La solución de Sevilla para Barcelona
En uno de mis recientes artículos dije que Don Carlos Amigo Vallejo no era santo de mi devoción, pienso que como n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach tiene el capelo sin merecerlo, aunque por suerte ni uno ni otro cuentan para Roma, aún así si tengo que quedarme con uno de los dos, sin duda que me quedo con el franciscano.
Don Carlos Amigo no tiene su diócesis en la mejor situación posible, él no ha tomado las decisiones adecuadas, como consecuencia de ese deseo de hacerse acreedor de su apellido, querer ser amigo de todos y no buscarse enemigos. Esa actitud no suele ser buena para el progreso pastoral de una diócesis, en unos tiempos en que hay que tomar decisiones firmes y claras si se quieren hacer las cosas como es debido.
Pues bien a Don Carlos le acaban de nombrar un obispo coadjutor con derecho a sucesión, se trata de Don Juan José Asenjo, hasta ahora obispo de Córdoba donde se ha ganado la confianza de Roma por hacer las cosas bien hechas. No hay duda que el buen discípulo del cardenal Angel Suquía está perfectamente preparado para ocupar próximamente la sede hispalense.
Desde Roma no quieren que se pierda más tiempo, es una decisión que muestra claramente sus intenciones, quieren un estilo como el de Asenjo y no como el de Amigo y cuanto antes mejor. Por eso nos evitamos ese tiempo de final de etapa y de principio de nuevo pontificado, mientras Amigo va preparando sus maletas, Don Juan José va tomando posiciones y desde el primer día de su pontificado podrá actuar sin ningún miedo.
Esta decisión me ha llenado de alegría, pensando en mis buenos amigos sevillanos que están encantados de la vida con el cambio y también por el bueno de Don Juan José. Pero también me ha llenado de alegría y de esperanza pensando que esa solución puede ser la que se tome en la sucesión de nuestro cardenal Sistach.
Motivos tengo para creerlo, en Roma nuestro arzobispo no goza de mejor prestigio que Don Carlos, y en la Ciudad Eterna saben perfectamente lo mal que van las cosas en nuestra diócesis y la necesidad que esto de un giro cuanto antes mejor.
Desde luego esto es impensable en otros obispos que sí son de la confianza de Roma. No se lo harán ni a Rouco ni a Cañizares, al cardenal Agustín García Gasco, no tienen ninguna prisa por jubilarlo de Valencia, y a nuestro Don Ricardo le prolongaron dos años de una tacada.
Si yo fuera nuestro cardenal estaría preocupado, es un final muy triste que tengas que irte por la puerta de atrás, quedando patente que en Roma no confían en ti, y que apuestan por otra línea diferente a la tuya. Pero esto no sólo va a depender de Roma, sino de lo que haga nuestro cardenal próximamente, si sigue “empecinado” (tal como comentaba Prudentius este lunes) en su fracasada línea pastoral puede tener una desagradable sorpresa, si por el contrario decide dar un giro de verdad y hacer las cosas como debe hacerlas, nosotros nos alegraremos, le apoyaremos y desapareceremos de circulación. Esa decisión está en sus manos.
Antoninus Pius
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