Criterios claros: sé a quiénes no voy a votar
En esta campaña electoral interminable, terriblemente cansina, puedo decir que tengo criterios claros. Sé a quién no voy a votar:
No voy a votar a ningún partido que promueva leyes que atenten contra la Ley de Dios. No voy a votar a ningún partido que sea complaciente o comprensivo con el aborto. No voy a votar a ningún partido que promueva medidas que atenten contra la familia o a partidos que sigan los dictados de la ideología de género. No votaré a ningún político que no entienda que la familia es la unión de un hombre y una mujer que se aman y deciden compartir su vida, traer hijos al mundo y educarlos.
No voy a votar a ningún partido que plantee la legalización de la eutanasia ni a ningún político que proponga que se pueda experimentar con embriones humanos o que sea partidario de la eugenesia o de cualquier otra medida que acabe asesinando o congelando a seres humanos inocentes, a quienes no se les concede ninguna oportunidad de vivir.
No voy a votar a ningún partido que pretenda arrebatarles a los padres su derecho inalienable a elegir el tipo de educación y de colegio que quieren para sus hijos, en función de sus principios, de su religión o de su filosofía de vida. No voy a votar a ningún partido que defienda que sea el Estado - o sea, el político de turno que ocupa el gobierno - quien tenga el monopolio de educar a los niños.
Por supuesto, no voy a votar a ningún partido que sea abiertamente enemigo de la Iglesia y de los católicos. Ningún partido laicista, marxista, comunista (de cualquier pelaje) o anarquista cuenta con mi voto: ni con hoz y martillo, ni con corazones y sonrisas. Los anticlericales y anticatólicos van contra mí. Así que, obviamente, no los voy a votar. Los que aplauden cuando se profanan nuestras iglesias o cuando se cometen sacrilegios o cuando se asaltan capillas o cuando se hacen exposiciones blasfemas, son mis enemigos, porque son enemigos de Cristo. Todos estos - ya que tanto hablan de “memoria histórica” - son los dignos sucesores de quienes quemaron templos y asesinaron a miles de fieles por el mero hecho de serlo, desencadenando en los años treinta del siglo pasado una de las persecuciones más feroces de la historia contra los cristianos.
Tampoco votaré en ningún caso a quien se define como católico y legisla como masón; al que va a la procesión y aprueba leyes abortistas o acepta legislaciones contra la familia. A esos, tampoco.
No voy a votar a ningún partido que esté dispuesto a negociar o haya negociado ya con la unidad de España. Los filo-etarras, los que consideran que Arnaldo Otegui es un hombre de paz y los que dicen que ETA es una fuerza política respetable me repugnan. Simplemente. Soy asturiano y español y soy un hombre de honor: he jurado defender con mi vida la unidad de España. Y yo cumplo mis juramentos: mientras tenga vida y posibilidades de defender España, lo haré. Los tibios, los federalistas, los que no saben tomar decisiones (o no se atreven) para pararles los pies a los secesionistas catalanes o vascos, no tendrán nunca mi voto.
Tampoco voy a votar a mentirosos ni a corruptos. Quien miente una vez, miente un ciento. Los corruptos, los que roban para sí, para su partido, para sus amigos, militantes o simpatizantes, deben acabar en la cárcel: no en el Parlamento. Los que prometen bajar impuestos y luego los suben, mienten. Y no voto a quien me engaña. Los que dicen que van a derogar las leyes contra la familia y contra la vida y luego las mantienen tal cual, nunca van a recibir mi voto.
¿Quién defiende la vida, la libertad de los padres para educar a sus hijos, el bien común de todos los españoles? ¿Quién defiende a España? ¿Quién defiende la moral y la decencia frente a tanta corrupción y tanta basura? ¿Quién defiende la propiedad privada y la justicia social? Porque en España hay millones de parados que sobreviven a duras penas…
Hoy en día no hay ningún partido político parlamentario que no sea una estructura de pecado. Tenemos los malos, los menos malos, los pésimos, los peores, los sinvergüenzas, los mentirosos, los corruptos, los más corruptos; y por último, los que entienden la democracia como los Castro en Cuba o como Maduro en Venezuela. Y ni un solo partido con posibilidades de tener representación en el Parlamento que un católico consecuente pueda votar.
La solución es la abstención o dar el voto a opciones minoritarias y extraparlamentarias. Me da igual. Tengo claro a quién no voy a votar y más claro aún, cuáles son mis principios. Y no voy a renunciar a ellos bajo ningún concepto. Y además me importa un bledo que gusten o dejen de gustar esos principios; que me descalifiquen, que me llamen integrista, ultracatólico, fascista o lo que les dé la gana. Ya estoy acostumbrado. Yo soy católico y español. Por ese orden. Y no voy a traicionar ni mi fe ni mis principios morales (los Mandamientos) ni a mi patria: nunca, con la gracia de Dios.
La degeneración de los político españoles no es sino una muestra de la corrupción moral de la sociedad española. España se forja en la lucha de la Cruz frente al Islam y luego contra las herejías protestantes. La fe católica es la que vertebró y mantuvo unidas las distintas tierras de España. La fe fue el motor de la conquista y evangelización de América. Si España deja a Cristo y lo cambia por el bienestar, el hedonismo y el egoísmo más grosero, dejará de ser España. Vivir en democracia no es incompatible - ni mucho menos - con mantener nuestros principios. La corrupción que sufrimos no se soluciona solo con leyes o con cárceles. Se soluciona con la conversión de cada uno de nosotros a Cristo, con coherencia eucarística, con integridad, autenticidad: con santidad. También con santidad política.
81 comentarios
Es claro que Dios nos habla en la Sagrada Biblia, los políticos por el contrario, no se animan a adaptar sus propias leyes con las leyes del Señor, y el país va de cabeza.
En cierto modo, un "político honrado" con su afán de gobernar, o, cuando ya está gobernando, pierde por completo su honradez, Me viene un nombre a la memoria, que aquel político que tanto se decía "soy católico", llegó a burlarse del Papa, y que descontento con las enseñanzas de la Iglesia Católica. Por eso, un político puede ser honrado hoy, pero mañana ya está corrompido, y no habrá manera de volver al camino recto.
Recuerdo también otro político, cuando tenía que hacer un juramento, quería que el crucifijo permaneciera delante. Pues sin la imagen de Cristo crucificado, no iba a prometer o jurar nada. Hoy los tiempos se ha endurecido contra los cristianos, en que ya se ha convertido un estorbo que la presencia de Cristo esté delante. No quieren a Cristo en ninguna parte.
Como decía, si hay un político es honrado, recordemos cuando dejamos una manzana sana con un cesto de manzanas podridas, termina pudriéndose, porque ya no puede dedicarse seriamente a Dios. Hay que salir de ese cesto putrefacto y corrompido para no perder la fe ni la vida eterna.
Pero aquí en Guipúzcoa, donde la basura nacionalista ha eclipsado cualquier iniciativa provida o mínimamente católica, ¿ Qué hago, aparte de abstenerme que es lo que he hecho desde hace años?
Gane quien gane las próximas subastas y componendas electorales perderá España. Lleva siendo así desde noviembre de 1975.
¿Y sabe usted lo que está diciendo sobre las próximas elecciones el presidente de la ACdP y del CEU a los propagandistas? Para echarse a temblar.
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Pedro L. Llera
Como tal vez sepa, yo fui propagandista. Y me fui. Me duele todo lo que tenga que ver con la ACdP y con el CEU. Me duele mucho. Por eso prefiero mantenerme al margen y enterarme lo menos posible de lo que pasa en esa casa. Pero sigo teniendo la misma vocación y cuento con muy buenos amigos (hermanos para mí) dentro de la Asociación. Le pido a Dios que la ACdP vuelva a ser lo que nunca debió dejar de ser.
Millones de españoles se confiesan (nos confesamos) católicos, yo mejor diría cristianos bautizados que, pasamos olímpicamente de la política, la mayoría no quiere saber nada de ella, no han entendido que la definición de política no es ni más ni menos que, la realización plena de la justicia. ¿Quien no desea la realización plena de la justicia? Generalmente todos, pues al loro.
PAZ Y BIEN.
Dios lo bendiga.
Que Dios tenga piedad de nosotros y de España.
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Pedro L. Llera
Una puntualización: no he propugnado el voto en blanco, sino la abstención. Eso o votar a partidos minoritarios a los que uno pueda votar sin que ten den arcadas.
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Pedro L. Llera
Pues allá usted. Yo, no.
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Pedro L. Llera
Comparar los partidos políticos con los colegios, creo que no es demasiado adecuado. Colegios Católicos hay y muchos y muy distintos, según la congregación o la entidad titular. Los hay para todos los gustos.
En cuanto a los partidos políticos, también los hay que tienen programas que asumen los principios no negociables que proclamara Benedicto XVI, pero son partidos muy minoritarios y extraparlamentarios. Dentro del arco parlamentario, no hay ni un solo partido político al que pueda votar en conciencia un católico medianamente formado y consecuente. No lo digo yo: lo han dicho obispos como Mons. Reig Pla o Mons. Munilla. Y algún otro también. El voto "católico" está cautivo en el PP, según la teoría del mal menor. Pero ahora mismo, el PP no es un mal menor: es un mal (punto).
me da asco verlos buscando nuestro voto perdido en procesiones y actos religiosos...donde estan cuando hay exposiciones blasfemas, o cuando retiran nuestras cruces de colegios concertados, o. ?.En fin, que me caliento....Y si somos ultracatolicos y fascistas, pues vale.Viva Cristo Rey y hagase Su voluntad,!
A su pregunta: tal vez los mismos criterios que llevaron y llevan a muchos católicos catalanes a votar a Unió o Convergencia y ahora a la excrecencia que ha nacido de CiU. Pero en el caso de CiU si cabe es más incomprensible, porque de éstos se sabe que eran (y son) una banda de ladrones y chantajistas muchísimo antes que se supiera los Gurtel o Bárcenas. Ya ves, hasta todo un arzobispo en Barcelona tilda de hombre honrado a Pujol, si cabe el mayor sinvergüenza y ladrón desde Alí Babá.
No existe ninguna categoría humana ni nada parecido que se denomine "votante del PP", eso lo tiene usted claro ¿verdad?
En cuanto a Cataluña y al País Vasco el voto católico sincero a CIU o PNV tenía otras connotaciones: "conservadurismo económico, pertenencia a un grupo social, patriotismo nacionalista, miedo a la izquierda radical y convencimiento de que los nacionalistas decidían más bien poco en Madrid, sólo competencias autonómicas favorables y valorables en dinero a gestionar".
Estoy de acuerdo con buena parte de lo que expresa y ojalá yo fuese tan valiente como usted, pero creame, verse parado con una familia que mantener por meses sin término y llamar a puertas y que todas estén cerradas, sin perspectivas, sin horizontes y con un puntito de desesperación... En fin.
Para un funcionario tener este discurso en fácil, una temporada con el agua al cuello y a ver como mantienen sus principios muchos de los que se ponen estupendos por aquí.
Entre los cuatro principales candidatos que se presentan, ante la pregunta de "¿práctica alguna religión?", la respuesta es la siguiente:
Mariano Rajoy -> católico
Pedro Sánchez -> ateo
Albert Rivera -> agnóstico
Pablo Iglesia -> ateo.
No hay más que decir, si ustedes prefieren aupar por omisión a un ateo y presumir de supercatólicos, por mi vale...
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Pedro L. Llera
Alguna matización importante:
1.- No soy funcionario. Ahora soy director de un colegio concertado, pero privado.
2.- De lo de quedarse en el paro, con tres hijos y a mil kilómetros de tu tierra (soy asturiano), tengo una experiencia bien cercana en el tiempo. Gracias a Dios, la Fundación Educatio Servanda me brindó la oportunidad de venir a Puerto Real a dirigir el Colegio Juan Pablo II - Santo Ángel. Pero me pasé una temporadita en Murcia en el puñetero paro gracias al CEU. Seguramente un propagandista de Madrid que intervino en los comentarios de este mismo artículo te podría informar bien de las purgas de esa institución en los últimos años.
3.- Yo he mantenido mis principios en las duras y en las maduras. A mí, escribir - llevo ya muchos años haciéndolo - me ha costado más de una persecución. He pagado un precio muy alto por mantenerme fiel a esos principios: y más de una vez. Y volvería a hacerlo. Y lo volveré a hacer pasado mañana si el Señor lo dispone así y me concede su gracia para seguir manteniéndome fiel a Él. Yo he estado con el agua al cuello (y más arriba del cuello).
4.- Que el señor Rajoy se defina como católico (como señalo en el artículo) no significa que se comporte como tal. Por sus hechos los conoceréis.
Los que me conocen a mí pueden dar testimonio de que lo que acabo de decir es la pura verdad.
Luis J: yo no tengo la verdad absoluta, ni la quiero, soy humano y me equivoco siempre. Yo le he presentado dos visiones extremas de lo que yo entiendo por derecha e izquierda (el rojerío es una perversión de izquierda y el fascismo es una perversión de la derecha, pretenden aniquilar a los que no son como ellos). Desde luego que hay matices. Yo estoy a favor de la propiedad privada para el uso y disfrute de las personas y no para acaparar, y usted, como hombre de derechas, seguro que no dejará tirado a su vecino y practicará la caridad en la medida de sus posibilidades. Yo, antes que de izquierdas soy católico, y creo que usted, pro lo que dice, antes que ser de derechas es católico.
Eso no es muy católico... no?
Sr. Mariner, que yo sea de derechas lo dice usted, sus motivos tendrá, pero estamos de acuerdo en lo suyo último. A mí lo que de verdad me pone es ser cristiano, y a todo lo demás que le vayan dando.
¿Qué es peor? ¿un ateo sincero o un mentiroso que dice ser lo que no es? ¿un ateo coherente o un católico que se comporta como un ateo?
No digo que Rajoy sea un católico "sensato", es un católico pecador como muchos de nosotros.
Cuando os leo me da la impresión de que perdéis una cuestión importante de vista y es que la sociedad española, ya sea de derechas, izquierdas o mediopensionista, hace años que ha dejado de ser católica. Puede haber reminiscencias culturales, pero nada más.
Echamos el muerto a hombros de los políticos, como si ellos pudieran cambiar la sociedad de pagana en la que vivimos por otra...
En fin, señor director, le aseguro que si yo mañana me quedo en el paro, no me hacen director de nada en mil kilómetros a la redonda, así que desde aquí no parece tan desamparado... Por cierto, espero que entre tanta crítica hayan encontrado tiempo para rezar por mi, si no ese rollito de la santidad queda un poco coja.
Veo por aquí poco santo y mucho profeta... Así nos va...
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Pedro L. Llera
Que la solución no pasa por los políticos, sino por la conversión de todos y cada uno de nosotros lo dejo claro en el último párrafo. Los políticos son reflejo de la sociedad.
Yo no le hecho el muerto a nadie: reflexiono sobre a quién no voy a votar y justifico por qué.
Y no insista en juzgar lo que desconoce por completo, por favor: yo no perdí mi casa y me quedé en la calle con mis tres hijos y mi mujer porque Dios es grande y porque tengo unos padres, ya mayores, que nos ayudaron cuando lo necesitamos: como tantas familias en España durante estos años. Y si me han nombrado director de este colegio será por algo (¿no le parece?). Pregúntele usted a Juan Carlos Corvera, presidente de la Fundación para la que trabajo.
Y la última frase... ¿qué quiere que le diga...?
Pues mire, ustedes tienden a meter en el mismo saco a Mariano Rajoy, al que como mucho se le puede acusar de inacción ante las leyes como el aborto y demás, y a Pablo Iglesias que es perseguidor y proactivo en llevarlas a cabo.
Y para mi, lo peor, al igual que para Jesús es un fariseo... Esos son los peores.
En fin, como usted dice, Dios es grande, en sus manos estamos todos.
"Y si no encuentro un colegio católico, porque humanos y pecadores somos todos, no los escolarizo?"
No. Hace homeschooling o educación en casa, dedica su tiempo y esfuerzos a hacer de sus hijos personas rectas, temerosas de Dios, trabajadoras y honradas. Y si no le deja tiempo esa actividad para otras, ese dinero que se ahorra, y menos sueldos hacen falta para mantener la
familia. Y si viene la asistente social a llevarse a sus hijos a la escuela pervertidora, les recibe con la carabina.
Con eso les haría el mayor favor posible a sus hijos.
Afortunadamente, en España sí quedan colegios católicos. Unos pocos realmente buenos, y otros no tan buenos pero suficientes, si los niños llegan bien formados de casa. No hace falta llevarlos a los colegios del sistema (sean públicos, privados o concertados por religiosos que han perdido la religión).
Lo mismo ocurre con los partidos políticos católicos: los hay, son pequeños, son pocos, y tienen el terrible defecto de que nos obligan a salir del sofá y la molicie, y nos obligan a implicarnos en política, como debería ser la vocación de todo cristiano, pues la política no es sino el negocio de las cosas que a todos nos afectan. El liberalismo lo ha convertido en meter un papelito en una caja cada 4 años, para elegir a qué sinvergüenza anticristiano queremos, si al que va a las procesiones (que es el que le gusta a Madrileño) o el que directamente nos amenaza.
Y así está el sistema, con unos católicos españoles inmensamente, mayoritariamente, aplastantemente vagos. Que no desean separarse del sillón ni renunciar a la cosa esa tan cómoda de meter un papel en una urna cada 4 años, mayoritariamente con la nariz tapada, y quejarse de que los partidos católicos no llegan a la puerta de su casa a llevarla al colegio electoral. A esto nos han conducido décadas y décadas de liberalismo. A la indignidad política más absoluta.
Maldita sea, Nuria, si no hay partidos políticos votables en tu mesa electoral, levanta el trasero y vete a buscarlos, que existen, y apúntate, y colabora en lo que puedas y dalos a conocer.
Si quieres dar a tu familia verduras buenas, y no las hay en el supermercado, no te conformes con el plástico que venden porque "es que no hay verduras buenas al lado de mi casa": vete a las verdulerías de barrio, ve a los pueblos y habla con los productores, para conseguir el género bueno. Que por supuesto que existe.
Vale eso para la política, y para todo.
En realidad, la única diferencia entre escuela católica (o algo así) y partido católico es que a la primera la han apoyado los obispos, y a los segundos no.
«- Corto y medio plazo: derogar la Ley Aído estableciendo un escenario asimilable al de la ley de 1985. Para evitar el coladero del riesgo psicológico se establecen tribunales médicos oficiales independientes. Se añaden también restricciones relevantes al concepto de malformación.
- Largo plazo: alcanzar el 'aborto 0' tras un debate social y científico sosegado en un contexto social pro-vida».
Dicho en plata: Vox promete que si gobierna con mayoría suficiente o absoluta, al día siguiente y durante toda su legislatura seguiremos teniendo aborto como con la ley de 1985 excepto el coladero psicológico. Hasta un día en el lejano futuro sin definir en que los unicornios vuelen y haya llegado el momento de la felicidad universal y puedan abolirlo bla bla. ¿No notan las múltiples contradicciones lógicas, o el burdo intento de manipulación? Yo sí, pero no voy a discutirlo aquí, ya lo hice en mi blog en diciembre pasado, además creo que el nivel intelectual de los lectores de este blog es de sobra para verlo a poco que reflexionen. Ahora ustedes decidan qué de aceptable tiene eso para un católico. Saludos
Ni que decir tiene, quienes votamos a VOX, si llegados el momento de seguir avanzando en esa agenda pro-vida, detectamos que hay un parón ilógico o simplemente prolongado, ya no estaríamos ante el mal menor, sino ante el panorama actual del PP: el mal mayor en dosis sucesivas.
«Donde dije digo, digo Diego. Hace meses recomendaba el voto, como católico y provida, a Vox, aun señalando que este partido no había aclarado del todo su política de gobierno respecto de este tema (entre otros muchos). La existencia en su seno de numerosos activistas de organizaciones provida, y el abandono de algunos de sus dirigentes que eran antiguos miembros del PP y abortistas declarados, hacía pensar que su promesa de “Aborto Cero” era real y no sólo una frase vacía más en un programa.
Sin embargo, el silencio prolongado de sus dirigentes a la hora de explicar de forma concreta cuáles eran sus propuestas para alcanzar el aborto cero me hizo sospechar que se estaba tratando de ocultar algo. Pensé que era sólo un miedo lamentable a posicionarse de forma pública en un tema con el que iban a sufrir una dura polémica y fuertes críticas tanto desde la izquierda como la derecha… si eran coherentes con su imagen de serios “provida”. Pero me equivoqué. Desde mi cuenta de Twitter pedí varias veces a Santiago Abascal y a otros miembros de Vox que explicaran con claridad sus propuestas. También cuando el presidente de esta formación se presentó en la plataforma de participación ciudadana OsOigo para responder a las preguntas del público aproveché para insistir, y como yo varios ciudadanos más que tenían exactamente la misma inquietud. En todas las ocasiones sólo hubo silencio, excepto algunas respuestas de afiliados remitiéndome a su compromiso ante notario que, por supuesto, tampoco entraba en detalles de ningún tipo, siendo como era sólo un recurso publicitario.
Al fin, hace varias semanas, cuando repetí mi pregunta por enésima vez a un político de Vox que estaba haciendo propaganda por las redes, me remitió a un documento nuevo donde “estaba explicado todo”. Y efectivamente así era (el que señalo en mi comentario anterior).
Para ser justos, el documento expone un plan muy amplio, completo y elogiable de ayuda a las embarazadas, a las madres, a la adopción, a los médicos, sobre educación sexual, etcétera etcétera etcétera etcétera. Es el mejor plan, que yo conozca, que haya elaborado ningún partido con el fin de reducir el aborto. Y eso es mucho decir.
Pero no se plantean eliminar el aborto. De hecho se plantean mantenerlo por tiempo indefinido. La reseña inicial se confirma más adelante en el documento: lo más que hará Vox es regresar a un escenario de ley del aborto de 1985 restringiendo algunos de los requisitos que formaban aquel famoso “coladero”. Y desde ahí, Vox iniciaría un viaje de “educación de la sociedad” sin fechas ni plazos ni fases ni contenidos detallados con el fin de cambiar el sentir de la ciudadanía para sólo al final, en un futuro hipotético, alcanzar un consenso tan mayoritario que les permitiera abolir el aborto.
Parece razonable, pero no es creíble porque no tiene lógica ni realismo. ¿Por qué digo que no es realista? Primero permítanme un inciso. Cuando leí este documento me escandalicé y pregunté, de inmediato, a varios contactos míos en Vox que yo sabía eran profundos antiabortistas, casi “radicales”, para que me confirmaran que había leído lo que había leído, que no lo había entendido mal, y que entonces cómo era posible que ellos siguieran apoyando a Vox sabiendo esto. En su honor debo decir que varios de ellos me mostraron sus dudas sobre si iban a seguir respaldando a este partido; pero otros no. Los que seguían siendo inasequibles a la contradicción me argumentaron dos cosas, y nada más que dos cosas:
- que era muy difícil cambiar una ley orgánica sólo porque un único partido lo quisiera, y menos cuando el Tribunal Constitucional había aceptado su constitucionalidad
- que primero había que alcanzar un consenso social amplio antes de acometer una medida tan importante y polémica, y eso sólo podía conseguirse con un periodo largo de formación de la sociedad hasta que el fin del aborto pareciera aceptable a todos
Aparte de estos argumentos, recibí fuertes críticas (sin llegar al insulto) por ser de esa “masa de católicos” que había votado al PP durante decenios sin escandalizarme de su ambigüedad con el aborto, y que tenía narices que ahora me pusiera tiquismiquis cuando llegaba un nuevo partido que sí tenía verdadera voluntad de acabar con él. Me habría ofendido si las personas que me dijeron eso me conocieran realmente (creo que voté al PP una vez hace veintitantos años, cuando mi interlocutor todavía no había salido del colegio, y ya entonces critiqué en persona directamente a varios de sus dirigentes “católicos” por su tibieza y por retrasar la solución del aborto; desde esa fecha, nunca más), pero sólo era la rabieta de quienes se ponen a la defensiva porque no encuentran mejores argumentos.
Punto 1.- cambiar una ley orgánica
Las leyes orgánicas necesitan de una mayoría cualificada (absoluta) para su aprobación o derogación en el Congreso y en el Senado. Así lo dice la Constitución. Además, si ha habido sentencias del Tribunal Constitucional, éstas pueden sentar jurisprudencia y hacer más difícil cambiar o derogar eficazmente una ley. Pero esto, que parece un argumento sólido, no lo es. Llevamos la mayor parte de la moderna etapa democrática española viviendo bajo mayorías absolutas, y en ellas se han derogado leyes orgánicas, eso sí, casi siempre sin polémicas reseñables. Y el Tribunal Constitucional español establece sentencias sobre la constitucionalidad de una norma o decisión. Pero la constitucionalidad es una cualidad que depende de la interpretación de los juristas, y como en España nuestros jueces evitan por todos los medios interpretar nada, se han limitado tanto en el aborto como en otros muchos temas a dictar sobre si el asunto de turno cumplía unas bases mínimas, o no las cumplía. En el caso del aborto, la sentencia de 1985 se dio tras un empate y un voto de calidad del presidente muy discutidos, y muchos juristas consideran que en la práctica política se ha ignorado olímpicamente esa sentencia que establecía unas garantías que nunca se han protegido, jamás.
Así que, hagamos por un momento algo de política-ficción. Supongamos que un partido antiabortista gana unas elecciones. Si gobierna en coalición, tendrá que pactar lo que pueda: ahí no se le puede exigir un cumplimiento escrupuloso de su programa. Pero si gobierna en solitario será porque tiene mayoría absoluta (en España, con la radicalidad política que existe, sería imposible que gobernara en minoría, seamos realistas). Si tiene mayoría absoluta, ya tiene capacidad para derogar/abolir la ley del aborto. ¿Entonces, dónde está el problema? Y si hay un recurso al Tribunal Constitucional, ¿dónde está el problema de nuevo? Hablamos del TC español: infinitamente lento, infinitamente nada comprometido, que procura no interpretar nunca las normas, y que lleva treinta años limitándose a señalar la constitucionalidad basándose en las formas o en el cumplimiento de requisitos mínimos sin entrar jamás en el fondo de las cuestiones que se le plantean. ¿Acaso PROTEGER LA VIDA no es la única interpretación posible del derecho constitucional a la vida, y del deber del Estado de hacer posible este derecho para todos desde el principio de su existencia? Pero es que incluso pensando en escenarios más complicados, con intentos políticos y legales de bloqueo de las iniciativas de este Gobierno antiabortista, el Gobierno seguiría teniendo una inmensa cantidad de medios políticos y jurídicos para empezar por detener el aborto derogando la ley y luchando luego contra los recursos, con muchas posibilidades reales de ganarlos, y para promover mientras tanto una cultura de la vida en el país hasta que calara en la sociedad.
Por lo tanto, no me trago el argumento legal.
Punto 2.- alcanzar el consenso social mínimo
Técnicamente, como ya he mostrado antes, no es necesario. Pero es conveniente. Sin embargo, ¿cuál es el mínimo? ¿Cómo lo medimos? Es un argumento que no se puede controlar, y por lo tanto, es subjetivo: el mínimo es lo que diga uno mismo. Además, es un argumento falaz: el mejor modo de transmitir una cultura de la vida es dando ejemplo y actuando de verdad en defensa de la vida. La mayoría de las madres jamás abortarían si alguien las ayudara realmente, si ser madre fuera fácil. Habría que empezar por ahí. Habría que enseñar a la gente en qué consiste de verdad un aborto. Habría que realizar una investigación y recopilación PÚBLICAS de toda la evidencia científica que demuestra desde la medicina, la antropología, la embriología, la genética, y también la filosofía, que el ser humano se inicia desde la concepción, que tiene ADN propio y diferente de sus padres desde apenas unas horas después de la fecundación, y que nadie tiene derecho a detener la vida de un ser humano en ningún momento o fase de ésta, aunque sea una fase invisible o celular pero que inevitablemente es imposible de eliminar o aislar en la evolución vital de cualquier persona que llega a adulto. Pero por último, el argumento se cae por sí solo volviendo a nuestro caso de política-ficción: si un partido antiabortista gobierna porque ha ganado las elecciones con mayoría absoluta, ¿acaso no será porque le han VOTADO una mayoría de españoles que aprueba su postura contra el aborto? Si eso no es tener a una mayoría de la sociedad favorable a abolir el aborto, apaga y vámonos. Así que redactar un programa “de gobierno” en el que te planteas un escenario “como si no estuvieras gobernando” es o una mentira, o una gilipollez, o un desliz subconsciente sobre qué es lo que realmente se cree y se espera.
Todo esto exige una valentía y una claridad de ideas que… no las tienen en Vox. Un Gobierno que actuara así sería revolucionario a nivel mundial durante varios años. Pero luego, el mismo pragmatismo que tanto asusta a los de Vox o a los viejos católicos del PP facilitaría las cosas. La maternidad vivida sin problemas crearía una base de confianza social en la nueva situación. Se dice rápido, pero podría ser rápido, si las medidas de apoyo son eficaces, contundentes e inmediatas. La gente se aferra a lo tangible. Los hechos hablan mejor que mil palabras dulces.
Termino. Si eres un provida sincero, o si eres un católico de verdad, y consideras que la muerte de un solo niño por aborto es inaceptable y no puede ser el precio político de nada por muy bueno que te lo pinten, lamento comunicarte que NO se puede votar a Vox en conciencia. Ni a Vox, ni al PP, ni a ninguno de los partidos que se presentan a las próximas elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 (inserte nueva fecha aquí). Toca votar en blanco, por mucha pena que me dé decirlo.
Y un corolario: los católicos tenemos que decir BASTA. No podemos ampararnos en el viejo tabú que nos impide crear “partidos católicos”. NO HACE FALTA CREAR UN PARTIDO CATÓLICO. PERO SÍ ES URGENTE CREAR UN PARTIDO AL QUE SE PUEDA VOTAR EN CONCIENCIA COMO CATÓLICO. O como ateo provida, o como judío, o de izquierdas o de derechas pero con sentido común y una mínima decencia ética. Siento las mayúsculas pero hay que gritarlo. De eso hablaré en unos días. Porque insisto: es urgente. Necesitamos un partido de verdad, votable, y si no lo hacemos nosotros mismos, nadie lo va a hacer por nosotros».
Madrileño: ¿lo de que Rajoy "el sensato" es católico debe ser una broma, no?
Luis J: yo no tengo la verdad absoluta, ni la quiero, soy humano y me equivoco siempre. Yo le he presentado dos visiones extremas de lo que yo entiendo por derecha e izquierda (el rojerío es una perversión de izquierda y el fascismo es una perversión de la derecha, pretenden aniquilar a los que no son como ellos). Desde luego que hay matices. Yo estoy a favor de la propiedad privada para el uso y disfrute de las personas y no para acaparar, y usted, como hombre de derechas, seguro que no dejará tirado a su vecino y practicará la caridad en la medida de sus posibilidades. Yo, antes que de izquierdas soy católico, y creo que usted, pro lo que dice, antes que ser de derechas es católico.
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Juan, la bibliografía es inabarcable, que se me ocurra ahora, a modo de guía práctica, le recomendaría "El mito de la izquierda" y "El mito de la derecha" de Gustavo Bueno ¿Por qué? Porque en ellos analiza el problema de la clasificación de las distintas doctrinas políticas desde el único ángulo medianamente razonable con el que se puede tocar el asunto, que es el de su configuración y desarrollo histórico.
Desde el profundo respeto se lo digo, esa clasificación que hace desde una perspectiva puramente psicologista no tiene sostén posible. Por ejemplo:
- Suponer que una "persona de izquierdas" es mas solidaria que otra de "derechas" es una pura presunción. Se puede no creer en el papel del estado mas allá del meramente subsidiario y ser altamente solidario, y se puede creer en una megaestructura estatalista sostenida a base de impuestos y no serlo. En Estados Unidos es muy común ser poco estatalista y organizar campañas concretas de acción solidaria.
- Creer que la izquierda que bebe de la fuente marxista es solidaria es no entender lo que es el marxismo, que es un sistema que funciona de acuerdo a sus propias categorías -antropología incluída- incompatible con los valores cristianos.
- Las matanzas entre anarquistas y marxistas Leninistas son suficientemente conocidas a lo largo de la historia. Sencillamente son también sistemas incompatibles.
- Lo de que el fascismo es una perversión de la derecha es un cuento. De hecho es muy discutible que el fascismo sea un sistema que se pueda encuadrar dentro de la derecha. Además, en general, la gente no tiene ni idea de lo que es el fascismo. Hay una anécdota que recuerdo haberle leído a Jon Juaristi. Se refería a un preso etarra de los años 60. No recuerdo su nombre. Estaba condenado a muerte aunque luego se le conmuto la pena. Creyendo que iba a morir decidió leer la obra de Jose Antonio Primo de Ribera, para esa cosa de saber como pensaba el enemigo. De este hecho quedó el testimonio de como llegó a comentar a un correligionario la sorpresa que se había llevado al leerlo. Dijo que si se cambiase la palabra España por la palabra Euskadi podría ser una obra ser perfectamente asumible por ellos.
Por no extenderme, el liberalismo es pecado, el marxismo es anticristiano -de hecho asumo cada día mas la idea de que el uno es liberalismo individualista y el otro liberalismo colectivista-, las diferentes teorías políticas tienen unas coordenadas propias que les hacen chocar entre ellas, lo de la izquierda y la derecha -que podría ser un esquema válido en según que líneas de trabajo-, tal y como se usa, de forma demagógica, burda y cateta es un cuento chino para tener entretenida a la gente y que no se entere de nada. Me gusta repetirlo: los progresistas hacen la revolución, los conservadores conservan la revolución.
Ponerse a meditar sobre el mundo de la política de hoy en día es como hundirse en una fosa séptica.Por otro lado, es un tema tangencial que veo que a ti te preocupa mucho, el nacionalismo -al menos, tal y como lo entendemos en España y en Europa y simplificando el asunto- en un invento liberal del siglo XIX, una vez rotos los fundamentos morales y culturales que configuran las asociaciones naturales de la gente. Al no haber un nexo natural -empezando por la propia ley natural- debe de haber una entidad superior que vincule y someta a los ciudadanos, o sea el estado. Ser español, ser catalán, ser murciano, ser europeo hoy en día no significa nada mas que una reseña en el documento de identidad y el sometimiento a un sistema que perfectamente puede asumir opciones abiertamente inmorales o absurdas.
Por último . . .
¡Viva la contrarevolución! ¡Viva el reinado social de Cristo! :)
1.- No me lo imaginaba entrando a la trampa política
2.- No me lo imaginaba entrando al post-efecto-tirón con ganancia neta de comentaristas.
3.- No me lo imaginaba soltando coces a quien le acogió tantos años (que conste que no tengo nada que ver con la ACdP), pero lealtad es lealtad y es bueno ponerse los pantalones por los pies.
4.- No me lo imaginaba haciendo listas de buenos y malos sin analizar lo que es la bondad y la maldad. Eso es más típico de otros bloggers de la casa.
Por todo ello hoy me inunda la tristeza.
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Pedro L. Llera
Le contesto punto por punto:
1) Yo he escrito muchos artículos que tocan temas relacionados con la política: directa o indirectamente. Uno de los más leídos en este portal se refería a las pretensiones totalitarias de la ideología de género, por ejemplo. Ese es un tema político de primer orden. Y no sólo he escrito ese artículo sobre política. Es más: yo diría que casi todos los artículos que escribo tienen que ver con política, educación o espiritualidad.
2) Me importa un bledo el tirón de mis artículos. Es más: algunos de los artículos que son para mí más importantes, han tenido poco o nulo tirón. Yo no gano nada, no cobro un duro y me importa menos que nada que mis artículos sean más leídos o menos leídos; que tengan más comentarios o ninguno. No me pagan en función del número de lectores que tenga o de la mayor o menor repercusión que pueda tener lo que yo escriba. No cobro en absoluto: nada. Podríamos decir que escribo por amor al arte, pero en mi caso, es por amor a Dios, porque arte tengo muy poco.
3) No creo que haya soltado coces contra el CEU ni contra la ACdP. Me duele mucho lo que ha ocurrido y ocurre en esas instituciones a las que quiero mucho. Por eso me duele. Tampoco el CEU me acogió tanto años: estuve en el CEU de Murcia creo que tres años, dos como director y uno más como profesor. Y de la ACdP me fui yo. Si de algo he pecado con el CEU y con la ACdP es de guardar un respetuoso silencio, tal vez más del debido, ante situaciones que para mí resultan escandalosas. Y yo "me pongo los pantalones por los pies": todo lo que diga o haya dicho del CEU lo digo de frente y firmando lo que escribo; no, como hacen muchos, escondiendo sus opiniones bajo seudónimos. Siempre de frente.
4) Me gustaría que me dijera qué lista de buenos y malos he hecho. Me deja perplejo. No creo que en ningún caso haya pecado de maniqueísmo. No me gusta simplificar los temas reduciéndolos a buenos y malos. En el CEU y en la ACdP he dicho y reitero que mantengo muy buenos amigos y hermanos en la fe.
Si se refiere al asunto "político" del artículo - si no me equivoco - he dado estopa a diestro y siniestro: no creo haber dejado a ningún partido político de los mayoritarios y con representación parlamentaria sin su ración de palos. Dígame usted a qué partido he dejado bien y a quién mal. ¿Quiénes son los "buenos"?
Por último, lamento su tristeza. Tal vez me había leído poco hasta hoy.
Evangelium Vitae:
73. Así pues, el aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna ley humana puede pretender legitimar. Leyes de este tipo no sólo no crean ninguna obligación de conciencia, sino que, por el contrario, establecen una grave y precisa obligación de oponerse a ellas mediante la objeción de conciencia...
En el caso pues de una ley intrínsecamente injusta, como es la que admite el aborto o la eutanasia, nunca es lícito someterse a ella, « ni participar en una campaña de opinión a favor de una ley semejante, ni darle el sufragio del propio voto ».98
Un problema concreto de conciencia podría darse en los casos en que un voto parlamentario resultase determinante para favorecer una ley más restrictiva, es decir, dirigida a restringir el número de abortos autorizados, como alternativa a otra ley más permisiva ya en vigor o en fase de votación... En el caso expuesto, cuando no sea posible evitar o abrogar completamente una ley abortista, un parlamentario, cuya absoluta oposición personal al aborto sea clara y notoria a todos, puede lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de esa ley y disminuir así los efectos negativos en el ámbito de la cultura y de la moralidad pública. En efecto, obrando de este modo no se presta una colaboración ilícita a una ley injusta; antes bien se realiza un intento legítimo y obligado de limitar sus aspectos inicuos.
a su afirmación de que hace unos días el presidente de VOX en infovaticana había contestado a las preguntas que le había hecho el público, le tengo que decir que NO es totalmente cierto. Dejó preguntas sin contestar de altísimo interés (como si VOX daría protección legal a las uniones entre personas del mismo sexo), y otras las contestó yéndose por la tangente. La verdad nos hace libres.
La apostasía de la nación española, como la de otras naciones otrora católicas, como Irlanda o Bélgica, no es culpa del Sr. Iglesias ni del Sr. Rajoy, sino del Concilio Vaticano II, origen de todos los males que asolan a la Iglesia...
Para los meapilas que se escandalicen ante tal afirmación, que, como los tontos, los hay a docenas, conviene recordar que se puede ser católico y afirmar que un concilio ha fracasado en lo que intentó. Así, por ejemplo, el concilio de Florencia, que, entre otras cosas, se propuso la reunificación con las iglesias ortodoxas y la reforma de la Iglesia, no consiguió ni una cosa ni otra. Es más, poco más de medio siglo después de su clausura, estalló la revolución protestante, sin que el V concilio lateranense, concluido nada menos que en 1517, consiguiera tampoco evitar el estallido protestante, pues a los meses de su clausura Lutero clavó sus 95 tesis...
Así las cosas, pretender que tenga algún éxito en la España de hoy un partido de inspiración católica es como pretender que tenga éxito la iniciativa de transformar Arabia Saudí en un Estado confesional católico (lo que, por cierto, escandalizaría al Papa Francisco, que en su dogmatismo progresista, es incapaz de entender, contradiciendo, una vez más, la doctrina social católica, que sólo un Estado que reconoce una autoridad superior puede aspirar a evitar caer en el totalitarismo del relativismo positivista).
Por tanto, yo votaré al PP, no porque entienda que no es un mal, sino porque, de entre todos los males con posibilidades, es, con diferencia, el menor.
Cuando un fiscal general de Estado nombrado por un ministro de Justicia de Podemos pretenda, por ejemplo, el cierre de infocaóolica y el procesamiento de su director por incitar, qué se yo, al odio a los homosexuales o cualquier otra cosa, tal vez empecéis a entender que la política es el arte de lo posible...
Menos Lobo, Caperucita. Cuando el "mal menor" ya no entra ni con calzador en las mentes católicas, ya sólo queda el recurso al "miedo" a males futuros, para una vez terminadas las elecciones, echarse un buen panzón de reír sus protagonistas de tanto iluso.
La prueba más clara de que una formación política de inspiración católica sea posible y tenga éxito en España es su comentario y la destreza de la CEE en no llevar a sus medios jamás a personajes que están en esta órbita: son vetados y ninguneados sin contemplaciones y sin miramientos.
Como tiene ciertos conocimientos de Derecho, el Fiscal General del Estado nombrado por Podemos puede ser Rita Maestre.
es decir, que nos rendimos y lo mandamos todo al carajo. Pues vaya itinerario que nos trae usted, puesto que hacer algo por poco que sea no tiene el efecto inmediato que yo espero más vale no hacer nada, total para qué. Vaya dosis de derrotismo y ausencia de fe. El arte de lo posible es posible sólo y cuando alguien así lo posibilita, si no ni hay posibles ni hay arte. Es el hombre el encargado de gestionar sus circunstancias y no al revés.
leyéndole no puedo no sin cierta mescolanza darle toda la razón a Andrés PM y dar como muy útil el voto en blanco.
Aclaro:
El mal es maligno, sea grande o chiquitito.
El tamaño del mal del que hacen gala los peperos CATÓLICOS es lo que nos ha llevado a la destrucción de Expaña. Nuestra tibieza, nuestro fiarnos de quien no debíamos, el miedo al lobo, ...nuestra falta de amor a la caridad y a la justicia. PODEMOS nos sacude, más PP hace eterna la agonía.
Señor mío, por qué en vez de mal con posibilidades no prueba a votar para que el bien sea posible?. Vote el bien, el bien menor, el bien posible, y duerma tranquilo, que la vida son dos días.
No se, poner todo al mismo nivel es miope, porque a ver señores, que es de lo que estamos hablando, que este pais lo siga presidiendo Rajoy o lo haga Pablo Iglesias, no hay más alternativas.
Y no creo que tenga menos fe que nadie, pero NO quiero que Pablo Iglesias llegue al poder y VOX no puede impedir eso.
Este punto de la historia no ocurre de pronto, porque sí, como producto de una hecatombe inexplicable ante la que no se podía hacer nada. Estamos en esta situación por culpa de todos, pero más por culpa de quienes más recibieron. Me refiero a la jerarquía eclesiástica postconciliar, a los políticos salidos de las cortes franquistas que se colocaron hábilmente en todos los partidos políticos en los que se les ofrecía alguna prebenda indecente a cambio de su traición a unas leyes y unos principios inequívocamente católicos y nacionales, y a los miles de aprovechados sin principios que medran en todas las instituciones de una nación. No se salva el ejército, otrora de la Victoria, como muy bien ha demostrado el tal Julio, exJEMAD, y vergüenza histórica para los estandartes nacionales, aunque no ha sido, ni es el único.
Nos vamos a una situación parecida a la de 1931, con algunas diferencias importantes accesorias, pero igual en el fondo. En este fondo se halla el odio a Cristo de la masonería y sus servidores extranjeros y nacionales: una corona incapaz de cumplir con su misión histórica, el secesionismo aldeanistas vasco y catalán, principalmente, y el poder mediático de una izquierda anticatólica y antiespañola, acompañada como entonces, de una derecha estupida y cobarde. En lo accesorio, no hay tanta hambre, analfabetismo y desigualdades sociales como entonces, pero tenemos la inmigración ilegal, el avance amenazante del islam, la pérdida de soberanía nacional a manos de una UE contraria a nuestros intereses y la gran estafa de la banca a las clases trabajadoras. Más o menos es así lo que ocurre.
Tendremos que salir de esta situación a la fuerza, porque es nuestro destino nacional el de defender la Cruz contra sus enemigos, pero no va a ser fácil, agradable ni breve el combate.
Y mientras esto ha venido ocurriendo ¿a quiénes han apoyado nuestros obispos en general, salvando honrosos nombres? ¿A qué apostó la CEE ante el referéndum de la Constitución de 1978?
Tenemos lo que era lógico obtener en este régimen llamado democrático aconfesional por los más ciegos, por los más miserables, por los más estúpidos.
Siempre lo he hecho y lo seguiré haciendo así.
Gracias por ponerlo tan claro. Me ayuda a ordenar mis ideas
Coincido con usted que la casilla de la declaración no es tan importante o la enseñanza de religión... Tiene razón, pero, ¿y que los enfermos no puedan recibir la extrema unión en los hospitales públicos porque no se permiten a sacerdotes?, ¿o en las prisiones que no haya sacerdotes para atender a los presos?, ¿eso tampoco es importante?, ¿tampoco es importante que ofender los sentimientos religiosos deje de ser delito?, ¿podrá reventarse una ceremonia católica sin que haya consecuencias?, profanar el cuerpo de Cristo y que no tenga consecuencias, ¿tampoco es importante?.
A muchos de los que escribís palabras grandilocuentes me recordáis mucho ese fariseo que puesto en pie oraba así: gracias Dios porque no soy como esos otros tibios relativizados que no votan lo que yo porque soy puro y santo...
En fin, si yo o a un familiar no podemos recibir la extrema unción en un hospital público porque un hipotético gobierno de Podemos llegue, con la omisión de tanto "católico puro", me acordaré de esos grandes santos que encontré en esta página... Que sería de este pais sin ellos.
Por mi parte, me alegro de no conocerles personalmente... Adios.
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