Elevado al estado laical, por la gracia de Dios
Por la gracia de Dios, soy laico, seglar o como lo quieran llamar: el caso es que no formo parte del estado clerical. Y digo “por la gracia de Dios” porque así lo ha querido el Señor. Él me llamó y me escogió para que fuera esposo, padre y maestro; para que fuera su testigo y anunciara el Evangelio a los más necesitados como educador de los niños y jóvenes. Y doy gracias a Dios por ello: me siento elevado al estado laical por el Bautismo, que me confiere la gracia de ser hijo de Dios. Cristo ha sido siempre fiel a la promesa que me hizo cuando me llamó. Y a pesar de todas las tribulaciones, siempre ha dispuesto por su Divina Providencia los medios necesarios para que pudiera cumplir su Voluntad en mi vida, a pesar de mis infidelidades, mis debilidades y mis pecados. Por la gracia de Dios, soy cristiano y soy católico. Por su gracia, permanezco fiel a pesar de las incomprensiones, los desprecios, las humillaciones; a pesar de mi propio pecado… Mi vida – y la de mi familia – no ha sido fácil nunca ni preveo que lo vaya a ser en el futuro. Todo lo doy por bueno con tal se seguir a mi Señor y serle fiel hasta la muerte. Todo lo bueno lo he recibido de Cristo. Todo lo bueno que yo pueda haber hecho o pueda llegar a hacer será mérito de Cristo: de su gracia. Si escribo, es por gracia de Dios; si hablo, es por gracia de Dios; si amo, es por gracia de Dios. Todo proviene de su gracia. Y todo lo malo es fruto de mi condición de pecador.
La llamada a la vida religiosa o al sacerdocio es una vocación más perfecta. Pero a mí no me ha llamado Dios por ese camino. Dios escoge a los que Él quiere para lo que Él quiere. Y yo soy feliz con mi vocación laical, que es mi propio camino hacia la santidad.
Se atribuye al Arzobispo Fulton Sheen la siguiente frase: “la Iglesia no va a ser rescatada de la actual crisis por los obispos, ni los sacerdotes, ni los religiosos, sino por los laicos”. Hoy la mayor parte de la jerarquía vive un Sábado Santo de silencio. Están escondidos por miedo: unos no abren la boca por cobardía y otros callan por una mal entendida prudencia. Sólo unos pocos hablan y denuncian el estado de confusión que vivimos. Las ovejas se dispersan y se despeñan y los pastores miran hacia otro lado, mientras miles de almas se pierden. No se quieren jugar la vida enfrentando a los lobos que devoran el rebaño porque no son verdaderos pastores, sino asalariados, mercenarios…
Somos los laicos los que mayoritariamente estamos dando la cara para que nos la partan. El Espíritu Santo, que se derramó en Pentecostés, está impulsando a muchos laicos a denunciar los abusos litúrgicos; a condenar y exigir justicia ante aquellos que pisotean el Sexto Mandamiento con sus aberraciones sexuales; a denunciar los atropellos doctrinales de los sacerdotes y obispos modernistas.
Por eso, cuando leo la noticia de que el otrora cardenal McCarrick ha sido “reducido” al estado laical no dejo de sentir una cierta sensación agridulce. Lo han “reducido al estado laical…” Como si los laicos fuéramos una mierda; como si no se pudiera ya caer más bajo… Como si ser “reducido” al estado laical fuera el mayor castigo al que se pudiera condenar a un jerarca de la Iglesia. El nuevo Código de Derecho Canónico, no obstante, ya no habla de “reducción al estado laical”, sino de “pérdida del estado clerical” (que viene a ser lo mismo, aunque así se ofende menos a los laicos). Pero la mayoría de los medios no se han enterado del cambio de la terminología. El canon 292 dispone que:
“El clérigo que, de acuerdo con la norma de derecho, pierde el estado clerical, pierde con él los derechos propios de ese estado, y deja de estar sujeto a las obligaciones del estado clerical, sin perjuicio de lo prescrito en el c. 291; se le prohíbe ejercer la potestad de orden, salvo lo establecido en el c. 976; por esto mismo queda privado de todos los oficios, funciones y de cualquier potestad delegada".
Pues bien: yo no soy canonista (ni falta que me hace), pero, desde mi ignorancia, lo que correspondería hacer con un depredador sexual como McCarrick sería excomulgarlo. A quienes han abusado sexualmente de menores o a quienes han sido motivo de escándalo por su conducta; a quienes obstinadamente persisten en un manifiesto pecado grave o en predicar herejías, deberían excomulgarlos y apartarlos de la Iglesia.
La excomunión no es solo una pena; no solo está destinada a castigar al culpable, sino también a corregirlo y a traerlo de nuevo a la senda de la rectitud. El objetivo de la excomunión es llevar a los culpables al arrepentimiento y a la conversión. El cardenal Mauro Piacenza señalaba que “con la pena de excomunión, la Iglesia no intenta de ningún modo restringir el campo de la misericordia, sino que simplemente se evidencia la gravedad del crimen”. Hasta el pecador más repugnante puede arrepentirse, convertirse y volver a la comunión de la Iglesia.
Pero a los herejes y a los cismáticos, a quienes predican contra la Tradición y contra la Santa Doctrina de la Iglesia, que se sepa, ni se les corrige. No sé si se les corregirá en privado, pero públicamente desde luego que no. Y cuando el pecado es público, ¿no debería ser pública la corrección? ¿No se debería dejar claro de una vez por todas cuál es la verdadera doctrina de la Iglesia y cuál no? Si se apartara de sus cargos a cuantos han abusado de menores y a cuantos han pisoteado el sexto mandamiento durante años sin signo alguno de arrepentimiento; si se apartara de sus cargos y de la Iglesia a cuantos han venido encubriendo a los abusadores; si se echara de la Iglesia a la mafia lavanda, a esa mafia gay que ha llegado a ocupar altos cargos en la jerarquía de la Iglesia; si se pusiera orden doctrinal y se apartara de la Iglesia a los que abusan a diario de su Santa Doctrina, ya verían ustedes lo rápido que se reconduciría la actual situación de colapso que amenaza con echar abajo el edificio de la Iglesia.
Pero a quienes se han pasado la vida abusando sexualmente de menores o de seminaristas se les reduce al estado laical o pierden el estado clerical, que, insisto, viene a ser lo mismo (porque si no eres clérigo, eres laico: no queda otra)… Y ya está. Los judas y los fariseos de la Iglesia siguen lacerando al Cuerpo Místico de Cristo. Siguen humillándolo y escupiéndolo. Pero Cristo Vive y Reina por los siglos de los siglos. La victoria es de nuestro Señor que hizo el Cielo y la Tierra y todo cuanto existe. Y a los que han provocado escándalo, más les valdría ponerse una piedra al cuello y tirarse al mar.
Yo no soy nadie para excomulgar a nadie. Solo soy un laico sin autoridad alguna. Pero en la Iglesia hay quien tiene esa autoridad. Y, con toda humildad, creo que lo que la Iglesia precisa con urgencia es una buena limpieza de herejes, de apóstatas, de impresentables; de sepulcros blanqueados que aparentan santidad y no esconden sino podredumbre moral. Lo que hace falta es una reforma a fondo de la Iglesia para que siga predicando con su palabra y con sus obras la caridad que solo proviene de la gracia de Dios; una Iglesia que predique la conversión y que cumpla con fidelidad la misión que Nuestro Señor Jesucristo le encomendó: “Id por todo el mundo y anunciad el Evangelio, bautizando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Y quienes crean y se conviertan se salvarán. Y quienes no crean se condenarán.
46 comentarios
No puedo estar más de acuerdo con el arzobispo Sheen: “la Iglesia no va a ser rescatada de la actual crisis por los obispos, ni los sacerdotes, ni los religiosos, sino por los laicos”.
Saludos cordiales.
En cambio no se puede ser elevado al estado laical porque laico se nace. Sí puedo ser elevada a ser hija de Dios por el bautismo, pero no ser elevada a ser mujer ya que me fue dado desde el inicio.
Totalmente de acuerdo: el castigo es poco.
La crisis en la iglesia esta generando un gran vacio de vocaciones, sobretodo de penitentes y reparadores, de almas victimas que den su corazon y vida por amor al Reino de Dios triturando el liberalismo reinante, amando en el sentido mas puro y espiritual la iglesia y sus miembros, aun los miembros enfermos y muertos con espiritu generoso y confianza en la omnipotencia de nuestro Dios que puede y hara milagros si se lo pedimos con insistencia y en estado de gracia.
Por eso la Virgen de Fatima toma a tres niños y los transforma en penitentes, reparadores, profetas, pastores de hombres, y testigos... porque no fue a un convento? es que sabía que la restauracion de la iglesia iba a venir en parte, aunque no exclusivamente, de las familias devotas del santo rosario, que las profecias apuntan a que en este periodo la esperanza va a estar en la penitencia y los rosarios de los niños espirituales, no porque sea bueno en si mismo ser niños a nivel espiritual, sino porque Ella puede vencer al demonio, al mundo y la carne con un ejercito de pequeños, si no encuentra sacerdotes y religiosos que ocupen este rol como lo hizo con los pastores de fatima. Confiemos en que nuestra oracion es mas fuerte que los deleites del pecado y que todo mal que se haga en esta vida no perdurara eternamente.
Igual te recuerdo que en este periodo van a surgir los sacerdotes cruciferos que van a ser penitentes y van a vivir en un desprecio absoluto de su vida sin ningun apego material como san franciscos como reaccion al hedonismo reinante, hay una sola forma de ser buen catolico y es encarnando el ejemplo y predicacion de Jesus crucificado por la voluntad del Padre, el que crea que se va a salvar sin crucificarse como otro cristo en el estado que le toca se engaña, el cielo es el premio de los prudentes, violentos y esforzados.
La cual puede levantarse si el sancionado cumple determinados requisitos. Pero es obvio que para levantarla, primero hay que lanzarla.
Y no se lo ha hecho.
Me produce desasosiego pensar que el estado laical, como si en él estuvieran permitidos todos los desmanes, sea el único destino de este ex-clérigo.
Espero que económicamente no dependa de su antiguo status clerical
No pierda el tiempo: no le voy a dar cancha para que dé la nota con sus impertinencias.
Por cierto, la pérdida del estado clerical, aun siendo una pena importante, deja al penado en una situación tal que ya no se le puede ordenar que viva en un monasterio o convento o que no tenga una actividad pública. Ciertamente no puede celebrar sacramentos, pero sí todo lo demás. Ya no está sujeto a la autoridad de la Iglesia más que un laico. Y a un laico que no está dentro de ninguna institución eclesial, la Iglesia no le puede obligar a nada.
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Pedro L. Llera
Porque lo dice usted... Haga el favor de no hacer juicios de intenciones: eso sí que es inmoral. Yo ni excomulgo ni dejo de excomulgar porque, como señalo en el artículo no soy nadie ni tengo autoridad alguna.
En la Iglesia están los clérigos ,los religiosos y los laicos -todos bautizados- ahora bien con vocación y misión distinta y específica por tanto nos atañen derechos y deberes dentro de la Iglesia con índole específica y regulados en CDC .no somos jerarquía somos pueblo fiel.
Nuestra forma de identificarnos como personas en nuestra Santa Iglesia es fiel laico o también soy laico/ laica cristiana.
Tenemos una vocación y misión preciosa podemos leer exhortación apostólica de Juan Pablo II Christifidelis Laici.
El Sr Mc Carrick ya no pertenece al orden de los clérigos sigue siendo sacerdote ,pero no puede ejercer ninguna función de la jerarquía ,ha pasado al estado laical ,pero no debemos pensar de los laicos cristianos en términos de inferior a clérigos sino con función distinta y según LG5 todos estamos llamados a la Santidad.
El estado de perfección puede estar en relación con el perfectus latino (del cual sabe usted mucho más que yo) es decir, con una accion acabada, cerrada, terminada en tanto en cuanto el clérigo ha cerrado su vida a una familia. Pero no otra cosa.
Ideas que se me ocurren. Solo eso.
Si se hace eso habría que bajar de los altares a Juan Pablo II y excomulgar a Benedicto XVI y Francisco.
Esa es la realidad. Porque los tres últimos papas han sido condescendientes con abusadores y en la Iglesia sólo se empezó a reaccionar cuando las demandas civiles arruinaron a las diócesis americanas.
Y ya puestos probablemente no haya una sola diócesis en el mundo donde un obispo no haya mirado hacía otro lado ante una acusación de abuso a un menor o una monja.
Porque si la solución va a ser expulsar a los homosexuales aunque no hayan cometido abusos y aunque se mantengan castos "por si acaso", para solucionar el otro 25% de abusos ¿se expulsará a los heterosexuales? .
La clave de los abusos está en la sensación de impunidad, en saber que lo peor que te pueda pasar es que te cambien de parroquia y que le manden seis meses a meditar a un monasterio.
No estás sólo. Tienes a Dios.
1 Cor 5,3-5
Yo, por mi parte, ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya he juzgado, como si estuviera presente, al que así obró: en el nombre del Señor nuestro Jesús, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús, que ése sea entregado a Satanás para castigo de la carne, y así el espíritu se salve en el día del Señor.
Ahora si tiene usted lo que hay que tener, diga que ese texto de la Escritura, inspirado por el Espíritu Santo, es contrario al amor de Dios.
Vamos, tenga valor y dígalo.
Buenas noches, Luis Fernando, y tomelo con más calma. Habla como si fuera un enviado de Dios. Sosieguese un poquito.
Ja, ja, ja.....
Si es TODO El CAPÍTULO 5 de la 1ª de Corintios. ¿Le parece poco contexto?
Y hay más citas contundentes. Mire:
1 Tim 1,18-20
Timoteo, hijo mío, te confío este encargo, de acuerdo con las profecías pronunciadas anteriormente acerca de ti, para que, apoyado en ellas, combatas el noble combate, conservando la fe y la buena conciencia. Algunos se desentendieron de esta y naufragaron en la fe; entre ellos están Himeneo y Alejandro, a quienes he entregado a Satanás para que aprendan a no blasfemar.
Y ya puestos, ¿qué hacemos con el caso de Ananías y Safira?
Capítulo 5 del libro de Hechos. Lea, lea... ¿qué? ¿otro ejemplo de falta de caridad del mismísimo Dios?
Amenazas, ni una. No le he amenazado para nada.
Usted no tiene nada que decirme a mí pero yo sí a usted. Si le gusta lo que le digo, bien. Si no, también bien. Y si no, no escriba en un blog donde no hay norma alguna que impida a los lectores comentar lo que comentan otros.
Por otra parte, este es un medio de comunicación digital del que soy redactor jefe. Solo faltaba que me venga usted a decir lo que puedo o no puedo escribir aquí.
De este forma: llovió-llueve-lloverá/violó-viola-violará, si nadie pregunta quién llovió ¿por qué vamos a preguntar quién violó?
Tenemos que reformar la gramática porque últimamente no nos sirve para mucho, la muy puñetera se empeña en que hay ciertos verbos que tienen sujeto activo, entre eso y los acusadores adjetivos calificativos (que todos juzgan) estamos aviados. Es increíble que la Iglesia haya dejado una gramática tan inmisericorde campar por sus respetos y más increíble aún que hasta los teólogos la usaran. Menos mal que los progres ya se han puesto a hacer las reformas pertinentes, y menos mal también que, para cuando terminen, yo ya me habré muerto porque la literatura con la que me he alimentado toda la vida morirá conmigo por ser ya ininteligible para esta generación.
No me extraña que un agnóstico como Gabriel Albiac se haya asustado y esté dando conferencias con el Prior del Valle de los Caídos, el hombre, por ser filósofo, tiene una dependencia al menos de la razón.
Efectivamente, las enseñanzas las da Cristo. Pero también sus apóstoles. ¿O acaso usted cree que San Pablo se opone al evangelio de Cristo? ¿quitamos el capítulo 5 de 1ª de Corintios de la Biblia para que se sienta usted cómodo? ¿quitamos lo de Ananías y Safira?
En cuanto a nuestro Señor y ese "pobre hombre"... resulta que ese "pobre hombre" se ha acostado con infinidad de seminaristas jóvenes pero también ha abusado de menores. Y entonces, ya que habla usted de las enseñanzas de Cristo, ¿qué hacemos con estas palabras suyas?:
Mat 18,6-7
Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen una piedra de molino al cuello y lo arrojasen al fondo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Es inevitable que sucedan escándalos, ¡pero ay del hombre por el que viene el escándalo!
¿Y bien? ¿aplicamos las palabras de Cristo a ese abusador? Porque "solo" se le ha dimitido del estado clerical. Todavía no ha llegado nadie y le ha puesto una piedra de molino al cuello para luego arrojarlo al mar, que es seguramente lo que merecería un depravado de esa naturaleza.
Y aun así, si se arrepiente sinceramente de sus pecados y se confiesa, podrá salvarse. Eso no lo niega nadie. Nadie.
Por otra parte, tanto si es delito como si es pecado, se necesita un sujeto activo, si como dice Mariano, todos son igualmente víctimas lo que hay que hacer es mandar al psicólogo a todos (o al psiquiatra si fuera necesario).
Aunque la legislación penal absolviera a alguien por no poder demostrar si hubo consentimiento o no, probado el pecado, la eclesiástica debería secularizar a esas personas. Es decir, la legislación eclesiástica debería ser más estricta que la civil, no menos, porque hay más pecados de escándalo que delitos en el código penal. Los sacerdotes están sometidos a sus votos, y el castidad es uno de ellos, el rompimiento de ese voto con contumacia debería conllevar la secularización independientemente de lo que el código penal estipule.
En Hungría el obispo Vilmos Apor de Altorja y el nuncio en Budapest Angelo Rotta demostraron que la Iglesia se movilizó en ese país en favor de los judíos, pero entre los 777 justos entre las naciones de ese país nombrados por el Yad Vashem hay católicos anónimos que no ostentan ninguna representación y ni siquiera aparecen como tales.
De la misma manera tampoco es lo mismo que un católico decida por su cuenta y riesgo practicar la homosexualidad o que lo haga un obispo porque el primero no representa a la Iglesia y el segundo sí.
En el caso de McCarrick el hecho de que subiera como un cohete en la jerarquía, supongamos que por desconocimiento de las autoridades eclesiásticas en el mejor de los casos, y que él aceptara cargos para los que era indigno agrava tremendamente su pecado porque, cuánto más arriba subiera, más representativo aparecía ante los ojos de todos y más implicaba a la Iglesia.
Es decir, que McCarrick tiene dos pecados a cuál más tremendo: el que todos tenemos in mente y el de que, sabiéndose indigno, haya aceptado subir en la jerarquía hasta un puesto al que solo faltaba que le hubieran nombrado papa. Esto es de una enjundia apabullante y, además, no es atribuible a una sexualidad dislocada sino a una insidia incalificable.
Dicho esto, digo como Luis Fernando: no hay pecado que no pueda ser perdonado si la contrición es verdadera, pero eso queda entre Dios y él.
Cuando el gobierno empezó a matar a mansalva a esos sacerdotes empezaron las revueltas de los católicos queriendo ampararlos.
Es decir un movimiento católico sin respaldo ninguno de la jerarquía eclesiástica.
Eso no es óbice ni cortapisa para que muchos años después la Iglesia beatificara a un gran número de sacerdotes y a algunos seglares, entre ellos a un niño. Pero a toro pasado.
El que el movimiento fuera secular permitía a la Iglesia mantenerse a distancia y no responsabilizarse de aquello y obligó a sacerdotes y seglares a tomar decisiones en conciencia, sin saber a ciencia cierta si estaban actuando bien o mal con la Doctrina y la Tradición como única guía.
Por lo tanto todo aquel que, perteneciendo a la jerarquía, cometa actos contrarios a su condición, lo mejor que puede hacer es secularizarse y no tomar a la Iglesia como tapadera de sus felonías.
McCarrick pudo hacerlo y no lo hizo porque estaba más cómodo y podía llegar más alto dentro que si se convertía en un mindundi, y eso tiene poco que ver con las lacrimógenas opiniones del tal Marcelo porque no se trata de alguien que no pudiera contener una única pasión: su sexualidad, sino que, por lo visto tampoco podía contener la otra: el afán de poder.
La Iglesia de Cristo es la de Pedro, pero si por un cataclismo, una circunstancia histórica o cualquier otra razón quedaran aislados de su sede en Roma se recuperarían siempre que tengan claro sus 2000 años de historia, desde los apóstoles a la actualidad. Y esa es la promesa de Jesucristo, que es una promesa hecha a su Iglesia en su totalidad.
Al contrario que otras iglesias, incluso cristianas, los católicos tenemos una jerarquía ramificada con una cabeza visible, pero no por eso un católico es más servil que otros fieles, muy por el contrario en circunstancias difíciles siempre han sabido cómo actuar asumiendo una conciencia objetiva que está ya en los apóstoles y en los Padres de la Iglesia. Sospecho que si esos sacerdotes elegidos por el Partido Comunista Chino se desvían de la Fe Católica los católicos chinos no les van a obedecer por mucho que el Vaticano les avale y, pasado el tiempo de penalidades, la Iglesia les dará la razón sin decir que, en su momento, se equivocó. Suele pasar, somos hijos de la Iglesia aunque esté formado por pecadores, si la Iglesia te hace sufrir no por eso dejas de amarla.
Los apóstoles tienen imagenes muy duras a veces, como esa que usted cita, Romanos 5, creo. Pero si lo lee con atención, dice que con el poder de Jesús lanza la carne a Satanás para que la purifique. Eso es una imagen que encaja con la Noche Oscura del Alma, de San Juan de la Cruz. Si la lee, verá que abundan citas de ese calibre. Porque la carta sigue diciendo "y así el espíritu se salve en el dia del señor". Es decir, se trata de una purgacion del alma, no de su aniquilación, para después salvarse
Espero eso mismo del, todavía hermano nuestro, Mac Karrick. Que se salve en el día del Señor. Porque si sus victimas merecen nuestro justo apoyo y deseo de salvación, también él merece nuestra compasión, por ser hermano nuestro en Jesucristo. Y es porque Dios lo ama incondicionalmente, a pesar de sus pecados, que nosotros lo amamos tambien, sin que ello signifique que no condenemos lo que ha hecho. Pero no deseamos su excomunión ni la pedimos. Deseamos que su alma se purifique y se salve en el dia del Señor.
Saludos para usted.
Esta es la de cal.
Las de arena no las soporto; por eso me bloqueó usted en facebook cuando le dije: (sin faltarle al respeto) que no estaba de acuerdo con su opinión y que creía que se equivocaba.
En Fin...Toda piedra hace pared.
"Procurad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor."
Hebreos, 12, 14
Así que nadie lo discute porque es parte de las Escrituras y la Tradición y a un católico tradicional no hace falta que le recuerden lo que la tradición dice; de la misma manera las Escrituras y la Tradición dicen muchas cosas que hoy están siendo discutidas incluso en el seno de la misma Iglesia, así que el problema no parte de nosotros, obligados por nuestra fe a reconocer la Verdad explicada en el Evangelio, en la Tradición y en la Doctrina, parte de aquellos que introducen cosas obviando o alterando las verdades eternas. No encontrarás a ningún católico que no esté loco que discuta el poder de Dios para perdonar cualquier pecado, lo mismo que tampoco encontrarás a ninguno que niegue que existen el Purgatorio y el Infierno. Sabemos que San Dimas está en el Cielo porque lo dicen los Evangelios, pero los Evangelios no dan el nombre de nadie que esté en el Infierno (con excepción del rico Epulón que no es un personaje real), sin embargo es una parábola de Jesucristo en el Evangelio de San Lucas, y Jesucristo no va a hablar de algo que no existe, ni establecer una diferencia entre el destino eterno de Epulón y el de Lázaro si tal cosa no sirve como advertencia.
Entregar a Satanás es excomulgar. A eso se refería el apóstol. No es la única vez que usó esa expresión.
Y sí, toda pena, todo castigo, busca la recuperación del castigado. La excomunión, entre otras cosas, busca eso. Aquí se explica muy bien:
http://www.iuscanonicum.org/index.php/derecho-penal/15-delitos-y-penas-en-particular/183-la-pena-de-excomunion-en-el-derecho-canonico.html
Por tanto, no tiene nada de particular pedir la excomunión para delitos tan graves.
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Pedro L. Llera
"La excomunión no es solo una pena; no solo está destinada a castigar al culpable, sino también a corregirlo y a traerlo de nuevo a la senda de la rectitud. El objetivo de la excomunión es llevar a los culpables al arrepentimiento y a la conversión. El cardenal Mauro Piacenza señalaba que “con la pena de excomunión, la Iglesia no intenta de ningún modo restringir el campo de la misericordia, sino que simplemente se evidencia la gravedad del crimen”. Hasta el pecador más repugnante puede arrepentirse, convertirse y volver a la comunión de la Iglesia".
Creo que este párrafo de mi artículo lo deja suficientemente claro... Pero hay personas que tienen ojos para ver y no ven.
Cuando pecamos contristamos al Espíritu Santo y nos alejamos del amor de Dios, perdemos la Gracia hasta que el perdón nos restaure de nuevo. Debemos amar a todos pero apartarnos del pecado, no juzgamos, oramos y buscamos más estar con quienes son luz. El caso es que somos vasos comunicantes y nos afecta la santidad y el pecado de unos y otros. No es tolerable el pecado que daña a la iglesia, no es lo mismo el estado íntimo de cada uno que escandalizar y arruinar ante el mundo la imagen de Cristianos que debemos preservar de todo mal. Si hablamos del Reino de Dios y nuestra conversión no podemos estar con buenismos ni engaños, lo que es verdad lo es y las disculpas son hipocresía. Misericordiosos con todos si, pero en la santidad debemos ser radicales y dejarnos de pamplinas, que los católicos olvidamos que no somos mundanos ni de todo rebajado, que ya está bien.
A ver si los simples feligreses nos ponemos las pilas, que luz damos poca. Y claro nos tratan de laicos aunque confesemos nuestra fe cristiana en las duras y en las maduras.
Además lo dice urbi et orbi de manera que todos los laicos nos sentimos afectados de una manera u otra...menos, claro está, los que ni rezan ni van a misa. El rezar con unción es un don del Espíritu Santo, como el de consejo, y la persona que lo tiene transmite su fe, hay dos personas que me han llamado la atención por eso: una fue San Juan Pablo II, que tenía un poder de concentración extraordinario, y otra mi madre que dejaba sobrecogido incluso al párroco, pero lo cierto es que, al menos en público, el Papa Francisco no parece tener el mismo don y claro si se pone hablar de eso no sale demasiado bien en la comparación. Y es que nadie nos puede quitar la cabeza ni los sentidos, ni siquiera el Papa. Por lo tanto sería de agradecer un poco más de coherencia en lo que se da, lo que se pide, lo que se hace y lo que se dice.
¡Ah! Todos los días le pido al Señor el don que tenía mi madre-que según una amiga no había quién rezara el rosario mejor fuera laico o Canónigo de Letrán- pero es evidente que yo no soy ella, eso sí no me desanimo y lo intento cada día.
Sabemos que, de momento, sí porque ellos existen y su fe es la misma que la de los primeros cristianos, uvas prensadas en el lagar. ¡Gloria a Cristo Rey y a los que lavaron sus ropas en la Sangre del Cordero!
Rezo por todos, a ellos los admiro porque son mejores que yo, han sido probados y han respondido con fidelidad.
No olvidemos nunca el sentimiento de admiración que nuestros padres nos entregaron hacia los justos y los santos porque ese sentimiento está decayendo y sin él la Iglesia caerá en un marasmo.
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