Por favor, ¡no confundamos churras con merinas!
No podemos negar la amarga evidencia de que estamos viviendo una época en la que palabras como coherencia, respeto, confianza, entereza, tolerancia y veracidad están siendo vulneradas y trivializadas por nuestra clase política de manera descarada. Ejemplos de ello los vemos continuamente en la prensa y la televisión.
De lo que parece que no se dan cuenta es que, ante tanta desfachatez e hipocresía, los ciudadanos estamos hastiados, y buscamos con urgencia, lideres políticos que no se dejen llevar por intereses de partido, o simplemente económicos; por un excesivo afán de poder que pretende justificar la manipulación, la tibieza en sus justificaciones, la falsedad, la soberbia o el cinismo de su demagogia. Al contrario, esta actitud que para ellos es algo “necesario” para conseguir alcanzar sus promesas electorales está muy alejada de los problemas reales del ciudadano.
Por esta razón, me han decepcionado un poco las palabras de presentación del candidato oficialista para ocupar la presidencia del PPC en Barcelona, Antonio Bosch, en la rueda de prensa celebrada esta semana.
Según me han confirmado miembros del partido que asistieron a la misma , a raíz de la pregunta de un periodista, el Sr. Bosch se definió como católico y miembro del Opus Dei, además de “servidor de los otros” y filantrópico. A lo que añadió que él “también defiende los mismos «valores cristianos» que su rival”, el nebrerista Santiago Gotor.
¿Y cuál es la razón de esta decepción, se preguntaran ustedes?
Muy sencillo. Siempre he pensado que los católicos tienen, y hoy más que nunca, el deber de contribuir y participar de forma activa en la vida social y política de su país, comprometiéndose en la defensa de la libertad y la igualdad, del respeto de la vida humana y de la familia, de la justicia, de la solidaridad, etc; puesto que, “el hombre no se puede separar de Dios, ni la política de la moral”, como nos enseñaba Juan Pablo II.
Pero esta participación, como todo en la Iglesia, debe estar impregnada de libertad. Una libertad que hace que el ciudadano cristiano, de manera exclusivamente personal, asuma la total responsabilidad de sus palabras y acciones. Sin confundir churras con merinas, sin asociar su trayectoria política con ninguna institución de la Iglesia, como ya ocurrió en otras épocas no muy lejanas en nuestro país. ¡No!
Es más, como católicos, apostólicos y romanos deberian ser un ejemplo de las enseñanzas de Benedicto XVI a los políticos católicos: “Luchen con integridad moral y con prudencia contra la injusticia y la opresión , contra la intolerancia y el absolutismo de un solo hombre o de un solo partido político; conságrense con sinceridad y rectitud, más aún, con caridad y fortaleza política, al servicio de todos … es de suma importancia, sobre todo allí donde existe una sociedad pluralística, tener un recto concepto de las relaciones entre la comunidad política y la Iglesia y distinguir netamente entre la acción que los cristianos, aislada o asociadamente, llevan a cabo a título personal, como ciudadanos de acuerdo con su conciencia cristiana, y la acción que realizan, en nombre de la Iglesia, en comunión con sus pastores”.
Quiero pensar, no tengo ninguna duda de la rectitud de intención de las palabras de este candidato, que esta confesión pública de su “proyecto de vida”, fue simplemente eso, la respuesta clara y sin tapujos a una pregunta de los periodistas. Y espero, Dios sabe que es cierto, que no se trate de una postura “estudiada” para captar al votante disidente del PPC, o lo que sería todavía mucho peor, involucrar a la Iglesia para poder justificar sus futuras actuaciones políticas, haciendo de su fe una bandera. A pesar de que resulta cuanto menos curioso, que días después de que Santiago Gotor presentara su candidatura a presidir el PPC en Barcelona definiendosea como “soy católico, participo en muchas asociaciones religiosas y estoy muy orgulloso", el señor Bosch , a petición de la señora Sanchez Camacho, dejara su cargo como vicesecretario de Acción Ciudadana y Participación del PPC y presentara también su candidatura definiendose como “católico y miembro del Opus Dei”
Pero, sea lo que sea, me atrevo a recordarle al Sr. Bosch aquellas palabras que celosamente repetía San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, que tal vez podría haber añadido a su respuesta para matizarla: “El Opus Dei no interviene para nada en política; es absolutamente ajeno a cualquier tendencia, grupo o régimen político, económico, cultural o ideológico. Sus fines –repito- son exclusivamente espirituales y apostólicos. De sus socios exige sólo que vivan en cristiano, que se esfuercen por ajustar sus vidas al ideal del Evangelio. No se inmiscuye, pues, de ningún modo en las cuestiones temporales. No sólo nos asociamos exclusivamente para fines sobrenaturales, sino porque si alguna vez un miembro del Opus Dei intentara imponer, directa o indirectamente, un criterio temporal a los demás socios, o servirse de ellos para fines humanos, saldría expulsado sin miramientos, porque los demás socios se rebelarían legítimamente, santamente”.
En todo caso, estoy segura que la clave del éxito de este “arte noble y difícil” de la política está no sólo en asumir la propia responsabilidad de palabras y actuaciones, sino de respetar “a los hermanos en la fe” en todo aquello que se considere opinable, sin “servirse de nuestra Madre la Iglesia, mezclándola en banderías humanas”.
El ciudadano de a pie, sólo necesita a modo de presentación la promesa de honradez, de que se “gastará” por el bien común, con credibilidad y coherencia entre su fe, sus palabras y su vida. Y, por supuesto, que nunca tendrá miedo a enfrentarse a los suyos para salvaguardar, aun a costa de perder su privilegiada posición, la dignidad humana, la familia, la vida, la justicia y el bien común.
Con esto sólo basta, ¿no les parece?
17 comentarios
Lo que quiero decir es que esta declaración de intenciones tiene el peligro de parecer intolerante con otras opciones igual de legítimas que la suya afirmando que mientras su proyecto se basa en una “renovación tranquila”, el afán de su rival es querer “cortar cabezas”.
No me parece muy honrado, la verdad. Y esto me duele y me decepciona.
Eso sin hablar de que el amor a la “libertad personal es esencial en la vida cristiana”.
Por otra parte yo siempre he oído críticas al Opus Dei en relación con su secretismo, pues este señor las ha desmontado.
En la Iglesia, gracias a Dios, cada uno es dueño de asumir su responsabilidad personal para ser “ lo suficientemente cristianos, para respetar a los hermanos en la fe, que proponen —en materias opinables— soluciones diversas a la que cada uno de nosotros sostiene; y a ser lo suficientemente católicos, para no servirse de nuestra Madre la Iglesia, mezclándola en banderías humanas”.
A mi , personalmente , de las cosas que más me gustan de que me consideren laico católico es precisamente ese amor a la libertad , ese pluralismo de criterio , esa conciencia de responsabilidad personal, necesarias todas ellas para mayor eficacia de la misión que Dios tiene reservada para mi.
Una misión que forma parte de un todo pero que Dios confia en que sea yo la que la saque adelante.
¿Qué mas da si es del Opus Dei o no? A mi, saber que un politico es del Opus Dei no me dice nada. ¡Como si quiere decir que es del Barça! Yo quiero obras y no palabras.
2. Ultimamente ya no está muy bien visto el clericalismo y está muy de moda elevar al laico (y que conste que yo lo soy) a una categoría de cuarta persona de la trinidad pretendiendo dejar al clérigo como mero administrador de sacramentos. Cuando no hace falta que recuerde el inmenso papel que a lo largo de la historia han jugado y siguen jugando los clérigos en campos tan diversos como la política, economía, ciencias, psicología, periodismo...La Iglesia está formada por humanos y como tal ha de meterse en nuestros problemas y darles solución.
3. Te creo si dices que es una leyenda negra, pero por favor va dirigida al Opus Dei no a la Iglesia, el Opus no es la totalidad de la Iglesia.
¿Qué tenía que haber respondido? ¿Algo así como "sí soy opus pero no lo publiquéis, porfa, que me acusarán de pretender confundir churras con merinas"?
Si no lo dicen, porque no lo dicen. Y si lo dicen, porque lo dicen. De verdad, que...
He leído el artículo de Remedios, a la que no conozco personalmente. Creo que se esta enturbiando mucho, en mi opinión lo que ha tratado de manifestar.
Me explicaré, hace ya muchos años en la España oficial del catolicismo, existíamos muchos cristianos, que creyendo en los Evangelios y siendo amamantados doctrinalmente por nuestra Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, pertenecíamos, cada cual, a uno o variados movimientos eclesiales, incluidos el que creaba el buen párroco de nuestra parroquia, para facilitar la buena formación católica de sus parroquianos. Nadie en su vida social, económica o política hacia uso de ellos, ni mucho menos se aprovechaba, excepto los oficialistas del régimen.
Con la llegada de la Democracia, afortunadamente, estas banderías de algunos, del nacional-catolicismo, tendieron a desaparecer.
Creo entender, que Remedios desea dejar claro que el pertenecer a algún movimiento eclesial, asociación, intrusión o representatividad religiosa o eclesial no debe tomarse como ayuda y bandera para conseguir adeptos a cualquier causa de orden politico.
En este caso, en Política, quien se lanza al ruedo, debe manifestar y convencer con su conducta y dignidad lo que persigue, siendo él mismo, como líder politco, el primer ejemplo para los afiliados a su partido o para los que desee convencer de sus creencias político-sociales-económica-ético-morales. Despues, a titulopersonal, podrá hacer todo el proselitismo apostolico catolico o de otra creencia, que desee.
Creo que este era la comparación de "churras con merinas" (por cierto, ¿quien da el mejor queso?).
No hace falta estas banderías, puesto que la vida espiritual, la vida interior sobrenatural, de esa persona, dedicada a la política, se manifestará en su conducta y dignidad sin tener “muletillas de apoyo eclesial o religioso”….
En mi opinión esto es valido para cualquier manifestación u orden en la vida, en cuanto a nuestras actuaciones personales, por mejorar la sociedad, en un ámbito político. ..
Me he permitido, copiar y pegar, los puntos fundamentales del escrito de Remedios, SI LO LEEMOS DE NUEVO y reflexionamos, seguro que nos ayudará un poco mas a evitar enturbiar su contenido. Lo que pegado con letra cursiva para diferenciarlo de mi propio escrito.
Perdonar tanta literatura, pero creo que tenia que exponer mi opinión.
Fedirnand
LOS ARGUMENTOS DEL ESCRITO DE REMEDIOS CONDENSADO
Los católicos tienen, y hoy más que nunca, el deber de contribuir y participar de forma activa en la vida social y política de su país, comprometiéndose en la defensa de la libertad y la igualdad, del respeto de la vida humana y de la familia, de la justicia, de la solidaridad, etc; puesto que, “el hombre no se puede separar de Dios, ni la política de la moral”
Es más, como católicos, apostólicos y romanos deberian ser un ejemplo de las enseñanzas de Benedicto XVI a los políticos católicos: “Luchen con integridad moral y con prudencia contra la injusticia y la opresión , contra la intolerancia y el absolutismo de un solo hombre o de un solo partido político; conságrense con sinceridad y rectitud, más aún, con caridad y fortaleza política, al servicio de todos … es de suma importancia, sobre todo allí donde existe una sociedad pluralística, tener un recto concepto de las relaciones entre la comunidad política y la Iglesia y distinguir netamente entre la acción que los cristianos, aislada o asociadamente, llevan a cabo a título personal, como ciudadanos de acuerdo con su conciencia cristiana, y la acción que realizan, en nombre de la Iglesia, en comunión con sus pastores”.
Quiero pensar, no tengo ninguna duda de la rectitud de intención de las palabras de este candidato, que esta confesión pública de su “proyecto de vida”, fue simplemente eso, la respuesta clara y sin tapujos a una pregunta de los periodistas. Y espero, Dios sabe que es cierto, que no se trate de una postura “estudiada” para captar al votante disidente del PPC, o lo que sería todavía mucho peor, involucrar a la Iglesia para poder justificar sus futuras actuaciones políticas, haciendo de su fe una bandera.
Pero, sea lo que sea, me atrevo a recordarle al Sr. Bosch aquellas palabras que celosamente repetía San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, que tal vez podría haber añadido a su respuesta para matizarla: “El Opus Dei no interviene para nada en política; es absolutamente ajeno a cualquier tendencia, grupo o régimen político, económico, cultural o ideológico. Sus fines –repito- son exclusivamente espirituales y apostólicos. De sus socios exige sólo que vivan en cristiano, que se esfuercen por ajustar sus vidas al ideal del Evangelio. No se inmiscuye, pues, de ningún modo en las cuestiones temporales. No sólo nos asociamos exclusivamente para fines sobrenaturales, sino porque si alguna vez un miembro del Opus Dei intentara imponer, directa o indirectamente, un criterio temporal a los demás socios, o servirse de ellos para fines humanos, saldría expulsado sin miramientos, porque los demás socios se rebelarían legítimamente, santamente”.
El ciudadano de a pie, sólo necesita a modo de presentación la promesa de honradez, de que se “gastará” por el bien común, con credibilidad y coherencia entre su fe, sus palabras y su vida. Y, por supuesto, que nunca tendrá miedo a enfrentarse a los suyos para salvaguardar, aun a costa de perder su privilegiada posición, la dignidad humana, la familia, la vida, la justicia y el bien común.
Perdon, y gracias
Lo que dice Reme tal vez se pueda sintetizar con "A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César".
De todas formas, por el estilo de Reme creo que su intención es más corregir con cariño y buscar unidad que otra cosa.
Ello no implica que su pretensión sea conseguir votantes católicos y que utilice su fe de bandera.
Desconozco esos tiempos en los que se vivió el denominado nacional catolicismo, pero de los que sí soy testigo es de los tiempos democráticos actuales en los que la Iglesia es acosada y perseguida, pese a existir esa libertad de la que se hace mención, sumado a todas las leyes “democráticas” que atentan contra la vida, contra la familia, contra la libertad de enseñanza y un largo etcétera.
Nadie pretende involucrar a la Iglesia en la labor política. Opino que, efectivamente, es un error. Pero nos aporta ese apoyo moral que necesitamos porque pertenecemos a ella en todas nuestras facetas, en nuestro comportamiento, en nuestras acciones individuales o colectivas. No podemos obviarla en nuestras vidas. La fe no se tiene que convertir en algo íntimo o individual, sin quererlo ni pretenderlo estará con nosotros en cualquier circunstancia. No se trata de hacer bandera de ello sino de no ocultarlo cuando surge el momento. Creo que es así de sencillo.
Resulta cuanto menos curiosos que días después de que Santiago Gotor presentara su candidatura a presidir el PPC en Barcelona y se definiera como "soy católico, participo en muchas asociaciones religiosas y estoy muy orgulloso", el señor Bosch , a petición de la señora Sanchez Camacho, dejara su cargo como vicesecretario de Acción Ciudadana y Participación del PPC y presentara también su candidatura definiendose como "católico y miembro del Opus Dei", ¿no te parece?
De todos es sabido que la candidatura del Sr. Gotor es conservadora y manifiesta una clara oposición al aborto y al matrimonio homosexual.. No así la del Sr. Bosch que pertenece al grupo “progresista”, es decir, apoyado por la dirección del partido, cuyo planteamiento con el aborto es consentir y aceptar la legislación vigente, lo cual contradice sus palabras. En eso sí que no puedo estar de acuerdo. Aunque ése es, quizás, otro tema.
De todos modos sigo pensando que, como católicos, debemos actuar conforme a nuestra creencia y no podemos separar nuestra vida espiritual de nuestras acciones en la vida pública, debe ser coherente o debemos intentarlo, al menos. Precisamos, actualmente, defender a la Iglesia pero, al mismo tiempo, pedir que nos apoye en nuestra labor pública también.
En ningún momento deberíamos intentar separar una cosa de la otra, y me sorprende que como católica y defensora del Opus Dei que eres, intentes hacerlo.
Hoy en día intentamos alejar a Dios de la vida pública, en un ridículo intento de darle un sitio a Dios y otro a la política. Pero, ¿no deberías pensar que Dios está incluso en la política? Ni en un bando ni en el otro. Dios está en las personas, y no en las ideologías.
Me parece excesivo el hablar de decepción por la sinceridad del señor Antonio Bosch, pero todavía más la "teoría de conspiración" de que sea una "jugada" para captar votos. ¿No es demasiado rebuscado? ¿Quién hoy en día declararía públicamente que es católico y del Opus Dei, cuando está tan mal visto y rechazado? Yo más bien alabaría su valentía.
Tal vez si sus declaraciones las hubiera matizado con esta sencilla frase....
No entiendo todavía tu crítica. No tiene sentido por que nadie declararía públicamente algo así por ganar votos. Más bien para perderlos.
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