25-V No estamos sólos
Este último 25-V (el de febrero de 2012) estuvimos acompañados nuevamente por un grupo de cristianos de la Iglesia Evangélica Rusa Peniel, liderados por su pastor Valery. Tuvimos interés en escucharle y fue realmente impactante lo que nos dijo. Para empezar nos recordó las palabras del cardenal Rouco en un congreso de familias: “ El aborto es un problema todavía más grande que la crisis ”. Todo el que al contemplar los problemas que padecemos se interesa realmente por la humanidad y fija su mirada en el ser humano, admite que en efecto el aborto nos corroe hasta los tuétanos: nos degrada y nos deshumaniza. Es cierto: ante el profundo problemón que representa el aborto, la crisis económica no es más que un tropiezo momentáneo en el camino.
Nos sentimos reconfortados al ver que no estamos solos en la defensa de la vida. Si los protestantes entienden que hemos de ir juntos en esta causa y se vienen con nosotros, es porque vibran en nuestra misma sintonía y porque se sienten acogidos. No es sólo que los sintamos más cerca de la causa de la vida, es que están más cerca que muchos de nuestros hermanos de religión, que han tomado una “prudente” distancia respecto a la denuncia del aborto y sobre todo respecto a la laxitud de la conciencia “cristiana” a este respecto, con la que conviven y que sin duda han cultivado, cuanto menos por omisión.
En vez de ser 300 manifestándonos a favor de la vida, tendríamos que ser 16.000: tantos como niños son asesinados cada año en Cataluña, con ayuda y complicidad económica de la Generalidad . Esto nos decía el pastor Valery. Y añadía: Porque el aborto no sólo es un asesinato o una desgracia o una equivocación: es también un grave pecado que ofende a Dios y a los hermanos más inocentes. Y haciendo alusión al lema de la pancarta que portaba su grupo, prosiguió: “¡ Barcelona es el territorio de la Vida! Éste es el momento de plantar cara a las fuerzas del infierno. Éste es el momento de permanecer firmes y no dar un paso atrás. ¡La muerte no puede vencer!
Pero claro, son tantos los pastores católicos a los que les suena políticamente incorrecto este discurso del pastor protestante, que ahora tienen un motivo más para no dar la cara en la defensa de la vida: para desentenderse del Evangelium Vitae y ocuparse de cosas mucho más importantes según ellos. En fin, ya están ante el escenario más opuesto a la modernidad y al progreso: los ultracatólicos dándose la mano con los ultraprotestantes. Debe ser eso, ¿no?
Como de costumbre, estábamos acompañados por tres sacerdotes, varias monjas y un hermano marista, el hermano Federico Plumed, un habitual de los 25-V, que en ausencia de los Jóvenes de San José, ocupados en su acción asistencial de los sábados, dirigió el rezo del santo Rosario. El registro fue distinto, de mayor recogimiento. Y fue posible gracias a que la policía, en un tranquilizador cambio de táctica, había dispersado previamente a los proabortistas, tan numerosos como en otras ocasiones; y con su eficiente dispositivo no les dio oportunidad de reagruparse y acercarse a nosotros. Fue un rosario procesional en el que la ausencia de la tensión de los gritos, los insultos y los objetos arrojadizos, dio lugar al sosiego de la oración.
Estamos convencidos de que la Marcha por la Vida en Barcelona sigue con paso firme, y de que el ambiente se clarificará de tal modo, y crecerá hasta tal punto el número de eclesiásticos adheridos firmemente a la defensa de la vida, que día llegará, y no muy lejano, en que se verá como algo obvio y natural la participación de más de un obispo en la Marcha por la Vida de los 25-V. Si, como se verá por lo que viene a continuación, es bueno que emprendan este camino las ovejas y se mantengan firmes en él, ¿cómo no va a ser bueno que lo hagan guiadas por el báculo del pastor?
Pero al margen de todo esto, hay una bellísima noticia que nos ha alegrado el alma y nos ha retribuido con el mayor galardón a todos y cada uno de los que participamos en los 25-V. Al consultar la respectiva crónica en la página de HO, me encuentro con este comentario: “ Ayer me vino una chica procedente de un "rescate" a buscar papillas a casa. Me contó algunas circunstancias de su embarazo, de cómo la quisieron obligar a abortar (lo que ocurre casi siempre) y algo que aquí tenemos que celebrar: Quiso Dios que pasara por la Avenida Gaudí el mes anterior y viera la concentración que por el mundo conocen como " caillasée " (=apedreada). Ella nunca había pensado que fuera necesario manifestarse en contra del aborto, creía que era una decisión individual y todo eso; pero al vernos soportar la lluvia de proyectiles y provocaciones, al contemplar la agresión que suponía el abortismo y la postura de respeto de los pro-vida, determinó que iba a tener a su hijo. Tania: Estamos haciendo cosas grandes, mucho más grandes de lo que podemos imaginar. Demos gracias a Dios.
Es ciertamente un regalo del cielo: podemos alegrarnos de que nuestro testimonio en la calle ha dado un fruto bellísimo. Gracias a él, una madre que estaba siendo empujada al aborto, se contagió del coraje de los defensores de la vida y se decidió también ella por la vida.
Ésta es una perspectiva que nos faltaba: la coacción del ambiente hacia el aborto es muy poderosa: desde los medios hasta la empresa (un embarazo le estropea las cuentas), los compañeros de trabajo, los amigos, las dificultades económicas, la familia, los servicios sociales y sanitarios, todos conspiran para ofrecerle a la mujer el aborto como el único desenlace razonable de un embarazo no deseado. Ésta es la tónica dominante. Por eso es tan importante visualizar tanto como podamos la corriente que sopla a favor de la vida. Que se sepa y que se vea que existe un sector de la sociedad que apuesta firmemente por la vida, y que lo hace con profunda convicción: tanta, que no le importa soportar por ello los insultos y las agresiones de quienes, escasos de argumentos, deciden recurrir a estos medios para imponer las doctrinas de la muerte. Aunque el túnel sea muy largo, su oscuridad nos asusta menos si vemos el final un punto de luz: porque sabemos que tal como vayamos avanzando hacia él irá creciendo hasta inundarlo todo.
P.S. : Acabo de abrir el correo y leo esto:
Por cierto: Lo de la chica que iba a abortar y cambió de opinión al ver la "caillasée" es cierto y la noticia aún es mejor, aunque no lo puse, porque no todo el mundo lo entendería así: La mitad de la papilla que le dí se la comerán entre ella y su marido, porque no tienen para comer otra cosa, le pagan dos euros la hora en el trabajo. Su piso peligra y pese a todo, alcanza la santidad necesaria para seguir adelante con valor. No sólo podemos santificarnos, sino que Dios nos da la oportunidad de conseguirlo con otros y encima, que sean mejores que nosotros. Esto es increíble.
¡Es Dios quien está empeñado en que nazca esta criatura!
Cesáreo Marítimo