Reflexiones sobre el Patriotismo, el Nacionalismo y el Idioma Español
Patriotismo
La diferencia entre el patriotismo y el nacionalismo consiste en que el primero forma parte del orden de la caridad y el segundo, pareciéndose en cierto modo al primero, forma parte del desorden del odio. Es así de sencillo.
El patriotismo forma parte del cuarto mandamiento de la ley de Dios. Así lo señala el Catecismo:
2199 El cuarto mandamiento se dirige expresamente a los hijos en sus relaciones con sus padres, porque esta relación es la más universal. Se refiere también a las relaciones de parentesco con los miembros del grupo familiar. Exige que se dé honor, afecto y reconocimiento a los abuelos y antepasados. Finalmente se extiende a los deberes de los alumnos respecto a los maestros, de los empleados respecto a los patronos, de los subordinados respecto a sus jefes, de los ciudadanos respecto a su patria, a los que la administran o la gobiernan.
Y Santo Tomás señala que después de Dios, a los padres y a la patria es a quien más les debemos (Sum. Theol. II-II, q. 101, a. 1).
El patriotismo forma parte de las virtudes de la justicia y de la piedad. Las personas hemos de reconocer lo que la patria nos ha dado. Y hemos de corresponder aportando lo mejor de nosotros mismos para honrar y corresponder con justicia a todo lo que hemos recibido de ella. Por eso, todos debemos trabajar por el bien común de nuestros conciudadanos, de nuestros vecinos.
En el orden de la caridad, nuestro deber comienza por el amor a nuestros padres, a nuestras esposas y a nuestros hijos: a nuestra propia familia. No puedo dar lo que tengo a los de fuera de casa y dejar sin pan a mis propios hijos. Suena a obviedad. Parece de sentido común… Pero es que de sentido común andamos muy escasos últimamente. A veces somos muy solidarios con los que están lejos y tenemos abandonados a nuestros propios padres en cualquier asilo… Ser solidario con los que están lejos es más cómodo y exige menos de ti…
La caridad y la justicia ha de ser para con todos, pero debe empezar por los más próximos: por los tuyos. Y debe seguir por tus vecinos: por quienes viven contigo en el mismo barrio, en la misma aldea, en el mismo pueblo. Y debe seguir con la caridad por los que forman parte de tu misma comarca, de tu misma región y de tu mismo país; para acabar abrazando al mundo entero. Pero con un orden de prelación y no a lo loco. El amor es al próximo: al compañero de trabajo, al compañero de pupitre… Empecemos por extender el amor y la caridad por nuestro entorno más cercano.
El problema de la inmigración
Y aquí es donde debe entrar el sentido común también en el asunto de la inmigración. Porque claro que debemos acoger a los inmigrantes y dar de comer al hambriento; pero los recursos de una nación no son ilimitados. Si yo gano mil euros al mes, eso es lo que tengo para que mis hijos coman. Lo que no puedo hacer es quitarles el pan de la boca a los míos para dar de comer a los de fuera de mi casa. Eso no es caridad, sino estupidez, pecado, maldad. Porque tu deber primero como padre es educar y dar de comer a los tuyos, a los que son de tu sangre. Y luego, ayudar a los de fuera en la medida de lo posible y de lo razonable. Pero no se puede poner en peligro el pan de tus hijos para dárselo al hijo de otro.
España, por ejemplo, no puede abrir las fronteras y dejar que entre toda África en nuestro país, porque no tenemos capacidad para dar de comer y ofrecer trabajo, sanidad o educación a millones de africanos que vendrían a España, si se abrieran totalmente las fronteras (ello al margen de nuestros compromisos con la Unión Europea). ¿Dejamos de dar de comer a nuestros hijos con la excusa de dar de comer al extranjero? ¿Eso es xenofobia o delito de odio? No. Es sentido común. Nadie quiere que nuestros hermanos mueran en el Mediterráneo. Nadie está aplaudiendo el hambre o la injusticia en ninguna parte del mundo. Pero es demagogia barata (que es una forma de pecado y de maldad: una mentira a fin de cuentas) pedir la apertura de fronteras. Lo de tirar muros y quitar alambradas suena muy bien: responde a la utopía de la cosmópolis, del mundialismo sin fronteras, una fraternidad universal y un gobierno único: la paz perpetua de Kant, el paraíso comunista… Suena a Imagine de Lennon cantado por Alejandro Sanz en la inauguración de las Olimpiadas.
Pero debe prevalecer el sentido común: no puedo dejar las puertas abiertas de mi casa para que entre en ella quien quiera y cuando quiera porque estoy poniendo en peligro a mi familia; porque no tengo espacio para todo el mundo ni dispongo de recursos para dar de comer a todos los pobres del mundo. Y si tuviera que dar de comer a todos los mendigos del pueblo, lo más probable es que mi mujer y mis hijos se convirtieran también en mendigos. ¿Qué es lo que no se entiende de este razonamiento? Quitar las fronteras y abrirlas a una inmigración sin restricciones significa abrir las puertas de tu casa. Y con ello no solucionas ningún problema, sino que añades otro problema a los problemas que ya había. Y los pobres no dejan de ser pobres, sino que tu propia familia se empobrecerá y quedará a la intemperie, tirada en la calle. Y además, en tu casa mandas tú pero, si se llena de gente de fuera, ya no tendrás poder ni autoridad para gobernar tu propia casa y tu familia y así, tu pueblo o tu nación se irán al garete. Acoger está bien pero dejarse invadir es necedad; es perder la patria por la que han luchado y por la que se han dejado la vida tus antepasados. Estás dilapidando tu herencia: el legado de tus antepasados, que tanto les costó guardar para ti y que tú debes entregar a tus hijos y a tus nietos.
Hay un orden en la caridad, que empieza por tu propia familia, por tus propios vecinos, por tus compatriotas. Hablar de fraternidades universales y de abrir fronteras para que venga todo el mundo aquí cuando no tienes recursos ni para dar trabajo a tus propios vecinos, ¿qué es? Se lo digo yo: pura demagogia; ideología, utopías fuera de la realidad que conducen, no a un mundo feliz, sino al desorden, al caos, a la anarquía y al hambre para todos. Y quien no entienda esto es que está muy ciego o que es muy tonto, muy tonto, muy tonto…
La patria es la tierra de nuestros padres, de nuestros antepasados. Todos nacemos en una familia que forma parte de un pueblo que tiene su propia historia, su propia cultura: su lengua, sus costumbres, sus fiestas, sus tradiciones, etc. Podríamos decir que una nación es una familia de familias que ocupa históricamente un territorio y que tiene su propia idiosincrasia, su propia personalidad, fruto de un pasado compartido. La patria es una herencia y es un legado recibido de nuestros antepasados. Y ese tesoro recibido tenemos la obligación de custodiarlo y engrandecerlo en la medida de lo posible para transmitírselo a nuestros hijos y a nuestros nietos. La patria no es una propiedad con la que podamos hacer lo que nos dé la gana porque no es nuestra, sino que la tenemos en usufructo.
El patriotismo no odia ni rechaza a nadie. El patriotismo forma parte del orden de la caridad: es amor; nunca odio ni desprecio a nadie. Eso es lo propio del nacionalismo: xenofobia, racismo, división, guerras, enfrentamientos constantes… El nacionalismo es una de las excrecencias del liberalismo que más muerte y destrucción ha provocado, solo equiparable a las muertes provocadas por el comunismo. No olvidemos que las guerras mundiales fueron provocadas por los excesos y la barbarie del nacionalismo. El fascismo y el nazismo no son otra cosa que un nacionalismo desaforado que exalta lo propio a costa de denigrar al vecino y de atizar el odio hacia los que no forman parte de tu clan o de tu raza. El nacionalismo no es amor a la propia casa, sino odio al vecino; no consiste que querer lo mejor para los tuyos, sino en envenenar la sangre y el discurso con la ponzoña del odio y del resentimiento.
La peste del nacionalismo y el odio al idioma español
Nacionalismo y patriotismo pueden confundirse pero por sus frutos se distinguen perfectamente: el nacionalismo genera división, odio, conflictos, racismo, xenofobia… El patriotismo da frutos de amor, unidad y respeto a la dignidad inalienable del prójimo. El patriotismo genera vínculos, mestizaje y paz. El nacionalismo sólo sabe de odios, conflictos, división y guerras. El patriotismo predica el amor a Dios y al prójimo; el nacionalismo es una ideología que predica la rebeldía contra Dios y contra el orden de la ley natural, de la ley eterna y universal.
Un ejemplo claro de lo expuesto es lo que está pasando en Cataluña con esa familia que ha exigido que se cumpla la ley y que su hijo sea escolarizado al menos con un 25% de su horario lectivo en español. Consecuencias: campañas de odio, rebelión contra la ley , contra la Constitución y contra las sentencias del Tribunal Supremo; pintadas en la casa de esa familia y linchamiento del niño y de sus padres por parte del gobierno secesionista catalán y sus secuaces.
Las lenguas, los idiomas, en el orden de la caridad, deben ser vehículos de comunicación que acerquen a las personas. Por eso es importante aprender idiomas que nos abran la posibilidad de entendernos con cuanta más gente, mejor. En España hay distintas lenguas y todas ellas forman parte de nuestro acervo. Las lenguas son una riqueza. Y todos deberíamos poder expresarnos en el idioma que nos diera la gana, dentro de nuestras limitadas posibilidades. Y todos deberíamos poder recibir la educación en nuestra lengua materna. Y en esto, habría que volver a reclamar sensatez, respeto, buena educación y sentido común. En ese orden de la caridad, siempre deberíamos utilizar la lengua que tengamos en común con nuestro prójimo. Si voy a Londres y sé hablar en inglés, lo normal es que me dirija a mis interlocutores en inglés. Pero si tú no sabes inglés y tu interlocutor sabe español, lo lógico y lo educado es que la conversación se desenvuelva en español: así nos podremos entender. Y si no tenéis una lengua en común para entenderos, habrá que recurrir a una tercera persona que ejerza de intérprete.
En España, tenemos la suerte de tener un idioma en común: el español. Y también de contar con otras lenguas propias de determinadas partes del territorio español: el catalán, el vasco, el gallego, etc. ¿No podremos entendernos todos en español? ¿Por qué? ¿No es ridículo pedir intérpretes en el Congreso cuando todos comprenden y hablan estupendamente el español? ¿No sería una insensatez, una falta de sentido común y hasta una falta de educación que un asturiano y un catalán necesiten un intérprete cuando ambos pueden comunicarse a las mil maravillas en español? ¿Tan descabellado resulta proponer una educación verdaderamente bilingüe en las regiones que tienen la suerte de contar con dos lenguas? ¿Por qué los nacionalistas, tan liberales ellos, no aceptan la libertad? Pues los nacionalismos no aceptan la libertad porque ponen la soberanía de su colectividad por delante de la autonomía personal. El interés particular de los nacionalistas por separarse, diferenciarse e independizarse del resto de España lo anteponen a la libertad individual de hablar en el idioma que cada cual quiera y de educar a los hijos en la lengua que sus padres prefieran. ¿Por qué no puede haber colegios cuya lengua vehicular (la que se usa para dar clase de matemáticas, por ejemplo) sea el catalán y otras que apuesten por el español? Y que cada uno elija la lengua que prefiera para la educación de sus hijos… ¿Dónde está el problema? El problema está en el nacionalismo, que es puro veneno y que emponzoña las relaciones entre las personas y entre los pueblos. El nacionalismo forma parte del desorden del odio: no del orden de la caridad. A mí no me molesta el catalán: al contrario, doy gracias a Dios por los catalanes y por su lengua, su cultura y por todo lo bueno que han aportado al conjunto de España. A ellos les molesta el español y repudian su uso… El problema lo tienen ellos: los nacionalistas; no yo.
Mi lengua materna es el asturiano y con el asturiano hablo con mis padres y con mis vecinos cuando voy a mi tierra. Y sería forzado y ridículo hablar con mis padres como si yo fuera de Valladolid y no hubiera nacido en Gobiendes. Sería despreciar a mis padres o tratarlos de paletos o ignorantes, si yo empleara el perfecto español para hablar con ellos. Mejor el perfecto asturiano para hablar con quien habla asturiano, ¿no les parece? Pero si alguien se dirige a mí en español, sería igualmente ridículo que le contestara en asturiano, aunque yo estuviera en mi propia aldea. Porque yo también sé hablar en español. Y si un inglés apareciera por mi pueblo y se dirige a mí en su idioma, trataría de entenderme con él en la lengua de Shakespeare, aunque para ello tengo más dificultades, obviamente.
Y me gustaría que todos los asturianos aprendieran asturiano: pero no por obligación. Jamás se me ocurriría obligar a un gallego o a un leonés que tuviera que escolarizar a sus hijos en una escuela de Asturias a que tuvieran que utilizar el asturiano como lengua vehicular, si ellos no quieren. Lo mejor siempre es que los niños se eduquen en su lengua materna y no en una lengua ajena impuesta con calzador. Gracias a Dios, en España tenemos el español como lengua común, como riqueza colectiva, a la que tampoco estoy dispuesto a renunciar por nada del mundo porque ella me permite entenderme con millones de hispanohablantes de todo el mundo, mientras que con el asturiano solo me puedo comunicar con los de mi patria querida, pero pequeña, de Asturias. Ahora bien, si alguien quisiera una escuela con el asturiano como lengua vehicular, obviamente, tampoco se lo impediría. Que cada familia escoja y elija lo que considere mejor para sus hijos. Punto.
El patriotismo forma parte del orden de la caridad e implica respeto, amor, comunicación, diálogo, fraternidad, cortesía, buena educación… Pero odiar a un niño de Canet de Mar por pedir lo que es de justicia (lo que le corresponde, lo que es su derecho) deja en evidencia que el nacionalismo representa un mal, un pecado, una perversión que cualquier persona decente tiene la obligación de combatir.
Amar a tu tierra, a tus vecinos; amar entrañablemente tu cuna, tu cultura, tu lengua, tus costumbres… Ser un patriota es un deber, una obligación de gratitud por todo cuanto tu patria te ha dado a ti. Pero a mí, amar de todo corazón a mi patria asturiana y a todo lo que es y representa no me impide amar al resto de españoles, sean andaluces, murcianos, catalanes, vascos o de cualquier otra parte de España, que es la patria grande; y también considero como compatriotas a los hermanos de las otras Españas: las de Ultramar, las de África y hasta las de Asia. Eso es la Hispanidad.
Con el amor pasa exactamente lo contrario que con el dinero. Con el dinero, cuanto más das, menos tienes. Con el amor, cuanto más das, más tienes para dar. El amor - y el patriotismo forma parte de él - agranda el corazón y lo abre a todo el mundo. El nacionalismo encoje el corazón y lo constriñe y lo incapacita para amar a nadie que no forme parte de tu pequeño clan. El nacionalismo es sectario y destructivo. El patriotismo es católico y construye cultura y civilización.
El bien hay que defenderlo y fomentarlo y, en este sentido, el patriotismo es una virtud y un bien. Pero el mal hay que combatirlo y las ideologías totalitarias, llámense nacionalismo, fascismo, nazismo o comunismo, son un mal: son pecado y pecados mortales, que como todos, no acarrean sino división, destrucción y muerte.
Querer educar a tus hijos en español en España (y Cataluña, Galicia o Vascongadas; Valencia o las Islas Baleares siempre han sido España) no tiene nada de raro. Es un derecho y una obligación de todos lo españoles conocer, utilizar y promover el español, que es una riqueza inmensa y patrimonio de todos los españoles (no solo de los castellanos). Lo maligno, lo absurdo y lo estúpido es prohibir a un español educar a sus hijos en la lengua de Cervantes, de Galdós y de Lorca dentro de la propia España.
Lo triste de la actual situación es que el Gobierno de España está en manos de los enemigos de la patria: de los secesionistas vascos y catalanes. Por eso el Gobierno no toma las medidas que habría que tomar urgentemente para atajar el nazismo de estos independentistas catalanes de una vez por todas. El Estado de Derecho implica que todos debemos cumplir las leyes. Pero si se rompe la baraja y hay personas que se declaran en rebeldía y no cumplen las leyes que a todos nos afectan, el camino para el odio, la violencia y la guerra queda expedito. La ley ha de cumplirse: por las buenas o por las malas. Si no se cumple la ley, acabaremos mal. Y todavía tenemos fresco el recuerdo de la Guerra Civil. No volvamos a las andadas o acabaremos a palos otra vez entre españoles.
Recorramos el camino de la caridad, del respeto, del amor al prójimo; el camino de la buena educación y del entendimiento; y respetemos las leyes. Porque cuando no se respetan las leyes, lo que queda es la guerra y la ley del más fuerte. Desechemos el camino de la violencia, del enfrentamiento, de la división. O acabaremos mal.
16 comentarios
En un país cuyo acceso al poder los dan los votos, el sentido común, el interés general y el bien común, se desdibujan ya que en el poder impongo mi ideología con los votos que sean.
Al migrante que le doy prioridades en relación con los nacionales, para integrarlo (que es dudoso que se integren), es un caladero de votos en el futuro para los políticos y para la Iglesia un Objeto de Cáritas, en donde está exenta la evangelización.
Económicamente no es viable el estado de las autonomías, y se mantiene con la excusa de las lenguas que deben de tener una especial consideración, las que se hablen en cada Comunidad.
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También es la lengua de Juan Boscán, Manuel Cabanyes o Ana María Matute. O de Antonio de Capmany, que en plena era racionalista del siglo XVIII consideraba que el catalán no era un idioma adecuado para la expresión culta. Porque el español es un idioma que se viene hablando en Cataluña desde el siglo XVI y la mitad de su cultura ha sido expresada en español; o sea que el español es un idioma propio de Cataluña y los nacionalistas atentan contra la cultura que es propia de su pueblo, que es lo que siempre hacen los nacionalistas para crear un discurso identitario hecho a su imagen y semejanza.
Yo creo que históricamente el nacionalismo en Europa se forja con la mal llamada reforma. Lutero sería el primer gran nacionalista, rompe con la Iglesia pero también con la clasicidad que él asocia a Roma e idea un discurso germánico que se le oponga, que concluye con la creación de las iglesias nacionales. Es el fin de la cristiandad que se sostenía sobre los hombros de la Iglesia y el pensamiento clásico, que es lo mismo que decir sobre las bases científicas y filosóficas que han conformado la civilización.
Por eso el nacionalismo frente al pensamiento clásico y la concepción política de la cristiandad antepone la creación de un discurso identitario, paganizante, directamente neopagano o, actualmente, ya postmoderno, sumado al resto de discursos sobre políticas identitarias.
Tengo amigas profesoras y están a favor de educar en la lengua materna, además de otros dialectos/idiomas que puedan tener que aprender según donde residan. Más o menos como defiende usted. Pero da rabia ver a los nacionalismos ahí detrás. Nada, he de verlo como una oportunidad.
Bendiciones 🙏
Ya estamos mal y vamos a peor.
En todas las regiones se está fomentando los modos e habla supuestamente propios en contraposición al español, generando en principio división, para que después llegue el odio. Se quiere que el español mal hablado sea lo propio de terruños, como algo tradicional que hay que promover. Es artificial, ya que en el terruño de al lado se hablaba un mal español algo distinto, se hace una mezcolanza y ya se tiene un pseudodialecto que se dice que es lo propio de la región... Uff qué pesadilla.
Vale.
Marta de Jesús, muy ponderado comentario; la variedad de lenguas es una riqueza, no un atraso. Revisando viejos papeles, hubo una época que en Cataluña se empleaba indistintamente el catalán y el latín sin problemas; después apareció el castellano o español como único a modo de imposición cultural.
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Cierto que la variedad de lenguas es una riqueza y, además, la lengua forma parte de la historia de los pueblos y, por lo tanto, de su "ser", si queremos llamarlo así. Pero no es cierto que el español apareciera en Cataluña como una imposición cultural con la pretensión de convertirse en el único idioma.
El español comenzó como castellano; es decir el idioma originario de Castilla, que después recibiría el impulso de Alfonso X -el cual escribía en gallego, por cierto, como en las bellísimas cántigas- para cobrar potencia como idioma oficial. Nebrija escribirá a finales del siglo XV su famosa gramática con miras a que éste se convierta en la lengua del imperio -la nomenclatura de imperio se venía adoptanto desde siglos atrás, no es que fuera el imperio avalado por el Papa, obviamente-; o sea, la lengua franca en una unión de distintos reinos. Castilla tenía el plan de continuar la reconquista por el norte de África con la aspiración última de volver a recuperar Jerusalem.
En Aragón el español se introduce en la corte con la llegada de la dinastía de los Trastámara, y en Cataluña se empieza a extender a partir del siglo XVI sin la intervención de imposición alguna. Así como tampoco se impuso en América. Al convertirse en una lengua franca dentro del reino podemos hablar ya de español en vez de castellano. De hecho, a partir del nombramiento de emperador de Carlos y a partir del peso político de la monarquía española en Europa en ese momento el conocimiento del español se extiende por el continente lo mismo que haría el francés a lo largo del siguiente siglo.
Imaginemos una urbanización a las afueras de un pueblo. En esta urbanización sus pobladores tienen mucho en comun, comparten una forma de vivir determinada, y cada vez se van creando más puntos de unión. Al pueblo van para hacer las compras, al ayuntamiento en algunas ocasiones, a restaurantes, al parque etc.
Con el paso del tiempo, la urbanización va creando sus espacios comunes, ponen supermercado, guarderia, club de deportes etc. Ya no van al pueblo casi nunca. Cuando pasan los años van aumentando las actividades, con la compra comun de nuevos terrenos, y al final ya se sienten como un pueblo pero mucho más importante que el de al lado, y quieren tener su propio ayuntamiento, y sus propias normas.
Tienen mucho más en comun entre ellos que con el pueblo, además han desarrollado un lenguaje especial con sus propios dichos, su sentido del humor, sus actividades culturales etc.
Un dia deciden que quieren formar su propia patria, porque se sienten distintos, pero se encuentran que no les dejan porque ellos solo son una urbanizacion grande, que esta rodeada de otros muchos pueblos y ciudades que se sienten como los del pueblo, y les marcan una linea de hasta aqui vuestra independencia.
Esto puede pasar con las zonas que durante mucha parte de la historia, han estado bastante aisladas del resto como el Pais Vasco, unido a que como en el caso de España por la que han pasado todo tipo de pueblos y culturas, que se han asentado en diferentes partes de la peninsula. Por ejemplo mientras que en Andalucia hay una gran parte de los pueblos de Africa, en el norte, se establecieron otros del norte de Europa.
En el Pais Vasco, no hay visos de la cultura musulmana, y muy pocos de la romana.
Ese aislamiento ha contribuido, a que muchos se sientan demasiado diferentes. Que conste que al vasco le encanta tratar con todo tipo de culturas y personas, de hecho hay vascos en todo el mundo, pero sus cosas le gusta hacerlas a su manera, y que le organicen sus temas no le gusta nada. Aparte de que es verdad, de que tenemos otro ritmo a la hora de emprender y movernos. Esto lo digo por experiencia, porque he vivido en otras partes de España.
Los nacionalistas vascos se creen que tienen derecho a elegir su patria, y a organizarla como les parezca.
Y la gran mentira, es que quieren hacer ver que todos los vascos piensan en términos de patria, cuando la mitad se siente bien siendo vascos y españoles, y les discriminan e incluso han llegado a la extorsión y el asesinato de sus prójimos, cuando estos tienen igual o más derecho, (porque muchos de ellos provienen de otras partes de España), que ellos a decidir seguir en España, por antiguedad y raíces vascas.
Asi pues aunque el estado consintiera en conceder la independencia, sería una gran injusticia, no solo para el resto de españoles.
España es una gran nación y no se merece estos nacionalismos soberbios y de baja catadura moral. Aunque ahora estamos doblemente castigados con un gobierno comunista.
Y Franco tenia razón con lo de las diferentes lenguas, lo único que hace es dividir a las personas, y sobre todo con la lengua vasca que no tiene raiz latina, y es dificilismo, afortunadamente se habla casi solo en los pueblos, y con el catalan que suena tan mal que ni apetece ponerse a descifrarlo.
dolcacatalunya.com/2018/11/confirmado-el-castellano-no-es-ninguna-lengua-impuesta-en-cataluna/
Idiomas utilizados para la publicación de libros en Cataluña:
- Entre 1500 y 1550: 44% catalán, el 40% latín, 14% español.
- 1550 - 1600: 18% catalán, 27% latín, 55% español.
- 1600 - 1700: 11% catalán, 22% latín , 67% español.
publicacions.bcn.es/b_mm/ebmm60/bmm60_qc54.htm
" Y no obstante que algunos por ventura juzgaran que no era necesario, ni útil, imprimirse el presente libro en estos tiempos, en lengua catalana, pues la castellana (dicha ya vulgarmente española) corre por toda España, y casi universalmente es entendida en toda ella (...)". Pere Gil, 1621.
ferrandantequera.blogspot.com/2014/02/las-mentiras-del-nacionalismo-el-idioma_22.html
Así pues el español es un idioma propio de Cataluña y gran parte de su cultura se ha producido en este idioma. En Cataluña hay tres idiomas que le son propios: el catalán, el español y el aranés en el Valle de Arán.
Si bien es cierto que hubo épocas históricas en las que se buscó la imposición del español como lengua única de uso oficial ésto tuvo que ver con los procesos históricos de construcción del estado moderno -podríamos hacer la misma reflexión en torno al mercantilismo y otros fenómenos políticos, cosa que sería muy extensa y compleja-. Así ocurrió en América y también Europa. En este sentido, quienes buscan el enfrentamiento, de un lado y otro, son quienes niegan la tradición y la realidad histórica catalana bilingüe -trilingüe-. Lo mismo podríamos decir ampliando esta reflexión a todo el territorio español.
Lo de patriotismo frente a nacionalismo se ve bastante claro. Lo de los dialectos/idiomas no tanto. Algo de verdad hay en que a veces más que conservar dialectos reales pareciera, hoy día, con el nacionalismo, que quisieran (cuasi)crearlos y forzar su estudio para ampliar los hablantes. Y eso no es exactamente lo que se hizo desde el catolicismo con los dialectos que iban encontrando. Pej, yo apunté a mi hijo a llingua asturiana, aunque ni su padre (asturiano) ni yo (gallega) lo conocemos ni lo hablamos. ¿Por qué? Pues no sé muy bien, si les soy sincera. Porque si no tenía que coger cultura (vaya, que hay que coger una de las dos, y cuando sea oficial probablemente sea obligatorio su estudio) y porque tal vez el día de mañana exijan para los puestos públicos saber asturiano. Así que no lo hicimos plenamente libres ni porque nosotros nos comuniquemos así. Pero la idea de conservar el dialecto, si la gente así lo quiere, lo veo bien.
Que todos hablemos el lenguaje universal del Amor de Dios, formado por dos brazos, la misericordia y la justicia, la justicia y la misericordia. Su misericordia es justa. Y su justicia misericordiosa. Nadie como Él.
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Pedro L. Llera
Y en todo, hay que ir con el criterio de la caridad. Y, efectivamente, los problemas lingüísticos y políticos entre las distintas Españas comienzan con el triunfo de las revoluciones liberales.
Digo lo de franco, porque en el Pais Vasco prohibio hablar el Euskera, no asi en Cataluña, creo que nos tenia más miedo a nosotros.
No es despreciar, decir la verdad, en las capitales vascas fundamentalmente se habla el castellano, en cambio en los pueblos, si se habla más el euskera. Mi generación no ha estudiado el Euskera en el colegio. Y luego cuando ya hemos sido mayores, se ha exigido en todos los puestos públicos, lo cual para algunos ha sido terrible, porque aprender el euskera de mayor, tiene sus bemoles.
Yo no desprecio el euskera, de hecho intenté aprenderlo con mi abuela, pero no continue mucho tiempo, porque en esas épocas se politizó de tal manera, que lo dejé. Hay que haber vivido en el Pais Vasco en la transición y años posteriores, para hablar de ello.
En cuanto al catalán, trabaje en Barcelona durante un tiempo, no consegui que en el trabajo me hablaran en castellano, más que nada porque no entendia casi nada, todo el rato tenia que decirles: repitemelo por favor, en castellano. Me parecieron unos maleducados. En cuanto pude me marché.
Y el que me no guste como suena, eso me temo que no se puede remediar.
También conoci gente catalana que me cayó muy bién, pero la obsesión que tienen con hablar catalan con todos los de fuera, no es normal.
La cuestión de fondo es la obsesión compulsiva de la izquierda española por reivindicar el espíritu y la letra de la II republica española de 1.931. Y la Obsesión de la extrema izquierda por reivindicar el espíritu y la letra de la revolución marxista de 1.934 - 1.936.
La izquierda revolucionaria , dió un golpe de estado contra la república burguesa ; para implantar la dictadura del proletariado ; y fue abortado el proyecto - revolución ; por el proyecto contrarrevolucionario de una parte del ejército español el 18 de Julio de 1.936 , qué derivó en la guerra civil.
El nuevo frente popular con José Luis Rodríguez Zapatero ,y Pedro Sánchez Castejón; llevan mucho tiempo cocinando la reivindicación del espíritu y la letra de éste proyecto abortado por la guerra civil y los qué la ganaron. La intención de ésta reivindicación la deben conocer los socialistas- comunistas ; mejor qué nadie . Pero tengo para mí ; que también lo han adivinado los separatistas catalanes. Y aprovechando , qué " el Pisuerga pasa por Valladolid " ; los independentistas catalanes se lo han pensado mejor ,y quieren irse de España.
No quieren colaborar con el proyecto reivindicativo del socialismo español y su intencionalidad revanchista con la otra España. Y le han dicho aquello de qué se fijen bien en el mapa ; porque "Catalunya no es Spain "........
El proyecto reivindicativo de la izquierda española ; se ha topado con el proyecto reivindicativo del proyecto separatista catalán ; y ésta es la piedra en el zapato de Pedro Sánchez Castejón.
Cómo acabará todo ésto ? .... Probablemente con un proyecto global de todas las fuerzas políticas de España. Y con un Estado Federal con el Derecho a la Autodeterminación para todos los estados federales de la Nación ,y no para dos o tres ,nada más. Así lo veo yo en el mejor de todos los casos posibles. Los españoles no queremos otra guerra civil.!!!
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