¡Qué poco queda para vuestro gran día!
Querida amiga:
¡Qué poco queda para vuestro gran día! Organizar una boda es una locura, lo sé, pero no te pongas nerviosa. Todo va a salir bien. Cuando te des cuenta estarás caminando por el pasillo de la Iglesia del brazo de tu padre, con tu sonrisa radiante y picarona, hacia tu morenazo que espera a los pies del altar.
No obstante, tu lo sabes muy bien, lo importante no son las invitaciones, ni el vestido, ni mucho menos, el menú. No sois unos actores en cualquier representación teatral. Lo verdaderamente importante es que tú y ese morenazo os vais a entregar el uno al otro por entero; no sólo lo que habéis sido hasta este momento, sino todo lo que vais a ser juntos a partir de ahora.
A pesar de que algunos entenderán vuestro compromiso como una limitación, el solo hecho de miraros a los ojos y deciros “quiero quererte, exclusivamente a ti, hasta el fin de nuestros días”, no es una ilusión, sino una elección verdadera. Pues más allá de que te guste su cuerpo o te sientas bien con él, lo más importante es que “tu otro yo” es un ser humano, en igualdad de naturaleza y dignidad pero diferente ; no antagónico, sino complementario: Y eso es lo que le hace verdaderamente valioso.