¡Esperamos que vengáis de toda España!

A poco más de un mes de la visita del Santo Padre a Barcelona, desde Germinans, hacemos un llamamiento a todos los católicos españoles, a fin de que se hagan presentes en la Ciudad Condal el próximo día 7 de noviembre. No se trata de rivalizar con Santiago de Compostela -ni mucho menos-, pero las excelentes comunicaciones que existen con tantos lugares de la Península (especialmente Madrid y la Comunidad Valenciana ) así como la formidable oferta hotelera de que dispone la capital catalana, pueden favorecer un masivo desplazamiento de peregrinos. Os esperamos con vuestras banderas españolas para que la estancia barcelonesa del Santo Padre tenga el calor y el alcance que se merece.

Os esperamos también porque, a día de hoy, el éxito de convocatoria en nuestra ciudad no está garantizado en absoluto. Y que nadie piense que, caso de cumplirse este presagio negativo, van a cargarse las tintas contra el cardenal Martínez Sistach o contra el nacionalismo catalán. En estos momentos, con la que está cayendo, SE IBA A INTERPRETAR COMO UN FRACASO DEL PAPA Y UN FRACASO DE LA IGLESIA. No podemos permitirlo. Después de las tremendamente concurridas visitas a Portugal y al Reino Unido, una floja asistencia de público en las calles de Barcelona sería aprovechado por los enemigos del Papa y de la Iglesia para dañar la figura de Benedicto XVI.

Decía que no es nada seguro el éxito de convocatoria porque se está desarrollando -de manera soterrada, pero firme- un boicot al viaje papal. Este boicot no se está incubando solo en ambientes anticatólicos, SINO EN LA PROPIA IGLESIA BARCELONESA. En primer lugar y de forma más descarada, en la mayoría de los colegios religiosos. Son innumerables los centros católicos (casi en su totalidad concertados) que existen en Barcelona. A día de hoy se pueden contar con los dedos de la mano aquellos que están haciendo publicidad del viaje del Papa. En los demás rige el silencio más ominoso. Se han negado incluso a pegar en sus tablones de anuncios los carteles que les ha mandado el arzobispado de Barcelona. El poder de penetración en la juventud que tienen estos centros docentes no cuenta para nada respecto a la visita papal. Igual sucede con muchas parroquias barcelonesas (excepto las germinantes, cual se pudo comprobar con la recepción de la cruz de la JMJ ). También se han negado a publicitar la visita del sumo Pontífice. A lo sumo han repartido las diez entradas entre los más allegados y pare de contar. Puede que el boicot no sea tan explícito (más que nada por no desairar a Sistach), pero su entusiasmo es nulo y el granito de arena que debían aportar inexistente.

A ello debe unirse la convocatoria expresa de una manifestación contra el Papa, por parte de un desconocido movimiento laico y progresista. No quiero ni pensar como puede acabar esta manifestación en la capital mundial del movimiento antisistema, cual se pudo comprobar el día de la huelga general. Y como no hay boda sin la tía Juana, para el día 6 de Noviembre, en lugar de una vigilia de oración por el Papa, se ha convocado un acto de protesta liderado por el Col.lectiu de dones en l’Esglèsia de la muy considerada Sefa Amell o por los amigos de Esglèsia Plural.

Cierto es que en la diócesis barcelonesa se está llevando una infatigable labor por parte de e-cristians, el Opus Dei o las parroquias germinantes ( los neocatecumenales no se han movilizado, simple y llanamente porque a Sistach no le ha dado la gana contactar con Kiko Argüello), pero la movilización no es suficiente ante el duro boicot que se está engendrando. Por eso necesitamos que vengan el mayor número de católicos españoles. No se trata de apoyar a Sistach, ni de apoyar al nacionalismo catalán. Se trata de unirse al Papa e impedir que se presente el viaje como un fracaso de Benedicto XVI y de la Iglesia. Nos jugamos mucho en ello.

Oriolt