Cruz que nos recuerda nuestra Caída y quien es nuestro Salvador. La sentencia no es anulada por el Bautismo, esto es para Adán y Eva y su descendencia natural en vida temporal: a la mujer, las molestias y dolores multiplicados en el parto, y a vivir bajo el dominio del varón; y a éste, a no comer sino a costa de su sudor y trabajos, y hasta que con la muerte se conviertan sus cuerpos en el polvo de que los había formado, polvo eres y en polvo te convertirás. En ese estado somos engendrados cuantos naturalmente descendemos de Adán y Eva, infectados del pecado original y sujetos a mil desdichas, a la enfermedad y a la muerte.
por los méritos de su Hijo en hasta la Cruz
No podemos dejar de razonar sobre la oscuridad tenebrosa que el demonio suscitó en el Occidente cristiano, cuando después de la Edad Media sobrevinieron uno tras otros los golpes a la cristiandad de Europa. I-racionalismo, masonería desde Inglaterra (1717), Revolución Francesa, filosofía y ciencias dominadas por el nihilismo-ateo, Marx ( alemán fallecido en Londres), Lenín fue fletado por Alemania desde Finlandia a Rusia para que produjera disturbios; es decir, Europa es la responsable del comunismo soviético, como también de los pactos de Yalta entre Churchill, Roosevelt y Stalin, de lo que derivó la China comunista. El NOM, la Agenda 2030 tienen sus fuentes diabólicas en la Europa moderna anticristiana.
Ante esta realidad, la Virgen viene a decirnos que trae la Misión encargada por Su Hijo de ayudar a la Iglesia, es decir,a los cristianos y también a toda la humanidad a salir de la cloaca moderna. Pero nos advierte que Ella actúa desde el Sur, concretamente desde San Nicolás y desde la Argentina, País elegido por Dios para este fin.
Nos revela que la Nueva Alianza está en camino. Mons. Laurentain escribió un libro breve, un verdadero compendio exegético, sobre los Hechos de San Nicolás.
La Alianza establecida por Cristo ha sido derrumbada por la corrupción extrema y apostasía generalizada del hemisferio norte. Ahora, María establece en tiempos escatológicos una Nueva Alianza.
Los católicos europeos ¿aceptarán los urgentes llamados de María?
De allí la doctrina teológica del limbo (a la que personalmente adhiero), para los que mueren con solo el pecado original. Doctrina que, según el P. Royo Marín, no pertenece a la fe católica (en el sentido de que no ha recaído sobre ella ninguna definición expresa de la Iglesia) pero es completamente cierta en teología.
Habría que ver una de sus premisas: "de este fin sólo nos puede separar...", pues si en la misma se refiere a la bienaventuranza sobrenatural y al pecado personal, entonces es errónea y contraria a la fe católica, ya que implicaría que el pecado original, por no ser personal (pues no lo es el originado), no puede implicar la exclusión de la bienaventuranza sobrenatural, como de hecho la implica.
Resumiendo lo que expone el P. Royo Marín sobre la doctrina del limbo, siguiéndolo a santo Tomás, los que mueren con solo el pecado original quedan excluidos para siempre de la bienaventuranza sobrenatural, pero en el limbo no experimentan tristeza alguna por ello (ni tampoco experimentan ninguna pena corporal o de sentido), sino que probablemente gozan de una especie de bienaventuranza natural que les hace felices y dichosos (naturalmente).
En todo caso, el pecado original es un misterio sobrenatural: no se trata, por tanto, de explicar cabalmente todo lo que comporta e implica, sino, en todo caso, de responder a las objeciones en contra: o bien estas objeciones son erróneos, o bien no son conclusivas (algo similar ocurre con el misterio de la Santísima Trinidad: no se puede demostrar su intrínseca posibilidad). Y entonces se trata de mostrar que tal pecado original no repugna ni a la Sabiduría ni a la Justicia ni a la Bondad divinas.
En cuanto a la "cierta bienaventuranza natural" del limbo, la misma no puede darse en su sentido pleno natural, cual correspondería al estado de naturaleza humana pura, pues por el pecado original se está apartado de Dios como autor del orden natural. Por eso, en sentido propio, no puede haber allí bienaventuranza natural (mucho menos sobrenatural). De allí el "cierta" bienaventuranza...
En cuanto al pecado original, si bien no es "personal", no hay que olvidar que es "propio" de o para cada uno. Véanse los nn. 402 a 406 del Catecismo de la Iglesia Católica. Y no olvidar, sobre todo, que es un misterio.
Porque es un fin sobrenatural, no exigido por nuestra naturaleza y fuera del alcance de ella. Luego, si un hombre no recibe la gracia de la vida sobrenatural (gracia santificante), está muerto para el orden sobrenatural. Pero Dios no tiene ninguna obligación para con nosotros.
Es de Fe que Dios tiene voluntad salvífica universal, pero de hecho no todos se salvan, porque Dios no puede violar la libertad personal que el mismo crea. No es que no quiera, no puede, porque como causa primera crea nuestro modo libre de actuar. Por eso, quien se condena lo hace por culpa propia y quien se salva, por gracia de Dios.
Debe decir: Aquí alguien que odia a Cristo y a su única Iglesia.
Lo que afirma un modernista en cuanto tal, sobra.
"Si, como dice el catecismo de San Pío X, Dios nos ha creado "para conocerle, amarle y servirle en esta vida, y después verle y gozarle eternamente en la otra ", y obviamente de este fin sólo nos puede separar a cada uno la libre elección del pecado, ¿cómo se explica que haya personas que sin culpa personal puedan verse privadas de tal fin?"
Enseña el Concilio de Trento de modo solemne, infalible e irreformable:
"Si alguno afirma que el pecado de Adán le dañó a él solo, y no a su descendencia; y que perdió para sí, y no también para nosotros, la santidad y justicia que de Dios había recibido;
O que manchado él mismo con la culpa de su desobediencia, sólo transmitió la muerte y penas corporales a todo el género humano, pero no el pecado, que es la muerte del alma;
Sea excomulgado, pues contradice al Apóstol que afirma: ―Por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte; y de este modo pasó la muerte a todos los hombres por aquel en quien todos pecaron (Rom. 5, 12)."
Concilio de Trento, sesión V, canon III, 17 de junio de 1546, Denzinger 789.
Distinta de la tuya sí (Gracias a Dios)
Pero de la católica no.
Y si no, al tiempo
Al contrario, en el corán de Mahoma se rechazan expresamente la Trinidad, la Encarnación y la Redención.
Se rechaza la Trinidad y se llama idólatras a quienes la confesamos.
Se rechaza la Encarnación de la Segunda Persona de la Trinidad y se afirma que Jesucristo fue únicamente un simple profeta como Moisés, Juan el Bautista ... y como Mahoma, a quien los mahometanos tienen por el mayor de los profetas, el profeta por antonomasia: Alá es grande y Mahoma su profeta.
Y se rechaza la Redención, negando expresamente que Jesucristo muriera en la cruz.
Todo lo anterior es verdad innegable.
Lo cual no quita nada a la compasión hacia las mujeres (o los hombres) que viven en la oscuridad del islamismo.
En realidad, Dios puede hacer que todos quieran libremente, de modo infalible, el bien y así se salven indefectiblemente. De hecho, los que se salvan, se salvan porque Dios hace que indefectiblemente perseveren en la gracia recibida (al menos en el momento de la muerte, que eso es la perseverancia final). El operar libre de la creatura es causado por el mismo Dios en el orden primero. Claro que Dios no puede violar la libertad, pero hacer que infaliblemente escoja el bien (y siempre) no es violarla, es actualizarla. Con la Santísima Virgen lo hizo así, y ella fue plenamente libre. También fue libre Jesucristo, el cual fue no ya impecante, como la Virgen, sino absolutamente impecable. Por ello es que, respecto de los predestinados, Dios quiere que se salven de un modo que no se aplica a los réprobos: lo quiere con Voluntad consecuente, siempre eficaz. Si así lo quisiera respecto de los réprobos, nadie se condenaría. La permisión del mal no es algo que a Dios "se le escapa", sino algo querido por Dios (no el mal, sino la permisión del mismo). Entonces, respecto de los que no se salvan y se condenan, no ocurre "porque Dios no puede violar la libertad personal que Él mismo crea", sino porque mueren impenitentes, privados de la gracia, los que Dios podría hacer que libremente se convirtieran y murieran en gracia, pero Él quiere libérrimamente permitir el mal (últimamente, en orden al bien de su gloria). Entonces, respecto de los réprobos, Dios no quiere su salvación con Voluntad consecuente, sino sólo antecedente, a diferencia de los predestinados, cuya salvación la quiere con Voluntad consecuente, que siempre se cumple, infaliblemente. Tal es la doctrina de santo Tomás y de su escuela.
“76. He aquí que renegaron los que dijeron: En verdad Alá es el Mesih, hijo de Maryem ... 77. He aquí que renegaron los que dijeron: En verdad Alá es el tercero de tres; y no hay dioses, sino un Dios único … 79. No era el Mesih, hijo de Maryem, sino un profeta; …” (V, 76-79).
“156. Y su dicho: Ciertamente, nosotros matamos al Mesih Isa-ben Maryem, profeta de Alá; y no lo mataron y no lo crucificaron, sino que así les pareció …” (IV, 156).
“169. ¡Ye la gente del Libro! No encarezcáis vuestra ley, no digáis sobre Alá sino la verdad; ciertamente el Mesih Isa, hijo de Maryem, es profeta de Alá y su verbo que echó a Maryem y espíritu de Él; creed, pues, en Alá y su Profeta y no digáis tres; absteneos, será mejor para vosotros, en verdad, Alá es un Dios único … y basta con Alá de valedor” (IV, 169).
“Di: Él es Alá, único. Alá, el Eterno. No engendró ni fue engendrado. Y no es a Él igual, ninguno” (CXII).
Entre los mahometanos no hay ignorancia, sino rechazo, de la Trinidad, la Encarnación y la Redención.
Exacto. Muy buena su precisión.
Lamentablemente, es muy difícil para el hombre de mantalidad moderna, aproximarse a la noción de libertad. Porque la ideología mecanicista, lleva a la idea de un demiurgo programador y determinista.
Mas, el tiempo del “hombre viejo” no es la eternidad, por consiguiente tiene un término, que ha sido alcanzado. De ahí su derrumbe y todas las dificultades que enfrenta.
Pero, el Reino de Cristo no está sujeto a la caducidad del “hombre viejo del pecado”, sujeto al orden de la gracia, su crecimiento pertenece al orden de la gloria. Es el orden que vivifica la Nueva Alianza y establece mediante ella una sobre-relación de Dios con la Iglesia, con la humanidad y con el cosmos.
“Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos” (Mat 22, 32), y la vida que nos participa por el Bautismo es su vida de resurrección y gloria, por eso, “cuando Cristo vuestra vida se manifieste, vosotros os manifestaréis también en gloria con Él” (Col 3, 4).
La Nueva Alianza se establece mediante la Aurora de María que irradia la Luz de la Gloria de Cristo sobre la Iglesia, la humanidad y el cosmos. Por lo tanto, es Luz que transfigura toda la Creación para permitir que el Reino de Dios se extienda en toda su amplitud.
La Virgen anuncia que “el Señor está haciendo nacer en el cristiano, un nuevo cristiano”. Sólo este “nuevo cristiano”, fruto de la Nueva Alianza, puede ejercer de modo pleno nuestra condición de sacerdotes, reyes y profetas, condición requerida por el Reino.
Lo que María nos anuncia y revela es “algo tan grande como no lo hubo nunca desde la creación del mundo” (Mens. al P. E. Gobbi). Pues, lo que importa en la Historia de la Salvación es el Reino que Cristo fundó y sembró aquí en la Tierra, que Él ha de llevar a su plenitud cuando vuelva en su Parusía.
La Nueva Alianza ha sido confiada en su ejecución a María. Ella viene, nos dice, a preparar el camino a la Venida del Señor: “La Venida del Señor es inminente. Y, como dicen las Escrituras, nadie sabe el día ni la hora, pero ciertamente será, hija mía, ese día y a esa hora. Hasta las piedras sabrán de Él. Debe el cristiano prepararse. Debes darlo a conocer” (Mens. de la Virgen en San Nicolásd-Argentina).
Y en esta Nueva Alianza cuentan millones de no bautizados, ese tercio de dos mil setecientos millones que la Virgen reconoce como hijos suyos y a los que indica que “deben orar” por los dos tercios que van a la perdición.
Necesariamente debemos leer y reflexionar los Mensajes de la Virgen, de lo contrario quedaremos con nuestro saber del “hombre viejo del pecado”.
"La cristología del Corán es extremadamente característica y fue fuertemente influenciada por la literatura de los evangelios apócrifos.
Cristo, Isa, es llamado "hijo de María" y ésta confundida con María, la hermana de Moisés y Aarón (Cor 3, 31; Cor 19, 29). ...
Jesús no es más que "el servidor de Alá", mortal, como los demás profetas y "no desdeñó ser siervo de Alá" (Cor 4, 170). ...
Simple mortal, Cristo murió, pero la muerte en la Cruz no sería sino una "ilusión", una leyenda propagada por los judíos (Cor 4,155-156).
El Corán se indigna contra los cristianos, que dan al Mesías el título de "hijo de Dios" (Cor 5, 116; Cor 9, 30; Cor 43, 59). Repite, sin cansarse, que Alá "no engendró ni fue engendrado."
Entre los mahometanos no hay ignorancia, sino rechazo, de la Trinidad, la Encarnación y la Redención.
«Sed Rey de los que permanecen todavía envueltos en las tinieblas de la idolatría o del islamismo; dignaos atraerlos a todos a la luz de vuestro reino.»
¿Puede un idólatra salvarse en las tinieblas de la idolatría? ¿Puede un mahometano salvarse en las tinieblas del islamismo? No, únicamente "por la eficacia de la luz divina y de la gracia".
Lo cual no excluye que un idólatra o mahometano, en las condiciones recordadas por Pío IX en el texto citado, pueda finalmente recibir la luz de la fe católica y con ella la gracia, por el bautismo de deseo, salvándose en la Iglesia y por la Iglesia. Nunca en el islam o la idolatría.
"Pero, el Reino de Cristo no está sujeto a la caducidad del “hombre viejo del pecado”, sujeto al orden de la gracia, su crecimiento pertenece al orden de la gloria" (Hornero, Argentina).
El mensaje de Hornero es interesante. Enlaza con lo que mencionó la Comisión Teológica Internacional cuando abordó este asunto, donde se dice que al hablar de la Salvación y condenación en ocasiones se pone más el acento en el pecado heredado de Adán que en la Salvación ganada por Cristo (sin que ello suponga mermar la necesidad del bautismo como Sacramento de salvación del pecado original). Ahora bien, que la Voluntad salvífica de Dios es universal es un principio que se agota en sí mismo. En cambio, que únicamente el bautismo sacramental sea el medio de salvación no se agota en sí, puesto que existen el bautismo de deseo y el de sangre.
Dios puede realizar su Voluntad por medios extraordinarios, tal como nos muestra la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora.
La Salvación viene de Cristo y es inmerecida, mientras que la condenación siempre es merecida. Así, Dios quiere la Salvación de toda hombre concebido, pero, ¿permite que no la alcancen quienes mueren sin pecado personal? Es algo para lo cual hoy no hay respuesta. Ante esta duda cabe además una conclusión inquietante: la labor satánica del aborto estaría privando de la visión beatífica a incontables almas sin que éstas hayan podido rechazar a Dios.
Posiblemente, sólo lo sepamos en el Juicio Final. Mientras tanto, puesto que no es de fe la posibilidad del limbo, yo opto por adherirme a la posibilidad de la Esperanza y orar por la salvación de esos niños.
Pedro Luis: La Iglesia admite como válido el bautismo administrado por los protestantes, herejes, y, por tanto, excomulgados. Sin embargo no admite, salvo excapción, que los fieles católicos podamos administrarlo. ¿Cuál es su opinión al respecto?
por los proPero
Asistimos y participamos como sujetos primeros, en quienes concluye el largo tiempo del “hombre viejo del pecado” iniciado con la Caída original. Tiempo que se ha prolongado, en cuanto la Obra de Salvación de Cristo “permanece oculta con Cristo en Dios” (Col 3, 3); “Ven, siéntate a mi diestra hasta que tus enemigos hayan sido puestos bajo tus pies” (Mat 22, 44).
Es éste un punto fundamental para comprender los acontecimientos del presente. El turbión que envuelve a la Iglesia y al mundo oculta cómo los enemigos están siendo sometidos bajo los pies de Cristo.
“Ha comenzado un nuevo tiempo, ha nacido una Nueva Esperanza. Aferraos a esta Esperanza” (S.N. 14-10-1987).
Una parte grande de los cristianos parece ignorar, no comprender, o rechazar las intervenciones actuales de la Virgen. Esto hace imposible revertir el camino hacia el precipicio que siguen la Iglesia y el mundo.
No ha bastado la buena voluntad de Papas sabios y virtuosos, la de obispos, teólogos y fieles, para detener el mal. La tempestad desatada por el demonio es de carácter escatológico, su poder destructor sólo puede ser vencido por María.
Por eso viene la Virgen enviada por Su Hijo. Para establecer una Nueva Alianza que sustituya a la destruida por los pecados graves en extremo, por la apostasía generalizada, por el rechazo a sus intervenciones en La Salette, Lourdes, y Fátima, el menosprecio por el triunfo de Su Corazón Inmaculado en el mundo. En definitiva, el rechazo a Cristo.
La Nueva Alianza la establece María mediante Su Aurora, Luz de la Gloria de Cristo que la Virgen irradia sobre la Iglesia, la humanidad y el universo, “Significa que ya del Sur, puede el cristiano esperar la Nueva Alianza, porque está en camino. No todo está destruido,el Señor ha fijado una meta, ha puesto sus ojos en determinado lugar; esta tierra es la elegida por Él, aquí nacerán nuevos sarmientos para Su Viña” (S.N. 22-10-1987).
El sistema jurídico internacional, escrito o implícito, fenece entre ayes y crujidos.
Una Nueva Alianza meta-histórica, escatológica, preámbulo o pórtico del Reino Eterno.
Si los cristianos la rechazan, rechazan la Misericordia de Cristo. “Si esta generación no escucha a Mi Madre, perecerá. Pido al mundo que lo haga” (Mens. de Jesús en S.N. 12-3-1986).
Todos procuran acuerdos entre ellos; sínodos, documentos eclesiásticos y civiles, ONU., OTAN, NOM, etc. ¿Creen que así lograrán sobrevivir a la hecatombe?
¡Conviértanse! ¡Obedezcan y proclamen lo que María manda! ¡Obispos argentinos, sacerdotes y los demás, despierten! No silencien a Cristo y a Su Madre.
Sin embargo, esto no quiere decir que sea lícito a un simple fiel el administrar el bautismo, porque puede que lo hagan a quien no conviene, porque implicará pisotear el sacramento y no hacer medrar la gracia incoada. Por ejemplo un niño criado por un par de sodomitas.
Por eso, la norma es que lo administren sólo los sacerdotes, habiendo discriminado cuidadosamente al catecúmeno.
En definitiva, si un simple fiel administra el Bautismo, sin grave necesidad, será válido pero ilícito. Tal como lo hacen los herejes cuando lo administran correctamente (materia, intención , forma), lo hacen válida pero ilícitamente
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