Rigol de Can Capdocia (Más que nunca)
Como no se podía esperar de otro modo por parte del nuevo gobierno nacionalista de la Generalitat, y dando por supuesto que el Cardenal Sistach no le suelta ni una perra gorda por ser Presidente de la Junta de Obras de la Sagrada Familia, el exsacerdote Joan Rigol i Roig ha sido nombrado presidente de la Comisión Ejecutiva del Patronato de la Montaña de Montserrat sustituyendo a nuestro querido amigo Jordi López Camps que se despidió de su cargo con una oda poética y espiritual en su maneado blog causando más de una emoción y lágrima en alguno de nosotros.
Aún a pesar de haber cumplido 67 años, estando la situación laboral al borde del incendio social, ante la indignación de los llamados valores emergentes que deben emigrar al extranjero para su futuro profesional, con un índice de paro tan elevado, hay que ver como algunos se resisten a la jubilación.
Y eso que es tan bonito el “palabro” en nuestra lengua: JUBILACIÓN. Tiempo del júbilo, del gozo, del disfrute, de la alegría. Para los que se retiran y para nosotros, que bien nos merecemos descansar de ellos. De sus batallitas, de sus fuera de tiempo, de sus nostalgias, de sus frustraciones, de sus palos a las ruedas…
Basta por favor. ¡Queremos que Rigol tenga una jubilación sobre ruedas, que se acabe su generoso servicio entre nosotros! Su discurso es inservible. Alguien de entre nosotros comentó hace poco de un cura amigo: esa vestimenta de cura trabucaire no corresponde a la nueva era Germinans.
Hay algo en las nuevas generaciones que ya no encaja con todo lo del pasado. Hay un vino nuevo que no puede contenerse en los odres viejos. Las telas nuevas de la Iglesia del siglo XXI no han sido hechas para remendar los rotos de la Iglesia del siglo XX. Y algunas viejas telas no pueden ser parches para los nuevos lienzos de la Iglesia del futuro. ¡Y vaya tela la de Rigol!
Presida el Patronato de la Montserrat, nútrase de las pingues aportaciones económicas que el cargo le va a reportar, tribute como cónsul honorario de mil representaciones en todo lo que usted quiera y a lo que le inviten. Pero el futuro de la Iglesia ya no está en sus manos. Paso su época. Fue misacantano en los 60 y colgó la sotana en los 70. Si su compromiso laical fue la carrera política en CiU ¡Sant Antoni ens guardi de fer mal i de prendre´n! Tuvo su oportunidad y la desaprovechó. ¿O no? Porque sin lo que la Iglesia le proporcionó usted hoy estaría podando cerezos en su pueblo natal y explicando a sus nietos el arte de injertar nuevas variantes de la fruta estrella del Bajo Llobregat. Aunque eso si, seguro que sin la voz engolada de Can Capadòcia, esa que se escucha a si misma, como Unamuno escuchaba la suya en el pozo de la Universidad de Salamanca. ¡Yooooooo…!
En alemán a la jubilación la llaman Ruhestand. Reposo, descanso, silencio, calma, quietud después de la profesión, del oficio, del estado. Conserve el estatus, el rango, el estamento, la categoría, mientras el régimen se lo permita. ¡Pero adquiera filosofía para serenarse y sosegarse, caballero! Que las batallas que quedan esperamos lidiarlas nosotros. ¡Y ganarlas, claro está!
¡Si Dios nos ayuda y Vives no lo impide!
Prudentius de Bárcino