Sistach, por lo de la Peiró, ya tiene dos amigos (II)
Josep Puig Pla (PSC), los Salicrú (PSC) y los maniqueos constructores del mito Peiró (hijos de franquistas redomados)
En la construcción del mito Peiró está involucrada la intelligentsia cutre-salsichera del PSC mataronés, hija de padres y nietos cómodos con el franquismo. La psiquiatría freudiana algo diría de ello.
Josep Puig Pla, quien gestionó y consiguió en 2006 uno de los Premios Francesc Macià otorgados a activistas del mundo laboral-sindical para la hija del líder anarcosindicalista, publicó el 29 de abril de 2009 el artículo en la web local del PSC Joan Peiró i el Dr. Samsó tenen molts elements en comú, més dels que ens podem pensar. (Joan Peiró y el Dr. Samsó tienen muchos elementos en común, más de los que nos podemos pensar). Todo un timo.
Este integrista de la “i-literatura”, Josep Puig Pla (PSC), que perpetra artículos que podría hacer un escolar del tipo “Relación de escritores mataroneses en la Enciclopedia Catalana ”, publicó en 2008 con la hija de Ramon Salicrú (PSC) y Pere Gabriel el libro Memòria de Joan Peiró i Belis. Retrats d’un sindicalista, ministre de la segona república.

Antes de empezar, decirle a Don Emmanuel Cuyàs que un servidor también estuvo en la beatificación del Dr. Samsó junto a más de una decena de GG que por allí vi. Pegándome un madrugón pude penetrar en la Basílica de Santa María después de sortear la cola que se formó a la entrada. Una celebración que para nada fue diocesana ni archidiocesana (salvo la presencia sacerdotal): ni un autobús organizado se acercó con feligreses a Mataró, advertidos por esta página web que no iban a caber. Ello posibilitó que los parroquianos de Santa María pudieran acceder con normalidad a la beatificación. Las milongas de Sistach no pasaron de la fase dos (ver el artículo de Leo Messius en la sección Omnibus rebus de 21/I/2010). Perspicaz para la simbiosis con la demagogia y en el “quedar bien” con todo lo mediático, ni mencionó que era un acto que superaba el ámbito local como se había hartado de hacerlo en los dos meses previos. Su discurso modulable a las circunstancias es magistral. 
Los dos últimos obispos de Lleida llevan el sello personal de Don Ricardo Carles. Don Francesc Xavier Ciuraneta fue su secretario particular en Tortosa y Barcelona, y Don Juan Piris fue su vicario y luego sucesor en la parroquia de San Fernando Rey de Valencia. Ambos fueron promocionados por su mentor al episcopado, ambos fueron obispos de Menorca y ambos volvieron a la península como obispos de Lleida. Ambos cayeron en la trampa del nacionalismo catalán y plantaron cara a Roma en el litigio de las obras de arte de la franja catalano-aragonesa.
Después del último verano se anunció, con pompa y circunstancia,
Sería de una ceguera obtusa y letal para cualquier examen de la realidad que quisiera obviar ese dato incontestable, el negar cómo el saldo del conjunto de festejos del sábado 23 de enero, entorno a la beatificación, ha resultado ampliamente positivo para los fines y objetivos planificados por S.E. el cardenal Martínez Sistach.