Los acontecimientos podrían precipitarse
Para estar bien informado, uno ha de acudir a las mejores fuentes. La mejor información sobre la curia romana la tienen los llamados vaticanistas. Estos ya han irrumpido en la aldea global de internet. Allí están, a golpe de ratón, los más reputados: Paolo Rodari, Sandro Magister, Andrea Tornielli, Luigi Accattoli o Marco Tossatti. Últimamente los vaticanistas están acertando en todos sus pronósticos. El último de sus aciertos, al que venían refiriéndose desde hace días, ha sido el nombramiento del Cardenal Antonelli, hasta ahora Arzobispo de Florencia, como Presidente del pontificio consejo para la familia.
El siguiente pronóstico nos puede afectar más de cerca. Se da por segura la jubilación del Cardenal Ruini, como vicario de Roma y su sustitución a finales de este mes de Junio. Concretamente, nos dicen que esperarán hasta el próximo día 21 de Junio, fecha en la que va a celebrar los veinticinco años de su ordenación episcopal.
Para sustituir a Ruini, los vaticanistas nos aseguran que va a nombrarse al cardenal Vallini, hasta ahora Prefecto de la Signatura apostólica. Y para sustituir a Vallini, los mismos vaticanistas dan por probable a nuestro Cardenal Martínez Sistach.
Pero cuando digo que los acontecimientos podrían precipitarse es por el hecho de que el nombramiento de Vallini y el de Sistach fuesen simultáneos. El último traslado de un curial a una sede residencial, fue la designación del Cardenal Crescencio Sepe como arzobispo de Nápoles. Pues bien, el mismo día en que se designaba a Sepe, se cubría la vacante que dejaba en la Congregación para la evangelización de los pueblos, nombrándose al Cardenal Ivan Dias.
Parece que Benedicto XVI no es nada amante de dejar los cargos curiales vacantes. Eso explica también la celeridad en el nombramiento de Antonelli, al mes y medio escaso del fallecimiento del cardenal López Trujillo.
Por consiguiente, si Sistach es nombrado Prefecto de la Signatura Apostólica el nombramiento se produciría este mismo verano.
Pero el celo vaticano en el nombramiento de curiales no es similar –ni mucho menos- al del cubrimiento de vacantes residenciales. Si se designa a Sistach para Roma, podemos encontrarnos con la diócesis de Barcelona vacante durante meses y meses. Conocemos suficientemente la galbana portuguesa del Nuncio. El primer escollo será la designa de administrador apostólico. ¿Carrera? ¿No solo no le jubilan, sino que le encomiendan este marrón? ¿Saiz Meneses o Cortés Soriano? Sería más lógico, pero cuál de los dos.
Aparte de la interinidad, más o menos dilatada, vendría la madre de todas las batallas: La sucesión de Sistach. Aquí sí que Germinans va a hacer oír su voz. Ya no estamos en la misma situación de los terribles 2001-2004 en que se ventiló la sucesión del Cardenal Carles. La extrema resistencia del sector gubernamental de esta diócesis a que les viniera Ureña, acabó con la división de la archidiócesis, desgajando Terrassa y Sant Feliu, encomendándolas a Saiz Meneses y Cortés Soriano.
Los cuatro años de pontificado Sistach han sido una auténtica calamidad. Descenso alarmante de vocaciones, anquilosamiento en los cargos, falta de ilusión, inexistencia de dinamismo, administradores parroquiales por doquier. Los últimos escándalos (Pousa, Vergés, Rodríguez Collado el de los cantorales) no son más que el resultado del desgobierno Sistach.
Si nuestro Cardenal es honrado con un nombramiento en la curia vaticana, no deben repetirse estos cuatro años caóticos.
Si se confirman los rumores, será la hora de Germinans. Ahora no van a ser los de siempre los que hagan campañas en la prensa local como las de “Ureña no a Catalunya”. Ahora las campañas se van a hacer en el mundo libre y gratuito de Internet. Y ahí tenemos las de ganar. Solo debemos utilizarlas como hemos hecho, de forma brillante, imaginativa y audaz. Puede ser la última oportunidad de renovar esta diócesis. Aprovechémoslo.
Oriolt
http://www.germinansgerminabit.org