Educación y Caridad (en la festividad de Cristo Rey)
Vuelvo a compartir con ustedes la última parte del artículo Educación y Caridad, con algún añadido que viene a cuento de la festividad de Cristo Rey.
La Escuela Atea
Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera moriréis. Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.» (Génesis 3, 4-5).
Uno de los tópicos más extendidos en el mundo educativo – un mundo especialmente propenso a los tópicos, a la palabrería pedagógica vacía y a la pomposidad de la nada – es el de la “educación integral”. No hay colegio ni proyecto educativo que no ofrezca una educación integral. ¿Qué quieren decir con eso? Nada. Pero queda bien, suena saludable, como el pan integral. ¿Quién no va a querer una educación integral? Integral significa que comprende todos los elementos o aspectos de la educación: el aspecto físico, el emocional, el intelectual… Una educación integral implicaría el desarrollo de todas las capacidades del niño, de todos sus talentos (ahora se llaman “inteligencias múltiples”).
Pero claro, esa educación integral depende de la visión filosófica, antropológica o religiosa que tenga el colegio sobre el hombre.
Hoy, en la mayoría de los colegios (también en muchos colegios supuestamente “católicos"), se da una visión materialista, cientificista y atea del hombre: el hombre es una realidad biológica que nace, se desarrolla y muere. Y tiene una realidad corporal y otra psicológica y emocional que depende de nuestro cerebro, de nuestra realidad neuronal. Al fin de cuentas, seríamos, según los materialistas ateos (o agnósticos), unos seres que viven, piensan y sienten, movidos por sus instintos, sus intereses, sus gustos y su cerebro; su inteligencia y sus conexiones neuronales. Para la mayoría de los colegios actuales, el niño no tiene alma. Los seres humanos no tenemos alma porque Dios no existe. Y si existe es algo irrelevante para la vida del hombre. Por lo tanto, la vida no tiene sentido, no tiene un fin al que dirigirse: no hay un destino hacia el que caminar. Nuestro único fin es la muerte y la nada. ¿Qué podemos hacer entonces en la escuela?
Podemos enseñar matemáticas, lengua, idiomas, ciencias, artes… O, mejor dicho, podemos acompañar al alumno a que él mismo construya su propio aprendizaje. Porque no hay una verdad objetiva, no existe la realidad, sino que esta no es más que una imagen mental subjetiva y cada uno tiene la suya.
Podemos educar buenos ciudadanos que respeten la ley y se comporten con urbanidad y buenos modales.
Podemos educar buenos trabajadores, con un nivel de cualificación profesional que les permita integrarse lo mejor posible en el mercado laboral.
Podemos educar a personas que aprecien el deporte y los buenos hábitos de alimentación y de vida para que puedan llevar una vida saludable.
Podemos ofrecer a los niños una educación emocional que les haga resilientes, con un autoconcepto adecuado y equilibrado que les permita tener una autoestima correcta.
Podemos prevenir los accidentes de tráfico; y enseñar a respetar a los demás, a no ser violentos ni agredir a nadie, a valorar la paz, a repudiar la violencia de género y a aspirar a un mundo fraterno y pacífico, no violento, sin ejércitos ni fronteras.
Podemos educar para el respeto a todas las religiones y a todas las culturas. Menos la religión católica, que es oscurantista, represora y fascista. Por eso no hay problema en celebrar el Ramadán pero causa prurito la Navidad o la Semana Santa.
Podemos educar al niño para que sea autónomo moralmente y regule su comportamiento por sí mismo.
Podemos educar para que los niños conozcan y respeten los derechos humanos, los derechos del niño, los derechos de la mujer, los derechos de los animales y los derechos del planeta, de la Madre Naturaleza; y el respeto al medio ambiente.
Y como para este mundo el sexo es la felicidad (algo fundamental, una manera incomparable de disfrutar de la vida), hay que ofrecer una educación sexual que prevenga las enfermedades venéreas y que enseñe a los niños a respetar y a experimentar todas sus distintas variedades y prácticas. El hombre se autodetermina y decide por sí mismo qué quiere ser y cómo quiere vivir. Y el sexo lo determina cada uno por sí mismo; cada uno elige libremente: puedo ser heterosexual, homosexual, bisexual, transexual, travestí, asexual, pansexual, de género fluido, no binarios, poliamoroso… Y a los niños hay que enseñarles desde la guardería a experimentar con su cuerpo y a buscar el propio placer. Para eso se recurre a talleres, cuentos, dinámicas de grupo, autotocamientos, tocamientos al compañero, etc. Es importante aprender desde pequeños a masturbarse y a conocer teórica y prácticamente cómo dar y recibir placer, uno solo, con el otro, con la otra, con el otre o con los otros, otras y otres (sexo en grupo). Así es “un mundo feliz": sexo libre y sin compromisos, al margen del amor.
El hombre es libre para decidir por sí solo qué quiere ser y cómo quiere ser porque es autónomo y el único límite para su libertad es la libertad del otro. Y para poder decidir, tengo que conocer y experimentar las distintas opciones que existen o que pueden existir, sin ningún tipo de restricción moral: sin coacciones ni prohibiciones.
No hay Dios y, por lo tanto, no hay una ley universal y eterna: no se acepta ninguna moral heterónoma ni mucho menos teónoma, que coarte nuestra libertad moralmente autónoma. Y la visión cristiana del hombre hay que combatirla y acabar con ella por oscurantista, represora y medieval. El principio de autodeterminación, la autonomía kantiana, la libertad negativa ha llegado finalmente a su cénit: la Ideología de Género, el nuevo nombre del humanismo sin Dios y contra Dios, idolátrico y blasfemo.
La escuela atea bebe del vómito de Nietzsche.
Ese es el fundamento del ateísmo: el odio a Dios y a la Iglesia. Ese es el fundamento filosófico de la enseñanza de la mayor parte de los colegios hoy en día. En eso consiste su “educación integral”. Por eso, pensar que todos los colegios son iguales es un error garrafal: no puede educar igual quien odia a Dios que quien proclama que Jesucristo es el Señor; quien quita crucifijos de las aulas y prohíbe los belenes en Navidad, que quien proclama la soberanía de Cristo y cimente sobre Él su proyecto educativo.
Elegir colegio por el mero hecho de su proximidad al domicilio familiar, pensando que todos los colegios son iguales, puede acabar muy mal y tener unas consecuencias fatales para la salud del cuerpo y, sobre todo, para la del alma de los niños.
Hoy en día, la mayoría de los colegios son lugares peligrosos en lo que respecta a la salvación de las almas de los niños. Son lugares donde se pervierten las almas inocentes de los niños para que se vuelvan buenos ciudadanos y demonios ejemplares: degenerados y pervertidos; hombres de perdición, esclavos de sus bajas pasiones; lujuriosos e impuros. La mayoría de las escuelas hoy en día ensucian las almas de los niños para educar orcos de Mordor, siervos del pecado; corrompidos pero civilizados y concienciados del cambio climático y del ecologismo integral.
La escuela atea actual no educa, sino que corrompe. Es un verdadero escándalo lo que los políticos inmorales y los maestros mercenarios y sin conciencia están haciendo con nuestros hijos: los están adoctrinando y pervirtiendo a conciencia. Los están conduciendo a su perdición.
La Escuela Católica
“Y abrazaba a los niños y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.”
La única y verdadera educación integral parte de la antropología católica, que concibe al hombre como la unión sustancial de cuerpo y alma. La verdadera educación integral se ocupa del cuerpo, para su desarrollo físico saludable; se ocupa de su mente, de su inteligencia y de su talento, para que desarrollen todas sus capacidades intelectuales; y se ocupa de su voluntad, para que los niños hagan un buen uso de su libertad y procuren el bien y eviten el mal. Así serán libres de sus pasiones y de sus instintos y dueños de sí mismos. Pero una educación integral debe ocuparse también y de manera prioritaria de la salvación de las almas de los niños. Debemos educarlos en las virtudes cristianas para que la repetición de actos buenos, les enseñen a llevar una vida decente, acorde con la dignidad de los hijos de Dios. La escuela debe enseñarles a ser libres para el bien y la verdad; a ser libres para la caridad.
Por ello, es fundamental e imprescindible enseñarles a los niños las verdades de la fe; la importancia de vivir en gracia de Dios y de cumplir su Ley Moral Universal, con el auxilio que nos da Dios mismo a través de los sacramentos. Es importante que los sacerdotes les ofrezcan la posibilidad de confesarse para formar sus conciencias y para que vivan en gracia de Dios. Es importante la adoración al Santísimo. Es importante la participación en la Santa Misa. Es importante rezar con los niños cada mañana. Es fundamental promover en ellos la devoción a la Virgen María.
Porque la escuela católica debe preparar al niño para que cuando llegue a la edad adulta, pueda llevar una vida de gracia, guiada por la caridad; y así, al final de sus vidas, puedan alcanzar su fin último: el cielo. Es importante enseñar a los niños a vivir como Dios manda y a que aspiren a llevar una vida decente y honorable; una vida digna de los hijos de Dios.
Decía el P. Manjón que el amor a los alumnos es lo mejor de un maestro. «El maestro sin amor no es maestro, ni vale para serlo. Si fuera posible aquilatar el amor como se aquilata el saber, a ninguno de corazón egoísta, apático o indiferente debiera encomendarse una escuela, porque no vale para desempeñarla como es debido, aunque tenga mucha ciencia». No basta con que el maestro sepa mucho. Es aún más necesario que ame mucho y que viva en gracia de Dios.
Pero no hay que confundir el amor con un sentimentalismo pernicioso. «No es amor, sino egoísmo, el de aquel que busca el placer, la ternura y el propio gusto». El maestro debe amar entrañablemente a sus discípulos pero solo en Dios y por Dios.
El P. Poveda, en sus «Consejos a los directores de las Academias», señala que el maestro que ame a Dios «con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas» será piadoso. Su «piedad» será «sólida, tranquila, amable, severa, pacífica, oportuna, sin ridiculeces ni gazmoñerías, sin petulancias ni exigencias, sin brusquedades ni alborotos; a tiempo, acude siempre y según el acto, la persona y el lugar».
La piedad del maestro será la caridad inflamada que le mueva a hacer pronto, bien y cuidadosamente cuanto es del agrado de Dios y edificación del prójimo; la que le hará más fácil y grato, más expedito y fervoroso su ministerio, en sí mismo y en sus alumnos, por el ejemplo.
Si el maestro es verdaderamente hombre de caridad, debe ayudar a que arraigue y florezca la caridad en el alma de sus educandos. Su «primer cuidado será poner a Dios en sus corazones» (P. Poveda, «Consejos a las profesoras y alumnas de la primera Academia Teresiana»).
Y ¿cómo se logra poner a Dios en los corazones de los niños y jóvenes?
En primer lugar, haciéndoles saber que los quieres, que los amas entrañablemente. Los niños tienen que saberse queridos y bendecidos por sus maestros, porque también Dios los quiere de manera incondicional: no por las notas ni por su simpatía ni por nada en particular. Los niños se tienen que sentir queridos simplemente por ser tal y como son, por ser ellos mismos. Los maestros tiene que ser padres putativos de sus alumnos y deben sacarlos de la oscuridad de la ignorancia para arrastrarlos hacia la luz del bien, de la verdad y de la belleza: tenemos que contribuir a que nazcan a la vida en Cristo. El amor del maestro es, salvando las diferencias, similar al de los padres. Es un amor puro que no espera nada a cambio: ni siquiera agradecimiento ni reconocimiento alguno; e incluso, acepta y comprende el desprecio o la animadversión del discípulo. El amor disculpa siempre, entiende siempre y no lleva cuenta del mal. El maestro entiende la naturaleza caída del alumno porque es consciente de su propio pecado y nunca va a tirar piedras contra sus discípulos porque, igual que el padre, está dispuesto siempre a perdonar y a olvidar la ofensa recibida. El maestro conoce la fragilidad de la naturaleza humana y los efectos sobre ella del pecado original; y sabe que, sin la gracia de Dios, ni él mismo ni el alumno podrán librarse del mal y del pecado. Sin tener en cuenta la realidad del pecado original y la necesidad de la gracia, cualquier proyecto educativo estará abocado al fracaso por ser profundamente erróneo su fundamento. Porque el único que nos puede salvar de nuestro pecado es Cristo: Él el Cordero de Dios que nos redime y nos libera. La gracia de Dios libera a nuestra libertad de la esclavitud del pecado y la dispone para que pueda caminar por esta vida hacia su fin.
En segundo lugar, rezando incesantemente a Dios por ellos, porque la caridad es virtud que el Señor infunde en el alma del hombre: así que hay que pedir y pedir mucho por los niños y por sus padres para que el Espíritu Santo los lleve a la conversión y al arrepentimiento, moviéndoles a la verdadera penitencia. Porque solo viviendo en gracia pueden recibir de Dios la virtud infusa de la verdadera caridad y así caminar hacia su fin último, que no es otro que el cielo.
La caridad es un fuego que arde en las entrañas del maestro que vive en gracia de Dios y ese fuego es contagioso. La santidad del maestro conducirá al alumno a querer también ser santo. La santidad es el único camino para transmitir la fe. Si el maestro arde en amor de Dios, sus palabras se llenarán de celo, de parresía; y no hablará de Dios como de algo aprendido en un libro, sino como Alguien vivo y presente realmente en su alma inhabitada por la Santísima Trinidad. Por eso es fundamental que el maestro viva en gracia de Dios. Si no, no hay nada que hacer. Porque si no vives en gracia de Dios, si vives en pecado mortal, la caridad no vive en ti. Y a partir de ahí, todo lo que digamos estaría de más. Los maestros tenemos la grave obligación de vivir en gracia de Dios para que el Señor bendiga a nuestros discípulos a través de nosotros, indignos siervos suyos. Los maestros debemos vivir la caridad para derramarla en nuestros discípulos.
El maestro habrá alcanzado su meta cuando Dios se manifieste en todos sus pensamientos, deseos, palabras y obras; y entonces pueda decir que ya no soy yo, sino Cristo que vive en mí. Si el maestro consigue que sus alumnos entronicen en sus corazones a Dios y jamás le destronen, habrá sido un excelente pedagogo.
Así pues, como dice san Pablo, ante la urgencia educativa que vivimos, es hoy más necesario que nunca obedecer al apóstol: “Esforzaos por alcanzar la caridad” (I Cor. 14,1), porque la caridad debe reinar poderosa tanto en los educadores como en los educandos.
Maestros: revestíos de Cristo para despojarnos de las obras de las tinieblas; y vistamos las armas de la luz. Huyamos todos – maestros y discípulos – del libertinaje pecaminoso y vivamos decentemente para que la caridad sea la única ley inquebrantable de nuestras escuelas, para mayor gloria de Dios.
Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.» Y abrazaba a los niños y los bendecía poniendo las manos sobre ellos. (Marcos 10, 14-16).
Antes morir que pecar: Cristo es Rey
“y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre.”
A quienes no entiendo es a tantos obispos, religiosos y religiosas que pactan con los poderes de este mundo y se convierten en cómplices de los enemigos del alma. ¿Han perdido la fe? ¿En tan poco estiman la salvación de sus almas? ¿Qué le van a decir a Dios cuando se presenten ante Él? “¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que desee ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios." (Santiago 4, 4).
De verdad que no los entiendo. Por una parte, aceptan, apoyan y aplauden la libertad negativa, la libertad entendida como autonomía del hombre respecto a Dios: aceptan el Estado de Derecho, aplauden y apoyan con inusitado entusiasmo la Constitución liberal, la separación del Estado respecto a la Ley de Dios; aceptan que el poder viene del pueblo - es el “Reino de los Fines"-; y asumen que la Ley de Dios resulte irrelevante en el ámbito social y político. Aceptan que las leyes se aprueben en el Parlamento por el poder de las mayorías, sin tener en cuenta a Dios y su Ley Eterna para nada. Aceptan y aplauden la legitimidad democrática y el Estado de Derecho y las declaraciones de Derechos Humanos (que parten de la autonomía moral del hombre)… Pero luego se quejan amargamente cuando las leyes positivas aprobadas por esos parlamentos legitiman el divorcio, el adulterio, el aborto, el matrimonio homosexual, la experimentación con embriones… Vamos a ver: si el hombre es autónomo y Dios no pinta nada, el hombre se da a sí mismo los derechos y las libertades que le dé la gana a las mayorías. Se trata de la tiranía de la estadística o la dictadura del relativismo: llámenlo como quieran. Si la filosofía moral no encuentra su fundamento en Dios, todo está permitido. Todo es lícito, si Dios no existe. Sin Dios Legislador, no existe una moral objetiva. Si Dios ha muerto, la moral decae y vale todo. Y todo es todo. Y si las leyes se aprueban al margen de la moral (dado que Dios ha muerto y con Él la fundamentación de una moral objetiva que determine la maldad o la bondad de los actos del hombre), lo normal es que las leyes inicuas invadan las legislaciones de los Estados como las malas hierbas invaden los campos, si estos se dejan abandonados. Tal es la consecuencia lógica de la rebelión del hombre contra Dios.
¿Cómo se puede aplaudir un sistema que causa miles de muertes de niños inocentes cada año? ¿O que aprueba una ley de eutanasia que promueve el asesinato de ancianos y enfermos? ¿O que instaura una legislación educativa perversa, diseñada expresamente para adoctrinar a los niños y procurar su depravación moral?
En eso consiste la laicidad… Y llaman “sana laicidad” ¿a qué? ¿A separar a Dios de la política, pero solo un poquito y siempre y cuando se respete la ley natural, que es otra manera de llamar a la Ley Eterna de Dios? ¿Creen realmente que eso es posible? El hombre sin Dios es esclavo del demonio. ¿Se creen en serio esa tontería de que los católicos deben militar en todos los partidos? ¿Puede militar en un partido liberal, socialista o comunista un católico sin caer en pecado mortal? ¿Puede participar un católico en un régimen liberal enemigo de Dios que aprueba leyes que convierten el aborto, el divorcio, el gaymonio y cualquier otra aberración, como la eutanasia o tantas otras, en derechos? No entiendo que haya obispos que aplaudan el régimen liberal, la constitución y los derechos humanos y luego se lamenten de las consecuencias y de los crímenes abominables que produce semejante sistema. Eso es “poner tronos a las causas y cadalsos a las consecuencias".
Yo no creo en más soberanía que en la de Cristo Nuestro Señor. Y creo que el hombre es más libre cuanto más se somete a la Ley de Dios. Creo que la Ley de Dios es la Ley de la verdadera Libertad y la Ley de la Caridad. Creo que solo soy libre cuando reconozco humildemente mi condición de criatura y me someto a Dios, que es mi Creador. Creo que solo soy libre cuando vivo en gracia Dios y cuando someto mi libertad a la le Ley suprema de la Caridad. Y creo que debemos tomar la Cruz de Cristo por bandera -”in hoc signo vinces“- para derrotar a los enemigos de Dios y proclamar el Reinado de Nuestro Señor Jesucristo, no solo en nuestros corazones, sino también en la vida social. Así, todas las naciones, dispersadas por la herida del pecado, se han de someter al suavísimo imperio de Nuestro Señor Jesucristo para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre (Filipenses 2, 10-11).
Por eso, si un día las autoridades me obligan a abrirle las puertas de mi colegio a cualquier colectivo que pretenda pervertir a los niños de mi Colegio, ese mismo día, me iré y seguiré “la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido” y me retiraré definitivamente del mundanal ruido para rezar por la conversión del mundo y por la salvación de las almas. O, si no hay otra salida, aceptaré el camino del calvario, si es que Dios me concede esa gracia. Antes morir que pecar.
Ahora, si les apetece saber más y ampliar la información sobre el tema de la educación católica y de la educación en general, pueden pinchar los siguientes enlaces:
Conferencia Episcopal Española: El pacto educativo global
Escuelas Católicas: Pacto Educativo Global
Manos Unidas: Nace el Pacto Educativo Global
UNESCO: Educación 2030
Algunos videos interesantes sobre ¿adoctrinamiento?… ¿Adoctrinan o no adoctrinan? Ustedes mismos.
26 comentarios
No le doy más vueltas. Estos desahogos obsesivos suyos dicen más de usted que de las escuelas, ni lo dude. Es emético.
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Pedro L. Llera
Gracias a Dios, la tengo a usted como lectora. Si no me leyera usted, no me leería nadie. Muchas gracias.
Espero que haya quedado a gusto con su desahogo. Vomite en paz. Cuando uno está intoxicado, lo mejor que puede hacer es vomitar. Un lavado de estómago es mejor que un lavado de cerebro.
Estamos en una época que debe de haber un designio divino en lo que nos acontece.
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Pedro L. Llera
Más que en los protagonistas de las imágenes, me fijé en el contenido de esas imágenes: en lo que querían representar. Obviamente, tengo más vínculos con san Juan Bautista de La Salle, santo por quien siento un profundo cariño.
Por otro lado en la escuela “católica" se da una educación mecanicista donde lo más importante es el maestro y no el niño, donde al niño se le da todo hecho ( se le suben las notas de 2 de Bach) algo de lo que también he sido testigo. Donde hay que hacer caso siempre al profesor, aunque lo que diga no se corresponda a la realidad o sino te doy con la regla.
Por último la educación “católica" es segregacionista. Por un lado los chicos y por otro las chicas ( machismo) y en algunos centros por razas ( racismo). En resumidas cuentas eso es la educación “católica", de todo menos cristiana.
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Pedro L. Llera
No seré yo quien justifique o quite importancia a los crímenes horrendos de los clérigos pederastas. Me parece asqueroso. Pero el pecado de personas concretas no se puede extender a todos. Cada uno tiene sus pecados y comete sus delitos. Yo no voy a pedir perdón por los pecados de otros: con los míos tengo bastante.
Lo de pegar con la regla o de cualquier otro modo no era exclusivo de las escuelas confesionales. Yo estudié con los jesuitas en los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado y nunca me pegaron en el colegio y pocas veces vi a ningún profesor pegar a nadie. Esas prácticas eran comunes en determinados tiempos en todas las escuelas, fueran públicas o privadas.
En lo del "mecanicismo" no entro. En lo de subir las notas... ¿De qué me está hablando? Pero si los socialistas y comunistas quieren subirle las notas a todos para que no repita nadie y todo el mundo titule... ¿De verdad cree que solo se sube la nota en 2º de bachillerato en los centros privados? ¡Venga ya! Además, luego hay una prueba común para todos, que es (o era) la selectividad. Y digo "era" porque la selectividad ya no es lo que era y da grima ver los exámenes.
En cuando a lo del machismo, al racismo, al segregacionismo... Son insultos y ataques sin argumento alguno que justifique tales insultos... Ni me molesto en responder.
lo felicito por este post y por el blog, es uno de mis favoritos. No siempre comento porque no estoy capacitado ya sea por el tópico en sí, o por el enfoque que tiene.
Pero si me permite, me voy a hacer unos pocos comentaros con respecto a la educación desde el punto de vista técnico.
El ateísmo es también una religión: es la adoración de un "ente" o "ser" todopoderoso y eterno, dependiendo del ateo en turno, le dirá que es la materia, o la naturaleza, o las leyes de la naturaleza, o no tiene idea, pero asegura que no es el Dios de los cristianos. a. cual intenta ridiculizar, sin darse cuenta que al no tener idea del origen del universo, no puede descartar ninguna explicación posible, inclusive la divina. Sus argumentos son contradictorios, lo sabe y no le importa.
La "educación científica" o "atea" poco tiene de científica o atea y mucho de ideología. Es muy evidente en la estructura central de la educación, historia, matemáticas y lengua, es un verdadero desastre. En la primer materia, hay enormes omisiones y grandes falsedades, en la segunda cada vez el nivel es mas bajo, y en la tercera ni siquiera se fomenta la lectura para desarrollar un criterio, como "El conde Lucanor".
Por extraño que parezca, la historia oficial de México se compone solamente de las partes "políticamente correctas", no se ve en la escuela la época virreinal (tres siglos desaparecidos). Difícil de creer, pero se estudian las culturas indígenas y la conquista para continuar con México independiente. Peor todavía, en ésta última se omiten grandes temas como la guerra cristera.
Se sabe el valor de un blog conforme al número de visitas de los anticatólicos, y usted tiene muchas. ¡Lo felicito nuevamente.!
Feliz fiesta de Cristo Rey.
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Pedro L. Llera
Gracias, don Francisco, por sus elogios. Es obvio que mi blog es minoritario. Nunca la filosofía o la búsqueda de la Verdad ha sido asunto de mayorías. Es más: me preocuparía que muchos me leyeran y mucho más que muchos me aplaudieran... En realidad, me importa un bledo que me lean más o me lean menos. Yo he sido llamado a ser testigo de Cristo ante esta generación descreída. Y no me preocupa lo que los demás piensen o digan de mí: sólo me preocupa lo que Dios diga de mí. Así que trato de hablar bien de Él. Nada más.
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No se equivoque, obviamente ni soy ni seré nunca "su lectora". Ocasionalmente paso por aquí, porque hay que leerlo todo, y estar al tanto de que cosas se publican con el falso marchamo de católico.
Espero que haya quedado a gusto
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Para nada. Por más vueltas que le dé no soy capaz de imaginar qué suciedad circula por una mente capaz de concebir y escribir estas calumnias,y de vanagloriarse de "haber sido llamado a ser testigo de Cristo ante esta generación descreída" y hacerlo de esta forma atroz. No, no soy capaz de representarme qué pasa por la cabeza de alguien que escribe estas acusaciones morbosas y que calumnia, así, a bulto, a "la mayoría de los colegios" y a sus profesionales. .
Afortunadamente, somos miles los profesores y maestros católicos en "la mayoría de los colegios" e institutos. Y también son muchos los que no son católicos pero sí estupendos profesionales. Porque a esa mayoría de centros se accede mediante procedimientos abiertos y públicos, por méritos y capacidad, no por creencias ni ideología. Y todos, católicos y no católicos, nos dedicamos a dar lo mejor de nosotros para el aprendizaje de nuestros alumnos, contra el viento y las mareas de políticos, leyes absurdas, e intereses grupos de presión.
Nada, absolutamente nada de lo que dice en este escrito vomitivo tiene nada que ver, ni por asomo, con "la mayoría de los colegios". Usted sabrá qué le mueve a calumniar de esa manera al prójimo y a disfrazar sus morbosos exabruptos de "llamada a ser testigo". Usted lo sabrá porque yo soy incapaz de imaginar un solo motivo válido para tanta maldad.
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Pedro L. Llera
Yo hablo de filosofía y de las personas que secundan esas filosofías a sabiendas.
Claro que hay muchos profesores que son gente honrada y honesta. Pero las filosofía ateas y materialistas hace mucho tiempo que han tomado al asalto los institutos y universidades y los han convertido en nidos de víboras.
¿Quienes son los sindicatos más representativos de la enseñanza pública? Stes, sindicato anarco-comunista y Comisiones Obreras, comunistas.
¿Me invento que la ideología de género ha invadido los institutos? ¿De dónde ha salido toda esa basura ideológica más que de las universidades? ¿Y el lenguaje "inclusivo"? De una escuela atea no puede salir nada bueno, porque sin Dios nada bueno puede salir.
es evidente que la educación ha ido para menos, eso lo afirman profesores y padres de familia. Las cosas van mal en la escuela y en el hogar: faltarle al respeto a un profesor era una falta grave, me imagino que usted no piensa igual, hacerlo en su propia escuela, casa era algo impensable.
Su opinión me interesa y me asombra, porque parece estar muy satisfecha del estado de las cosas, ya que afirma, de manera implícita, ser maestra o profesora
¿Me pudiera indicar en que estamos mejor? Pues no en historia, matemáticas o lengua. Ciencias naturales tampoco, hoy se afirma que el hombre puede ser mujer o que se puede cambiar de sexo, algo manifiestamente imposible. Puede, eso si, modificar sus documentos.
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Pedro L. Llera
¿Habla usted por experiencia propia o por lo que le han contado? El sistema educativo del bachillerato antiguo - el de las reválidas - era infinitamente mejor que el actual, como del cielo a la tierra. Luego, la Ley Villar Palasí - la de la EGB, el BUP y el COU -, que fue la que me tocó a mí (nací en el 64 y esta ley entró en vigor en 1969 o 1970) era peor que la ley anterior, pero en comparación con las leyes que vinieron después era el no va más. Desde la LOGSE hasta la actualidad hemos ido de mal en peor, con la aquiescencia de los sindicatos, de los partidos políticos y de la mayoría de la sociedad española. Así que tenemos la educación que nos merecemos: una verdadera basura, en la que ahora se va a aprobar a los niños, sepan o no sepan y se van a regalar lo títulos. Estamos en una sociedad de analfabetos y cada vez vamos a estar peor. La culpa es de toda la sociedad española y el fracaso es un fracaso colectivo.
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Francisco de México:
Pruebe a leer mis intervenciones de nuevo. Ojo: a leer lo que digo, no lo que usted querría que hubiera dicho para que encajen a la fuerza sus opiniones.
Así, verá que de mis palabras NO se puede concluir que yo esté muy satisfecha del estado de cosas. A partir de ahí, todo lo demás que dice usted sobra.
(Sí, soy profesora. Acabo de jubilarme después de 36 años de ejercicio profesional en institutos públicos, en los que nada, absolutamente nada se parece ni remotamente a esa especie de infierno de vicios sexuales que describe el bloguero)
En lengua se leía, dependiendo del país, a libros que hoy apenas se abren: las obras de teatro de Shakespeare, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Juan Ruiz, arcipreste de Hita, El Cantar del mío Cid, la canción de Roldan.
En historia se tomaban referencias de fuentes originales, como Bernal Díaz del Castillo con su "Verdadera historia de la conquista de la Nueva España" o al mismo Hernán Cortés con sus "Cartas de Relación".
En biología se estudiaba la verdad objetiva de las cosas, como la existencia de hombres y mujeres.
En filosofía enseñaban a pensar. Hoy solo a repetir: que la ciencia está en contra de la religión, cuando es precisamente su mejor aliada. Es la ciencia y la religión contra la ideología y la ciencia ficción.
¿Qué no era para tirar cohetes? Pues comparado con lo de ahora, si.
"Afortunadamente, somos miles los profesores y maestros católicos en "la mayoría de los colegios" e institutos. Y también son muchos los que no son católicos pero sí estupendos profesionales. Porque a esa mayoría de centros se accede mediante procedimientos abiertos y públicos, por méritos y capacidad, no por creencias ni ideología. Y todos, católicos y no católicos, nos dedicamos a dar lo mejor de nosotros para el aprendizaje de nuestros alumnos, contra el viento y las mareas de políticos, leyes absurdas, e intereses grupos de presión."
¿O me perdí de algo?
¿Que usted habla de qué? ¿De filosofía? ¿Filosofía?
¿Filosofía es esta sucia calumnia?: Hoy en día, la mayoría de los colegios son lugares peligrosos en lo que respecta a la salvación de las almas de los niños. Son lugares donde se pervierten las almas inocentes de los niños para que se vuelvan buenos ciudadanos y demonios ejemplares: degenerados y pervertidos; hombres de perdición, esclavos de sus bajas pasiones; lujuriosos e impuros
Ni siquiera cuando dice que "las filosofía ateas y materialistas hace mucho tiempo que han tomado al asalto los institutos y universidades y los han convertido en nidos de víboras" hace usted filosofía, porque esa frase también es mentira. Que haya personas que suscriban filosofías materialistas no significa que los centros esté "tomados al asalto", ni que sean "nidos de víboras".
No haga trampas -apelando a la filosofía- para suavizar ahora en sus respuestas las barbaridades que ha soltado en ese post. La filosofía es algo demasiado serio y digno como para manosearla con sus obsesiones personales. Usted se ha dedicado a expulsar por su boca acusaciones gravísimas contra "la mayoría de las escuelas": no llame a eso filosofía.
Casi más ridículo es ampararse en "quiénes son los sindicatos más representativos de la enseñanza pública", porque ninguno lo es. Hay un nivel ínfimo de afiliación y aún más bajo de participación en elecciones sindicales. Y tendría usted que oír a los docentes hablar de esos sindicatos.
Pero aunque fueran reamente representativos, ¿qué? ¿Qué pirueta intelectual -perdón por o de intelectual- es esa de identificar un voto sindical con ser un mercenario que enseña todo tipo de vicios sexuales a los niños para apoderarse de su alma y todas esas mosntruosidades que ha proferido?
¡Y aún se pregunta si "se inventa que la ideología de género ha invadido los institutos". SÍ. SE LO INVENTA. Ninguna ideología ha invadido los institutos ni los colegios (¿le recuerdo que su post insistía en la palabra colegios?) Ni la de género ni ninguna otra. Lo que caracteriza a la educación pública es no profesar institucionalmente ninguna doctrina. Las personas tienen ideología, la institución escolar, no. La escuela pública no es católica. Pero tampoco es atea. Y las personas, le guste o no admitirlo, son cada una de o que le da la gana. Hay católicos, bastantes, hay algún protestante, hay ateos y agnósticos; hay gente de derechas y de izquierdas; hay gente de nada. Tras quince años de estar en un mismo claustro, puedo no tener ni idea de las ideas y creencias de muchos compañeros. Y de los más cercanos, solo veo gente corriente quizá demasiado despolitizada. Y todos, eso sí, todos, con poquísima intención de adoctrinar a los niños en ningún sentido.
Y lo del lenguaje inclusivo, no sé si lo dice en broma (jeje, ha ido bajando las acusaciones: ya no habla de poner a los niños a masturbarse y hacerse tocamientos, ya solo es usar "lenguaje inclusivo"). Resulta que el debate del lenguaje "inclusivo" es rancio, rancio, tan rancio que fue motivo de debate allá por el curso 94-95. El resultado es que casi nadie lo usa, quien lo usa lo hace tranquilamente y quien no, pues no, que es lo mayoritario. Y, por lo general, es más motivo de rechifla que otra cosa. No vea la de chistes que circulan sobre las ridiculeces del lenguaje inclusivo.
Y ya le he dedicado mucho más de lo que merece. Yo no tengo que demostrar que usted miente. Es a usted a quien le corresponde la carga de la prueba, y no puede justificar su catarata de calumnias. No tiene usted ni idea de lo que es la escuela pública. O peor: la tiene pero miente y calumnia porque cree que así arrima el ascua a su sardina y, aquí, ese tipo de disparates salen gratis y hasta obtienen aplauso.
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Pedro L. Llera
"Lo que caracteriza a la educación pública es no profesar institucionalmente ninguna doctrina. Las personas tienen ideología, la institución escolar, no. La escuela pública no es católica. Pero tampoco es atea."
Pues no sé por qué se da por aludida... Yo hablo de la escuela atea: no de la pública. Creo que la palabra "pública" no aparece en ninguna parte.
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Todo. Pero por lo que veo, con usted da igual.
¿Qué tiene que ver el párrafo mío que cita con estar satisfecha del estado de cosas? Es más, si lee bien ese párrafo, defiende la integridad del profesorado, pero dice justo lo contrario. de estar satisfecha o parecerme todo maravilloso. Justo lo contrario.
No insisto. Veo que la tentación de que el adversario dialéctico diga lo que usted quiere que diga es más fuerte que su sentido común.
Pues la verdad, durante el "nacionalcatolicismo", cuando todos los colegios eran católicos, no es que la educación fuese para "tirar cohetes"....
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Además de mis 36 años de profesora en institutos públicos, entre mis hermanos y yo tenemos la experiencia de haber estudiado en cinco colegios religiosos en los años 60, 70 y 80. La formación en las materias académicas era infinitamente mejor, especialmente en secundaria, por la sencilla razón de que éramos muy pocos los que la llagábamos a cursar.
Pero si hablamos de ideologías, esa amalgama de ideologías que hoy algunos llaman "consenso progre", ya se fraguaba en a sociedad. ¿En los colegios católicos? Pues ni más ni menos que en el resto de ámbitos sociales. Estaba por todas partes, sin ser mayoritaria, pero presentándose como lo moderno. También entre algunas monjas de mi colegio .
"Es más, si lee bien ese párrafo, defiende la integridad del profesorado, pero dice justo lo contrario. de estar satisfecha o parecerme todo maravilloso. Justo lo contrario."
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Lo siento, no entendí, cuando usted defiende la integridad del profesorado, en realidad los ataca. Pero me parece que si usted intenta usar la ironía no lo hace del todo bien, debería ser evidente,, Mire un ejemplo a ver que le parece:
"Definitivamente se nota su gran capacidad como profesora cuando se dirige tan dignamente al autor del blog. Seguramente sus alumnos aprendieron muchos valores, entre ellos el de respeto."
Bastante mejor, no le parece, con muchas faltas sin duda, pero aún así mucho mejor. Por supuesto que Don Pedro nos pudiera corregir a ambos nuestros errores.
Un poco de contexto, es costumbre muy mexicana el llamar al pan, pan y al vino, Y si les faltásemos al respeto a un profesor en su casa, en su escuela o en su blog, con algo de suerte nos lloverían bofetones y nuestra madre, muy a la española, nos "partiría la cara". Pero si la suerte era escasa, entonces nuestro padre, muy mexicanamente, nos "rompería el hocico".
Esa era la educación "de antes", de la que usted parece renegar.
... la educación de antes de la, que usted parece renegar.
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Sigue interpretando todo al revés. O a lo mejor es que intenta hacerse el gracioso pero no pillo la gracia.
¿Al pan, pan y al vino, vino? A ver si así se entera:
1. Nada de lo que dice el bloguero es cierto. Y puesto que es materia gravísima, constituye una sarta de calumnias ante las que no se puede callar.
2. El profesorado de la pública es dignísimo. Es el mejor (con las excepciones excepcionalísimas que hay en cualquier profesión)
3. Los puntos 1 y 2 NO DICEN que la educación en España esté bien, ni menos aún dicen que yo esté satisfecha con ella. De hecho, es un desastre que empeora con cada nueva ley educativa. Pero en absoluto por motivos como los que ha proferido este señor.
4. No he renegado de la educación "de antes" (¡¿Dónde?!)
Y, como nuevo tema que introduce usted aquí sin venir a cuento, buscando bronca:
5. Seguro que mis alumnos sí han aprendido respeto conmigo, aunque mi labor ha, sido enseñar lengua y literatura, y a veces optativas como teatro, redacción periodística y latín, y a eso me he dedicado con todo el esmero, dedicación y entrega, igual que la inmensa mayoría de mis compañeros. Sin duda también, si mis alumnos leyeran el artículo abominable del bloguero, ni reconocerían la educación recibida ni considerarían respetuoso a quien lo firma.
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Pedro L. Llera
Señora: aquí quien ha venido a insultar y a buscar bronca he sido usted, abusando de mi paciencia y de mi tolerancia.
Ya me ha insultado usted bastante y se ha desahogado bastante. Váyase con viento fresco. No le voy a publicar ningún comentario más.
Por cierto: NO HAY QUE LEERLO TODO. Yo, a usted, jamás la leería, si tuviera usted un blog. Jamás la leería a usted. Hágame el favor de corresponderme y deje de pasar por mi blog. Porque no hay que leerlo todo. Y si mi blog le resulta nauseabundo, hay que ser muy masoquista para venir a vomitar su bilis en él.
Pues la verdad, durante el "nacionalcatolicismo", cuando todos los colegios eran católicos, no es que la educación fuese para "tirar cohetes".....
21/11/21 3:39 PM
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¿Está usted de broma? La educación era magnífica. Incluyendo también a la magnífica formación profesional.
Agárrese a la silla y vea que programas juveniles se hacían en la televisión:
https://www.youtube.com/watch?v=Yk3HbACOXdk
https://www.youtube.com/watch?v=1R8p-eIGhlw
lo siento, mi poca capacidad me hace interpretar todo al revés. Siendo usted tan inteligente debe practicar la santa paciencia conmigo. Seguramente Don Pedro tiene, como yo, la mala costumbre de interpretar las cosas literalmente, así que también a tener paciencia con él.
Usted me pide interpretar que donde dice blanco hay que entender negro, pues aplíquelo al post, le digo lo mismo: no parece entender el verdadero sentido del mismo: intente leerlo como una loa al modernismo, a la ideología de género y a los buenos y preparados maestros que les enseñan los valores como el respeto, ¡Le encantará!
¿No recuerdan ustedes como lo celebraron las feministas por todo lo alto?¿No recuerdan haber visto a la ministra de igualdad -porque si, tenemos un ministerio de igualdad, como si viviesemos en una novela distópica barata- sacó pecho delante de toda España, esto . . . el estado egpañol ¿No recuerdan como en todos los medios de comunicación -¡con lo sensibilizados que están ellos con estos temas!- se produjeron titulares y polireportajes, programas especiales de televisión, audiencias con las mas altas autoridades -¡con lo que les gusta a ellos visivilizar estos asuntos!-?¿No lo recuerdan?¿No? Que extraño . . .
alcorconhoy.com/el-colegio-fuenllana-de-alcorcon-mejor-centro-educativo-segun-el-informe-pisa
La escuela publica no tiene ideología. La secundaria tampoco y la universidad tampoco. Que puede haber asignaturas con ideología, sin duda, pero sin universitario no tiene criterio propio a esa edad, allá él. La escuela pública así como sus docentes, por exigencias de selección, por medios y por los alumnos que tienen que educar, es la mejor y son los mejores, con la excepciones lógicas.
Pensar en una ideología stanica que corrompe a los niños y a sus almas es amén de una exageración, una conclusión que muestra el profundo desconocimiento de la realidad.
Hago mías todas las conclusiones de Yolanda. Mi intención en modo alguno es ofender a D. Pedro
Pero en este post está profundamente equivocado y además perpetra un ataque ofensivo a la escuela pública y a sus docentes fuera de lugar.
Como es un hombre de Dios y sensato, espero recapacite y corrija sus conclusiones. Su intención es buena, pero sus resultados son falsos en el fondo y muy, muy feos en la forma.
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Pedro L. Llera
Me pregunto en qué mundo viven ustedes. ¿No han leído las leyes LGTBI que se han aprobado en todas las comunidades autónomas: Madrid, Murcia, Andalucía...? ¿No se han leído la nueva ley de educación en la que hasta las matemáticas se tienen que dar con perspectiva de género?
Y repito una vez más: yo hablo de escuela atea, no de escuela pública.
Ley 3/2007, de 15 de marzo, reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas
Ley 8/2017, de 28 de diciembre, para garantizar los derechos ...https://www.boe.es › buscar › pdf › BOE-A-2018...
biblioteca.udgvirtual.udg.mx/jspui/bitstream/123456789/611/1/Es%20parte%20de%20la%20vida.pdf
Por ejemplo, defiende el aborto bajo el eufemismo "salud sexual y reproductiva", la masturbación, ideología de género, etc.
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Oye, y se queda tan pancho después de escribir eso.
Es malo tomar a los demás por imbéciles. Muy malo.
Desde luego es malo tomar a los demás por imbéciles. Líbreme Dios de ello. Pero no lo es tanto, tomarlos.por errados y exagerados.
Y claro que me quedo tan pancho con esas afirmaciones. Colaboro en el entorno universitario periódicamente y me mantengo muy cercano a a la secundaria y primaria. Y en todos los niveles encuentro docentes de posiciones ideológicas diversas. Profesores muy de izquierdas en la universidad, claro que los hay!! Por supuesto, negarlo es absurdo. Pero también conozco muy conservadores. La ideología, la marca el docente y nadie más. Lo que pase con él, es cosa aparte. He visto gente de la Uned salir a otras universidades por su excesiva politización al igual que he sido testigo de acoso a profesores en la Politécnica de.Madrid por sus posiciones de izquierda hasta conseguir que se fueran. Insisto, las ideologías las marcan los individuos, no hay un plan establecido; y si lo hay, cuando doy clase algún cuatrimestre, nadie me ha informado de ello nunca. Jamás he tenido instrucciones LGTBI ni de ningún tipo. Así mismo, en la escuela que D. Pedro llama "atea" que no es más que la de toda la vida "pública", personas próxima a mí, alucinan con la aseveración de "enseñanzas satánicas" de las que se habla aquí. Ni enseñan masturbación, ni aborto, ni sexo ni nada parecido. Ni ideología de género, ni política, ni se ríen de Dios ni de la Iglesia. Más bien, al contrario, lo que tienen es una lucha diaria para transmitir educación, cultura y valores a todos los niños, incluyendo los de otros países que vienen con fundamentos muy diferentes a los europeos.
" Ni enseñan masturbación, ni aborto, ni sexo ni nada parecido."
Le sugiero que lea el libro que hice referencia mi entrada anterior, publicado como material de enseñanza por la Universidad de Guadalajara, quizás la mayor y mas importante después de la UNAM, , como texto de enseñanzas sexuales.
Puedo poner decenas de ejemplos, pero el mas revelador es con respecto a "Los mas chiquitos", claramente intenta la perversión de menores. Cita textual, página 31:
"Comprender la masturbación y los juegos autoeróticos como una forma
saludable de ejercer y explorar su sexualidad."
Me temo que nadie engaña, lo siento.
A mí no me parece ni bien ni mal las expresiones de D. Pedro en su inicio porque las interpreto desde una perspectiva dinamizadora, aunque se ha interpretado como dinamitadora.
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