Sobre la muerte

Me llaman la atención unas declaraciones del arzobispo Georg Gänswein. InfoCatólica da así la noticia:

El secretario privado del papa emérito Benedicto XVI, el arzobispo Georg Gänswein, ha desmentido las informaciones de los medios de comunicación que afirman que el pontífice emérito «anhela la muerte». Benedicto está «absolutamente lleno de vida», dijo Gänswein al periódico BILD este jueves.

Al final de la noticia se entrecomillan las declaraciones del arzobispo Gänswein:

«El arte de morir bien, es decir, el ars moriendi, forma parte de la vida cristiana. El Papa Benedicto lo ha hecho durante muchos años. Sin embargo, está absolutamente lleno de vida. Estable en su debilidad física, con la cabeza muy clara y dotado de su típico humor bávaro».

Pareciera desprenderse de la noticia que el hecho de “anhelar la muerte” fuera antitético con “estar lleno de vida”.

Desde mi punto de vista, la adversativa “sin embargo, está absolutamente lleno de vida” sobra; la segunda proposición no se opone a la primera: no hay contradicción discursiva alguna. Al menos desde el punto de vista católico.

Y no es que yo le quiera enmendar la plana al redactor jefe de InfoCatólica ni, mucho menos, a todo un arzobispo… ¡Dios me libre! Seguro que todo es un malentendido por mi parte. En cualquier caso, la noticia me da pie a reflexionar sobre la muerte: el tema tabú por antonomasia de nuestro tiempo.

Yo siento a menudo un deseo intenso – cada día mayor – de huir de este mundo corrupto, depravado y pecaminoso hasta la náusea, para refugiarme en un monte en compañía de cabras y osos. Yo creo que es una tentación pero entiendo perfectamente a fray Luis de León cuando en su Oda a la Vida Retirada escribía estos versos:

¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;

¡Oh monte, oh fuente, oh río!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.

Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.

Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido.

Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo. 

¡Qué deseo tan grande de huir de este mundo, de este mar tempestuoso, de esta batalla incesante, hacia el reposo maternal de ese lugar secreto, seguro y deleitoso de mi monte, mi fuente y mi río! Vivir tranquilo, sin preocupaciones, lejos de las trincheras en las que tengo que combatir un día tras otro… Vivir sin agobios; solo con mi familia; sin tener que soportar cotilleos, envidias, blasfemias, sacrilegios, herejías, injurias, mentiras, calumnias, maledicencias, faltas de respeto; maleducados y sinvergüenzas… ¡Qué deseo tan grande siento en ocasiones de irme a vivir a una cabaña en un monte, allá en mi tierra, en compañía de osos y gamos! ¡Lejos de la civilización!

Pero intuyo que ese deseo, en el fondo, no es sino la nostalgia del cielo. Decía san Agustín: “nos hiciste, Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti.” Vayas a donde vayas, ahí está el pecado: es la condición humana, la naturaleza caída… No hay paraísos terrenales libres del pecado original. Lo expresa muy bien Benina en la obra maestra de Galdós: su novela Misericordia.

Andando, andando, hijo, se llega de una parte del mundo a otra, y si por un lado sacamos el provecho de tomar el aire y de ver cosas nuevas, por otro sacamos la certeza de que todo es lo mismo, y que las partes del mundo son, un suponer, como el mundo en junto; quiere decirse, que en donde quiera que vivan los hombres, o verbigracia, mujeres, habrá ingratitud, egoísmo, y unos que manden a los otros y les cojan la voluntad. Por lo que debemos hacer lo que nos manda la conciencia, y dejar que se peleen aquellos por un hueso, como los perros; los otros por un juguete, como los niños, o estos por mangonear, como los mayores, y no reñir con nadie, y tomar lo que Dios nos ponga delante, como los pájaros…

Allí donde haya hombres y mujeres habrá ingratitud, egoísmo y pecado. Así que lo único que podemos hacer es seguir a nuestra conciencia, aceptar la voluntad de Dios y no reñir con nadie… Hacernos inocentes como niños y vivir confiando en la Providencia Divina, como los pájaros.

Y vivir en gracia de Dios… Porque sin la gracia de Dios no podemos ser santos ni librarnos del pecado, de ese pozo de inmundicia que llevamos dentro. Es Cristo el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Y el que quita mi pecado y me santifica… Sin Cristo, no podemos hacer nada.

El Señor nos quita el pecado con el bautismo y con el sacramento de la penitencia. ¡Qué importante es la confesión! En nuestros clásicos, cuando un personaje estaba a punto de morir gritaba “¡Confesión, confesión!”. Porque entonces se sabía lo importante que era morir en gracia de Dios y lo nefasto que era morir en pecado mortal: significaba la diferencia entre la salvación o la condenación… Se sabían bien lo de las vírgenes necias que no estaban preparadas para la llegada del Esposo: “más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Pero él respondió: En verdad os digo que no os conozco.” (Mt. 25, 11-12)… Y lo del invitado a la boda que no llevaba el vestido adecuado (Mt. 22, 11-13)… Quienes no están revestidos de Cristo no pueden entrar en la fiesta eterna: “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. En efecto, todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo” (Gal. 3, 26-27).

Y para hacerse uno con Cristo, para vivir unidos a Él, necesitamos el Pan de Vida, el Cuerpo de Cristo; necesitamos a Cristo Sacramentado. Es Él, con su sacrificio en la cruz y su resurrección, quien nos libra del pecado para que podamos ser santos viviendo unidos a Él, siendo verdaderos sagrarios que llevan en su alma a Cristo Nuestro Señor. “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?  Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo y eso es lo que vosotros sois.” (1Cor. 3, 16-17).

Para un cristiano, la muerte es el momento del encuentro definitivo con el Señor. No es un día triste, sino alegre; no es un día negro, sino blanco: “Cerrar podrá mis ojos la postrera/ sombra que me llevare el blanco día…”, escribía Quevedo. Si vivimos en gracia de Dios, si somos santos por su gracia, la muerte es un momento alegre. Por fin cruzas el velo que te separa de tu Señor, que separa lo visible de lo invisible; que separa el mundo caduco, el valle de lágrimas, de la patria celestial.

Gerardo Diego escribía en su inmortal soneto al Ciprés de Silos: “qué ansiedades sentí de diluirme/ y ascender como tú, vuelto en cristales”. Tenemos ansias de eternidad, de bondad infinita, de verdad, de belleza… Tenemos ansias de Dios.

Entiendo perfectamente a santa Teresa de Jesús cuando escribía aquello de “Vivo sin vivir en mí”:

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!

Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!

Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida! ¡Qué duro es este destierro! ¡Venga ya la dulce muerte, el morir venga ligero! Vida, no me seas molesta; muerte, no me seas esquiva; que quiero tanto a mi Amado, que muero porque no muero. Me hiciste, Señor, para Ti, y mi corazón está inquieto hasta que descanse en Ti. Anhelo la muerte. Sí. Puede sonar escandaloso o provocativo… La verdad es que no me importa lo más mínimo cómo suene. Nada. Y dejo por delante bien claro que amo con todo mi corazón a mi mujer y a mis hijos y a mis padres y a mis alumnos y a mis amigos y a mis compañeros del Colegio… y que no tengo tendencias suicidas ni nada por el estilo. Aunque suene contradictorio, amar la vida no empece en absoluto que se pueda anhelar el cielo a la vez.

Puedo decir con san Pablo que para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. Pero si el Señor me quiere aquí, será por algo: Él sabrá por qué y para qué. No se haga mi voluntad sino la Tuya, Señor. No quiero más salud que enfermedad, vida larga que corta (la mía ya ha sido suficientemente larga), riqueza que pobreza… Me siento extranjero en este mundo; ajeno a las ideologías y a las filosofías de este mundo, llenas de soberbia y de mentiras y de maldad y de odio…

La mayoría de la gente vive como si no fuera a morir nunca y de espaldas a Dios. Pero recordad que vais a morir  -  “memento mori” -,  que todas las cosas de este mundo son pasajeras y  caducas (“vanitas vanitatum”). Ni el dinero ni el poder ni la fama ni los placeres de este mundo tienen consistencia. “Todo lo mudará la edad ligera” y al final todo se convertirá “en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada”. Todo es vanidad.

Despierta y espabila. No seas necio: la vida pasa y la muerte viene cuando menos te lo esperas. Convertíos y estad preparados. Nadie sabe el día ni la hora. Pero nuestros días están contados.

Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio. Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a ésos también los glorificó. Ante esto ¿qué diremos? Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros? […] Estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.

Romanos 8

Ojalá cuando la muerte venga a llamar a nuestra puerta podamos decir con el maestre don Rodrigo:

No tengamos tiempo ya
en esta vida mezquina
por tal modo,
que mi voluntad está
conforme con la divina
para todo;
y consiento en mi morir
con voluntad placentera,
clara y pura,
que querer hombre vivir
cuando Dios quiere que muera,
es locura.

Señor, cuéntanos entre tus elegidos y danos tu salvación. Amén.

Recuerde el alma dormida…

 (¿Se nota que el día de los difuntos está cerca?)

32 comentarios

  
Pedro G.
Fabrice Hadhjad, al que por aquí no se le considera aún -¡aún!- un tibio "neocón", en «Tenga usted éxito en su muerte» dice algo a cuento del tema que ha tratado:

«El discurso supuestamente cristiano sobre el desprecio de la vida terrenal es doblemente perverso: para el vicioso, en primer lugar, porque él desprecia ya la vida terrenal, y lejos de llevarlo a conversión lo confirma más bien en su amargura; para el virtuoso, asimismo, PORQUE AMA LA VIDA, y lejos de consolidarlo, se le desanima colocándolo entre los impíos. Se pregunta si es que no tiene fe. Mientras que el otro se encuentra con que tiene demasiada».
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Pedro L. Llera
No sé si lo entiendo a usted correctamente... ¿Pretende contraponer a un tal Fabrice Hadhjad a una doctora de la Iglesia como santa Teresa de Jesús? ¿En serio? No debo de haberle entendido bien. ¿Considera usted que santa Teresa tiene un "discurso supuestamente cristiano"?

Y efectivamente, los neocones están mal de la cabeza porque quienes no tienen a Dios y a su Ley Eterna como centro de sus vidas solo pueden desvariar...

Y si todavía nuestro Evangelio está velado, lo está para los que se pierden, para los incrédulos, cuyo entendimiento cegó el dios de este mundo para impedir que vean brillar el resplandor del Evangelio de la gloria de Cristo, que es imagen de Dios. No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor. 2 Cor. 4, 3-5

Eclesiastés, 1, 2
Vanidad de vanidades! - dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades, todo vanidad!

Eclesiastés, 2, 16-17
No hay recuerdo duradero ni del sabio ni del necio; al correr de los días, todos son olvidados. Pues el sabio muere igual que el necio. He detestado la vida, porque me repugna cuanto se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y atrapar vientos.

Proverbios 4:19
El camino de los impíos es como las tinieblas, no saben en qué tropiezan.

1 Corintios 2:14
Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.

Isaías 44:18
Ellos no saben ni entienden, porque Él ha cerrado sus ojos para que no vean y su corazón para que no comprendan.

Ezequiel 12:2
Hijo de hombre, habitas en medio de la casa rebelde; tienen ojos para ver y no ven, oídos para oír y no oyen, porque son una casa rebelde.

Isaías 6:9-10
Y Él dijo: Ve, y di a este pueblo: ``Escuchad bien, pero no entendáis; mirad bien, pero no comprendáis." Haz insensible el corazón de este pueblo, endurece sus oídos, y nubla sus ojos, no sea que vea con sus ojos, y oiga con sus oídos, y entienda con su corazón, y se arrepienta y sea curado.

Juan 1:5
Y la luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la comprendieron.

Juan 3:19-20
Y este es el juicio: que la luz vino al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas. Porque todo el que hace lo malo odia la luz y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas.

Juan 12:39-40
No podían creer porque también había dicho Isaías: ha cegado sus ojos, ha endurecido su corazón; para que no vean con los ojos, ni comprendan con su corazón, ni se conviertan, ni yo los sane.

Efesios 4:17-19
Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ya no andéis así como andan también los gentiles, en la vanidad de su mente, entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón; y ellos, habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas.
23/10/21 12:44 AM
  
Chico
Quien no piensa bien sobre su muerte, tiene que rezarle a la Virgen para que así sea. De lo contrario nunca entenderá como se debe que cosa es vivir en católico. Nacemos solo para ir al Cielo. Solo para eso. Tenemos peligro de olvidar que todo lo hace Dios, creer que somos autores y protagonistas de todo. Pero Dios es autor y protagonista de nuestra vida. Y sólo somos veramente " niños",, si pensamos bien en nuestra muerte. El niño acepta hasta la propia muerte porque es don de Dios padre amoroso.
23/10/21 2:56 AM
  
Ramón montaud
En el catecismo de mi infancia se tocaba el tema de la muerte sin mencionarla y una muy simple.
"Estamos en este mundo para conocer y amar a Dios y verlo en la otra vida".

23/10/21 5:34 AM
  
Luis López
Una magnífica reflexión sobre el sentido de la muerte para el cristiano, que no es final sino principio. Cristo nos lo garantiza.

Sólo añadiría aquello tan profundo y hermoso que nos recuerda San Juan de la Cruz:

"Al atardecer te examinarán del amor".

Pero incluso en ese examen nos encontraremos como juez, como recuerda San Pablo, a Aquel que siendo Dios, se hizo uno de nosotros para dar la vida por todos (Rm. 8,34); el más favorable juez a la causa humana porque experimentó como nosotros el dolor y la muerte. Más un hermano y un padre que un juez.

Qué distinta es ahora la muerte para quien lleva a Cristo en el corazón.

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Pedro L. Llera
Ninguna palabra está siendo más prostituida hoy en día que "amor". Yo creo que san Juan de la Cruz la evitaría, si viviera hoy en día. La palabra "amor" se está utilizando conscientemente para "normalizar" la depravación y para predicar el indiferentismo religioso... Los herejes juegan con la palabra "amor" para colar sus mentiras y sus pecados abominables: por amor, justifican matar al anciano y al enfermo; por amor, justifican las uniones inmundas y todo tipo de fornicación; por amor, justifican el asesinato de niños no nacidos...
¡Qué cuidado hay que tener con la palabra "amor" en los tiempos oscuros que padecemos!

23/10/21 8:06 AM
  
Ronin
Creo que los que tienen la suerte de vivir con fe no tienen tanta preocupación o temor a la muerte. Entienden que es un paso mas, una etapa del camino. Es más para muchos es el viaje al lugar prometido.

Pero la ausencia de fe lleva al nihilismo existencial. Casi todo el mundo que me rodea es ateo en mayor o menor grado. Cuando no completamente anti todo lo que suene a religión.
Y hablando con ellos de ciertas cosas algunos se aferran a ciertas corrientes filosóficas, el aquí y ahora, el no hay futuro, ... pero en el fondo ves que tienen un miedo terrible a morir.

23/10/21 9:16 AM
  
Pedro G.
Pedro L. Llera
No sé si lo entiendo a usted correctamente... ¿Pretende contraponer a un tal Fabrice Hadhjad a una doctora de la Iglesia como santa Teresa de Jesús? ¿En serio? No debo de haberle entendido bien. ¿Considera usted que santa Teresa tiene un "discurso supuestamente cristiano"?
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¡No se me ocurriría! Si yo estuviese en la séptimas moradas como Santa Teresa cuando «moría porque no moría» también anhelaría la muerte.

Ahora bien, estando sustancialmente por debajo una doctora de la Iglesia como Santa Teresa de Jesús, me parecería una temeridad. Hay mucho que reparar y que merecer aquí abajo todavía.
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Pedro L. Llera
Dios nos llama a todos a la santidad porque quiere que todas las almas se salven. Santa Teresa no era una mutante ni una extraterrestre ni tenía superpoderes... Era una mujer a quien Dios eligió para que fuera santa.

Romanos 8, 29-31
Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó. Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?

Pero Dios quiere que todos seamos santos y a cada uno nos concede su gracia en la medida que Él estima oportuno para que lleguemos a ser tan santos como Él quiera que seamos. Dios no nos pide nada imposible.

Dice Garrigou – Lagrange:

“En efecto, si el amor de Dios es causa de la bondad de las cosas por voluntad de beneplácito y por amor, Dios da a todos los hombres no solamente la naturaleza humana ordenada a reconocerle y a amarle naturalmente, sino también la posibilidad real de observar los preceptos de la ley sobrenatural y, por ende, la posibilidad de la salvación. Dios, en efecto, no puede mandar nunca lo imposible; ello sería la injusticia misma: el pecado haríase inevitable y, desde entonces, dejaría de ser pecado y no podría ya ser justamente castigado, ni en esta vida, ni en la otra. Dios, pues, da a todos, por amor, la real posibilidad de observar los preceptos, de evitar el pecado y, en consecuencia, de salvarse (ver Ia , q. XXI, a. I, ad 3u m ): Deus dat unicuique quod ei debetur secundum rationem suae natura et conditionis ( 3 ); Ia , q. XXIII, a. 5, ad 3u m ): Deus nulli subtrahit debitum ( 6 ); (P-IP , q. CVI, a . 2, ad 2 u m ): Sufficiens auxilium dat ad non peccandum ( 7 ).”

(GARRIGOU – LAGRANGE, R., O.P., La predestinación de los santos y la gracia, p. 94-95).

Lo que pasa es que no todos los santos son como Santa Teresa: no todos levitan, ni llegan al éxtasis místico, ni tienen los estigmas... No todos los santos son iguales y no por ello dejan de ser santos. Por eso, renunciar a ser santo porque no llegas al nivel de santa Teresa no es sino justificación de la tibieza y de la mediocridad. Y a los tibios, Dios los vomita de su boca.
Nuestra patria verdadera es el Cielo. Hemos sido creados por Dios y para Dios. El fin para el que hemos sido creados es para dar alabanza a Dios por toda la eternidad. Y el Señor nos concede la gracia suficiente para que podamos alcanzar ese fin. No valen excusas.
23/10/21 11:21 AM
  
África Marteache
Fabrice Hadjhaj, que yo sepa, vive en una casa que perteneció a un abate francés, con vistas a un cementerio. Yo no pondría párrafos escogidos de sus obras. La muerte es algo que tiene perfectamente asumido y el que ama la vida puede amar perfectamente la muerte. La diferencia entre un mártir y un suicida es, precisamente, que el mártir muere amando la vida mientras que el suicida es un nihilista. Esta sociedad, que es nihilista, no quiere hablar de la muerte, parece un contrasentido pero es lo que es.
23/10/21 1:11 PM
  
Francisco de México
Don Pedro:

quienes amamos la poesía le agradecemos infinitamente el post.

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Vivimos en una época confusa que hablamos mucho de misericordia pero no siempre la practicamos, en general las obras de misericordia espirituales, y en particular, este post encaja perfectamente con la primera de ellas: enseñar al que no sabe.

Todos nosotros, los pastores de la Iglesia, los padres de familia, los abuelos, los maestros, profesores estamos llamados a enseñar dos cosas a nuestros niños y jóvenes.

-A vivir como cristianos.
-A morir como cristianos.

¿Quién no anhela la vida eterna? ¿Quién no quisiera poder abrazar a sus padres, familiares y amigos que partieron antes? O como lo expresa bellamente San Pablo, en la segunda carta a Timoteo.

"... y el tiempo de mi partida ha llegado. He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida."

23/10/21 1:42 PM
  
África Marteache
Por otra parte, Fabrice Hadjadj tiene nueve hijos, que ya es amar mucho la vida, pero también tiene un libro: "Job o la tortura de los amigos" en el que un hombre, en estado terminal, resiste los consejos de toda su familia, amigos y médicos porque no quiere que lo eutanasien y se aferra a la idea de que su vida pertenece a Dios. Así que cuidadito con las interpretaciones sesgadas.
23/10/21 1:47 PM
  
mercedes
Todas palabras muy lindas, pero con lo del coronavirus, estaban todos aterrorizados, dispuestos a inocularse con terapias hechas con lineas celulares de bebés abortados.
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Pedro L. Llera
Lo bueno de Internet es que aquí queda todo grabado. Yo he escrito sobre la pandemia: solo hay que buscarlo.
En cuanto a las vacunas, el tema es controvertido. Yo estoy vacunado pero respeto a quien decida no hacerlo. Creo que vacunarse o no es una decisión prudencial.
Sobre lo de las células de bebés abortados ya se han escrito muchos artículos. Pero vacunarse, en resumen, no es inmoral ni mucho menos. Y no se trata de miedo, se trata de prudencia. Porque al fin y al cabo, uno se muere cuando Dios quiere y así lo determina. Y lo mismo da morir de Covid que de cualquier otra enfermedad o accidente. Nuestra vida está en manos de Dios siempre: no en las nuestras.

Le pongo algunos artículos interesantes sobre el tema del coronavirus y las vacunas, que parece preocuparle tanto:

https://es.corrispondenzaromana.it/de-libre-vacuna-a-libre-eutanasia-la-deriva-de-los-catolicos-contrarios-a-la-vacunacion/

https://es.corrispondenzaromana.it/apocalipticos-y-libertarios-la-rebeldia-suicida-de-los-catolicos-contrarios-a-la-vacunacion/

https://es.corrispondenzaromana.it/diez-preguntas-a-los-antivacunas/

Estos artículo los someto a su consideración, si estima oportuno leerlos. Pero no abre ningún debate sobre las vacunas en este blog. No hay debate ni réplicas ni contrarréplicas.

23/10/21 2:01 PM
  
Pedro G.
Doña África, el texto que he puesto creo que va en consonancia con lo que ud. dice, no creo que sea sesgado. Para mí ese tal Fabrice Hadhjad acierta.

Por mi parte no estoy renunciando a la santidad, ni mucho menos, pero tengo que reconocer que AHORA MISMO no tengo especiales anhelos por morir, pues creo que Dios puede hacerme más santo.

¡Quién ya haya llegado al estado al que la voluntad antecedente de Dios le ha predestinado y por una especial gracia es consciente de esto está exento de pensar así, claro!
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Pedro L. Llera
La cuestión es que para morir no hace falta ninguna tener anhelo alguno. Morimos cuando Dios dispone: no cuando uno lo anhela.
Por eso es importante morir en gracia de Dios y, a ser posible, recién confesado. No vaya a ser que nos pase como al rico Epulón, que la palmó después de un banquete (una fartura, decimos los asturianos) y se encontró de repente en el infierno. Y ya no tenía marcha atrás. Incluso pidió que el pobre Lázaro pudiera ir a avisar a sus hermanos para que no les pasara a ellos lo mismo pero la contestación de Abraham fue bastante contundente: «Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, tampoco se convencerán aunque uno resucite de entre los muertos».
Tampoco conviene seguir los pasos del rico insensato:
La tierra de cierto hombre rico había producido mucho. Y pensaba dentro de sí, diciendo: ``¿Qué haré, ya que no tengo dónde almacenar mis cosechas? Entonces dijo: ``Esto haré: derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes, y allí almacenaré todo mi grano y mis bienes. ``Y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete. Pero Dios le dijo: ``¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto? Así es el que acumula tesoro para sí, y no es rico para con Dios. (Lucas 12, 16-21)
23/10/21 2:02 PM
  
Juan. Carlos
Pedro G , la santidad es cumplir la voluntad de Dios, usted confunde su anelo personal con la voluntad de Dios de santificarlo dándole más tiempo de vida, tal vez la voluntad de Dios no es la suya sino que se signifique muriendo hoy. ¿se imagina usted al buen ladrón diciendo bajame de la Cruz que ahora anelo más tiempo para santificarmrme?
23/10/21 3:48 PM
  
Francisco de México
El deseo de un buen morir hasta el desprecio por la muerte muchas veces es descrito como anhelo. Los cristianos debemos tomar el ejemplo principalmente de Jesucristo y, en menor medida, de los santos y mártires.

Hay multitud de ejemplos de ese buen morir de los cristianos, algunos muy bellos puestos en el post, otros muchos miles también se podrían incluir, incluso mas recientes y, por ello, en cierto sentido mas cercanos.

Voy a compartir uno que es particularmente importante para mi, porque fue martirizado en la guerra cristera, el del niño-joven de 14 años el de San José Sánchez del Río, patrono de los jóvenes (Jornada Mundial de los Juventud), algunos fragmentos de sus últimas cartas, anhelando la muerte y pidiendo a sus hermanos que sigan su ejemplo:

Fragmento 1:

"Estoy sentenciado a muerte. A las ocho y media de la noche llegará el momento que tanto he deseado"

Fuente:
www.celam.org/observatoriosociopastoral/detalle_personajes.php?id=NDA=

Fragmento 2:

"Antes diles a mis otros dos hermanos que sigan el ejemplo de su hermano el más chico, y tú haz la voluntad de Dios. Ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre. Salúdame a todos por última vez y tú recibe por último el corazón de tu hijo que tanto te quiere y verte antes de morir deseaba."

Fuente: mirandoalcielo.mx/patrono-de-la-jmj-san-joselito/

La documentación no deja lugar a dudas: un cristiano perfectamente puede anhelar la muerte y pedir sus hermanos que también lo hagan.

A los enemigos del cristianismo le aterra y lo niegan con frecuencia.
23/10/21 3:56 PM
  
Feri del Carpio Marek
No siempre coincido con África, pero esta vez de lleno. No leí el libro que cita Pedro G, pero leí otras cosas de Fabrice Hadjadj, y me parece un gran pensador católico, que mira con profundidad cristiana la realidad actual. El texto citado no siquiera lo puedo comprender bien, tendría que leerme todo el capítulo para poder juzgar adecuadamente el pensamiento vertido en ese párrafo y ver si coinci con él o no.

El deseo de la muerte es algo santo, pero siempre subordinado a un deseo mayor: la Voluntad Divina. Mientras Dios nos quiere aquí, los cristianos amamos esta vida, por la sencilla razón de que es la voluntad de Dios que aún permanezcamos aquí, amándolo en esta "prisión" que es este cuerpo. La Virgen María anhelaba ir al encuentro de su Hijo, pero deseaba aún más permanecer con la Iglesia naciente, porque esa era la voluntad de Dios.
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Pedro L. Llera
Completamente de acuerdo.
23/10/21 4:24 PM
  
África Marteache
Es que un mártir que no desee vivir no es un mártir sino alguien que utiliza al criminal para suicidarse. Nuestra obligación como cristianos es amar la vida y la muerte, lo cual es francamente difícil, pero, claramente, es el mensaje evangélico. El nihilismo es anticatólico.
23/10/21 7:14 PM
  
Oscar
La Cruz de Cristo tambien incluye el Huerto de los olivos, curiosamente en el campo, que produce sudor de sangre por aquellos seres queridos, no tan queridos y el resto, que rechazan la Sangre redentora de Cristo.

Mercedes:

Lo has clavado, la foto del mundo, nauseabunda.
Y mira que lo teniamos facil: Senor, yo elijo la vida y no bebo de esta agua de la muerte, y Tu me sacas de esta.
Pero preferimos jugar con la muerte, y sus dizque cooperaciones remotas, curiosamente comenzadas hace un par de decadas por el citado por Gänswein como "absolutamente lleno de vida", uy uy uy mucho cuidado


23/10/21 7:20 PM
  
Oscar
Don Pedro:
Me permito responderle a su respuesta a Mercedes, le iba a mandar la excelentisima intervención reciente del obispo Athanasius Schneider en Lifesitenews on the Sactify of Life Pro-Life Retreat, pero ya esta retirado de youtube. El obispo argumenta contra el grave error del Vaticano sobre la dizque cooperacion remota al mal, que tratandose de asunto gravisimo como el aborto, el paso del tiempo no hace mas remota su cooperacion; es quedar involucrado la inicua de las inicuas industria del aborto. Es de cajon, solo hay que ver en directo la matanza de no nacidos para entenderlo. Y lamenta tambien que algunos provida hayan comprado el argumento para ceder y vacunarse.
No se trata de morirse de covid (o de la nueva enfermedad "repentinitis" que empieza a hacer estragos), sino de morirse sin que por nuestra sangre corra una sola celula generada de algun aborto, conscientemente quiero decir. Ya se que aqui se ha discutido el tema y la clara linea editorial contra lo que digo, no es para discutirlo. Pero siento siento en el alma que usted se haya vacunado.
En mi anterior comentario me referia a cuando Ratzinger era el jefe de la CDF y permitio tambien la vacuna, creo que era de la rubeola, que usaba celulas de fetos abortados.
23/10/21 9:24 PM
  
Pedro L. Llera
Mercedes: este artículo no trata sobre las vacunas del Covid. Por favor, limitémonos a comentar el tema tratado, sin irnos por los cerros de Úbeda.
24/10/21 9:59 AM
  
Almudena1
A mi lo único que me impide desear la muerte es la certeza del purgatorio.
Sinceramente, el saber que después de esta vida, tal cual la describe Dn. Pedro, habré de pasar aún antes de llegar al cielo un “tiempo” de purificación, no me apetece nada. Y menos si damos crédito a los testimonios de cientos de Santos sobre este estado.
24/10/21 10:37 AM
  
Oriol
La discusión es interesante. Quizá sería mejor entenderlo de otra manera: el cristiano aspira al Cielo como coronación de una vida bien vivida, y ese anhelo del Cielo comporta, lógicamente, anhelo de la muerte que nos lleva hasta él. Sin embargo, esa vida bien vivida previa al Cielo no es trivial, no es un simple trámite, sino que es el camino que Dios ha querido que siguiéramos para llegar hasta Él. Así pues, amar la vida es una parte integral, también, de ese anhelo por el Cielo.
24/10/21 10:53 AM
  
Maria M.
D. Pedro, yendo al grano.....que el Papa Emerito desea morirse para encontrarse con Dios es altamente comprensible y de Sentido Común cristiano......Lo que no es nada loable es que lo diga cuando la barca de Cristo está llena de agujeros y sin rumbo fijo.....Preferiría haberle oído decir que no quiere morirse sin antes hacer por la iglesia aquí todo lo posible con la ayuda de Dios.....Morir en Paz viendo una Iglesia sino reconstruida del todo, al menos en manos de un Arquitecto de primera!!!
24/10/21 11:20 AM
  
Marta de Jesús
Interesantísimos comentarios. Interesante tema.
Almudena 1, pues para mí, justamente, el purgatorio es motivo de paz. Poder purgar lo mal hecho en esta vida, me parece otra de las aristas de la misericordia de Dios, por la que le estoy infinitamente agradecida. El sufrimiento que describen es por la lejanía de Dios y el anhelo de ir por fin a su Presencia. Igual que aquí. O cree que los alejados de Dios en el mundo están felices? Todos los que dejan atrás drogas y vidas muy alejadas, describen el 'infierno' que vivieron, aunque con sus colegas/familia, etc, simularan felicidad. Lógico que no podamos ir con roña al Paraíso. Hemos de ir perfectamente limpios. Perfectamente puros.
...
24/10/21 3:42 PM
  
Marta de Jesús
Por lo demás, la tentación del Maligno creo que es doble. La de aferrarse a este mundo y la de bajar los brazos antes de tiempo.
Mis padres, pej, están tentados por lo primero. Yo, por lo segundo. Pero siempre pienso, Señor, si aquí me quieres, por algo es. Muéstrame el qué. Y dame la gracia para llevar a cabo tu voluntad hasta el final. Aquí demostramos nuestro amor a Dios y a sus hijos.

Pregunta. Ese filósofo os parece interesante o por contrario lo veis como un 'tibio neocon'? Eso no me ha quedado claro con tantas menciones. Me encanta la filosofía. Y por saber...

Bendiciones 🙏
Resto fiel 💓✝️🕊️🛐
24/10/21 3:49 PM
  
Argia
Esto de la muerte, no se ve en todas las épocas igual, cuando tenia 17, por un tema físico, me desmayé con la sensación de que perdia la vida y me iba a morir, perdi el conocimiento, pero cuando lo recobré, no me sentó nada bien que no me hubiera muerto.
Los que somos del tipo escapista, hemos pensado lo de me quiero morir, que lo que significa es que me quiero ir a otro sitio.
Ahora que tengo bastantes años y no soy como santa Teresa, por una parte lo que más me gustaría del mundo es ir a vivir con Jesus y Maria, pero por otra parte, siempre estoy esperando a ver si me convierto, y también a ver si se convierten mis almas encomendadas, es que no se puede ir uno sin acabar el trabajo, y este trabajo parece que no se acaba nunca, date prisa Señor date prisa en arreglar mi problema.
El purgatorio no es ninguna broma, segun los que han escrito sobre el, y es un acto de misericordia de Dios, tenernos aqui abajo bastante tiempo para purificarnos lo máximo posible, porque un de los dolores más grandes del purgatorio es que has visto a Cristo, su impresionante belleza y solo quieres ir con El, y entonces si que sientes lo de muero de dolor porque no puedo acercarme a El.
24/10/21 6:26 PM
  
África Marteache
Marta de Jesús: No es un tibio neocón, los tibios neocones no tienen tantos hijos, no les ponen por delante de su propia carrera, ni escriben como él. Una cosa es que te guste su prosa o no y otra cosa es llamarle así lo que en su caso es, como poco, un juicio temerario.
Un hombre "con apellido árabe, hijo de judíos maoístas y converso desde del ateísmo", como se describe, nunca es tibio,
Está dando ejemplo con su propia vida: una sola mujer y nueve hijos; no puede ponerse a escribir en serio libros de filosofía por el continuo cambio a pañales, se contenta con pequeños libros que escribe a salto de mata, vive en la casa de un antiguo abate con vistas a un cementerio...
¿Qué más puede hacer para que le entendamos? ¿qué podemos decir nosotros de nosotros mismos para atrevernos a llamarle "tibio neocón" porque no alcancemos a entenderle?
El que no esté acostumbrado a la prosa hebrea que no le lea, se le nota su origen porque le gustan los juegos de palabras, las alegorías, las parábolas y las paradojas, cosa típica de los judíos, pero lo que dice es perfectamente ortodoxo. Estamos aquí como para leer a San Efrén de Siria y preguntarnos si era un tibio neocón porque es oriental. ¿Alguno lo ha intentado?
Curiosamente la editorial que introdujo a Fabrice Hadjadj es "Nuevo Inicio" y esa misma editorial edita libros de espiritualidad rusa y oriental, además de a los filósofos de la "Radical Orthodoxy", McIntyre, Cavanaugh y otros. La editorial es del Arzobispado de Granada y, por cierto, también es la que edita los pocos libros que hay de San Efrén de Siria: "La Cítara del Espíritu Santo" que, por lo visto, es difícil porque escribió en una particular variante del arameo siriaco.
Si no se entendéis a Hadjdaj, que es moderno, ni lo intentéis con el de Nísibe si no habéis leido el AT por lo menos cuatro veces.

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Pedro L. Llera
Conste que no conozco al tal filósofo...
24/10/21 6:33 PM
  
África Marteache
No es propiamente un filósofo, es un literato porque da clases de literatura. Su género es ambiguo, puede ser considerado teólogo, filósofo o, simplemente, un escritor católico como lo fue Chesterton.
24/10/21 7:00 PM
  
SGM
Almudena 1, existe la devoción a la Sangre de Jesús a través de oraciones dadas por Nuestro Señor a Santa Brígida de Suecia acompañada de siete Padre Nuestros y siete Ave Marías, se debe rezar por doce años consecutivos, entre varias promesas la primera es "El alma que las reza no sufrirá ningún Purgatorio."
Esta devoción ha sido declarada buena y recomendada tanto por el Sacro Collegio de Propaganda Fidei, como por el Papa Clemente XII. El Papa Inocencio X confirmó esta revelación como “venida del Señor”.

25/10/21 3:21 AM
  
mercedes
Pedro Luis,coincido en parte. Los versos,me parecen muy lindos pero, me sale natural,instintivamente, bajarlos a la vida real. Estamos inmersos en una cultura de muerte, participamos consciente o inconscientemente de ella, entonces,las palabras,en este caso ,me resultan molestas.No estoy pudiendo poner por escrito,lo que siento,creo que podría ser algo así como que me suena a palabrería.
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Pedro L. Llera
Yo no me predico a mí ni soy ejemplo de nada. Quédese con las citas, con santa Teresa, por ejemplo. Si eso es palabrería...
Pero si mi artículo le resulta molesto, lo tiene fácil: no lo lea o no le haga usted ni caso y asunto resuelto...
25/10/21 4:26 AM
  
Francisco de México
Don Pedro:

quizás esté equivocado, pero parece haber un poco de confusión con las declaraciones del arzobispo Gänswein y con su hermoso post. Voy a intentar un muy breve resumen, si es necesaria alguna aclaración no dude en corregirme.

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Durante 2000 años de cristianismo (citas de San Pablo y San José Sánchez del Rio arriba) se consideró el "anhelo de muerte" como algo cristiano y deseable, y debe entenderse como un "anhelo de vida eterna". Satanás teme este anhelo, porque sus tentaciones son efímeros honores y placeres en este mundo.

Los enemigos de Cristo en la tierra parecen querer darle un sentido diferente y llamarlo perverso es, en mi opinión, diabólico.
25/10/21 10:14 AM
  
África Marteache
Por otra parte lo gnóstico está metido hasta el tuétano en muchas ideologías, religiones, etc...sin que la gente se dé cuenta y, en ese sentido, Fabrice Hadjadj es el anti-gnóstico por excelencia por su teología del cuerpo. A él el cuerpo humano le sugiere ternura, tanto si es el de un niño regordete como si es el de un anciano llagado, cosa de lo más ortodoxa en el Catolicismo. Cree en la Resurrección de la Carne, que es algo en lo que pensamos poco, pero es un artículo del Credo de los Apóstoles. Para él los hijos son una bendición, la esposa una parra fecunda, el anciano precioso en su declive, la vida hermosa porque Dios la creó. Ve las manos como artífices de la tekné, los pies como recorredores de caminos, el sexo como una bendición siempre que vaya acompañado de amor conyugal, los ojos como ventanas del alma...
Es realista como deberían ser todos los cristianos, no idealista, el hombre es un conjunto de alma y cuerpo y, de ninguna manera se puede menospreciar a éste intentando transformarlo (LGTBI), traficar con él ni bastardearlo. Por lo tanto es de una ortodoxia total y bastante raro en los tiempos que corren.
25/10/21 2:22 PM
  
África Marteache
Solo el que respeta el cuerpo puede besar las llagas de Cristo, porque no son las llagas de Dios, que por definición no las tiene, son las del Verbo Encarnado y, desde luego, tanto él como yo respetamos eso y yo echo de menos el tacto de la piel de mi madre, su olor, sus ojos cansados, su manera de moverse...quizás por eso le entiendo tan bien, No hay conocimiento abstracto de lo que amamos, hay un conocimiento concreto.
25/10/21 2:30 PM
  
Jorge Cantu
Pedro L. Llera:

"No sé si lo entiendo a usted correctamente... ¿Pretende contraponer a un tal Fabrice Hadhjad a una doctora de la Iglesia como santa Teresa de Jesús? ¿En serio? No debo de haberle entendido bien. ¿Considera usted que santa Teresa tiene un "discurso supuestamente cristiano"?"

Don Pedro:

Me parece entender que el comentario respecto a ese autor, Fabrice Hadhjad, converso a la fe católica y en general bastante ortodoxo, denuncia las dos tendencias desordenadas y del todo ajenas a la ascética cristiana: 1) la falsa ascesis y 'piedad' al estilo de los cátaros, que desprecia y sataniza esta vida en la que Dios nos plantó para dar fruto, lo corpóreo y todo lo bueno y virtuoso que creó Dios en el mundo material, y en el otro extremo 2) a los que se apegan tanto a ella que desprecian a Dios y sus dones y todo lo espiritual y se gozan en los vicios terrenales y carnales al estilo de los paganos que menciona San Pablo: "comamos y bebamos que mañana moriremos" 1 Corintios 15,32.
27/10/21 3:05 AM

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