Brustenga y Pousa, dos caras de una misma moneda
Dos sacerdotes barceloneses se han hecho célebres estos días en nuestra web y en muchísimos otros sitios, se trata del cura “abortero” Manuel Pousa, que ha sido galardonado con la Creu de Sant Jordi y el párroco de San Ramón en Collblanc y presidente de la Unió Sacerdotal, el Rvdo. Joaquim Brustenga a quien le ha surgido una rebelión a bordo en su propia parroquia por sus actuaciones más que discutibles.
Es cierto que el escándalo que han creado ambos personajes es de índole bien diversa. Pousa (no me sale lo de ponerle Rvdo. delante), ha escandalizado a cualquier defensor de la vida, pero especialmente a los católicos que ven como todo un sacerdote paga abortos y encima es premiado con una gran distinción por el gobierno de Cataluña. Y el Rvdo. Brustenga ha escandalizado a unos feligreses nada sospechosos de conservadores (porque elogian al anterior párroco el Rvdo. Portabella), por haber convertido su parroquia en una ONG sin ningún orden ni control y haber mostrado su carácter dictatorial, soberbio y intolerante, amén de su nulo interés por las actividades verdaderamente pastorales.
Pero ambos siguen un mismo patrón en sus actuaciones. Son sacerdotes, pero su ministerio sagrado brilla por su ausencia. Se dedican en cuerpo y alma a la SOLIDARIDAD y a la LUCHA DE CLASES, a la ayuda a los necesitados, cosa que por otra parte es muy loable, pero se saltan los principios morales más básicos para ejercer su actividad social. Como consecuencia de ello reciben alabanzas, pero curiosamente de los sectores que más atacan y odian a la Iglesia, los ateos, los socialistas y comunistas, los abortistas, los anti-sistema, los okupas…
Nunca visten como sacerdotes y ocultan al máximo su condición ministerial, argumentando que ellos son iguales que los demás, pero nada más lejos de la realidad, Brustenga es un dictador “bananero” en su parroquia y Pousa se codea con dirigentes del gobierno tripartito y con famosos artistas que presumen de ateísmo y anticlericalismo. Algunos internautas que son muy listos han definido a Brustenga como “el tabernero de mi pueblo” y a Pousa como “el de la mochila en plan Labordeta".
Ambos cuentan con el silencio y la permisividad de n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach, que sabiendo el escándalo que provocan no es capaz de plantarles cara. En el caso de Pousa, sabe que una postura dura significaría enfrentarse a los gobernantes del tripartito que le ríen las gracias y le proporcionan premios y dinero. Y ya sabemos que plantar cara al gobierno izquierdoso no lo va a hacer su eminencia. En el caso de Brustenga, no actuará como lo hizo en el caso del Rvdo. Deulofeu (como nos recordaba ayer Prudentius de Bárcino) o en otros casos de sacerdotes no progresistas. Los que le hicieron la vida imposible a Don Ricardo Carles (y Brustenga es uno de los principales líderes de las revueltas), son sagrados e intocables para nuestro cardenal. No se enfrentará a ellos ni en broma.
Antoninus Pius