Provoca, que algo queda
La capacidad de atención del hombre es limitada y debe ser constantemente espoleada por la provocación.(Albert Camus)
Llevo varios meses dándole vueltas a la necesidad de hablar o no hablar sobre la provocación como táctica de “hacer hacer” atractiva la virtud, de “hacer pensar” a esta sociedad adormecida o, simplemente, de compartir la Verdad para evitar que el materialismo, el hedonismo y el relativismo dominen nuestra vida y nos alejen del Camino.
Lo malo es que como viene siendo habitual, muchos de nosotros confundimos los vocablos. A la incoherencia de los que se “arrugan” y evitan plantear un toque trascendente en las situaciones humanas, le llamamos moderación; a los comprensivos les llamamos indiferentes; a los intransigentes con el pecado, a los que no se avergüenzan de gritar a los cuatro vientos que Dios existe, les llamamos provocadores. Quiero pensar que al utilizar la palabra provocación confundimos, paradójicamente, las acepciones de la palabra provocar.
Según la RAE, provocar significa, entre otras acepciones, “incitar, inducir a alguien a que ejecute algo”, “hacer que una cosa produzca otra como reacción o respuesta a ella” o “facilitar, ayudar”.
Si lo pensamos bien, por lo menos leyendo el Evangelio así me lo parece, Jesús, nuestro modelo, el perfecto comunicador, comprende pero es firme, es claro y provocador con Su mensaje.
¿No fue una provocación la entrada de Jesús en Jerusalén montado en un pollino, dejándose aclamar por la multitud, y suscitando el recelo de los maestros y doctores de la Ley?
¿No fue provocativa, “intransigente”, la actitud de Jesús cuando entrando en el templo de Jerusalén empezó a derribar los puestos de los mercaderes que allí se encontraban acusándoles de convertir el Templo en “una cueva de ladrones”?
¿No fueron provocaciones sinceras las palabras que Jesús dirigió a la mujer adultera, a la samaritana para invitarlas a que Le abrieran su corazón?
¿No consideraron los que le seguían que el mensaje de la Bienaventuranzas eran escandalosamente propias de un lunático?
¿No fue una provocación también hacerse hombre para que el hombre se endiosara?
¡No, ni mucho menos! Esta actitud de Jesús no es un ataque de ira, ni de indiferencia, ni de vanidad. Son palabras duras, descaradas, pero muy humanas, veraces y exigentes, que llegan directamente al corazón. Son palabras propias de un apasionado “por Dios, por su señorío de amor y de vida; pasión por el hombre, con el que se encuentra verdaderamente con el deseo de entregarle el tesoro más precioso: el amor de Dios, su Creador y Padre”, como nos ha recordado recientemente Benedicto XVI
Pues, ya saben. La próxima vez que alguien intente sacarle los colores llamándole provocad@r por defender su fe, solo tienen que sacar la mejor de sus sonrisas y, con mucho cariño, responder: ¡Y a mucha honra!
16 comentarios
No es un grna sacrificio porque, sinceramente los rebuznos no me importan y los que realmente saben tienen mas aliento que correcciones para darme y las correcciones son siempre sabias y bien recibidas y mejor practicadas.
Y aparte de eso, el Señor me ha otorgado ayudar en muchas conversiones, algo que los avinagrados de siempre no pueden mostrar. Una sola conversión cubre multitud de pecados. Esa es la forma en que Cristo, en su amor, ha decidido cubrir los míos.
Ahora mira como vienen guitarra en mano a llorar lo malo que soy con ellos.
Hay que gritar desde las azoteas. Para susurrar en el sótano, ya está el diablo.
Recuerdo haber leído y oído a muchos literatos y pensadores decir que una buena medida para ver la sabiduría vital de alguien es ver si en pocas palabras puede transmitir grandes y profundas ideas. Pues usted lo borda, la verdad. Y que siga su buena inspiración, ¡caramba!
Me apunto a lo de Mafalda y a lo de Benedicto XVI. Gracias mil.
Carlos: El problema es que muchas veces tenemos miedo a defender los valores “no negociables” y denunciar todo aquello que va contra ellos. No nos parece “apropiado” usar un lenguaje claro, muy claro, por miedo al qué dirán, a que nos señalen como “mira, esa es una de ellas”. Nos invaden los respetos humanos- ¡Por Dios, cuántos tenemos!- y nos avergonzamos solo pensar que alguien pueda decir de nosotros: ¿Cómo es posible que este que se llama cristiano dice estas cosas de forma tan brava y se empecina en defender lo “políticamente incorrecto” con tanto descaro?
Pero yo prefiero ir con la cabeza bien alta sabiendo que , si es la Voluntad de Dios , puedo colaborar en aquello que decía Santa Catalina: “¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas! Porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!“.
¡Que suerte tienes en poder acompañar al Siervo de los siervos en su visita a Australia!
Seguro que Benedicto XVI ( y todos los fieles de la Iglesia con El ) tiene puestas muchas esperanzas en ese encuentro con los jovenes .
Siempre tendemos a pensar que tierra es mas buena, y nos nos damos cuenta que incluso en las cunetas de nuestras autopistas creces espigas...
Estoy con Lidia . Lo importante es sembrar. Los futos....ya nos los encontraremos si Dios lo quiere
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