Impostura y apostasía
Que la Iglesia está sufriendo una profunda crisis resulta tan evidente que no hace falta ni argumentación. Basta con leer las noticias que recibimos a diario por los distintos medio de información: entre ellos, InfoCatólica. Algunos hablan de una verdadera guerra civil dentro de la Iglesia. Otros comparan los escándalos de abusos sexuales por parte de religiosos y sacerdotes – y el encubrimiento por parte de algunos obispos – con una catástrofe que amenaza con derrumbar el edificio de la Iglesia y emplean la analogía de las Torres Gemelas de Nueva York. Algunos comparan la crisis actual con la arriana del siglo IV o con la reforma protestante del siglo XVI. Otros avisan de un posible cisma que, de hecho, ya se estaría dando dentro de la Iglesia, aunque aún no de derecho.
En uno de mis últimos artículos, vinculaba los escándalos sexuales que se están destapando últimamente con la heterodoxia doctrinal y con los abusos litúrgicos. Y sigo en mis trece. Cuando se pisotea la santa doctrina de la Iglesia y se abusa de los sacramentos, lo normal es que la moral se desmorone. El profesor Seifert lo advertía en un famoso artículo en el que advertía de la bomba atómica que amenazaba con destruir la moral de la Iglesia, a raíz de la interpretación heterodoxa que se estaba dando a determinado capítulo de la Exhortación Amoris Laetitia.
La infección modernista que se ha venido dando en la Iglesia desde hace más de cien años (la Pascendi se publicó en septiembre de 1907) amenaza con convertirse en una septicemia mortal.
¿Qué es lo que pretenden conseguir los modernistas? El objetivo último es destruir la Iglesia desde dentro. Como dice el Catecismo, “antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes. La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra desvelará el “misterio de iniquidad” bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad” (Parágrafo 675). Esta impostura religiosa que soluciona aparentemente todos los problemas mediante la apostasía de la verdad, ¿cómo se concreta actualmente en la septicemia modernista?
Lo que quieren los herejes es cambiar la doctrina moral, los sacramentos y la liturgia de la Iglesia para congraciarse con el mundo:
- Justificación moral del aborto, para que deje de ser condenado como un pecado abominable por los católicos. Asimismo, se proponen aceptar la eutanasia, la fecundación artificial y el uso de anticonceptivos. Se trata de tirar a la basura la Humanae Vitae de Pablo VI y la Veritatis Splendor de San Juan Pablo II. Y con ambas encíclicas, se desecha la doctrina moral de la Iglesia de los últimos dos mil años y se desprecian y se rechazan los Mandamientos de la Ley de Dios.
- Aceptación del divorcio por parte de la Iglesia. A la vista está cómo se está justificando que los divorciados católicos que se vuelven a casar por lo civil puedan comulgar: quieren que no se les considere como adúlteros que viven en pecado mortal y que puedan comulgar como si vivieran en gracia de Dios.
- Demolición del sacramento del matrimonio. No solo se justifica el divorcio, sino que pretenden que se admita dentro de la Iglesia el matrimonio entre homosexuales. En este punto, el lobby gay eclesial está trabajando incansablemente. Algunos obispos y sacerdotes piden la bendición de las parejas homosexuales dentro de la Iglesia: como si Dios pudiera bendecir a quienes viven en pecado mortal. Esas “bendiciones” serían el primer paso para que posteriormente se admita el sacramento del matrimonio para parejas del mismo sexo.
- Desvirtuación del sacramento de la penitencia: los modernistas pretenden acabar también con este sacramento propugnando el perdón de los pecados sin las debidas disposiciones: sin propósito de la enmienda, sin dolor de los pecados, sin decir los pecados al confesor… Así, llevan tiempo ya practicando las confesiones y absoluciones comunitarias.
- Desprecio del pecado original y de la doctrina de la gracia. Los modernistas detestan la Tradición, aborrecen el magisterio de los Padres de la Iglesia, de los Santos, de los Doctores de la Iglesia: especialmente a Santo Tomás de Aquino.
- Acabar con la Santa Misa. Esta es una de las dianas prioritarias para los modernistas. La Eucaristía perdería su condición de sacrificio para convertirse en cena de hermanos, en fiesta. Condición indispensable para esta destrucción del Sacrificio de la Misa es derogar, reinterpretar, modernizar o prescindir del dogma de la transubstanciación. Ello permitiría un cambio de la liturgia que allanaría el terreno para la intercomunión con luteranos y otros hermanos separados. Y probablemente después se admitiría la comunión a los budistas o a cualquiera, profese la religión que profese: al final todos somos hijos de Dios y bla, bla, bla…
- Celibato opcional para los sacerdotes. Este paso parece inminente con el sínodo de la Amazonia. La falta de sacerdotes y los escándalos de abusos sexuales será el pretexto para admitir el celibato opcional o incluso para el sacerdocio de las mujeres. Y llegará el día en que veamos a curas modernistas gays casados con otros hombres o a obispesas casadas con otra mujer.
- Supresión o reinterpretación herética de los dogmas marianos: se predicará abiertamente contra la virginidad de María Santísima, contra su Inmaculada Concepción, contra la Asunción de Nuestra Señora en cuerpo y alma a los cielos… De hecho, ya lo están haciendo.
La impostura religiosa y la apostasía de la verdad están servidas. La Iglesia Modernista, efectivamente, proporcionará a los hombres una solución aparente a todos sus problemas. Ya no habrá confrontación, sino sumisión al mundo, al demonio y a la carne. Esta Iglesia del Nuevo Paradigma poco o nada tendrá que ver con la Iglesia Católica, fundada por Cristo. La verdadera Iglesia quedará reducida a un grupo minoritario, insignificante y despreciado por la mayoría. Quedará un remanente fiel, un pequeño rebaño, que sufrirá toda clase de persecuciones. La Iglesia Católica vivirá su propia pasión, como la vivió el Señor. Será crucificada y despreciada (ya lo está siendo) y carecerá de relevancia social alguna. Perderemos la mayoría de los templos y probablemente haya que volver a celebrar la Misa en las casas, en las catacumbas, en la clandestinidad…
¿Vamos a perder la fe? ¿Ya no habrá esperanza? ¡Nada de eso! ¿Quién nos separará del amor de Dios? ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada? Nada ni nadie nos podrá separar del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús. Volvemos al Catecismo:
677 La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (cf. Ap 19, 1-9). El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia (cf. Ap 13, 8) en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal (cf. Ap 20, 7-10) que hará descender desde el cielo a su Esposa (cf. Ap 21, 2-4). El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final (cf. Ap 20, 12) después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa (cf. 2 P 3, 12-13).
Ha llegado el tiempo en que los hombres ya no soportan la sana doctrina y han decidido seguir a los falsos maestros, arrastrados por sus pasiones. Así lo escribe San Pablo en su Segunda Carta a Timoteo:
Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y muertos, por su Manifestación y por su Reino: Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas.”
La victoria final es del Señor, que hizo el Cielo y la Tierra: el único Rey Verdadero que vendrá a juzgar a vivos y muertos. Y su Reino no tendrá fin. Pidámosle con insistencia que Él nos cuente entre sus elegidos y nos conceda la gracia de la salvación. Y mientras esperamos la venida gloriosa de Nuestro Señor Jesucristo, insistamos a tiempo y a destiempo: oración, penitencia, ayuno, adoración al Santísimo, confesión y comunión frecuentes… Y que la Santísima Virgen nos libre de todo mal, nos defienda de nuestros enemigos y nos ampare ahora y en la hora de nuestra muerte.
37 comentarios
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Pedro L. Llera
¿Quién mira para otro lado? ¿Usted ha entendido lo que he escrito, verdad? El terrible mal del Modernismo no tiene un único responsable. No hay un único culpable: hay cientos de culpables. Antes de 1907 ya existía el mal, ya se había declarado la infección y empezaba a subir la fiebre. Ahora la fiebre ya resulta insoportable.
No debo decir nada más, creo yo. Ante tan magnífica y terrible exposición sólo queda pedir a Dios que mucha gente la lea, la relea, la medite, sienta temblar sus carnes ante la cruda exposición de la verdad.
Dios tiene que premiar justísimamente a quienes no les importan las consecuencias que les pueda acarrear su valentía en los atroces tiempos que vivimos. Dios tiene que observar su lucha sin cuartel , en este mundo cobarde y traidor, con la mirada amorosa de un Padre a sus hijos predilectos. D. Pedro Luis Llera es uno de ellos. Y lleva muchos años, sin desmayar, en la vanguardia de esta lucha en la que nos jugamos la pérdida de la Verdad que el Hijo de Dios vino a traer a la tierra.
G R A C I A S .
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Pedro L. Llera
Gracias, Amelia. "Todo lo puedo en Aquel que me conforta". Todo lo mucho o poco bueno que yo haya podido aportar es por pura gracia de Dios: no por mérito mío.
Aunque con toda la caridad les digo que el problema está en este pontificado creo que Francisco es legitimo papa, que Dios lo a puesto ahí, pero que ha cometido errores que en suma han contribuido a esta crisis. No me atrevo a decir mas por que solo Dios conoce los corazones y escribe en renglones torcidos y además el tiempo lo dira. No soy un gran teologo u obispo soy un humilde joven laico con sus fragilidades pero que quiere una Iglesia de Cristo. No con el mundo
Incluso se crearon movimientos diocesanos nuevos en atencion a distintas necesidades pastorales. No hay ninguna pareja de divorciados comulgando y ninguna pareja gay en mi parroquia.
En fin, exageraciones, humo y mas humo.
Y la perspectiva de una sociedad china esperando el Evangelio crea expectativa, da esperanza.
Pongo como ejemplo el obispo cubano de Camagüey que ha opinado que ante la posible aprobación de su gobierno del matrimonio gay, él preferiría que se llamara de otra forma como "pareja de hecho".
Pues ya se le ha hechado encima la jauría acusándolo de promocionar el homosexualismo.
Cuidense uds de ambos extremos.
Mientas, otros como vd., a pecho descuierto, intentando que no sean los poderes antidoctrinales, que han provocado esta situación, los que resuelvan con una solucion contraria a la fidelidad a Cristo.
Así que sepan muchos que se tienen por fieles que tapando sólo ejercen de colaboracionistas.
La iglesia ha convivido desde siempre con el pecado. Pero nunca como ahora con un caos doctrinario como el actual.
El pecado nunca destruirá a la Iglesia. Pero la infidelidad doctrinal sí. Aunque estén las Iglesias llenas como nunca.
Sabemos más o menos cómo Dios va a intervenir al final de los tiempos, y eso puede ser ya mismo, pero voy a suponer que eso no pase en una o dos generaciones más, lo cual también puede ser, entonces tenemos que:
Los Modernistas arreciarán, tratando de cercar y asfixiar al Resto Fiel como lo han venido haciendo hasta ahora, pero "subiendo un cambio", o dos si les dejan.
Los Lefebristas seguirán en lo suyo, ofreciendo la puerta falsa de su cripto-cisma, que es a lo que quieren inducirnos los Modernistas: "¿Quieren Misa Tradicional y Doctrina impoluta? ¡Pues váyanse con ellos!". Mucho debemos agradecer a quienes, como Infocatólica, ayudaron a advertir el peligro de adherir -siquiera parcialmente- a una postura que quizás haya nacido con la mejor de las intenciones.
Porque el quid de la cuestión en esta crisis es justamente ése: los Modernistas están por la labor de barrer de la estructura visible de la Iglesia a todo aquél que crea en el Evangelio. ¡Qué lejos estamos (aunque en el tiempo no tanto) de la "Iglesia Clandestina" de Sacheri, cuando los Modernistas conspiraban en secreto sabiéndose minoría! Ahora en cambio tienen mayoría en los cónclaves, lo saben y van a por todo.
Pero, ¿es justo que se queden con la estructura visible de la Iglesia los más indignos precisamente? No, no es justo, eso no puede ser conforme a la voluntad de Dios. Claro que humanamente te planteas cómo "ponerle el cascabel al gato", ¡pero también están la oración y las penitencias, y detrás de ellas, Dios Todopoderoso!
Esto es una batalla metafísica que yo veo se plantea en los siguientes términos: ellos persiguiendo a los buenos y usando para ellos de las herramientas del gobierno de la Iglesia que han logrado copar. Últimamente aumentaron su insolencia y descarto para inducir al desaliento y el éxodo.
Nosotros en cambio evangelizando, rezando, denunciando y resistiendo, mientras pedimos a Dios que venga a defender Su causa, que es la nuestra.
Un abrazo y bendiciones
Ya que hablamos aquí de imposturas y apostasías, tu actitud es todavía peor que la del arzobispo cubano que defiendes, pues al menos él intentaba justificarla aludiendo a la situación legal en que quedaba el sobreviviente de ese tipo de parejas. Este ha sido mi comentario al respecto, posterior a este tuyo:
"Que a todo un arzobispo lo que le preocupe de esas situaciones sea cómo queda legalmente el sobreviviente, y no si el difunto acaba en el infierno o en un duro purgatorio, es inaceptable y vergonzoso. Este también debe ser de los que no creen en el infierno, o de los que ni siquiera creen que el alma es inmortal, y que el cuerpo resucitará".
Hoy, precisamente es la festividad de San Vicente de Paul, en la misa vespertina lo ha recordado el sacerdote, un santo caritativo por excelencia:
"Su visión, limitada en sus comienzos a la población campesina, se fue ampliando progresivamente hasta incluir condenados a galeras, enfermos pobres, niños abandonados, soldados heridos, esclavos, ancianos desamparados, mendigos, refugiados de guerra o nativos paganos de Madagascar. Movilizó para ello a sacerdotes (Congregación de la Misión, Conferencias de los Martes), a hombres y mujeres de la nobleza, de la burguesía y del pueblo llano (cofradías parroquiales de caridad y Damas de la Caridad), a jóvenes campesinas (Hijas de la Caridad); a todos ellos intentó contagiar con su propia visión del Evangelio y su experiencia cristiana, basada en las palabras mismas de Jesucristo en el Evangelio de san Lucas: "El Señor me ha enviado a anunciar la Buena Noticia a los pobres, la liberación a los cautivos, la vista a los ciegos, la libertad a los oprimidos".
La diferencia entre esta Caridad auténtica( "El Señor me ha enviado a anunciar la Buena Noticia") y la modernista es que estos santos de la Caridad Cristiana, la Iglesia tiene muchísimos, evangelizaban y ahora ya no se evangeliza porque se entiende la evangelización como una intromisión en el derecho de los demás. Así que la Caridad pasa a ser otra cosa, lo que ha obligado a introducir el término no cristiano de "solidaridad". El arzobispo cubano se solidariza con las parejas gays pero no los evangeliza porque, si lo hiciera, tendría que decirles que viven en pecado mortal y eso es más importante que la pensión.
Está claro que el Papa actual es un problema, cuando no un escándalo. Está claro. Y ese hecho provoca desazón en muchos católicos, que lo que desearíamos es un Papa si no santo, al menos prudente, piadoso y veraz.
Sí, la personalidad de Bergoglio es un problema, y su pseudomagisterio, PORQUE Bergoglio representa una generación que sabe que se les acaba el tiempo, primero porque son viejod, segundo porque la Iglesia está pasando página al vaticanosegundismo.
Pero más allá de eso lo que yo vei en mi experiencia personal es: curas fieles, misas dignas, parroquias que “funcionan”, diócesis que empiezan a despertar, colegios verdaderamente católicos.
No veo la cosa tan mal. La Iglesia ha fracasado en su apertura al mundo (=vaticanosegundismo). Tanto le hubiera valido abrirse no al mundo, sino a la carne o al Demonio. SÍ, la Iglesia del Vaticano II ha fracasado, reconozcámoslo y basta.
Muchos nos caímos del burro con Benedicto. Ahora os ha tocado tambièn caer del burro a los neocones.
Perdone esta pequeña distracción, pero la moda de ver todas las cosas al revés que ha traído el modernismo se contagia (a falta de emoticonos le guiño un ojo).
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Pedro L. Llera
Jejeje
Dice Jesús:«También en el Apocalipsis parece que los periodos se confunden, pero no es así. Sería mejor decir: se reflejan en los tiempos futuros con aspectos cada vez más grandiosos. Ahora estamos en el período que Yo llamo: de los precursores del Anticristo. Después vendrá el período del Anticristo que es el precursor de Satanás. Esto estará ayudado por las manifestaciones de Satanás: las dos bestias nombradas en el Apocalipsis. Será un período peor que el actual. El Mal crece cada vez más. Vencido el Anticristo, vendrá el período de paz para dar tiempo a los hombres, impresionados por el estupor de las siete plagas y por la caída de Babilonia, de recogerse bajo mi signo. La época anticristiana subirá a la máxima potencia en su tercera manifestación,es decir,cuando llegue la última venida de Satanás". Tal vez le parezca interesante.
Pero los de siempre le acusan de apoyar las uniones homosexuales.
Palas Atenea gran conocedora del mundo gay hasta el punto de no distinguir un homosexual de un transexual, nos dice "dos hombres que viven juntos se supone que no son católicos".
Pues es mucho suponer.
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Pedro L. Llera
Este no es el tema del artículo, Gringo. De todos modos, quien sigue al Señor y lo ama cumple sus Mandamientos.
Aún así, queda en pie lo anunciado por la Virgen en Fátima, y ello basta para abrir un poderoso camino de luz en el futuro de la Iglesia y de la humanidad. El triunfo de su Corazón Inmaculado impedirá que gran parte de sus hijos se pierdan; hará que el Reino de Dios que Cristo trajo a la tierra y sembró como una semilla de mostaza, se desarrolle hasta echar ramas donde las aves se posen, todo lo cual preparará el camino para la Venida de Cristo. Sabemos que Cristo vino por medio de María, y que vendrá por segunda vez también por medio de Ella (S. L. de Montfort). Por esto, la Virgen viene hoy como Aurora que irradia la Luz de la gloria de Cristo sobre la Iglesia, la humanidad y el universo todo. La Señora Vestida de Sol alumbra ya el nuevo Día, ha dado comienzo a los nuevos tiempos, en los que libra y lleva adelante el combate contra el dragón infernal. Viene como Arca que ofrece abrigo y serenidad a quienes entran a ella, esto es, se consagran a su Corazón Inmaculado. Mientras la noche cae y oprimen las huestes del anticristo, los hijos de María marchamos precedidos, como Israel en el desierto, por una columna luminosa. Bajo la Conducción de María se allana el camino, se trabaja construyendo el Reino, se experimenta la alegría del nuevo Amanecer, se escuchan los cantos maravillosos de las aves, como las escuchaba S. Juan Diego, en el cerro Tepeyac. ¡Pobres hermanos. los que aún no han despertado a la Aurora de María!, ¡cuánta pesadumbre los embarga e impide iniciar los trabajos que nos ofrece el Mundo Nuevo que viene! Sólo un acto de confianza humilde se nos pide, una palabra de SÍ a María nos depara lo que Ella consiguió cuando pronunció su SÍ: recibir a Cristo que viene, entrar por los caminos luminosos de su glorioso retorno, empuñar el arado que transfigurará la tierra, borrará con nuevos surcos las ratoneras de los enemigos, arrancará de cuajo la cizaña y permitirá que sea recogido el trigo: " Soy el sembrador, recoged la cosecha, será grande" (Mensaje de Jesús en San Nicolás, 15-11- 1983); "Días gloriosos os esperan, en Mí os regocijáis amados hijos míos; decid éstas mis palabras (Jesús, 17-11-83); “Ha venido el Día¿Y no lo ven?. Ha venido la Misericordia ¿Y no la aceptan?” (Jesús,-San Nicolás).
El colmo de esta sinrazón consiste que debemos juzgarnos a nosotros mismos, pero no a los demás, lo que hace modélicos a los más permisivos e infames a aquellos que son más estrictos consigo mismos.
Como todos los santos se reconocieron pecadores ya no sirven de modelo, ahora el modelo está en aquellos que no lo hacen aunque vivan ostensiblemente en pecado. Por ejemplo, el que esté divorciado y vuelto a casar, con tres hijos de la primera mujer y dos de la segunda es un modelo maravilloso que puede hacer avergonzarse a aquel que solo tiene una mujer y nunca la ha engañado pero, a pesar de ello, insiste en ser pecador. ¿Qué pretende con eso? Sembrar confusión supongo por ponerse como meta la santidad cuando todo el mundo sabe que la santidad es una utopía. Los Diez Mandamientos convertidos en el Imperativo Categórico de Kant.
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En Ti, Jesús, mi único Señor, cifro mi entera confianza.
«Dios hace concurrir todas las cosas para bien de los que le aman» (Rom. 8,28)
Para conmemorar mi ordenación episcopal el 26 de abril de 1992, a manos de Juan Pablo II, elegí esta ilustración tomada de un mosaico de la basílica de San Marcos en Venecia, que representa el milagro de la tormenta que calmó Jesús. Me llamó poderosamente la atención que en la barca de San Pedro azotada por la tempestad Jesús aparezca dos veces. Una, profundamente dormido en la proa mientras Pedro trata de despertarle: «Maestro, ¿no te da cuidado de que perezcamos? Mientras tanto, los apóstoles, aterrorizados, miraban para otro lado sin reparar en que Jesús estaba de pie a espaldas de ellos, bendiciéndolos y garantizándoles que estaba al mando de la embarcación: Despertando, mandó al viento y dijo al mar: Calla, enmudece… Y luego les dijo: “¿Por qué teméis? ¿Aún no tenéis fe?”» (Mr. 4,38-40)
La escena es muy oportuna porque representa la atroz tormenta que atraviesa la Iglesia en esto momento, pero con una diferencia crucial: que el sucesor de San Pedro no sólo no se da cuenta de que el Señor está verdaderamente al timón, sino que ni siquiera tiene intención de despertar a Jesús que duerme en la proa.
¿Es que Cristo se ha vuelto invisible para su vicario? ¿Será que tiene la tentación de hacer de sustituto de nuestro único Maestro y Señor?
¡El Señor tiene enteramente en sus manos el gobierno de la barca!
¡Que Cristo, la Verdad, nos ilumine siempre el camino!
+ Carlo Maria Viganò
Arzobispo titular de Ulpiana
Nuncio apostólico
29 de septiembre de 2018
Festividad de San Miguel Arcángel
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Anunciemos el Kerigma y formemos a nuestros jóvenes en la plena verdad si ,hay Apostasia ,herejías ,mucho pecado ,convirtamos el corazón al Señor, invocándole junto a su Madre Reina y señora .
Tenemos un Salvador y el Espíritu Santo que nos santifica
El mundo vive en el hombre viejo el cristiano es un renacido.
Pidamos a las autoridades de alto nivel eclesial mantenerse fieles a la Se Tradicion y Magisterio
Ayer, al oír esto, me vino a la cabeza una antigua película en la que James Stewart hacia de abogado defensor de un individuo que había matado al presunto violador de su mujer, y digo presunto porque aquella señora tenía fama de casquivana:
Fiscal (al acusado): ¿Usted creyó a su esposa cuando llegó a la caravana y le dijo que había sido violada?
Acusado: Sí la creí porque tenía rasgado el vestido y me lo juró por el rosario de su madre.
Fiscal (a la testigo): ¿Es usted católica?
Testigo: Sí, lo soy.
Fiscal: Pero usted se divorció de su primer marido y se casó con éste, su segundo marido, por lo civil.
Testigo: No soy practicante.
Fiscal: ¿Y usted pretende que el jurado crea que alguien que se salta a la torera los preceptos de su propia iglesia tenga alguna credibilidad por jurar sobre un rosario?
Dice el P. Iraburu, en (129) Filo-lefrevianos- IV:
(...)"El sagrado Concilio Vaticano II, convocado por el Beato Juan XXIII, fue una inmensa gracia de Dios para su Iglesia (1962-1965), como todos los Concilios anteriores. En él Nuestro Señor Jesucristo reunió en asamblea eclesial a 2.500 Padres. Fué con gran diferencia el Concilio más numeroso de la historia. Y partiendo de los Concilios anteriores, muchos de ellos dogmáticos, trató con una finalidad predominantemente pastoral y renovadora las grandes realidades de la Iglesia católica."
(...) Es cierto que los errores y horrores habidos dentro de la Iglesia después del Concilio, sobre todo en el Occidente descristianizado, fueron y son innumerables...(...) Pero acusar al Concilio Vaticano II de esos enormes males es una gran falsedad, una calumnia, y es una ofensa al Espíritu Santo, que asistió con su luz y su gracia al Papa y a los 2.500 Padres conciliares, como había ayudado en los XX Concilios anteriores. Muchas veces es falso el adagio post hoc, ergo propter hoc: esto ha sucedido después de aquello, luego aquello es causa de esto.
Dic el P. Iraburu en (129) Filo-lefebvrianos-IV:
"La Iglesia católica, también después del Vaticano II, ha florecido en maravillas de gracia y de santidad. No solo ha conocido la proliferación de errores y horrores, en los que me he fijado especialmente para responder a los filolefebvrianos acusadores. Por el contrario, cuántos Obispos y párrocos, desbordados con frecuencia por situaciones de abrumadora descristianización, han seguido entregando sus vidas con amor incesante al servicio de Cristo y de su Iglesia, “gastándose y desgastándose por las almas hasta el agotamiento” (2Cor 12,15). Cuántas personas consagradas han vivido clausuradas en ofrenda permanente de alabanza y de súplica. Cuántas obras de heroica beneficencia multiforme han florecido en el árbol de la Iglesia. Cuántos institutos religiosos y movimientos de laicos se han renovado o han nacido en estos decenios… Cito solamente algunos, no los más grandes, que me son especialmente conocidos y queridos, Schola Cordis Iesu, Siervos del Hogar de la Madre, Instituto Mater Dei, Siervos de los Pobres del tercer mundo, Miles Christi, Schola Veritatis…"
! Ven Espíritu Santo, ilumina a la Iglesia,!
Cuanta necesidad tenemos de la Tercera Persona de la Stsima Trinidad.
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