Protesto
Ante la noticia - no por esperada y anunciada, menos indignante - de que un importante grupo de sacerdotes “católicos” alemanes ha procedido a bendecir uniones homosexuales, en un claro desafío a la Santa Sede, quiero manifestar públicamente mi rechazo, mi oposición y mi protesta por este tipo de actos que suponen una burla a Dios, a la Escritura, a la Tradición y a toda la Iglesia.
Peor aún es dar la comunión a protestantes (lo que llaman “intercomunión") o a pecadores que públicamente contradicen la doctrina de la Iglesia (por ejemplo, sobre el aborto), como dicen que está sucediendo de hecho en muchas partes del mundo. Nosotros no podemos consentir que el sacrilegio, la blasfemia y la herejía sean monedas de uso corriente en nuestra Santa Iglesia. Se pueden tolerar los insultos y menosprecios hacia nosotros: que nos llamen rígidos, ultracatólicos, fundamentalistas o lo que quieran llamarnos; pero no son tolerables los desprecios y las ofensas contra Nuestro Señor Jesucristo. Eso no.
Como simple fiel laico estoy en mi derecho y en la obligación de defender la integridad de la fe que he recibido de mis mayores: no una que me haya inventado yo a mi gusto y según mi conveniencia, sino la misma que predicaron a lo largo de la historia todos los santos y doctores de la Iglesia; la fe de San Ambrosio, de San Jerónimo, de San Agustín, de San Gregorio Magno, de San Atanasio, de San Basilio, de San Gregorio Nacianceno, de San Juan Crisóstomo, de San Buenaventura, de San Anselmo de Canterbury, de Santo Tomás de Aquino; de San Isidoro de Sevilla, de Santa Teresa de Jesús, de San Juan de la Cruz, de San Juan de Ávila - cuya fiesta celebramos hoy - , de San Antonio de Padua o de Santa Teresita del Niño Jesús. Mi fe es la misma que la de todos los santos y doctores de la Iglesia, que conforman la Iglesia Triunfante. Nosotros pertenecemos mientras vivimos aún en este mundo a la Iglesia Militante. Pero la fe de los fieles es la fe de la Iglesia recibida de los Apóstoles: es la misma fe, que no cambia ni puede cambiar.
Dice el Catecismo:
954 «Hasta que el Señor venga en su esplendor con todos sus ángeles y, destruida la muerte, tenga sometido todo, sus discípulos, unos peregrinan en la tierra; otros, ya difuntos, se purifican; mientras otros están glorificados, contemplando “claramente a Dios mismo, uno y trino, tal cual es"» (LG 49):
«Todos, sin embargo, aunque en grado y modo diversos, participamos en el mismo amor a Dios y al prójimo y cantamos el mismo himno de alabanza a nuestro Dios. En efecto, todos los que son de Cristo, que tienen su Espíritu, forman una misma Iglesia y están unidos entre sí en Él» (LG 49).
955 "La unión de los miembros de la Iglesia peregrina con los hermanos que durmieron en la paz de Cristo de ninguna manera se interrumpe. Más aún, según la constante fe de la Iglesia, se refuerza con la comunicación de los bienes espirituales” (LG 49).
Pidamos la intercesión de la Santísima Virgen María, destructora de todas las herejías, y la de todos los santos, para que intercedan por su Iglesia Santa y que Nuestro Señor nos libre de las herejías y los cismas. Y pido al Señor por el Papa y por los obispos, que tienen mucha mayor obligación y responsabilidad que nosotros los seglares en su misión de defender la fe y de confirmarnos en ella, para que enseñen siempre y en todas partes la verdadera y sana doctrina y para que gobiernen la Iglesia con sabiduría y santidad y, así, lleven a todas las almas al cielo. Las puertas del Infierno no prevalecerán.
31 comentarios
Pido también la intercesión de la Santisima Virgen por la Santa Iglesia.,,🙏🙏
Son ciegos que guían a otros ciegos. Merecen las durísimas palabras de Cristo a los fariseos.
Veremos cuál es la respuesta de Dios a semejante afrenta. Le han "usado" para bendecir algo que Él detesta y condena. No quedará sin castigo.
Sin embargo quieren ir más allá, quieren cometer el sacrilegio de impartir la Sagrada Eucaristía a cualquiera que se acerque a recibirla, sean católicos o protestantes, incluso ateos.
¿Qué va a hacer Roma?, ¿nada?, y, ¿Francisco?
Yo no protesto, no tengo fuerzas para ello. Voy a rezar sufriendo por nuestra Santa Iglesia.
Rezar, ayunar, y pararles los pies. De Dios nadie se burla.
Pregunto, de paso, si alguien sabe, si se están preparando medios para que Pastores y laicos pidamos, oficial y legítimamente, al Pontífice que se proceda a la excomunión canónica -si no se arrepienten públicamente y reparan debidamente la inmunda felonía que cometieron o ayudaron o permitieron se cometiera quienes podían y debían impedirlo en el uso legítimo de su autoridad y ministerio- de estas personas que, a juzgar por las evidencias y el tenor grave de la ofensa que cometieron contra el Señor y la Iglesia, se han comportado como verdaderos y desgraciados impíos.
De ser así, por favor, informen -como siempre hacen y se agradece a mares-, de modo que pueda también sumarme, como corresponde a todo católico bien nacido, a quien le duele en lo profundo del corazón contemplar las espaldas llagadas del Señor mientras lo cruzan cruelmente a fuerza de feroces e injustos azotes (y este evento desgraciado y malparido es otra tanda de azotes contra el Señor y una tanda de salivazos en pleno rostro de nuestra Madre la Iglesia).
La Jerarquía no puede permanecer indiferente a esta repetición del diabólico "non serviam". Nosotros, con sincero respeto filial, debemos legítimamente exigir reparación o castigo.
Saludo cordial.
"Un centenar de sacerdotes en toda Alemania es una m... enganchada en un palo."
¿En serio intentas minimizar el asunto?
Me hace recordar las oraciones que se rezaban hace muchos años, lo que se llamaba "la visita a la Virgen": "fuego del cielo abrasó ciudades enteras, y porque la tierra ardía en el fuego de la lascivia, envió Dios las aguas del diluvio..."
Sospecho que a nosotros también nos tocará entender aquello de "y los vivos envidiarán a los muertos".
Oremos a la Virgen María siguiendo aquella "visita":
Para la conversión de los pecadores.
"Socorred a esos hermanos que, cogidos en el lazo de la tentación, siguen errantes el camino de la perdición; enviad un rayo de luz que penetre en el fondo de su corazón, que descubra a las claras el fin funesto a que les conducen sus errados pasos; eviten esos escándalos y salven su preciosa alma, redimida con la sangre derramada por vuestro unigénito Hijo; den una alegría al cielo viéndolas otra vez discípulos de Jesucristo e hijos vuestros."
Y recemos también por los fieles católicos alemanes y por todos en general, para que no nos hagamos merecedores de la ira de Dios. En todo caso si nos ha de alcanzar su justo castigo, que podamos salvar lo más valioso, nuestra alma.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros.
No pertenecemos a la misma Iglesia que esos apóstatas que bendicen el mal y maldicen el bien.
Estamos rodeados de falsos profetas que han erigido altares a los ídolos en cada monte para que el pueblo los adore.
Debemos rezar y solo apoyar a los autenticos pastores en todo sentido.
Saludos cordiales.0
Dios sabrá y decidirá qué es lo que quede.
El triunfo del Corazón Inmaculado de María en el mundo, será la feliz y gloriosa conclusión.
Es apremiante, para la mayoría de los lectores, estar en capacidad de discernir y descartar los sucesos y eventos bochornosos que nos abruman y calificarlos como no provenientes de Dios y, por lo tanto inmorales. Siendo ésta la verdadera e indispensable labor Evangelizadora que necesitamos, debido a que ni siquiera hoy somos capaces de elegir, con criterio, entre lobos y pastores, herejes y apóstatas y, mucho menos, cismáticos o ecuménicos.
Que Dios nos Proteja a todos.
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Pedro L. Llera
Muchas gracias por su comentario. Sólo una breve respuesta: yo creo que la línea editorial de InfoCatólica va precisamente en la línea que usted nos solicita. Nosotros queremos acabar con la confusión doctrinal y manifestar la belleza de la fe. Y se hace sin cesar: confrontar la confusión doctrinal o los errores con la verdadera doctrina. Y así seguiremos, si Dios quiere.
Así lo veo.
El problema es: ¿escucha nuestra protesta el que debe "confirmarnos en la fe"?
Propongo los diez Padrenuestros, reafirmando cada uno de los X Mandamientos de la Ley de Dios, en Reparación. ¡Gracias!
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