Antes y Después
El título nos recuerda a Coco en Barrio Sésamo enseñándonos conceptos como “cerca” y “lejos” o “arriba” y “abajo”.
Al parecer, en la Iglesia hay quien piensa que hay un “antes” y un “después”. Un “antes” y una “después” no sé muy bien de qué… Antes, quienes se divorciaban y se volvían a casar vivían en pecado mortal y si morían en pecado mortal, iban al infierno. Pero eso era antes. Ahora ya no. Ahora la Iglesia es bella y acogedora e irradia la alegría contagiosa del Evangelio: no como antes que era fea y discriminatoria, rígida y malencarada. ¿En qué momento de la historia dejó de ser pecado mortal el adulterio? ¿Hay un antes y un después de Amoris Laetitia, por ejemplo? ¿Del Concilio Vaticano II? ¿La fe de la Iglesia ya no es la fe de siempre? ¿Cuándo ha cambiado exactamente? ¿Quién la ha cambiado y con qué autoridad lo ha hecho? ¿Se le puede corregir al Señor y enmendarle lo que dice en el Evangelio? ¿Por qué? ¿Porque no había grabadoras? Entonces, ¿se puede reinterpretar la Biblia al gusto del lector? ¿Libre examen? ¿Lutero es “el puto amo"?
Antes, la Iglesia utilizaba un lenguaje desfasado, intelectualista y moralista. Ahora ya no. Ahora la gente ve en la Iglesia al Buen Pastor que derriba muros, tiende puentes y levanta hospitales de campaña.
Tiene bemoles la cosa. El lenguaje de los santos, de los doctores, de los Padres de la Iglesia, ¿es un lenguaje desfasado? ¿San Agustín o santo Tomás de Aquino utilizan un lenguaje anticuado? ¿San Ignacio de Loyola o san Francisco Javier eran intelectualistas y moralistas? Claro… Ahora lo entiendo… Santa Teresa de Jesús era una intelectualista desfasada porque creía en el cielo y en el infierno y en el Dios de Jesucristo… Ella no había tenido una experiencia de encuentro personal con Jesús… Ni san Juan de la Cruz tampoco. Ha tenido que llegar la nueva Iglesia del Hombre, Antropocéntrica, Humanista, Kantiana y Moderna, la Iglesia del Nuevo Paradigma, para utilizar un lenguaje moderno y atractivo, para irradiar la alegría contagiosa del Evangelio, para acabar con conceptos desfasados e intelectualistas como “transubstanciación” o “sacrificio”; para abolir los mandamientos de la Ley de Dios por la vía pastoral; para decir que hay salvación en todas las religiones; que todo el mundo se salva, que ya no hay que confesarse ni arrepentirse de nada.
Santo Tomás, el Doctor Angélico, es un intelectualista insoportable. Acabemos con él. Su lenguaje está desfasado y era un moralista con cara de pepinillos en vinagre.
Antes se amenazaba con las penas del infierno y se decía que para salvarse tenían que cumplir los mandamientos y no fornicar ni cometer adulterio ni robar ni matar. Y que quien no cumplía los mandamientos se condenaba, si antes de morir no se confesaban y se convertían. Por eso pedíamos antes que el Señor nos librara de la muerte repentina, porque una muerte inesperada, si te cogía en pecado mortal y no te daba tiempo a confesarte, te podía costar la condenación eterna. Por eso lo de las vírgenes necias y las lámparas y el aceite… Pero ahora ya no hay infierno. Todo el mundo se salva. Y si alguien no se salva, dicen que no va al infierno, sino que su alma se disuelve en la nada y desaparece.
Santo Tomás Moro y, mucho antes que él, San Juan Bautista murieron porque tuvieron mala suerte, porque antes Dios condenaba el divorcio, el adulterio y la fornicación. Si hubieran nacido ahora, ya no tendrían que perder la cabeza ni la vida, porque ahora las parejas en segunda unión no están condenadas ya al infierno. No sé qué pasará con las parejas unidas en tercera o cuarta unión. Eso todavía no está claro. Tal vez mañana o dentro de cien años, la nueva iglesia acepte el divorcio tantas veces como quiera el interesado o la interesada o lo interesado. Y tal vez haya un mañana en el que esta Iglesia acogedora y alegre bendiga las parejas homosexuales o las familias poliamorosas, sean estas poligámicas o poliándricas o combinaciones de varios individuos del mismo sexo o de distintos sexos tomados de tres en tres o de cuatro en cuatro o qué sé yo cómo… La Iglesia del “después” resulta ser una caricatura grotesca de la Iglesia de “siempre", una imagen deformada, desfigurada: es algo así como la restauración de un cuadro hecha por gentuza sin arte, por herejes que desfiguran el verdadero rostro de Cristo y lo convierten en una mamarrachada.
Pues bien… Yo soy de los católicos que quieren restaurar la cultura y la civilización cristiana. No sé si eso está de moda o no y me importa un bledo. Tal vez mi lenguaje sea desfasado, intelectualista y moralista. Seguramente tengo cara de pepinillo en vinagre y soy un rígido sin remedio. Pero una cosa tengo clara: creo y quiero creer todo cuanto la Iglesia ha enseñado en los últimos dos mil años. Creo la verdad revelada por Dios mismo a través de las Sagradas Escrituras y de la santa tradición. Tengo la fe de todos los santo y mártires. Tengo la fe de Tomás de Aquino y de Agustín de Hipona; la fe de santa Teresa de Jesús y la de san Juan de la Cruz; la de san Ignacio de Loyola y san Francisco Javier; la de san Francisco de Borja y la de san Luis Gonzaga; tengo la misma fe de san Benito y san Bernardo; la de san Antonio de Padua y san Francisco de Asís; la del P. Pío de Pietrelcina y la del P. Maximiliano Kolbe o la de santa Teresa Benedicta de la Cruz.
No hay un antes ni un después. La fe de la Iglesia es la misma ayer, hoy y siempre. Dios no se muda, no cambia de opinión, no se adapta a los tiempos. Cristo es el Principio y el Fin, el Señor de señores, el Rey de reyes. Dice la Carta a los Hebreos (capítulo 13):
8. Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo, y lo será siempre. 9. No os dejéis seducir por doctrinas varias y extrañas. Mejor es fortalecer el corazón con la gracia que con alimentos que nada aprovecharon a los que siguieron ese camino.
No busquéis novedades. La Verdad es la Verdad y no cambia porque si cambiara, ya no sería la Verdad, sino una opinión entre otras mil.
San Pío X comienza su Encíclica Pascendi:
Al oficio de apacentar la grey del Señor que nos ha sido confiada de lo alto, Jesucristo señaló como primer deber el de guardar con suma vigilancia el depósito tradicional de la santa fe, tanto frente a las novedades profanas del lenguaje como a las contradicciones de una falsa ciencia. No ha existido época alguna en la que no haya sido necesaria a la grey cristiana esa vigilancia de su Pastor supremo; porque jamás han faltado, suscitados por el enemigo del género humano, «hombres de lenguaje perverso», «decidores de novedades y seductores», «sujetos al error y que arrastran al error».
Hechos 20, 29-30:
29. «Yo sé que, después de mi partida, se introducirán entre vosotros lobos crueles que no perdonarán al rebaño; 30. y también que de entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablarán cosas perversas, para arrastrar a los discípulos detrás de sí.
Tito 1, 10-11:
10. Porque hay muchos rebeldes, vanos habladores y embaucadores, sobre todo entre los de la circuncisión, 11. a quienes es menester tapar la boca; hombres que trastornan familias enteras, enseñando por torpe ganancia lo que no deben.
2 Timoteo, 3, 12-13
12. Y todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús, sufrirán persecuciones. 13. En cambio los malos y embaucadores irán de mal en peor, serán seductores y a la vez seducidos.
Recemos por el Papa Francisco para que, como enseñaba san Pío X, cumpla con su deber y guarde con suma vigilancia el depósito tradicional de la santa fe, frente a las novedades profanas del lenguaje, frente a los hombres de lenguaje perverso; frente a los decidores de novedades y seductores, sujetos al error.
Nosotros, pecadores, te rogamos, Señor,
- que nos oigas,
- que nos perdones,
- que nos seas indulgente,
- que te dignes conducirnos a verdadera penitencia,
- que te dignes regir y gobernar tu santa Iglesia,
- que te dignes conservar en tu santa religión al Sumo Pontífice y a todos los órdenes de la jerarquía eclesiástica,
- que te dignes abatir a los enemigos de la santa Iglesia,
- que te dignes conceder a los reyes y príncipes cristianos la paz y la verdadera concordia,
- que te dignes conceder la paz y la unión a todo el pueblo cristiano,
- que te dignes devolver a la unidad de la Iglesia a los que viven en el error, y traer a la luz del Evangelio a todos los infieles,
- que te dignes fortalecernos y conservarnos en tu santo servicio,
- que levantes nuestro espíritu al deseo de las cosas celestiales,
- que concedas a todos nuestros bienhechores la recompensa de los bienes eternos,
- que libres nuestras almas, las de nuestros hermanos, parientes y bienhechores, de la condenación eterna,
- que te dignes darnos y conservar las cosechas de la tierra,
- que te dignes conceder el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
- que te dignes escucharnos, Hijo de Dios.
La belleza del Evangelio es la belleza de la cruz: la belleza del crucificado, despreciado por todos, escupido y maltratado, desfigurado, ante quien se vuelve el rostro. Entremos por la puerta estrecha de la penitencia; no por la puerta ancha de este mundo que conduce a la perdición eterna.
39 comentarios
Callar es ya deshonesto
Mi antes era mi infancia, adolescencia, y juventud, época que lo que se me quedaba era el pecado mortal que si caía en el volvía a crucificar nuevamente a Cristo y me garantizaba el fuego eterno, actitud que me producía angustia.
Después ha llegado el después para otros no para mí, para otros en la catequesis de la parroquia se enseña que Dios es amor y misericordia, nada de hablar del pecado ni del infierno. Jesús será tu amigo invisible toda la vida.
En la misa en lugar de pedir perdón por nuestros pecados, el vicario todas las semanas es creativo, por ejemplo " reconozcamonos necesitados de la misericordia de Dios", "pidamos disculpas de lo que no hacemos bien", "pidamos perdón por nuestras culpas", "pidamos perdón por nuestras ofensas", ".reconozcamos nuestra falta de fe, esperanza y amor y pidamos por nuestras faltas".
Que antes la Iglesia estaba equivocada. Eso dicen, directa o indirectamente. Son así de flamencos
Desde hace 60 años atrás, teologos, jerarcas y ahora el mismo Papa nos instan a cambios que chirrian, no dándose cuenta que toda ocurrencia que se les venga a la cabeza y no esté en consonancia con el Evangelio, es un craso error del que algún dia tendrán que responder. ¿Es que Dios no tuvo suficiente misericordia para que se nos pida mostrar más misericordia aún con los adulteros, cambiando el Mandamiento que lo exige?. ¿Tan dificil nos es comprender que todo lo exigido por Dios es para el bien y felicidad de los hombres?. El Señor, ninguna necesidad tiene de que le marquemos el camino que más le conviene para ser feliz, se trata de nuestra felicidad.
Con frecuencia me pregunto por la razón del Espiritu Santo para hacernos pasar por este tiempo de inquietud y desasosiego, por decirlo suavemente. Seguro que es por nuestro bien pero por el momento no lo veo!
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Pedro L. Llera
Pues tal vez el Apocalipsis le pueda ayudar a ver con claridad:
6 Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo.
7 Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.
8 Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.
Apocalipsis 13
O a lo mejor le ayuda leer el Catecismo de la Iglesia Católica:
675 Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Ts 2, 4-12; 1Ts 5, 2-3;2 Jn 7; 1 Jn 2, 18.22).
Por la dureza del corazón permitió Moisés el divorcio, pero una vez que se ha contraído un nuevo compromiso matrimonial, aunque sea civil, adulterando, en contra del mandato de Jesucristo, no nos podemos empeñar en romperlo, aduciendo que el primero sigue vigente, puesto que volver con el anterior cónyuge seguirá siendo abominable a los ojos del Señor ¿o no?
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Pedro L. Llera
Todo el que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la que está divorciada del marido, comete adulterio.
Lucas 16, 18
Lo dice el propio Señor Jesucristo. Tratar de enmendarle la plana a Cristo es blasfemo y herético. Punto final.
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Me temo que el problema es todavía mas grave, Jesús de Nazareth, Dios hecho hombre, fue muy claro con los "divorciados vueltos a casar", los llamó adúlteros.
Y por desgracia para los modernistas tratan de explicar sus desatinos argumentando que ya no es la edad media cuando el divorcio estaba condenado, que ahora son otros tiempos. Pero, por desgracia para su causa, en la sociedad judía de la época de Jesús el divorcio estaba permitido y Cristo vino a aclarar no es el deseo del Creador.
Lo siento señores "misericor-dioses", no es lo mismo cambiar de esposa que de carro, por mas que el nuevo modelo sea más bonito.
Abandonar a la compañera de tu juventud y reemplazarla es una bajeza, porque sin lugar a dudas esa es la causa principal del problema.
Malaquías 2, versículos del 14 al 16.
"Y ustedes dicen: «¿Por qué?». Porque el Señor ha sido testigo entre ti y la esposa de tu juventud, a la que tú traicionaste, aunque ella era tu compañera y la mujer de tu alianza. ¿No ha hecho él un solo ser, que tiene carne y espíritu? ¿Y qué busca este único ser? Una descendencia dada por Dios. Tengan cuidado, entonces, de su espíritu y que nadie traicione a la mujer de su juventud. Porque si alguien repudia por aversión, cubre su ropa de violencia, dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel. Tengan cuidado, entonces, de su espíritu y no traicionen."
2. Señor Llera muy acertada la imagen de su artículo.
3. Expresa muy bien la convergencia hacia la nueva iglesia (imagen derecha). Hay que mantenerse en la Iglesia de Cristo aunque tenga apariencia (Imagen izquierda) de estar siendo derrotada.
La Ley Divina, La Ley Natural, la ley positiva, la relación con la Moral y algunos santos "actuales/modernos/contemporáneos" Teresa de Calcuta, Pio de Pietralcina, Juan Pablo II, comparando lo que han enseñado y escrito con lo que enseñan, escriben y muchas veces dicen ("hablan") otros maestros, ver las coincidencias con Cristo y los Dogmas.
Una pregunta: la Cruz es rígida para sostener a Cristo elevado o flexible, se dobla Cristo y se dobla su Cruz ?.
La cantidad de falacias de espantapájaros, falsa dicotomía, y a veces simples mentiras son abundantes en este escrito que pretende ser un desfogue de lo que siente el autor, pero que termina siendo un mamotreto propagandístico con pretensiones de catolicismo...
Póngase a leer el CVII, si no lo entiende, lea el Catecismo... y aprenda algo de ello... Deje de canonizar las interpretaciones del sector de ruptura progresista como la interpretación oficial... y deje de dogmatizar lo accidental.
Suficiente tiene la Santa Madre Iglesia con los promotores de la ruptura, para que luego vengan también los pseudodefenores de la Tradición, a darle de patadas en lugar de ayudarle en su misión.
Ese sería un buen comienzo
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Pedro L. Llera
Muchísimas gracias por su comentario. Efectivamente, soy un pecador y sus descalificaciones se quedan cortas.
En cualquier caso, permítame algunas observaciones por la salvación de su alma:
1.- No utilice nunca las descalificaciones personales como argumento para contradecir un texto. A eso se le llama "argumentación o falacia ad hominem".
En lógica se conoce como argumento ad hominem (del latín ‘contra el hombre’) a un tipo de falacia informal (argumento que, por su contenido o contexto, no está capacitado para sostener una tesis) que consiste en dar por sentada la falsedad de una afirmación tomando como argumento quién es el emisor de esta. Para utilizar esta falacia se intenta desacreditar a la persona que defiende una postura señalando una característica o creencia impopular de esa persona, en vez de criticar el contenido del argumento que defiende la postura contraria.
Como ve, las falacias ad hominem solo deja en mal lugar a quien las emplea como argumento: no al destinatario de la descalificación.
2.- Acusar de metiroso a alguien cae en el pecado de la calumnia (que a su vez, es una forma de mentira...). Es una injuria. Y una acusación tan grave hay que demostrarla con argumentos. Mentir consiste en manifestar lo contrario de lo que se sabe con ánimo de engañar. Yo puedo estar equivocado pero le aseguro que llevo toda mi vida buscando la verdad con pasión. Eso no empece que caiga en el error no una, sino mil veces... Pero no engaño adrede. Eso se lo aseguro a usted.
3.- Le agradezco su interés por mi formación. Ahora estoy con un libro de Royo Marín que se titula Dios y su obra, editado por la BAC. Cuando termine, veré qué leo para seguir formándome. Lo malo de su observación es que da por hecho que yo no he leído los documentos del Concilio Vaticano II ni el Catecismo, lo cual es mucho suponer para alguien que ni me conoce ni sabe nada de mí... Resulta un poco presuntuoso por su parte arrogarse una supuesta superioridad intelectual respecto a mí... Eso es muy propio del clericalismo rancio de quienes se creen que por ser curas ya están por encima de los vulgares seglares. No digo que sea usted sacerdote o similares: digo que lo parece, como simple suposición, pero sin dar nada por hecho. Quede claro.
4.- "Promotores de la ruptura"... Dice usted que canonizo "las interpretaciones del sector de ruptura progresista como la interpretación oficial". ¿Considera usted que el Papa da interpretaciones rupturistas o que su interpretación es "oficial"?
“Estoy pensando en el trabajo que se ha realizado —el Padre Spadaro estaba allí— en el Sínodo de la Familia para hacer entender que las parejas en segunda unión no están ya condenadas al infierno”.
Eso lo dijo el propio Papa... ¿Cómo tengo que considerar esas palabras: rupturistas u oficiales?
Misa de apertura de la Asamblea Plenaria de las Conferencias Episcopales Europeas. Dice el Papa:
“Para hacer la Iglesia bella y acogedora tenemos que mirar juntos hacia el futuro, no restaurar el pasado, lo que desgraciadamente está de moda. Restaurar el pasado nos matará, matará a todos”.
“Si los cristianos, en vez de irradiar la alegría contagiosa del Evangelio siguen hablando en un lenguaje religioso desfasado, intelectualista y moralista, la gente será incapaz de ver al Buen Pastor”
Las frases textuales entrecomilladas están tomadas de Infovaticana:
https://infovaticana.com/2021/09/24/francisco-restaurar-el-pasado-nos-matara-a-todos/
Recemos por el Papa Francisco, que no es impecable ni está libre de caer en el error, para que el Señor le conceda la gracia de cumplir con su misión de confirmarnos en la fe y de regir la Santa Iglesia con santidad.
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Pedro L. Llera
¿Me está usted acusando de idolatría? ¿"Olvidando al AMADO"? ¿Qué me está contando? Otra amable comentarista que hace juicios sobre mi fuero interno y descalificaciones ad hominem.
La unidad, la verdad y la caridad se fundan en Cristo y en la verdad revelada por Él que se concreta en la Santa Doctrina de la Iglesia, una doctrina que no cambia ni puede cambiar. Aceptar y creer la doctrina de la Iglesia, la verdad revelada por Dios mismo, es la base de la fe.
Dice Santo Tomás de Aquino que ”creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad, movida por Dios mediante la gracia”
1.- es un conocimiento pues es un acto del entendimiento: no una experiencia ni un sentimiento.
2.- de las verdades relativas a Dios: la revelación se cierra con la muerte del último de los Apóstoles. Desde entonces no hay ni puede haber nada nuevo.
3.- consecuencia de la propia voluntad de creer (creo porque yo quiero creer libremente, por eso es meritorio)
4.- de la cual es responsable última la gracia de Dios. La voluntad, mi voluntad, es movida por la gracia de Dios para creer. Porque "es Dios quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su buena voluntad" (Filipenses 2,13).
Doctrina católica de siempre: los divorciados vueltos a casar incurren en el pecado de adulterio. Quien vive en adulterio no puede comulgar en ningún caso.
Doctrina de ahora: los divorciados vueltos a casar no pecan. Pueden comulgar.
El que cree que el catolicismo es una secta no muy diferente de los Testigos de Jehová dice que hay continuidad ahí. El resto de los seres humanos, católicos o no, decimos que hay contradicción.
Así de simple es esto.
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Pedro L. Llera
Gracias, Juan Fernando Calasanz
Doctrina católica de siempre:
Los divorciados vueltos a casar incurren en el pecado de adulterio. Quien vive en adulterio no puede comulgar en ningún caso.
Doctrina de Amoris Laetitia:
Los divorciados vueltos a casar no pecan. Pueden comulgar.
¿Qué parte de eso no entiendes?, ¿dónde está la ambigüedad?, ¿dónde la continuidad?
El que cree que el catolicismo es una secta no muy diferente de los Testigos de Jehová dice que hay continuidad ahí. El resto de los seres humanos, católicos o no, decimos que hay contradicción.
¿tú eres católica o una sectaria?
Pregunto. No afirmo.
https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=30246
Ahí aparecen los puntos de AL en los que se basa esa herejía.
Y no vayas a decir que es una opinión del Papa sobre su propio texto. Esa carta se publicó en las Acta Apostolicae Sedis. O sea, tiene rango magisterial.
Hermano: Prudencia, hay que pensar antes de hablar para ofender a alguien, especialmente si se hace en base a suposiciones gratuitas y erróneas. Más grave aún, ofendes a un sabio servidor de Dios, a un verdadero maestro de la Fe como lo es Don Pedro Llera. La ofensa gratuita o pagada no es cristiana. En boca cerrada no entran moscas.
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Pedro L. llera
"Al Señor, nuestro Dios, pertenece la justicia; a nosotros, en cambio, la vergüenza reflejada en el rostro." (Baruc 1, 15. Primera lectura de la misa de hoy).
Eso no es de gente honesta.
Enseñanza de San Juan Pablo II en la encíclica Veritatis Splendor…:
En el caso de los preceptos morales positivos, la prudencia ha de jugar siempre el papel de verificar su incumbencia en una determinada situación, por ejemplo, teniendo en cuenta otros deberes quizás más importantes o urgentes. Pero los preceptos morales negativos, es decir, los que prohíben algunos actos o comportamientos concretos como intrínsecamente malos, no admiten ninguna excepción legítima; no dejan ningún espacio moralmente aceptable para la creatividad de alguna determinación contraria. Una vez reconocida concretamente la especie moral de una acción prohibida por una norma universal, el acto moralmente bueno es sólo aquel que obedece a la ley moral y se abstiene de la acción que dicha ley prohíbe.
VS 67
...enseñanza del concilio de Trento:
Cap. XI del Decreto sobre la justificación.
De la observancia de los mandamientos, y de cómo es necesario y posible observarlos. Pero nadie, aunque esté justificado, debe persuadirse que está exento de la observancia de los mandamientos, ni valerse tampoco de aquellas voces temerarias, y prohibidas con anatema por los Padres, es a saber: que la observancia de los preceptos divinos es imposible al hombre justificado. Porque Dios no manda imposibles; sino mandando, amonesta a que hagas lo que puedas, y a que pidas lo que no puedas; ayudando al mismo tiempo con sus auxilios para que puedas; pues no son pesados los mandamientos de aquel, cuyo yugo es suave, y su carga ligera.
Y:
Si alguno dijere, que es imposible al hombre aun justificado y constituido en gracia, observar los mandamientos de Dios; sea excomulgado.
Canon XVIII sobre la justificación
… y la enseñanza de la Escritura:
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea de medida humana. Dios es fiel, y él no permitirá que seáis tentados por encima de vuestras fuerzas, sino que con la tentación hará que encontréis también el modo de poder soportarla.
1ª Cor 10,13
Y:
porque Dios es quien obra en vosotros el querer y el actuar conforme a su beneplácito.
Fil 2,13
Podría citar muchos otros textos bíblicos y magisteriales, pero con esos vale para entender que:
1- No hay excepciones a la hora de cumplir los mandamientos de Dios. Cualquier incumplimiento es moralmente inaceptable.
2- No es imposible para el cristiano cumplir los mandamientos de Dios.
3- Dios mismo, por medio de su gracia, hace que el cristiano pueda serle fiel cumpliendo sus mandamientos.
Pues bien, todo eso salta por los aires con el punto 301 de Amoris Laetitia, que dice así:
Por eso, ya no es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación así llamada «irregular» viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante. Los límites no tienen que ver solamente con un eventual desconocimiento de la norma. Un sujeto, aun conociendo bien la norma, puede tener una gran dificultad para comprender «los valores inherentes a la norma» o puede estar en condiciones concretas que no le permiten obrar de manera diferente y tomar otras decisiones sin una nueva culpa.
Donde la Biblia, la Tradición y el Magisterio decían que no hay excepciones al cumplimiento de los mandamientos de Dios, pues Dios mismo nos ayuda a cumplirlos, Amoris Laetitia indica que sí hay excepciones en las que el cristiano no puede hacer lo que Dios le concede hacer. Y que además no peca al obrar así.
Por tanto, cualquiera que tenga fe católica, da igual que sea seglar, catequista, religioso, diácono, sacerdotes, obispo o cardenal, DEBE RECHAZAR como herética la enseñanza de este Papa. No es una opción. Es una ORDEN directa del apóstol San Pablo:
Me sorprende que hayáis abandonado tan pronto al que os llamó por la gracia de Cristo para seguir otro evangelio; aunque no es que haya otro, sino que hay algunos que os inquietan y quieren cambiar el Evangelio de Cristo.
Pero aunque nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciásemos un evangelio diferente del que os hemos predicado, ¡sea anatema! Como os lo acabamos de decir, ahora os lo repito: si alguno os anuncia un evangelio diferente del que habéis recibido, ¡sea anatema!
Gal 1,6-9
Pues nada. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
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