El cambio de rumbo es incompatible con Romeu
Mucho se está hablando de un cambio de rumbo en la segunda parte del pontificado del Cardenal Martínez Sistach, y es cierto que se están observando algunos cambios, no solo en la orientación doctrinal, sino también en la propia manera de ser y en la actitud de nuestro arzobispo. Pueden parecer detalles nimios, pero un encuentro con madres de sacerdotes o el interés que se ha tomado el cardenal por el estado de salud de Mossèn Pere Muñoz, fundador del Instituto del Oasis de Jesús Sacerdote, eran impensables hasta ahora. También es motivo de satisfacción que nuestro prelado haya refinado sus gustos y no solo tenga el fútbol como afición, sino que en una semana asista a dos conciertos, uno en el Palau de la Música y otro en el templo de la Sagrada Familia. También es destacable su afán por acercarse a las parroquias (nunca, como en esta primavera, había acudido a tantas confirmaciones) y, en su punto de vanidad personal, debe destacarse el hecho de que el Santo Padre le haya recibido en audiencia personal en su último viaje a Roma y que, últimamente, forme una pinza con el Cardenal Cañizares, cuya amistad cultiva con denuedo, hasta el punto de haber conseguido que el actual Prefecto romano fuera entrevistado en el programa de Josep Cuní en TV3, en plena celebración de la Champions blaugrana.
Todos estos datos son bastante positivos. Sin embargo, una negra nube se cierne sobre la diócesis: Cuentan y no callan de que este año habrá grandes novedades en los nombramientos parroquiales para el próximo curso. Por fin, se van a aceptar jubilaciones que Sistach se negaba a cumplimentar y se va a autorizar el retiro de párrocos enfermos, que, por diversas causas, siguen al pie del cañón. Sería el momento de ejemplificar con esos nombramientos aquel cambio de rumbo. Pues, por los rumores que corren no va a ser así. El nombramiento de Francesc Romeu como rector de Sant Josep Oriol o de Sant Ildefons supondría una quiebra de toda posibilidad renovadora. Porque a nadie se le puede escapar que pasar a Romeu de una parroquia sencilla y menestral como Sant Francesc d’Assis a una parroquia emblemática (aunque en estos momentos se halle en franca decadencia) supone un premio para el caballero y un ascenso en toda regla.
Pero este premio no casa con el supuesto cambio de rumbo de nuestro Arzobispo, no solo porque Romeu se ha distinguido por defender posturas absolutamente contrarias a la Doctrina de la Iglesia como las que ha defendido en artículos y tertulias radiofónicas; sino porque Romeu ejemplifica claramente un fracaso eclesial. Romeu es sacerdote y periodista, pero ni en una faceta ni en otra, hasta ahora, ha llegado muy lejos. Que nadie se crea que Romeu es un periodista todo terreno. Iniciado en la cantera de El Ciervo, donde el bueno de Lorenzo Gomis, acogía a todo aquel que tuviese una pátina progresista, se supo colocar después en Radio Estel, para ubicarse definitivamente en El Periódico y Catalunya Radio. Pero siempre habló de religión. No piensen que Romeu era como esos cultos sacerdotes que, a la vez, eran excelentes profesores de matemáticas o física y química. No, Romeu es unidireccional. A Romeu el periodismo solo le ha servido de cobertizo, bajo el que se ha hallado amparado, a la espera de alcanzar cotas eclesiales. Conocedor de sus limitaciones, sabe que no posee alas para crecer más en los medios y que su actividad se encuentra ya absolutamente encasillada. Por ello, necesita hacer carrera eclesial y ahora parece que le llega su oportunidad. Aunque tenga otra partida en el debe: Su parroquia de Sant Francesc d’Assis es de las que peores números presenta, con lo que volvemos a una preocupación insistente, en estos tiempos de crisis económica : Las parroquias más ortodoxas son las que de una forma más comprometida y eficaz están colaborando a mitigar sus efectos. En los medios están saliendo estos días: ya sea la actividad de la parroquia de San Félix Africano (por cierto, vecina de la parroquia de Romeu); la de la Parroquia de la Mare de Deu de la Llum de Hospitalet de Llobregat la de María Reina ¿Saben por qué ninguna parroquia progre se distingue en esa actividad? Simple y llanamente porque les faltan efectivos, les faltan colaboradores, les faltan feligreses.
Entonces, por qué nuestro Arzobispo va a premiar a los sacerdotes más ineficaces y no va a tener consideración alguna con los más eficaces. No tengo la respuesta, pero es evidente que, de ser así, no va a merecernos confianza ni seriedad alguna su supuesto cambio de rumbo. Con Romeu va a ser imposible.
Oriolt