De montes y de fuentes
Ni nacional liberalismo ni nacional progresismo
La ideología liberal ha actuado de agarradera para muchos católicos españoles y de arma de contraataque contra el predominio de la ideología progresista de izquierdas.
Es cierto que muchos valores liberales, especialmente los políticos, son compatibles con la Doctrina Social de la Iglesia. Es cierto en el mundo intelectual liberal español hay mas inteligencia que en la olla podrida del pensamiento progresista donde el cinismo y la perpetuación en el poder han sustituido los antiguos ideales, basados en una antropología equivocada. Es cierto que el neoliberalismo que ha aflorado en España, de matriz neoconservadora made in EE.UU, ha sido buena lejía contra la porquería progre enganchada al tejido social. Pero también es cierto que quien lava con exceso de lejía se come los colores y acaba por cargarse la ropa.
En España nos pasa factura la falta de una cultura política demócrata-cristiana madura, extensa y de calado entre los católicos que equilibre los excesos de los liberales que se tiran al monte y de los cristianos de centro-izquierda que flirtean con la momia del marxismo. ¿En que cajón está escondida esta cultura política en un PP controlado, hasta ahora, ideológicamente por la FAES?¿Dónde está en una CIU que tiene en sus dos estatutos, CDC i UDC, el basarse en los valores del humanismo cristiano? ¿Quien se apunta a seguir el camino trazado y trabajado por la Asociación Católica de Propagandistas sin el cual es imposible entender el éxito y la paz que trajo la Transición española? ¿Quién sacará a CIU del atolondramiento y el acomplejamiento que la han convertido en el miembro tonto del tripartito catalán, riendo las gracias y la ideología y sin pillar poder?
A la hora de la verdad delante de la contradicción entre ideario político y magisterio de la Iglesia, la opción española parece ser la manipulación de lo segundo para que se acomode a lo primero. La versión mayoritaria de los cristianos de izquierda metidos en política es la de atacar a los obispos y al Vaticano acusándoles de pervertir el mensaje cristiano. Según ellos, este (el Evangelio) se acomoda a su opción política de partido. Si no lo parece es porque la jerarquía lo dificulta con sus enseñamientos. Cuantas veces no hemos visto este proceder tramposo. Los manipuladores (que comen de la política) dando lecciones a los doctores. “Los obispos son agentes de la derecha”, este parece el lema de mucho dirigente supuestamente católico del PSOE.
Delante de este asfixiante panorama, el impetuoso renacer del liberalismo en España, sobretodo centrado en Madrid y datado en el acceso del presidente Aznar a la Moncloa, abrió un agujero donde muchos católicos han creído entra oxigeno para la llama de la Fe en España. Cuánto estaba necesitada España de una terapia de choque que la despertara del post-marxismo. (Nota: este proceso en Cataluña apenas se ha iniciado, sumida en la decadencia que vive como sociedad por haber convertido el nacionalismo en una semi-religión).
Pese a ello, ¿no es esto esperar demasiado de una ideología (la liberal)?
La distorsión de los altavoces en la Iglesia
Alguno dirá: ¡Apenas despertamos de la parálisis progre y ya tenemos que ir con cuidado con nuestros caminadores! La respuesta es Sí. Más Doctrina Social de la Iglesia (apostólica y romana), D.S.I., y menos ensimismamientos en doctrinas liberales. Buen discernimiento de los valores que son compatibles con la D.S.I. y rechazo de confianzas ciegas (totemismo al fin y al cabo) en las fuerzas del mercado o de los mecanismos autorreguladores de una sociedad civil suficientemente ilustrada que ignora las enseñanzas de la religión católica. ¿Que certezas tenemos de que con el nacional-liberalismo se dicten leyes contra el aborto y se ponga, en los fines del Estado, la defensa de la familia tradicional en un lugar privilegiado?
Por otra parte, ¿algunos medios de comunicación, que hay que oír porque dan información que otros no dan, siempre hacen un buen servicio a la Iglesia, de la qual dicen ser amiga?
Pongamos un ejemplo: ¿Quién tergiversó el discurso de la visita ad-limina de 24 de enero de 2005 presentándolo como una defensa del entonces papa Juan Pablo II al Plan Hidrológico Nacional? ¿Cuantas opiniones se formaron en pro y en contra sobre el tema, nacidas de la presentación que hicieron los medios supuestamente próximos a la Iglesia, y cuantas de la lectura del texto completo que casi nadie leyó ni contextualizó (ni publicó de inmediato)? Un texto completo y articulado al que remitir la verdadera significación de aquel “En algunas partes se vive la confrontación social por un recurso natural: el agua; siendo ésta un bien común no se puede despilfarrar, ni olvidar el deber solidario de compartir su uso”.
¿Los comentarios de entonces de TV3, o aún hoy la opinión irrevisable de personajes como el moldeable Francesc Romeu, no fueron esclavos de la lectura neocon e incontrastada de los hechos realizada por cierto periodismo madrileño?
Neotomismo
En clave política estamos fritos sino renace y se aposenta una extensa cultura demócrata-cristiana en España (independiente de tal o cual partido); no acomplejada; que invite por sus ideales a la juventud a sumarse a ella; que supere el “que no se note, que no se vea, que no traspase” en que se convierte en la práctica la referencia al humanismo cristiano trascendente de partidos como CDC; que conozca su propia historia y de su aportación a la civilización occidental y europea; que no se deje “ensibornar” (camelar) por ideologías de moda; que recuerde que es servidora sobretodo de la familia y que se autoobligue a proponerse como propuesta también válida, para que se reproduzca en su seno, a los países del Tercer Mundo cristiano.
¿Estamos preparados para ello? ¿Qué papel ocupa en la formación de los futuros sacerdotes la reflexión jurídica, las nociones de filosofía del derecho, el estudio de los que a principios de siglo XX se conocía como la Sociología Cristiana? No la sociología bobalicona de descripción superficial que se difunde en los cursillos del Seminario de Barcelona.
Y lo mismo para los seglares. Cuanta conferencia barata de sociología cerverina y que poca penetración en las escuelas de pensamiento jurídico o económico –y porque no filosófico- y en el discernimiento sobre lo que hay de aprovechable y de rechazable en estas en relación con las enseñanzas de la Iglesia
Doctores tiene la Iglesia. ¿Pero es posible todo ello sin retornar al tomismo? ¿No fueron los neotomistas los padres de la moderna Doctrina Social de la Iglesia? ¿No fueron magnos personajes como el propio papa Pecci o Matteo Liberatore, los padres de la Rerum Novarum, los consagradores de la restauración neoescolástica que habían iniciado, a principios del siglo XIX, los pioneros Vicente B. Buzzeti o Serafino Sordi y que había vehiculado la Civiltà Cattolica? ¿No fueron los jesuitas y dominicos impregnados de neotomismo los grandes refutadores de los errores de los –ismos del siglo XIX y al mismo tiempo los padres espirituales de la cultura demócrata-cristiana europea fiel al magisterio de papas como León XIII o Pio XI? ¿Cuáles son sino las fuentes de donde bebe la historia de la Asociación Católica de Propagandistas? ¿Es que los grandes y nobles ideales que movieron el nacimiento de al Unión Europea (1957) nacieron de debajo de una col?
Quinto Sertorius Crescens
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