¿La Iglesia vasca, anticipo de la catalana?
Los incidentes con la presencia de Su Majestad el Rey en la final de la copa de baloncesto, o los anteriores en un encuentro balonpédico de la Europa Cup, ambos en Bilbao, me hacen pensar que los nacionalistas e independentistas vascos están nerviosos y alterados y que aprovechan cualquier válvula de escape, como es el deporte, para expresar su enfado y desilusión. Y es que ser gobernados por un pacto entre el PSOE y el PP no creo que les haga mucha gracia, aunque ésta sea la voluntad legítima y democrática de sus conciudadanos.
Algo parecido debe suceder en las filas del nacional-progresismo eclesial vasco, con grandes similitudes con el catalán. Tampoco creo que estén para demasiadas alegrías, no paran de darles palos por todas partes. El nombramiento de Don José Ignacio Munilla ha sido la puntilla definitiva, para demostrar que desde Roma han dicho ¡BASTA!, y que se acabó el consentimiento de los desmanes progresistas y la connivencia del clero-episcopado vasco con el nacionalismo.
Por si esto no fuera suficiente, ahora se rumorea la salida de Don Ricardo Blázquez a Valladolid y su substitución por Don Mario Iceta, algo que sería sin duda una gran noticia y una alegría, al final el ex-jesuita Sr. Xabier Arzalluz y sus correligionarios, van a añorar al actual prelado vizcaíno, al que dedicó aquel despectivo “un tal Blázquez", porque no tenía el ADN vasco. Seguro que otro de los líderes del PNV, Joseba Egibar, estará preparando otra frase graciosa para Don Mario como la que le dedicó a Don José Ignacio: “Más a la derecha de Munilla no hay nada, sólo la pared".
Jubilados Don José María Setién y Don Juan María Uriarte, el progresismo eclesial vasco se queda huérfano de líderes, el único que le queda es el Rvdo. José Antonio Pagola, hombre de confianza del obispo Setién del que fue su Vicario General. Pues tampoco es que el hombre esté de gracia últimamente, porque el autor de la polémica biografía de Nuestro Señor Jesucristo ha recibido la noticia de que “La editorial PPC retira la última edición en castellano del Jesús de Pagola". Por si esto no fuera poco uno de sus principales detractores, Don Demetrio Fernández, que afirmó sin reparos que “El libro de Pagola hará mucho daño” ha sido ascendido de la pequeña Tarazona a la diócesis de Córdoba, un reconocimiento por parte de Roma de su valía y cualidades.
Viendo como van las cosas por las Vascongadas uno piensa que esa historia puede repetirse en Cataluña, y que n.s.b.a. el cardenal Martínez Sistach puede ser el Uriarte vasco, es decir el último eslabón de una cadena que afortunadamente no tiene continuidad. Quedarán Pagolas catalanes sueltos a montones, pero al menos las cabezas diocesanas irán por otros derroteros. Es por todo ello que me cuesta creer que Roma acabe aceptando el juego de nuestro Cardenal para perpetuarse en su amado Rvdo. Turull. Si esto sucede, acabaré pensado que la Iglesia catalana es diferente, o que Roma la da por imposible. Si le han puesto el cascabel al gato en una situación tan parecida a la nuestra como la vasca, y con nombramientos valientes en otros puntos de la catolicidad, no entendería que aquí las cosas continuaran igual, claro que doctores tiene la Santa Madre Iglesia.
Antoninus Pius