Guerra, hambre y peste: los tres castigos de Dios sobre los pueblos
En 1805, don Pedro Gómez Bueno (1741-1807) predica en la solemnidad del domingo de ramos un sermón en la Real Iglesia de Santiago de Cádiz titulado Guerra, hambre y peste, los tres castigos de Dios sobre los pueblos, sirviendo de aviso a los mortales. El texto completo lo pueden leer pinchando en el enlace: el PDF está en la Biblioteca Virtual Andalucía. Les aseguro que nunca había oído hablar del P. Gómez Bueno. Pero la Divina Providencia, con su sabiduría infinita y eterna, hizo que este texto llegara a mi conocimiento. Y, por su interés, comparto con ustedes algunos fragmentos de este sermón de don Pedro Gómez, sin añadir ni quitar nada:
Nosotros en el día sufrimos guerras repetidas, hambres frecuentes y epidemias reiteradas. A vista de esto, deseo haceros conocer que, si Jesucristo anunciaba a Jerusalén varias calamidades en castigo de su obstinación y dureza, podemos temer nosotros que las calamidades que miramos presentes sean unos castigos del Cielo por nuestros pecados. Me da fundamento para esto la misma Iglesia. Ésta, en una de sus oraciones de rogativa por calamidad pública, pide encarecidamente a Dios que haga conocer a los hombres esto mismo. Haz, Señor, le dice, que los hombres conozcan que las calamidades son azotes de tu mano: que se los mandas cuando estás irritado contra ellos y que solo cesarán estando Vos aplacado: mortalium corda cognoscantte indignante talia flagella prodire et te miserante cessare. Pueblo Cristiano, conócelo tú de esta suerte: ¡Qué feliz fueras si así lo conocieras! Si cognovisses et tu: os he manifestado mi idea: intento deciros que la guerra, la hambre y la peste que hemos experimentado en estos años pueden ser muy bien efectos de la Divina Justicia indignada contra nosotros, pero añado que también pueden ser efectos de su misericordia para con nosotros dándonos estos recuerdos para nuestra enmienda. En breves palabras: la guerra, la hambre y la peste son castigos de Dios sobre los pueblos con los que avisa a los mortales sobre el arrepentimiento de sus culpas. Para que yo pueda imprimir en vuestros corazones estos sentimientos, recurramos antes todos a pedir los socorros de lo alto.
[…]
Si el mundo existiese sin providencia alguna divina, como los Atheos se lo han figurado, desde luego pudiera decirse que los bienes o los males que en él aconteciesen, eran efectos de la necesidad de la naturaleza o de una pura casualidad. Mas ilustrados nosotros con las celestiales luces de la fe y sabiendo que todo es gobernado por el Supremo Hacedor, cuyo inmenso brazo tocando fuertemente de un extremo a otro del Orbe, dispone suavemente cuanto en él sucede, ¿como no hemos de atribuir los acontecimientos prósperos o adversos a las ocultas disposiciones de su inescrutable providencia? ¿Seremos nosotros acaso del número de aquellos amigos de Job, cuando le decian que Dios se estaba señoreando en lo alto de los Cielos, sin cuidar en nada de las cosas humanas? Circa cardines Celi per ambulat; nec nostra considerat: no, Señores: nosotros debemos mirar las felicidades o infelicidades de esta vida, no con los ojos de una vana filosofía, sino con los ojos de la Santa Religión que profesamos. La Filosofía, al modo de un ave de corto vuelo, no extiende el giro de sus conocimientos sino sobre las causas subalternas y segundas. Nuestra Santa Religión se remonta a lo alto buscando la primera causa de quien todas las demás dependen. Esta infalible Maestra nos enseña que el Autor de la Naturaleza se vale de las mismas causas segundas y naturales para nuestro bien y nuestro mal: Armavit creaturam ad ultionem: se vale de ellas para nuestro daño unas veces y otras para nuestro provecho. Las sagradas letras nos hablan a cada paso de esta verdad. Los Oradores Evangélicos nos la están anunciando cada día.
En efecto, ¿tendrá Dios necesidad para castigarnos de obrar portentos y prodigios que trastornen visiblemente el orden de las cosas naturales? ¿Será necesario para esto que el Señor rompa las cataratas del Cielo o abra los abismos de la tierra como lo hizo en tiempo de Noé? ¿Será preciso que haga parar el Sol en medio de su carrera, o le obligue a retroceder algunas líneas de su curso, como lo ejecutó en los tiempos de Josué y de Ezequías? ¿Que haga llover fuego del Cielo como !o hizo sobre Sodoma y Gomorra en los de Abraham y Lot? ¿O que en fin le quite enteramente su luz al Sol, que desaparezca la claridad de la Luna o se caigan a pedazos las Estrellas del Cielo, como sucederá en el fin de los siglos? Nada de esto necesita hacer Dios para castigar a los mortales. Como Autor de la Naturaleza, y Legislador de ella, sabe disponer imperceptiblemente de las causas físicas para castigar o premiar a los hombres. De ellas mismas se vale su infinita Soberanía para la ejecución de sus designios y esto es lo que yo os digo que hace por medio de las calamidades públicas. Sin duda, ellas provienen de causas naturales; pero son castigos del Cielo sin dejar de ser naturales.
Para que lo veáis claramente observad conmigo los divinos castigos de que nos habla la Santa Escritura, y los veréis ser comúnmente del orden de la misma naturaleza. Porque, ¿qué cosa más natural que el que la tierra produzca espinas y abrojos, que el hombre sude cuando trabaja, que la mujer dé á luz sus hijos con dolor, y que todo viviente muera? Sin embargo, todas estas penalidades, aunque del orden natural, se han convertida en castigo del hombre pecador. La tierra fue maldecida de Dios por el pecado de Adán. A él le dijo el Señor, comerás el pan con el sudor de tu frente; a su esposa Eva, parirás tus hijos con dolores: si quebrantasen estos el precepto que les había impuesto, les intimó la pena de la muerte; morirás indefectiblemente. Morte morieris.
Mas no solo el pecado original es castigado con penas del orden de la naturaleza. Lo son también los pecados actuales o personales, como asimismo son premiadas muchas veces las virtudes de los hombres en esta vida mortal con beneficios temporales que el Señor les hace. Y si no, decidme, ¿no es cosa muy natural que las lluvias vengan en sus debidos tiempos, que las yerbas broten sus flores, y que las plantas y los arboles produzcan sus frutos? ¿Que sean abundantes las mieses, y que en los años felices se llenen los graneros de los labradores, y se alcancen unas cosechas a otras? Pues según consta en las sagradas letras, todo esto promete el Señor a su antiguo Pueblo, por premio de la observancia de su santa ley. Y al contrario amenaza con la privación de estos beneficios a los prevaricadores de sus mandatos. Las páginas del Levítico y Deuteronomio están llenas de semejantes premios y castigos. Si no guardares mis preceptos, dice el Señor en los citados libros, serás maldito en tus negocios de la Ciudad y en los del campo: maledictus eris in civitate maledictus in agro: malditos serán tus graneros, y la tierra que siembres se te convertirá en una salina. La sequedad, el ardor, las tormentas, las tempestades, lo destruirán todo. El hambre, la sed y las enfermedades os consumirán: os entregaré en manos de vuestros enemigos; todo será en contra de vosotros.
A vista de esto, ¿dejaremos de persuadirnos que las calamidades públicas son un efecto de la venganza divina sobre los hombres? ¿Podremos dejar de conocer que Dios manda castigos en esta vida, ya particulares sobre ciertas personas o familias, ya generales sobre pueblos enteros? Sí, fieles, el Señor tiene castigos que podemos llamar populares, para afligir con ellos Reinos, Provincias y Ciudades. En este mundo es donde se conduce de este modo: en el otro, como no hay sociedades separadas entre los destinados a las penas, y entonces a cada uno se le ha de dar lo que particularmente corresponda a sus obras: no se verán allí por eso castigos de sociedades. En este mundo, cuando ve la Majestad Divina que una nación o un pueblo se aparta de su ley con descaro, suele descargar sobre ellos el brazo de su justicia por los medios que os he expresado. En los primeros siglos del mundo se vio un general castigo del género humano, cuando reinando un general desorden entre los hijos de los hombres, y habiendo toda carne corrompido su camino, mandó Dios aquel universal diluvio en que todos quedaron sumergidos en sus aguas, a excepción de Noé y su familia. De esta manera puede Dios castigarnos en nuestros días, enviando calamidades públicas sobre los pueblos escandalosos y pervertidos. El imperio Romano, significado en aquella misteriosa estatua que vió Daniel, es una prueba grande de esta verdad. Duró aquel imperio muchos siglos, mientras que los Romanos conservaron algunas virtudes, en cuyo premio lo permitió así la divina bondad, según el sentir del Angélico Doctor y otros Padres, pero luego que el hierro de la estatua en que estaba simbolizado el imperio Romano, se mezcló con el barro; esto es, luego que los vicios de los Romanos superaron a sus virtudes morales, hace el Señor que una multitud de bárbaras naciones trastornen y destruyan aquel imperio que había dominado por tantos siglos a casi todo el mundo conocido. Convengamos, pues, en que Dios castiga los pueblos cuando le parece, por medios que los hombres no siempre los penetran. Reconozcamos lo que se nos dice en el libro del Eclesiástico, que las muertes, las guerras, las hambres, están dispuestas por la Majestad Divina en castigo de las maldades de los hombres, mors, sanguis, contentiones, opresiones, fames et flagella: propter iniquos creata sunt omnia. No diré absolutamente que en el curso ordinario de su providencia, haga siempre el Señor estos castigos, pero además de que la Santa Escritura nos dice ser este el modo con que ha acostumbrado ostentar su justicia aun en este mundo, lo podemos temer con sobrado fundamento. Así juzgo que las calamidades que en el día experimentamos nosotros, son un manifiesto castigo de los escándalos y pecados que cometemos.
¿Acaso no tiene motivos Dios para castigar a esta generación perversa? ¿No claman al cielo los pecados del aborto o de la eutanasia; el pecado nefando, la degeneración de las costumbres o la perversión moral?
«¡No, Dios no castiga nunca!», clama un coro de herejes modernistas y apóstatas. «¡Eres un rígido integrista!», «Esas homilías son propias del pasado: era otra Iglesia distinta. Ahora no creemos en lo que predicaba ese cura carca en Cádiz en 1805»…
Asistimos atónitos y consternados a un combate contra una nueva religión sincrética de la humanidad, puramente antropocéntrica, que se quiere imponer a la única y verdadera religión. Vean algún ejemplo reciente:
Arzobispo de Argel: «Tenemos que deshacernos de la idea de que tenemos que evangelizar»
Arzobispo Jean-Paul Vesco: Seré arzobispo de Argel como lo fui de Orán. La Iglesia de Argelia vive a caballo entre dos mundos y esto contribuye a la dificultad de estar allí. Durante el viaje del Papa Francisco a Irak, donde se reunió con el ayatolá Ali el-Sistani, máxima autoridad musulmana chiita del país, el Papa dijo: «Muy a menudo, tenemos que arriesgarnos para dar el paso de la fraternidad. Hay críticos, dicen que el Papa es un inconsciente, que toma medidas contra la doctrina católica…».
Estas palabras del Papa Francisco expresan exactamente lo que vivo y siento: somos ante todo hermanos humanos. Se ha atrevido a asumir el riesgo de afirmar una hermandad humana, más allá de las filiaciones religiosas. De este modo, muestra que la evangelización se realiza en la fraternidad y no en la conversión. ¡Esto es revolucionario! En cierto modo, afirma que el bautismo no es la condición de la salvación.
Hay que insitir a tiempo y a destiempo: no hay salvación fuera de la Iglesia. No hay otro Salvador que Jesucristo.
No hay día que no nos veamos obligados a leer noticias de sacerdotes, monjas, obispos y cardenales que causan escándalo a los pequeños:
Obispo alemán, sobre parejas gays: “Negar una bendición que se desea es una maldición”
Mons. Markus Büchel: «Me imagino a muchas mujeres como sacerdotes»
Cardenal Ouellet: la causa de los abusos no es el celibato, es el desequilibrio afectivo
El jefe del episcopado de la UE, partidario de cambiar la doctrina sobre la homosexualidad: “Creo que el fundamento sociológico-científico de esta enseñanza ya no es el correcto”, dijo Hollerich.
El padre Ángel: «Todavía no hemos conseguido que las mujeres sean obispos o sacerdotes»
El Señor envía sus castigos contra los pueblos escandalosos y pervertidos que se apartan con descaro de su Ley; y también contra los enemigos de Dios y de su Santa Iglesia, que trabajan día y noche por dinamitarla desde fuera y también desde dentro de la propia Iglesia.
Motivos para que Dios nos castigue hay de sobra. Que el Señor se apiade de nosotros.
De la guerra, del hambre y de la peste, líbranos, Señor.
Conversión y penitencia.
73 comentarios
Muchas gracias
El problema es ver que los inocentes también son castigados.
Bien, vale, nadie es inocente y todos hemos pecado alguna vez, pero se entiende lo que quiero decir.
Una plaga, una guerra, un terremoto, no distingue entre buenos y malos.
Ahora mismo puede que en el hogar de un buen padre de familia de Jarkov, cristiano ortodoxo o uniata, caiga una bomba rusa y reviente a sus hijos.
Mientras un gay de Francia o un obispo heterodoxo de Alemania desayunan tranquilamente en sus casas.
¿Y qué pecados habrán cometido los niños ucranios?.
El sufrimiento de los inocentes es uno de los grandes misterios de la fe cristiana.
Y los castigos colectivos me parecen terriblemente injustos.
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Pedro L. Llera
Se le olvida que nosotros vivimos con la perspectiva de la vida eterna. La vida no se acaba con la muerte física. Hay un cielo, un purgatorio y un infierno. Y Dios es justo y misericordiosos y sabrá enjugar las lágrimas de los inocentes, premiar a los justos y condenar a los malvados. La muerte no es el final. La verdadera felicidad y la verdadera vida es la visión beatífica de Dios y la vida eterna.
Esto mismo es lo que los santos Padres en su guerra contra el hereje Pelagio le objetaban: Que si los niños, como dice Pelagio, son inocentes porque no han contraído el pecado original, ¿por qué un Dios justo y omnipotente permite la muerte de los no nacidos y niños sin uso de razón? Precisamente, porque no son inocentes. Ningún hombre de la faz de la tierra hubiera sufrido la muerte corporal sin el pecado de Adán, ninguno. Pero en castigo por ese pecado, todos sufrimos la muerte, y todos, menos Nuestro Señor y Nuestra Señora, somos desde el momento de nuestra concepción culpables ante Dios.
Pidamos a la Misericordia divina que convierta nuestros corazones para que se produzca el deseado arrepentimiento.
Saludos cordiales.
Es que la soberbia no tiene límites, que hasta nos ponemos de jueces de Dios, y decidimos que o bien Dios es injusto, o bien lo que Dios ha revelado es falso, en cualquier caso Dios se equivocó.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí pecador.
😂😂😂
Si la tercera opción sería padecer los errores de Alejandro Bermúdez, David seguiría eligiendo la peste.
A veces se observa, y si yo lo veo en otros, otros lo verán en mí, opiniones contaminadas porque ya no interpretamos las Escrituras conforme a la Ley de Dios sino que introducimos "matices" más que sospechosos. Como bien dice Santa Teresa: "Dios no se muda" y nosotros queremos ir con los tiempos y de esa manera perdemos la inocencia. Alguien podría decir, si yo muriera en un bombardeo o víctima de la COVID, que ha muerto una inocente, ya que no consta en mi currículo que haya hecho daño a nadie, pero no soy inocente y Dios lo sabe. Nuestro concepto de inocencia es un concepto legal.
Sabemos que Job era inocente porque esa historia trata, precisamente, de alguien cuya vida era un libro abierto y Dios mismo lo conceptuaba así, pero no es el caso de la mayoría.
Claramente. El "pequeño" detalle acerca de eso es: ¿A ver dónde encuentras a alguien como Job hoy día? Un hombre de una santidad extraordinaria hasta el punto que Dios mismo en sus Santas Escrituras lo alaba: «¿Has reparado en mi siervo Job? No hay nadie en la tierra como él, hombre recto, íntegro, temeroso de Dios y apartado del mal» (Job 1, 8). Recalco lo que dice: «No hay nadie en la tierra como él».
También que esto no se aplica a las sociedades en conjunto, a no ser que todo un país o pueblo de algún lugar sean tan santos como Job. Y si ya es imposible o casi imposible encontrar hoy día a alguien con una santidad semejante a la de Job, es claro que no existe hoy pueblo ni nación que lo sean.
Por eso el argumento de "Job" no viene al caso, porque en todo caso, es una excepción que prueba la regla. Excepcionalmente algún santo sufrirá algún mal sin culpa suya, pero de ahí a aplicarlo a países, ciudades, etcétera es un salto casi infinito.
Además, ordinariamente, ni si quiera los santos sufren males sin culpa suya. No pocos santos fueron al purgatorio antes de entrar al cielo. Así que ahora considera quién es tan santo en la tierra como Job como para sufrir un mal sin ser culpable él de sufrirlo.
Si Dios no lo reivindica, no tenemos por qué atribuirle estos graves males, que perfectamente pueden ser obra del Maligno.
"La guerra, la hambre y la peste" han estado ausentes de Europa Occidental durante más de 30 años. ¿Hemos de deducir de eso que durante esos 30 años se ha pecado poco o muy poco en Europa Occidental?
En cambio, en los siglos anteriores había guerras y pestes continuadas pese a que la gente era muy religiosa y rezaba mucho y no había eutanasia ni aborto legal.
Relacionar enfermedades y guerras con estadísticas de pecado NO ES DEMOSTRABLE. "Ni él pecó, ni sus padres, ni aquellos galileos..."
Lo que hace es porque Dios lo permite. Así que Dios está detrás de todo. Por lo que sea... pero Dios es el último eslabón, siempre.
Y no podemos pretender razonarlo con nuestra medida de pecado. En la época de mis abuelos no había aborto (casi). Vale. Pero mi abuela decía bien alto que creía que los niños x (con síndromes, etc) no debían nacer y que el estado no debía dar ayudas. Mentalidad eugenésica peor incluso que la de hoy. Y en muchos casos los tenían en casa en condiciones muy mejorables, por no decir medio abandonados. Hoy se abortan muchos de esos niños. La mayoría en ciertos países. Pero también surgieron ayudas para los nacidos y se les tiene en mejor consideración. Como eso muchas cosas. La medida de pecado no la tenemos nosotros. Hay muchos pecados. Solo Dios sabe. Y Dios maneja la misericordia y la justicia, no nosotros con nuestros pobres cálculos.
Respecto a Job, aunque no volviera a haber otro como él, creo que es un espejo en el que deberíamos miramos. Los últimos cristianos creo que tienen en él un tesoro para preservar la Fe. El Maligno puede intentar que crean no ser merecedores de esas penurias. Lo fueran o no, Job. Solo Dios sabe. Dios dispone. Y siempre por Bien. Si lo que vivimos sirve para salvarnos, e incluso salvarse otros, bienvenido sea. Lo demás, todo pasa.
Dios no puede ser interpretado bajo nuestra limitada lógica retributiva.
Es el sacrificio salvifico de Jesucristo el que ilumina el sentido del sufrimiento humano, descubriéndonos su valor redentor.
Gracias Don Pedro por recordarnos la urgencia de nuestra conversión, que es la misma urgencia de Dios Misericordioso.
Bendiciones!
Familias con niños, buenos cristianos, refugiados en estaciones de metro por culpa de los bombardeos sobre la población civil.
Europa se prepara para otra avalancha de refugiados.
La economía occidental se va a resentir.
Dios le dio al hombre libre albedrío para que fuera responsablede sus actos.
Putin es culpable.
Podemos razonar alguna cosa, hasta un cierto punto. Lo demás solo podemos descansarlo en Dios. Aceptar y cumplir su Voluntad. Además hace falta tiempo para estar a la distancia adecuada y poder percibir el cuadro completo y no solo un amasijo de colores.
Que alejarse de Dios trae consecuencias nefastas es un hecho. No solo en sitios 'pervertidos', como usted comenta. Pecados hay muchos. Y el Plan de Dios, es de Dios, no nuestro. A saber lo interconectados que estamos en ese Plan Salvífico. Pero por concretar, pej, en Europa en el SXX se vivieron dos guerras mundiales, el azote del comunismo ateo, etc. Fue un horror de siglo en muchos aspectos. Todo eso tras el SXIX, donde se produjo la gran ruptura del pueblo con el cristianismo y con Dios. Precisamente en lo que usted llama países pervertidos. Ahora en estos países estamos inmersos en otro tipo de guerra más cultural. Los pro/pansexualismo, los antifamilia, los antimatrimonio, los contrarios a la obra de Dios, los hombres y las mujeres, etc, cargando contra los pocos cristianos que quedamos. También pudiera ser que estuviéramos en una guerra biológica, si se confirmara que propagan virus como este último que estamos viviendo, mascarilla en mano. Incluso tecnológica. Lo que no sabemos es mucho más que lo que sabemos...
Ya hay varios que intentan colar esa morcilla en este cocido.
No es el momento para sacar ahora noticias políticas, pero Putin ha hecho exactamente lo mismo que Hitler cuando invadió checoeslovaquia, que fue el primer país ajeno que invadió.
A mi juicio, la tesis del castigo divino tiene dos problemas:
1) la imposibilidad de tener la seguridad de que una desgracia es un castigo divino, y si una persona no puede saber con certeza si ha sido castigado por Dios o no, el efecto medicinal del castigo sólo podría darse si la persona elige atribuir su desgracia a un castigo de Dios.
2) el castigo colectivo. Es comprensible que un individuo y solo él reciba un castigo en su propia persona por sus malas acciones, con objeto de mostrarle las consecuencias de su mal proceder. Sin embargo, me cuesta entender que una colectividad, como un país entero, sea castigado por las malas acciones de una parte del grupo. Como ocurre con todas las guerras, siempre habrá personas que, por ejemplo, crean que la guerra civil española fue un castigo divino, pero surge la pregunta de si todos los españoles merecían una guerra civil como castigo divino. Otra cosa diferente al castigo divino es que los errores políticos de una parte de los españoles condujeron a una guerra civil que sufrieron todos, pero como consecuencia del curso humano de los acontecimientos. En fin, el tema es complejo.
La verdadera razón de que Putin no quiera al LGTBI está clara: este es un movimiento que descompone una nación y él lo sabe, no tiene utilidad ninguna para él (que es un nacionalista) y opera como un poder en la sombra. Esto puede interesar al NOM, pero no a él ni a al PCCH.
No hay que confundir razones tácticas con razones morales. El Orgullo Gay y el Orgullo Nacional se llevan muy mal y, de hecho, los países del NOM lo saben y por eso lo fomentan, para que las masas sin familia, sin patria y sin nada a lo que asirse sean incapaces de vivir, y mucho menos de morir, por nada.
El que Occidente esté podrido no implica que Putin sea el salvador de nadie, va a lo suyo y por eso evita e incluso prohíbe que se urgue en su historia próxima. Como sabe que Occidente se ha pasado la vida llamando nazi a cualquiera sigue el ejemplo y lo hace él también, con mucho cuidado para que no le llamen comunista. El Cesaropapismo con la Iglesia Rusa le viene de perlas, aunque sea más ateo que tú, y los despistadillos hartos del NOM le aplauden con las orejas. Algo así como si en el pasado para que no me llamen nazi me hago comunista o para que no me llamen comunista me hago nazi.
En realidad Putin solo tiene una cosa en la cabeza: Rusia fue un Imperio tanto con los zares como con los soviéticos y también tiene que serlo con él, de manera que necesita en Ucrania un títere como el de Bielorrusia que le secunde en todo.
Por otro lado los muy astutos países occidentales le llenaron a Ucrania la cabeza con ideas imposibles, como que puede pertenecer a la UE o a la OTAN, y eso no puede ser por una cuestión geopolítica clara.
Para parar esta guerra, que todo Occidente va a mirar sin intervenir, bastaría con que Ucrania se comprometiera a ser un país bisagra entre Rusia y la UE y firmar un acuerdo con Rusia de que, en jamás de los jamases, nadie iba a utilizar a Ucrania para agredir a Rusia ni se iban a poner allí bases militares apuntando a Moscú.
Puede que eso a Putin no le bastara, pero habría que intentarlo. Los cobardes occidentales ya están todos en los balcones dispuestos a ver el espectáculo.
-Desde que gobierna Rusia (1999) en su país se han realizado casi veinte millones de abortos.
-Ha invadido dos naciones cristianas, Georgia (2008) y Ucrania (2014-2022) provocando miles de muertos.
-Es el principal valedor de las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bielorrusia, y las repúblicas islámicas exsoviéticas.
-Ha envenenado y asesinado a opositores políticos y periodistas.
-Ha cometido un genocidio en Chechenia.
Africa: si tengo más, igual o menos dificultades en es asunto mío. En todo caso, lo suyo es un ataque personal y no un argumento que sirva para demostrar nada.En cuanto a las bombas atómicas (y no precisamente del otro lado) las consideran una acción ejemplar.
https://www.youtube.com/watch?v=BmIBbcxseXM (video de Praguer University en inglés con subtítulos en castellamo).
Yo leí un artículo de Juan Manuel de Prada, que entendía lo que Putin estaba haciendo y por qué -razones geopolíticas- pero no se le ocurría mezclar tal cosa con la idea de que es el Justiciero de Dios. ¡Qué barbaridad! Putin ha dicho cosas sensatas, pero las pretensiones que tiene al invadir Ucrania son absurdas porque tendrá que ponerse él de tirano de todo un pueblo que no es el suyo. Las últimas declaraciones de Putin son las de un loco y no dice más que tonterías tratando de tapar lo que hace con el ya manido insulto de "nazi" a todo el mundo.
Fascista fue Bujarin para Stalin y para éste es fascista hasta el Metropolita de Lvov ¿o ahora se llama Leópolis? Si se llama así también hay que cambiarle el nombre porque es el que tenía cuando era la capital de la Galitzia austrohúngara, así que ¿por qué no Putingrado?
se lee:
"De lo que aquí estamos hablando, es que se trata de la causa segunda de la que Dios se está valiendo para redimir a ucrania y para que tomen nota los demás."
Genial.
Una prueba de la inexistencia de Dios, via discurso apofántico.
Con este razonamiento, lleno de tanta claridad y determinación, ¿Para qué queremos refutaciones a las vías del Aquinate, opacas y veladas ?
Para mí, sin embargo, la evidencia -no empírica- porque obviamente no puedo demostrarlo, es que la lejanía de Dios trae este tipo de consecuencias. La primera consecuencia es algún horror al que el Mal lleva a los hombres alejados del Creador. Después, cuando Dios lo considera oportuno, y no según nuestros pobres cálculos, da un tirón para que sus criaturas despierten y puedan/podamos volver a Él (que es lo que aquí se llama castigo). Dios no nos deja nunca. Y si necesitamos un tironcillo, nos lo da. Pero lo creo desde el plano de la Fe, razonando hasta donde mi cabecita da, que no es mucho, ciertamente (me empapo también de los razonamientos de los demás, claro). Con el paso del tiempo los que vengan detrás nuestra, verán más claro este momento histórico. Igual que el SXX se ve más claro ahora que cuando se estaba viviendo, como una consecuencia de los siglos anteriores. Pero igual que me pasa a mí o a otros, deducirán hasta cierto punto. No lo vamos a saber todo hasta el final. Y sigo insistiendo en otro tipo de guerras. No todas son ni serán como las conocidas hasta ahora y como la iniciada estos días. Y esas guerras sí nos estarían afectando. A mí personalmente, como madre de dos críos pequeños, me afecta la guerra que están librando contra ellos, contra su correcto desarrollo psicosexual. Así que aquí me tiene librando esa batalla por ellos. No nos movimos por los hijos de otras personas. Era más cómodo pasar Pero caray, por los nuestros sí nos encaramos. Al ver que nos oponemos al fomento de sus prácticas, muchos pueden despertar. Por lo menos habrán tenido la oportunidad, que es lo que nos garantiza Dios siempre. Un tironcillo de vez en cuando, y Dios va escribiendo recto con nuestros renglones torcidos.
La guerra, la gran guerra, está ganada de antemano. Pero hay que vivirla.
El maligno no puede hacer nada sin la permisión divina. Y como las muchedumbres nunca son Job, esa permisión es pena por los pecados. Además, basta dar una ojeada por nuestro mundo actual.
Saludos cordiales.
Actualmente se han transgredido muchísimas leyes, se mata al no nacido y al anciano o enfermo, se promueve la homosexualidad, se alecciona a los niños con ideas políticas y con el sexo, se ataca a la iglesia, se masacra a los cristianos, se fomenta el odio y la división, etc. Estas formas de actuar, faltando a las leyes divinas, tienen como consecuencia las correspondientes penas, de ahí las catástrofes naturales, las epidemias, las guerras, etc. La Virgen, en sus apariciones, lo anuncia y pide la conversión a Dios.
Según las leyes humanas, los jueces pueden conceder un indulto si se cumplen ciertas condiciones y Dios, juez supremo, puede hacerlo si cumplimos las condiciones necesarias: el arrepentimiento y la oración. Por eso es importante la reparación, como lo que están haciendo las monjas de clausura y otras monjas, los sacerdotes y tantos que rezan y se ofrecen para reparar las faltas que se están cometiendo contra la Ley de Dios. También es positiva la entrega abnegada de personas que ayudan a los que sufren, las que con su trabajo facilitan la vida, y otras muchas que están al servicio de los demás y al de Dios, con amor y con fe.
Confiemos en que la humanidad recapacite y logre el indulto que Dios está deseando conceder.
Como dice un salmo:
Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!
Los alimentaría con flor de harina,
los saciaría con miel silvestre.
Veo que es usted de esos católicos que necesitan ir detrás de algún caudillo autoritario, y que aplaude que Putin persiga a los Testigos de Jehová.
Putin promueve el nacionalismo basado en el pasado zarista donde el único cristianismo válido es el ortodoxo ruso autocéfalo, de forma que ya el patriarca de Moscú ha dejado de estar en comunión con Constantinopla.
¿Le suena el cesaropapismo?.
Los católicos siempre serán ciudadanos de segunda en Rusia y demos gracias a que todavía no nos pase como a los Testigos.
Pero uds. se lo perdonan todo.
La cuestión no es qué piensa Putin, sino la cobardía de E.U., Inglaterra y la OTAN para actuar conforme a las alharacas y verborreas de dirigentes y medios.
Putin ha ocupado Ucrania, y ha advertido hacerlo con Suecia y Finlandia si insisten en sumarse a la OTAN.
El NOM se desmorona delante del mundo.
Europa, si en medio de su decadencia intelectual-política-militar y moral conserva algo de su patrimonio greco-romano-católico, debiera iniciar un proceso de conversión a sus raíces cristianas. Sólo así saldrá de la ciénaga en que se halla, y dispondrá de la inteligencia y alientos necesarios para enfrentar la nueva situación que le ha sobrevenido en cuarenta y ocho horas. Debe tomar la iniciativa de un diálogo con Rusia, no sólo con Putin, sino con la Iglesia Ortodoxa Rusa a fin de alcanzar una mutua convivencia que permitirá a una y a otra sustituir el NOM amenazante por un orden cristiano.
¿Cuál será la suerte de Inglaterra y de E.U.? Sólo Dios lo sabe, es prematuro decirlo.
PD: la carta jugada por Putin es su explícita afirmación de apelar a las armas nucleares antes que aceptar la hegemonía de E.U. mediante el NOM.
La mediocridad de los consumistas americanos y europeos no ha sido capaz de superar el desafío de Putin. Nadie da la vida por Ucrania, como no la van a dar por Suecia ni por Finlandia.
Las consecuencias surgen solas.
Primero, todos los males corporales que sufrimos son castigos de Dios. Todos, sin excepción (enfermedades, fracturas, lesiones y hasta la muerte), son castigos por el pecado original, esto es doctrina católica:
«la muerte y todos los males corporales consecuentes son algunos castigos del pecado original. Y aunque estos males no fueran intentados por el pecador, sin embargo, han sido ordenados por la justicia de Dios, que castiga (por el pecado)» (Santo Tomás de Aquino, STh I-II, q. 85, a. 5)
Por eso, basta con que la justicia de Dios decida que, en castigo por el pecado original, algún pueblo sufra la guerra. En realidad, es por la misericordia de Dios el que los hombres no lo sufran, y también en los bautizados, porque éstos, aunque limpios de la culpa, quedan, sin embargo, con las penas temporales que sean útiles para su salvación; pues las penas por el pecado original se borrarán todas en la resurrección final.
De hecho, esto mismo es lo que expone Cristo, que es por la misericordia el que unos no sufran castigos: "En aquel mismo momento llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas?" (Lc 13, 1-2)
Aquí no dice que no fuese un castigo por sus pecados, sino que esos galileos eran tan pecadores como el resto, que fueron justamente castigados, y que, por lo tanto, los demás también merecen ese castigo, por eso justo después añade "No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo" (13, 3), es decir, con aquellos galileos que fueron castigados por sus pecados Dios obró con justicia, pero con los demás que son igual de pecadores, está obrando con misericordia, dando tiempo a su conversión, pero sino se convierten, serán castigados con la muerte del mismo modo. ¿Y cómo sabemos que esto es así? Porque nada más termina esta amenaza, Cristo enseña la parábola de la higuera (Lc 13, 6-9), a la cuál da tiempo para que de frutos, y sino lo da, entonces será cortada, y todo por su misericordia; más si fuere por justicia, tiempo ha que ya hubiera cortado la higuera.
Por último, ni el estimado Don Pedro ni el sacerdote citado en el artículo dice que Dios sólo castigue con la peste, hambre y la guerra. En realidad, occidente lleva siglos siendo castigado con algo muchísimo peor que estas tres calamidades juntas, y cedo la palabra al santo Cura de Ars: «Un buen sacerdote [u obispo], un párroco según el corazón de Dios, es el mayor tesoro que el Señor puede conceder a una parroquia [o diócesis] y uno de los más preciosos dones de la misericordia divina. Por el contrario, un mal sacerdote [u obispo], es uno de los más terribles azotes de la cólera divina» (Sermón sobre las rogativas).
Si ahora Dios decide castigar con estas tres calamidades, es por exceso de su misericordia, ya que esto puede ser el inicio de la purificación de su santa Iglesia, cosa que no pasará mientras nos siga azotando con los malos pastores sagrados, azote debido justamente por nuestros pecados, y que si no nos convertimos, no se aplacará su mano.
Por eso la Virgen Santísima en todas sus aprobadas apariciones repite la incesante necesidad de la conversión y la penitencia. Sin esto, jamás Dios enviará a pastores sagrados que defiendan y alimenten al rebaño, al contrario, cerrará todas las puertas para que esto no suceda, no dará la gracia para que ningún buen católico llegue a sacerdote, y si llega, su providencia impedirá que haga todo el bien que pudiera. Por eso, la próxima vez que veamos un mal obispo, un mal párroco, vayamos a un espejo a ver la causa de ello, y con el auxilio de Dios, obremos en consecuencia: conversión y penitencia.
Sobre Putin si es o no instrumento de justicia divina la verdad es que difícil de saber, por sus pecados personales y aliados como China, Irán, Cuba etc. En occidente tenemos a muchos líderes de poca monta y además anticristianos, basta ver los líderes en la UE etc... Estaríamos mejor bajo dominio Ruso? La verdad es que con políticos como los que tenemos en occidente lamentablemente no ayudan a dejar claro que no desde el punto de vista Cristiano. En occidente bien merecidas tenemos muchas cosas y sobre Ucrania no sé si merezca lo que pasa, salvo sus fiestas juveniles liberrimas o algunas ideologías que ya estaban permeando no tengo claro que merezcan está desgracia.
Merecemos estás desgracias pero hay países que las merecen más que otros y sinceramente Ucrania no pareciera uno de ellos.
De momento mis oraciones van por aquellas implicados en una guerra, que son los ucranianos, en cuyo territorio se está matando, rezar para que mate más es un contradios.
Si tú piensas que solo hay que rezar por Putin das la impresión de que estás con él porque ya has decidido que lo que hace está bien. Cuando hables de todos los políticos que están haciendo daño, por una razón o por otra, puede que tengas alguna credibilidad.
Es algo elemental y objetivo reconocer la negativa explícita y reiterada y justa por parte de Putin de aceptar la hegemonía de E.U. sobre el NOM concebido por los cerebros del poder financiero-masónico de occidente.
Que la invasión de Rusia a Ucrania puede desencadenar una guerra de proporciones limitadas, sino la mundial no querida por nadie, sobre toda Europa y sobre el mismísimo E.U., está dentro de lo posible, porque en un mundo carente de las virtudes cristianas, el orgullo y el odio se incendian fácilmente.
Europa en particular, y la cristiandad en general, permanecen sin reconocer su culpa en esta situación que hasta podría conducir al abismo.
"Claves en tiempo de tribulación/guerra/asedio" :
"Y también, por supuesto, la Iglesia ora durante los tres primeros siglos por los gobernantes perseguidores. Por tanto, la victoria final de la Iglesia sobre el Imperio romano debe atribuirse no a revueltas de protesta o a manifestaciones reivindicativas –que nunca se dieron, y que por otra parte no eran posibles–, sino principalmente a las oraciones de los cristianos, que, fieles al mandato del Salvador, oraron siempre por sus enemigos y perseguidores (Mt 5,44; Lc 6,27-28).
San Cipriano (210-258), Obispo de Cartago, durante las devastadoras persecuciones de Decio y de Valeriano, escribió preciosas cartas para la confortación de los cristianos. Insistía mucho en el escudo de la oración, «para poder resistir en el día malo» (Ef 6,13), y también en el reconocimiento humilde de los pecados: «nos merecemos estas persecuciones; nos las hemos ganado».
“-- (extraido del blog del P Iraburu) ----“
Bueno y católico comentario.
La guerra no es nunca una buena noticia y, además, gane quién gane seguirá adelante el aborto. No sé si considera que Rusia es Europa o no, porque Rusia es un mix, pero eche una ojeada a Asia y ya me dirá lo que encuentra allí. Europa fue cristiana, ya no lo es, así que ahora lo que suceda no es culpa nuestra, hemos vuelto a nuestros orígenes de minorías perseguidas. Solo a los locos del ISIS se les ocurre creer que atentar en Europa es luchar contra los cristianos, no están luchando contra los cristianos están luchando contra la costra, esa cosa viscosa que nos rodea, y que también les ha alcanzado a ellos.
Si algo demuestra la situación actual es que la mentira, mil veces repetidas, de que son las religiones las que provocan las guerras ha quedado en evidencia. Las dos primeras guerras mundiales no fueron provocadas por ninguna religión y ésta que ha empezado y ojalá termine pronto, recemos por ello, tampoco.
Concretamente voy a rezar para que la santa ira divina reparta justicia en el Kremlin.
Si Dios castigara de verdad, lo apreciaríamos de forma clara, tangible y nítida; y no a través de interpretaciones borrosas y misteriosas que tienen tropecientas lecturas.
El Reino de Dios pugna con las fuerzas del mal, eso siempre ha sido así, el trigo crece junto a la cizaña, y al final de los tiempos serán separados, al final de los tiempos (parusía y Juicio final); pero vamos a dejarnos de castigos divinos como las plagas de Egipto o Sodoma y Gomorra o.........que no estamos en el Antiguo Testamento ya.
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Pedro L. Llera
Todo es gobernado por el Supremo Hacedor. Le recomiendo el último artículo del P. Iraburu. Se complementa muy bien con el mío.
Seguimos con que se salven las primeras en todo desastre, sea natural o provocado por el hombre: incendios, naufragios, guerras..y eso no es discriminación porque hace pupa. Si es que, como dicen los catalanes: "no hay un palm de bo". Si las mujeres son iguales a los hombres solo debían salir de Ucrania niños y ancianos, las mujeres y los hombres deberían quedarse para defenderla porque el feminismo real exigiría eso.
Pero aquí ni Putin actúa como quién dice ser, el azote de los nazis, porque el primero que da el tipo de un nazi es él mismo; ni los otros, transformados en progresistas, tampoco al tomar medidas decimonónicas, porque si hay un concepto de patria éste, dado lo mucho que ha avanzado el feminismo, debería comprometer por igual a ambos sexos y no diferenciar los papeles. Somos todos unos hipócritas, con excepción de algunos individuos, como siempre.
Te sorprendería saber lo permisiva que es en asuntos carnales la Iglesia Ortodoxa. siempre lo fue mucho más que la Romana. Ya en tiempos del Zar, y no digamos durante la URSS, el divorcio era tan habitual que era difícil encontrar a un matrimonio que durase toda la vida. Los ortodoxos van desde la carne al éxtasis místico con gran facilidad, como puedes saber si has leído alguna novela rusa. Los cosacos, puntal de la Iglesia Ortodoxa, tenían unas costumbres bastante licenciosas, cosa que podrías saber si leyeras "El Don apacible", que dejó a mi madre turulata. Así que su tradición es la del Gran Pecador llevado a arrebatos místicos, hasta el punto que Chesterton dice que prefiere estar en una cárcel rusa que leer a Tolstoy. No creo ni remotamente que sepas lo que estás diciendo cuando defiendes a Putin. Yo no me meto con los ortodoxos, porque no estamos para juzgar, pero me temo que no sabes lo que dices. Las comparaciones con Polonia no valen, los polacos pueden ser medidos con nuestra medida, pero los rusos y los ucranianos no.
Pero, especifico que la culpa es de la corrupción de la Iglesia y de los pueblos de Europa, como lo señaló en 1846 la Virgen en La Salette; luego en Fátima y actualmente en sus Mensajes diversos. Los que no somos Europa también incurrimos en la culpa causante de esta guerra. Pero, ni la Iglesia, ni las naciones, ni sus gentes lo reconocen ni se arrepienten, ni responden al llamado “urgente” a la conversión que nos hace la Virgen por pedido de Su Hijo.
Me refiero a Europa, porque es tal el desquicio de esas naciones corrompidas que nada sorprendería que se deshicieran internamente, porque moral y psicológicamente lo están, al asesinar sus propios hijos, al aceptar la sodomía, el vivir en el consumismo y despilfarro, etc. Vale igual para E.U.
Si ocurriera, sería una misericordia de Dios, que determinara esta vía de tribulación purificadora, en vez del aniquilamiento nuclear.
Es necesario, pues, que elevemos nuestras consideraciones sobre la guerra presente hasta el plano de la Providencia. Cualquiera sea el curso que sigan los hechos, están bajo la mirada misericordiosa de Cristo y de Su Madre que ha recibido la Misión de pisar la cabeza del dragón.
Por esto es fundamental la oración, ella nos permite permanecer en paz mientras la tempestad ruge en torno nuestro.
Tomemos el peso del desafío lanzado contra Dios por las naciones apóstatas del occidente cristiano. Blasfeman de su Nombre y de la obra de la Creación. El anti-ser las mueve a despreciar, odiar y profanar el orden sacro que rige el universo. El demonio lo odia porque las cosas pronuncian sin cesar en su última realidad inteligible las palabras participadas por el Verbo Creador.
El anti-ser, anti-Creación, anti-humanidad y anti-universo es la causa que las precipita en la guerra. Van contra sus raíces cristianas, asesinan a sus hijos, sodomitas adulteran al ser humano, suicidas contra sus orígenes greco-romanos-cristianos quieren borrarlos de su génesis histórica sustituyendo sus poblaciones por paganos terroristas.
No parece que haya otro camino que el de la guerra para reconducir a la conversión a pueblos de corazón endurecido por el orgullo y la apostasía.
Al fin triunfará el Corazón Inmaculado de María.
También lo podemos poner, según las noticias: Batallón de Azov 1- Grupo Wagner 1, que son los malos, malísimos de ambos bandos o, dicho de otro modo, los paramilitares que dice la RT por un lado, y algunos periódicos españoles por otro. Bolas y más bolas, fake-news y más fake-news. Sacarle los trapos sucios a los ucranianos en medio de un ataque me parece indecente, decirle a un director de orquesta ruso que se defina en esta cuestión o les suspenden de empleo ipso facto también. La tristeza del asunto es que todos se comportan como miserables. Yo no soy Dios y por lo tanto no sé lo que piensa, pero levantar falsos testimonios es un pecado gravísimo y aquí todo el mundo se comporta como Goebbels y el ministerio de Agitación y Propaganda.
Lo único que sabemos, porque ellos ni lo niegan ni lo pueden negar, es que Rusia ha atacado a Ucrania y eso ha hecho salir el rostro más oscuro de Occidente, incluyendo a los turcos que, sin venir a cuento, se creen con derecho a detener a todos los barcos rusos que pasan por el Bósforo. ¡Un horror!
Pensar que un cristiano puede escribir algo racional sobre este asunto es insultar al Cristianismo. Corto y cierro.
HABRÁ GUERRA, si el mundo insiste en oponerse al crecimiento del Reino de Cristo entre los hombres.
Habrá guerra, si la Iglesia, desde el Papa para abajo, continúa resistiendo la Misión de María encomendada por Su Hijo, silenciando sus Mensajes, negando y burlándose de éstos y de sus Apariciones (“la Virgen no es Jefa de Correos para dar mensajes todos los días” –léase San Nicolás -; “no es Jefa de Telégrafos para indicar a los pastorcitos (de Fátima) el día y lugar de su próxima Aparición” – Papa Francisco).
Habrá guerra, si los Pastores eluden hablar del triunfo del Corazón Inmaculado de María en el mundo.
Habrá guerra, si la Iglesia y la humanidad no reconocen de modo explícito sus pecados de orgullo, hedonismo, aborto, sodomía, individualismo, apostasía, de idolatría del “progreso”, del “bienestar”, del consumismo y despilfarro, como causas graves de la guerra, y piden perdón a Dios de modo solemne y público.
Habrá guerra, si los promotores de la masonería, marxismo y NOM no renuncian a sus planes y se convierten.
Habrá guerra, si la ciencia y la técnica racionalistas-ateas-nihilistas no abandonan la ruta del anti-ser que las ha conducido a las armas nucleares.
Habrá guerra, si las oraciones, sufrimientos y martirio actuales de multitud de justos no logran ablandar el corazón endurecido de los hombres.
Habrá guerra, si “el mundo no responde al llamado urgente a la CONVERSIÓN” (Mens. de la Virgen en San Nicolás).
Habrá guerra, si el Occidente y el Oriente, si el hemisferio norte y el hemisferio sud no se unen como hermanos y buscan la PAZ.
También reveló un mensaje perturbador similar al de Nuestra Señora de Fátima, explicando un período de prueba que la Iglesia soportaría.
El trabajo del diablo se infiltrará incluso en la Iglesia de tal manera que uno verá cardenales opuestos a cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y rechazados por sus hermanos … iglesias y altares saqueados; la Iglesia estará llena de aquellos que aceptan compromisos y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas para que dejen el servicio del Señor … Oren mucho las oraciones del Rosario. Solo yo puedo salvarte de las calamidades que se acercan. Quienes depositen su confianza en mí serán salvados. NUESTRA SEÑORA EN AKITA JAPON LA MALDAD SE EXTIENDE SOBRE LA HUMANIDAD; EL CONTENIDO DE SU POST ES EXCELENTE Y SE ACERCA A LA VISIÖN DE AKITA; LEO LAS BARBARIDADES QUE HACEN EN ESTE MUNDO EN ESTA EXCELENTE PAGINA; SE ACERCA A NUESTRA MADRE Y A MI POBRE COMPRESION DE LA HUMANIDAD:
QUE LA SANTISIMA VIRGEN LO BENDIGA A USTED; SU FAMILIA Y ESPAÑA Y A LA HUMANIDAD EL REDENTOR YA RESUCITO; HACE MUCHOS AÑOS; LOS SANTOS PADRES QUE BRILLAN POR SU ORTODOXIA Y SANTIDAD DE VIDA: SANTOS CONTENPORANEOS SANTA MARAVILLAS DE JESUS; SAN PIO; SAN CHARBEL MKLUF DEL LIBANO!!!! Calmen la ira divina!!!!TODOS LOQUE CITE SON TESTIGOS MILAGROS QUE SON UNA VERDADERA CREACIÖN!!!
10No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
11yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto;
abre la boca que te la llene».
12Pero mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
13los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos.
Escuchar la Palabra de Dios y ponerla por obra es el mandato de Jesucristo , nuestro Señor. Estamos en una sociedad apóstata, no digo personas, sino la sociedad como sociedad. Todo vale y la obstinación y el "buenismo" son el pan diario. Si el Señor nos deja a nuestra obstinación es como un matrimonio roto por una de las partes, y el causante tendrá que apechugar con las consecuencias. La sociedad debe pagar sus pecados en este mundo, dígase cómo no importa. Con la soga que uno teje o se ahorca o se salva.
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