Las parroquias germinantes en alza

En mi artículo del pasado 2 de marzo de 2010 elaboré un catálogo de las parroquias que brotaban y crecían en Barcelona como semillas germinantes. El término ha adquirido fortuna. Ninguna de esas parroquias (ya sean sus sacerdotes o sus feligreses) se sintió importunada por aparecer en el elenco. Al contrario, bastantes sacerdotes y feligreses nos hicieron llegar su orgullo por haber sido incluidos en él. Pasados ya nueve meses (como un embarazo) se puede decir que se trata de un movimiento al alza. De forma en ocasiones lenta y pausada, pero segura, se van uniendo nuevas realidades parroquiales. Incluso hay una que está regida por un vicario episcopal: la de San Carlos Borromeo (en la foto). No de manera directa, pues Mossèn Jesús Sanz es el administrador parroquial, siendo el principal artífice del milagro su vicario, el Padre Victor Barrallo Celma, que es quien lleva el día a día de la comunidad. El crecimiento de esta parroquia está siendo espectacular. En poco más de un año ha pasado de una sola misa el domingo por la mañana (a la tempranísima hora de las 10) a dos celebraciones y un rezo dignísimo de vísperas. ¡Qué feliz debe estar Mossèn Esteban Arrese que tanto potenció aquella parroquia! No solo eso sino que tienen en mente colocar una arqueta con el Santísimo, al objeto de tener el templo abierto casi todo el día.

Otra parroquia non stop. Otro de mis caballos de batalla desde el inicio de Germinans. Con satisfacción observo que se está ampliando notablemente el horario de apertura de las iglesias. Así lo he comprobado últimamente con la parroquia del Pilar, con la de San Eugenio I Papa y con la de Santa Teresita de Gracia. Queda el escollo del mediodía. Si no me equivoco solo están abiertas las parroquias de San Juan María Vianney, San Isidro Labrador, la Miraculosa y la Concepción, esta última en su capilla adyacente de la Virgen de Montserrat. No hay que tener miedo a abrir al mediodía. Sí es por cuestiones de seguridad, siempre puede haber robos. En cambio, muchas personas que, por motivos de trabajo, comen fuera de casa, pasan a hacer un rato de oración después o antes de la comida. ¡Cuanto bien hacen esas parroquias abiertas! Siempre hay alguien rezando y, lo más importante, a esas horas, es gente joven, de la que tan escasas van nuestras comunidades.

Acabo de leer el extraordinario libro-entrevista a Benedicto XVI, La Luz del Mundo. Permítaseme abrir un paréntesis y lamentar esas voces rancias que propugnan que el Papa no ha de conceder entrevistas y solo puede hablar mediante encíclicas y documentos de magisterio. Sí se siguiese esta ridícula teoría no podría ni viajar. O, en tal caso, debería hacerlo mudo. Pero, a lo que iba, en el libro no se cansa el Santo Padre de reclamar que hemos de volver a poner a Dios en nuestras vidas. Que Él ha de ser nuestro principal (cuando no único) objetivo. La manera más eficaz de conseguirlo es la oración a todas horas. Facilitémosla. Abramos los templos y las iglesias. Y la gente fluirá poco a poco a ellas. Mantenerlas cerradas, no adecuar sus horarios al ritmo de hoy y entorpecer la posibilidad de plegaria no favorece aquella finalidad de poner a Dios en el centro de nuestra realidad cotidiana.

También existen intentos de boicot al movimiento germinante. Nos han llegado alarmantes noticias de la parroquia de San Félix Africano, en los que el nuevo párroco, Mossèn Joaquim Iglesias Aranda, está intentando modificar toda la realidad parroquial. Suerte que ya no está Mossèn Mariné para verlo. Sin embargo, allí ha surgido la realidad germinante de los feligreses, que se han opuesto a todas sus tentativas y han conseguido, por ahora, que dé marcha atrás.

Estaremos pendientes de las informaciones que nos vayan aportando. Y aunque no se lo crean, incluso existe el desprecio político a lo germinante. El futuro Presidente de la Generalitat Artur Mas reside en la demarcación de una parroquia germinante: la de la Mare de Déu de Núria. Pero el prefiere desplazarse a la muy progre de Sant Ildefons. Es evidente, cual les decía en mi anterior artículo, que lo germinante no casa con el orden eclesial pujolista-manentiano.

A pesar de todo el movimiento avanza. Los sacerdotes más jóvenes y mejor equipados intelectualmente están revitalizando la diócesis barcelonesa. Asimismo los feligreses más activos están dando el callo por esas parroquias. El cronómetro está puesto y no hay marcha atrás. Se trata del futuro . Nadie nos lo va a robar. Como decía Juan Pablo II: ¡No tengáis miedo!

Oriolt