La mentira
La mentira es siempre pecado, muchas veces mortal. Y quien mintiendo comete pecado mortal, pierde el estado de gracia. El octavo mandamiento de la Ley de Dios dice: “No darás falso testimonio ni mentirás”.
Dice el Catecismo:
1022. Cada hombre, después de morir, recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular que refiere su vida a Cristo, bien a través de una purificación (cf. Concilio de Lyon II: DS 856; Concilio de Florencia: DS 1304; Concilio de Trento: DS 1820), bien para entrar inmediatamente en la bienaventuranza del cielo (cf. Concilio de Lyon II: DS 857; Juan XXII: DS 991; Benedicto XII: DS 1000-1001; Concilio de Florencia: DS 1305), bien para condenarse inmediatamente para siempre (cf. Concilio de Lyon II: DS 858; Benedicto XII: DS 1002; Concilio de Florencia: DS 1306).
1034. Jesús habla con frecuencia de la “gehena” y del “fuego que nunca se apaga” (cf. Mt 5,22.29; 13,42.50; Mc 9,43-48) reservado a los que, hasta el fin de su vida rehúsan creer y convertirse , y donde se puede perder a la vez el alma y el cuerpo (cf. Mt 10, 28). Jesús anuncia en términos graves que “enviará a sus ángeles […] que recogerán a todos los autores de iniquidad, y los arrojarán al horno ardiendo” (Mt 13, 41-42), y que pronunciará la condenación: “¡Alejaos de mí, malditos, al fuego eterno!” (Mt 25, 41).
1035. La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad. Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del infierno, el fuego eterno (cf. DS 76; 409; 411; 801; 858; 1002; 1351; 1575; Credo del Pueblo de Dios, 12). La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y a las que aspira.
Muchas veces se nos acusa de insistir machaconamente en el sexto mandamiento. Pero no olvidemos que el Demonio es el padre de la mentira. Y hoy en día vivimos en un mundo de mentiras.
Las ideologías son mentiras que prometen la felicidad y el bienestar y reportan lo que tenemos: soledad, injusticias, desesperanza, desolación, paro, enfrentamientos, divisiones…
El Pensamiento Único es una gran mentira y se vale del engaño para promover la degradación, la depravación moral y la muerte. Prostituyen palabras sagradas como “matrimonio” o “amor”. Incluso invocan la palabra de Dios y el mandamiento del amor para justificar el adulterio y la fornicación. No tienen vergüenza. Pero tendrán que rendir cuentas de su depravación y de sus engaños, que a tanta gente están conduciendo a su perdición.
Nos dice que el aborto es un derecho de la mujer y un gran logro social: como si matar a un inocente en el vientre de su madre fuera algo plausible y deseable. ¡Cuántas mujeres sufren la pérdida de sus hijos cuando tienen la desgracia de padecer abortos naturales! Mientras tanto, otras se enorgullecen de asesinar a sus hijos antes de darles la oportunidad de nacer. ¿No resulta hiriente que estos desgraciados (que no están en gracia de Dios) utilicen eufemismos como “interrupción voluntaria del embarazo” (IVE) para evitar el término “aborto”, que resulta muy “desagradable”? El mandamiento de “no matarás” lo pretenden derogar bajo el pretexto de que matar a un niño, asesinarlo antes de que nazca, forma parte de los “derechos a la salud reproductiva” de la mujer. Y para justificar la atrocidad, recurren al argumento emotivista y extremos, como el de la pobre niña violada. Como si para remediar un crimen, fuera justificable cometer otro aún mayor. Es su estrategia permanente.
Otro tanto ocurre con la eugenesia o la eutanasia.
¡Gran logro de la ciencia!: hemos conseguido eliminar una enfermedad congénita a base de seleccionar un embrión libre de enfermedades entre otros mil que las tenían. O sea que para tener un hijo sano, matamos a novecientos noventa y nueve y problema resuelto.
¡Hemos acabado con los niños con síndrome de Down en Islandia!: porque se les mata antes de nacer… Pobrecitos… “para que no sufran”… Esos niños son una “carga” para sus padres y un gasto innecesario para las arcas públicas. Mejor los matamos…
¡Hipócritas! ¡Asesinos! Algún día se os pedirá cuentas de la sangre derramada de tantos niños inocentes a los que habéis asesinado. Vuestras manos están manchadas de sangre. ¡Convertíos! ¡Arrepentíos!
¿A cuantos embriones tenemos que destruir o congelar para que una pareja, que “tiene derecho a tener hijos”, pueda tener uno?
Pobres enfermos terminales, tetrapléjicos, ancianos que sufren… Mejor les ponemos una inyección y que dejen de sufrir: ¡Eutanasia libre! “¡Derecho a una muerte digna!”. Todo son mentiras, engaños burdos que ocultan una verdad cruel, trágica, abominable, inhumana.
Pero vivimos en la cultura del postureo. Fíjense en las redes sociales. Todos con sus caras sonrientes, sus morritos, sus posturitas, sus abrazos y sus besos. Todos somos inmensamente dichosos. Aparentamos lo que no somos. Detrás de tanta fotografía idílica se ocultan las más de las veces vidas desdichadas, depresiones, vacíos, soledades y amarguras a las que el hedonismo rampante no puede satisfacer con su felicidad engañosa. Todo mentiras. Culto a la apariencia.
“El fin justifica los medios”, “el hombre está por encima del bien y del mal”, “Dios ha muerto”, “vale todo, con tal de que no dañes la libertad del otro”… Todo mentiras. “El hombre es Dios y su voluntad y su esfuerzo conseguirán cambiar el mundo y acabar con las injusticias, con las guerras e incluso con la misma muerte”. Todo mentiras, engaños, falacias.
El empresario que pone en marcha un proyecto que puede generar puestos de trabajo y mejorar el mundo y lo hace explotando a sus trabajadores, con sueldos miserables y/o sin darlos de alta en la seguridad social, tendrá muy buenas intenciones pero engaña y miente. El fin no justifica los medios. La doctrina social de la iglesia lo deja muy claro. Pero ¿a quién le importa? Dice el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia:
301. Los derechos de los trabajadores, como todos los demás derechos, se basan en la naturaleza de la persona humana y en su dignidad trascendente. El Magisterio social de la Iglesia ha considerado oportuno enunciar algunos de ellos, indicando la conveniencia de su reconocimiento en los ordenamientos jurídicos: el derecho a una justa remuneración; el derecho al descanso; el derecho “a ambientes de trabajo y a procesos productivos que no comporten perjuicio a la salud física de los trabajadores y no dañen su integridad moral”; el derecho a que sea salvaguardada la propia personalidad en el lugar de trabajo, sin que sean “conculcados de ningún modo en la propia conciencia o en la propia dignidad”; el derecho a subsidios adecuados e indispensables para la subsistencia de los trabajadores desocupados y de sus familias; el derecho a la pensión, así como a la seguridad social para la vejez, la enfermedad y en caso de accidentes relacionados con la prestación laboral; el derecho a previsiones sociales vinculadas a la maternidad; el derecho a reunirse y a asociarse.Estos derechos son frecuentemente desatendidos, como confirman los tristes fenómenos del trabajo infra-remunerado, sin garantías ni representación adecuadas. Con frecuencia sucede que las condiciones de trabajo para hombres, mujeres y niños, especialmente en los países en vías de desarrollo, son tan inhumanas que ofenden su dignidad y dañan su salud.
302. La remuneración es el instrumento más importante para practicar la justicia en las relaciones laborales. El “salario justo es el fruto legítimo del trabajo”; comete una grave injusticia quien lo niega o no lo da a su debido tiempo y en la justa proporción al trabajo realizado (cf. Lv 19,13; Dt 24,14-15; St 5,4). El salario es el instrumento que permite al trabajador acceder a los bienes de la tierra: “La remuneración del trabajo debe ser tal que permita al hombre y a su familia una vida digna en el plano material, social, cultural y espiritual, teniendo presentes el puesto de trabajo y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien común”.El simple acuerdo entre el trabajador y el patrono acerca de la remuneración, no basta para calificar de “justa” la remuneración acordada, porque ésta “no debe ser en manera alguna insuficiente” para el sustento del trabajador: la justicia natural es anterior y superior a la libertad del contrato.
Los nacionalismos inventan la historia y mienten. Lo estamos viendo ahora en Cataluña (y en el País Vasco). Adoctrinan, engañan, meten cizaña, corrompen el corazón de los niños… Confunden adrede lo que es un preso político con lo que es un político preso… Todo mentiras, patrañas, manipulaciones repugnantes para justificar la traición. Siembran la división con la cizaña de sus mentiras para enfrentar a hermanos contra hermanos. Las mentiras son asesinas y acaban provocando la muerte de inocentes. No es un pecado venial: la mentira es pecado mortal.
El niño miente a sus padres para hacerse la víctima y atacar a sus profesores. Los padres justifican al niño y defienden lo indefendible. Otros te engañan para justificar que no pueden pagar lo que deberían y luego los ves todos los días en las terrazas de los bares o con coches nuevos que yo no me podría pagar de ninguna manera; o te enteras de que tienen “campos” con piscina y caballo para presumir en la feria; o ves que se van de vacaciones a hoteles que yo no piso desde que hace veinticuatro años me casé y fui a Tenerife de luna de miel. Mentiras y más mentiras. Engaños… “Es que los españoles somos así: es la picaresca de siempre…” Como si mentir fuera una fatalidad o consustancial a ser español. Mentira. Lo español es el honor, la honradez, la verdad, la fidelidad a la palabra dada: no la mentira y el deshonor. A mí me podéis engañar. Podéis mentirme, aunque no creo que me lo merezca porque me estoy dejando la vida por vuestros hijos y por vosotros (y sabéis que no miento). Luego están los que te sonríen por delante y te apuñalan por detrás: los hipócritas que no tienen una mala palabra pero te asesinan con sus lengua por la espalda… Allá vosotros. Diréis: “Este ultracatólico es tonto…”. Pero da igual… A quien no podéis engañar es a Dios, Nuestro Señor. Estáis en pecado. Convertíos, arrepentíos de vuestras mentiras. Pedid perdón al Señor. Y no sigáis por ese camino que solo conduce al infierno. Os lo suplico por vuestro propio bien. El día y la hora en que tendréis que rendir cuentas al Señor nadie lo sabe más que Él. No seáis insensatos.
La mentira es una plaga. Está en todas partes. En el niño que miente o copia en los exámenes. En el empresario que engaña a sus trabajadores o a la Hacienda Pública; en los políticos corruptos; en las ideologías falsas; en los herejes que repiten sus mentiras para engañar a los fieles; en los curas pederastas que celebran los sacramentos con sus manos impuras, faltando al respeto a Nuestro Señor; en los trabajadores que no cumplen su responsabilidad; en los trepas que pisan o apuñalan a sus compañeros con tal de medrar y “ascender”; en los empresarios inmorales; en los directores que no respetan la dignidad de sus trabajadores y los consideran “medios” y no fines en sí mismos; en los que abusan sexualmente de sus semejantes…
¡Ay de vosotros, modernistas, que escandalizáis al pueblo fiel con mentiras, engaños y ambigüedades calculadas! Más os valdría colgaros una piedra al cuello y arrojaros al mar. Pagaréis por vuestras mentiras y vuestra maldad, si no os arrepentís. Falsos pastores, lobos con piel de oveja, que no creéis en nada y lleváis a las almas a la confusión, cuando no a su perdición. Rompéis la comunión de los santos pero pagaréis por ello. Vosotros no creéis en el infierno ni en el Dios verdadero. Pero eso da igual. Da lo mismo que creáis o no: si no os arrepentís y os convertís a la Verdad, que es Cristo, os condenaréis al infierno y sufriréis el castigo eterno.
“Digo la verdad en Cristo, no miento, y mi conciencia me lo atestigua en el Espíritu Santo”, digo con San Pablo. Sed santos, vivid en la Verdad. Arrepentimiento, confesión y comunión íntima con Cristo, Nuestro Señor. “¿Quién es este para llamarnos a la conversión?”, preguntaréis. El celo del Señor me consume y su Palabra arde en mi interior. No tenéis que creerme a mí: creedle a Él. Yo no me anuncio a mí mismo: anuncio a Cristo, muerto en la cruz y resucitado. Yo soy un pecador: es verdad. Pero sólo aspiro a la santidad por la gracia de Dios. Sé que este artículo va a molestar a muchos que se van a sentir aludidos. Todo lo estimo en nada al lado de Cristo.
Sed luz y no tinieblas. Aborreced la oscuridad de la mentira y vivid en el resplandor de la Verdad. El octavo mandamiento de la Ley de Dios dice: “No darás falso testimonio ni mentirás”. La mentira es siempre pecado: muchas veces pecado mortal. Y quien mintiendo comete pecado mortal, pierde el estado de gracia. Esta es la doctrina santa de la Iglesia. Por amor, por caridad, tengo que recordaros la Verdad: para que tengáis vida eterna y no os condenéis. La Verdad es Dios. Vivid en la Verdad y tendréis vida eterna.
Santidad o muerte
39 comentarios
Siendo toda mentira pecado, no toda mentira es pecado mortal, pués no toda daña de la misma manera, como nos enseña el catecismo:
2484 La gravedad de la mentira se mide según la naturaleza de la verdad que deforma, según las circunstancias, las intenciones del que la comete, y los daños padecidos por los que resultan perjudicados. Si la mentira en sí sólo constituye un pecado venial, sin embargo llega a ser mortal cuando lesiona gravemente las virtudes de la justicia y la caridad.
Seamos comedidos
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Pedro L. Llera
Obviamente, no es igual una mentirijilla de un niño a su madre que una mentira grave, como la que puede cometer un adúltero con su esposa, por ejemplo. En cualquier caso, toda mentira es intrínsecamente mala. Seamos comedidos pero no tibios.
Agradezco el comentario y matizo para ser absolutamente fiel a la verdad.
Decían hace unos días unos conocidos artistas que viven "ajuntaos": "la fidelidad es aburrida". Les puse un comentario: "es decir que la coherencia, la nobleza, la palabra dada... también son aburridas. Y claro, vosotros que presumís de tener hijos de otros matrimonios, no tenéis tiempo de aburriros para amortiguar la "decepción y frustración de vuestros hijos".
En Islandia se les les mata antes de nacer… “para que no sufran”. Pero que falso e hipócrita se tiene que ser, cuando hace un tiempo realizaron con un gran despliegue mediático sus "campeonatos atléticos para descapacitados.
Hay infinidad de modernistas en el mando de la Iglesia, y duele, ¡ay lo que duele!
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Pedro L. Llera
Gracias por la corrección. Las prisas son malas consejeras.
Por ejemplo, Federico Jiménez Losantos fue condenado a pagar una multa de 10.000euros por intromisión ilegítima en el derecho al honor, al acusar a la diputada de PODEMOS Carolina Bescansa de drogar a su hijo.
La injuria no está penada y si no que se lo digan a la que entró en una capilla y a los que dicen "arderéis como en el 36". ¿Eso qué es?
Ahora mismo tonto sería aquel que se creyera todo lo que dicen los periódicos.
La libertad de expresión lo cubre prácticamente todo.
Seamos comedidos pero no tibios.
Cierto, cuando digo comedido, apliquese a lo que hablamos. Comedidos para no ver pecados mortales donde no los hay, y valientes, por supuesto para denunciar el pecado, son dos cosa distintas.
No fuí yo quien generalizó con la mentira, ni pasa nada por corregir un error.
Bendiciones
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Pedro L. Llera
"No pasa nada por corregir un error". Pues claro que no. Y se lo agradezco. Ya he tratado de corregir y matizar. Lo primero es ser fieles a la verdad. Y no solo no pasa nada por corregir, sino que es necesario... Me equivoco tantas veces... Gracias. He tratado de matizar y corregir ahora mismo, en cuanto he tenido tiempo para ello. Espero que ahora haya sido capaz de ser más preciso.
En cualquier caso, discúlpeme: nos soy teólogo ni moralista por formación. Simplemente soy un católico de a pie.
Dios le bendiga
Discúlpeme por qué al contestarle, ya usted lo había aclarado.
Un fuerte abrazo
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Pedro L. Llera
Nada que disculpar. Al contrario: muy agradecido. Lo que importa es ser fieles a la verdad. Si otros más formados dijeran estas cosas (u otras parecidas), yo me callaría. Mis opiniones no importan nada. Y mi "ego" menos aún. Estamos al servicio de la Verdad. Cristo es lo único que importa. Yo soy un siervo indigno (y muy bruto, por cierto).
Está también el que vive en un mundo que se ha creado y dice, no lo que es verdad objetivamente, sino lo que es verdad para él por lo que no podemos decir que diga lo contrario de lo que piensa, porque lo que piensa está mediatizado por su error de percepción, y eso sólo Dios puede saber lo que es, quizás a eso se deba la expresión de Cristo en la Cruz: "¡Perdónalos, Señor, porque no saben lo que hacen (ni lo que dicen, por supuesto)!". Precisamente hoy en día en que las ideas se vuelven borrosas el mentiroso es difícil de captar, nunca se sabe si miente o vive en un mundo paralelo en el que no percibe la realidad.
Algunos engañados por el diablo, dicen: “la mentira piadosa no es mala”, pero claro, que el Señor nos enseña algo mucho mejor: «No dirás falsos testimonio ni mentiras». En el Evangelio, Jesús nos dice: «Que vuestro modo de hablar, sea «sí, sí, no, no». Lo que exceda de esto, viene del Maligno» (Mt 5,37); en otro lugar Jesús hablando a los judíos, dice: «Vosotros tenéis por padre al diablo, y queréis cumplir las apetencias de vuestro padre; él era homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla la mentira, de lo suyo habla, porque es mentiroso y padre de la mentira» (Jn 8,44-45). Al reflexionar estas enseñanzas del Divino Maestro, Jesús, el Salvador del mundo, me sigo alegrando. Y comprendo, cuando alguien dice “no es malo la mentira piadosa”, pues está hablando de los intereses del demonio. Y es un peligro para el alma, si se aferra a esta engañosa idea sobre la mentira piadoso, porque sería como atribuir que Dios permite mentir en algunos casos. Pero no. Jesús al decir siempre la verdad, le costó la vida, fue perseguido y muerto por sus enemigos. Decir siempre la verdad, y nada de eso: “mentirijilla”, insisto que eso no lo aprendí yo. Y es porque el Señor siempre me ayudó, y la Santísima Madre de Dios.
También es cierto, que no siempre hay que contar la verdad a quien no lo merece, en muchos casos, hay que guardar silencio, silenciar la verdad, también es bueno.
Y como en la reflexión que usted comparte, D. Pedro, dice "La mentira es una plaga. Está en todas partes. En el niño que miente o copia en los exámenes." Después de entregar un examen al profesor, quiso comprobar hasta qué punto, yo habría aprendido algo. Por si tendría que darme un suspenso, si yo hubiera copiado. Pero le respondí de memoria, las mismas palabras escritas en el papel. Y no me suspendió.
Que el Señor nos conceda la gracia de ser lo suficientemente valientes para defender la Verdad siempre aunque en ello nos vaya la vida.
Que Dios le bendiga y le proteja siempre y Nuestra Santísima Madre le cubra con Su manto.
En palabras del presidente Obama:
"Y cada vez más estamos tan seguros en nuestras burbujas, que sólo aceptamos información, sea verdadera o no, que se adapte a nuestras opiniones, en lugar de basar nuestras opiniones sobre las pruebas que existen".
Y no, no todas las pruebas están contaminadas porque entonces no podria saberse la verdad de nada, y eso no es así .
Los negacionistas del Holocausto, son de la misma naturaleza que los nacionalistas que acusan a los andaluces de ser vagos y parásitos que se gastan el PER en cervezas, mientras los pobres payeses trabajan duro y pagan impuestos.
Y son iguales a los que pintan a todos los musulmanes de terroristas encubiertos, y a todos los curas de pederastas, y a los que ven conspiraciones judeomasónicas hasta en la sopa, y tanta gente encerrada en su propia burbuja de prejuicios alimentándose de mentiras.
No es problema de falta de pruebas ni de la pureza de las pruebas, sino de gente que sólo quiere que le reafirman en sus prejuicios aunque sea con mentiras.
La falta de prejuicios y la inteligencia son las dos cosas que todos creemos poseer. Uno puede quejarse de ser pobre, feo o de estar enfermo pero todo el mundo cree que a él no se la pegan porque las ve venir. Yo no tenía ni idea de que los prejuicios antiespañoles seguían vivos en los Países Bajos, pero veo que no estaba muy acertada. Suelo equivocarme mucho porque no siempre tengo los datos suficientes y aunque Bélgica fuera un santuario para los etarras no se me ocurrió que hubiese allí un foco antiespañol, Puigdemont ha sido más listo que yo.
¿Por qué se supone que los belgas odian a España, porque un juez ha decidido que Puigdemon no duerma en el calabozo mientras estudia su caso?.
Te recuerdo que nuestro Tribunal Supremo está juzgando a los miembros de la mesa del Parlament por su condición de aforados, y tampoco han sido enviados a prisión, sino que al igual que el ex president están en libertad con cargos.
¿Es antiespañol nuestro TS? No, tal vez sea que la Audiencia Nacional es demasiado estricta porque los juzgados por ella sí están en prisión preventiva.
En cualquier caso tanto la libertad con cargos como la prisión preventiva están dentro de la ley.
Bélgica es simplemente un país muy garantista adonde iban algunos etarras esperando dilatar su extradicion a España, cosa que a veces conseguían en los noventa pero en este siglo al final siempre nos los entregaban.
Puigdemon sólo va a ganar tiempo pero al final caerá, como todos.
Cuando no quieres ver no ves: no ves la jugada de Puigdemont, no ves la persecución de los cristianos, hay demasiadas cosas que no ves para estar tan seguro de otras cosas. ¿Con que Bélgica es un país muy garantista? ¿Y Francia no?
A partir de ahí considerar que juez flamenco es equivalente a fascista antiespañol es un prejuicio tuyo. ¿Quién se autoengaña?.
o España?
Aquí lo dicho anteriormente no vale, lo que vale es el aquí y ahora, y una Constitución de 1978 es muy vieja, y ya se sabe que lo viejo puede y debe ser sustituido por lo reciente, si no no habría progreso. Puigdemont es progresista, cosa mucho mejor que ser demócrata.
Curioso que en este post sobre la mentira estés desplegando todo el arsenal de los prejuicios.
¿Qué es eso de que nadie le ha dicho a Puigdemont que no es demócrata?
Se lo ha dicho el Gobierno , el Senado, el Tribunal Constitucional, la Audiencia Nacional, los diputados de la oposición en el Parlament, se lo ha dicho Societat Civil Catalana, se lo ha dicho el liberal Vargas Llosa, el socialista Borrell y el comunista Paco Frutos, se lo ha dicho Antonio Tajani presidente del Parlamento Europeo, se lo ha dicho toda la prensa y mass media de España, se lo ha dicho media Cataluña y casi toda España.
Tu descripción de la democracia es simplemente MENTIRA. Y no puedes alegar ignorancia porque tonta no eres, así que expresas un prejuicio y mientes a sabiendas de que mientes.
Yo no he descrito a la democracia por qué ya no sé en qué consiste, lo sabía antes pero la democracia, como todo, varía. ¿Es la democracia en la actualidad lo mismo que era en 1950? ¿Y si no es así en qué ha variado? Hay muchos países que no se saben si son democracias o no. ¿Es democracia Venezuela, por ejemplo? Unos dirán que sí y otros dirán que no. Mentira es decir lo contrario de lo que se piensa y yo no estoy diciendo lo contrario de lo que pienso. Si todo cambia la democracia no va a ser la excepción, puede que esté cambiando y no nos demos cuenta. La palabra garantista, por ejemplo, es de nuevo cuño.
Cita literal tuya: "Es absurdo que digas que hoy en día la democracia es entendida por todos de la misma manera".
¿Pero cuándo he dicho yo eso?.
Para empezar sabes que hay distintos tipos de democracia, porque en tiempos de Cherteston las mujeres no podían votar hasta que consiguieron el derecho al sufragio, y había un rey que era el jefe del Estado y una cámara alta llamada de los Lores, formada por obispos y por nobles que heredaban el escaño, y que tenía capacidad de vetar lo aprobado por la otra cámara, la de los Comunes que sí eran votados por el pueblo.
Democracia pues, puede haber con sufragio censitario o universal, con monarquía y república, con referéndum vinculante o sin preguntar nada directamente al pueblo, etc.
Hay tipos y grados de democracia, más perfectos unos que otros.
Lo que nunca puede ser democracia es cuando te saltas tus propias normas.
Voten sólo los hombres o también las mujeres, si convocas un referéndum sin tener atribuciones para ello, si el Tribunal Constitucional de tu país te lo prohíbe, si te inventas el censo, si no hay junta electoral ni nadie que controle nada, y tú mismo cuentas los votos, pues eso no es democracia. En tiempos de Chesterton y ahora.
Igual que el fútbol no es exactamente igual en las distintas ligas y el reglamento ha cambiado a lo largo de la historia, pero si metes gol con la mano, eso no vale.
1 )Acabo de ver la noticia en televisión : el Parlamento de Flandes rechaza por mayoría absoluta reconocer a la república catalana. Tan sólo han votado a favor cuatro diputados de extrema derecha.
Así que vemos confirmado que Flandes no es ningún nido de fascistas antiespañoles.
2)Los catalanes independentistas ni siquiera son mayoría en Cataluña, así que el concepto de democracia no está en crisis ni en Cataluña ni en España ni en Europa.
3)La mayoría de los independentistas saben en el fondo que lo que hacen no es democracia.
4)Para llevar el nombre de la patrona de Atenas es curioso que te sorprendas al ver que la corrupción de la democracia es la demagogia, algo que ya nos lo explicó Aristóteles.
Así que no entiendo que por lo de Cataluña empieces a gritar compungida "¡Ya no se sabe lo que es democracia! ".
SÍ se sabe. Y se sabe lo que es la demagogia ahora llamada populismo y que se intenta hacer pasar por democracia.
2) No sabemos exactamente cuantos son, si fueran muchos menos que los constitucionalistas no podrían tener mayoría parlamentaria.
3) No estoy segura de que sea así.
4) Me sorprende, no tanto la demagogia, sino la capacidad de arrastre que tiene porque una demagogia de este tipo, que afecta a tantas personas, puede dar al trate con cualquier democracia. A mi siempre me sorprende la irracionalidad, siempre. Acostumbrada a guiarme por criterios objetivos la subjetividad me es difícil de entender, en esto y en otras cosas.
Creo que el aumento de lo subjetivo es un peligro al que nos vemos sometidos todos. Los catalanes nacionalistas basan sus "derechos" en el desafecto que sienten hacia España, lo mismo que el divorcio: lo que yo no quiero no tengo porque aguantarlo. Y ese "argumento" lo compra mucha gente.
Ahora estoy en el País Vasco y aquí también hay gente que lo ve así y no hay manera de razonar con ellos. Exigirle a Rajoy que dialogue con gente así es como pedirle que hable con una piedra.
Si crees que eso no es un problema para la democracia no veo de dónde sacas el optimismo porque con esos mimbres tenemos que hacer el cesto.
Sin duda no seréis capaces de gozar de la libertad y alegría que imperan junto al amor del Padre
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Pedro L. Llera
¿"Integristas fanáticos repletos de supersticiones"? ¿A quién se refiere? ¿A mí? No me lo puedo creer.
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