¡VAMOS A LA PLAYA¡
Es la naturaleza la que da la nobleza en la conducta; pero la educación, con todo, enseña las reglas. Eurípides.
Dicen los expertos en protocolo que los buenos modales, la cortesía y el saber estar en cada circunstancia son como un código común basado en el respeto por uno mismo y por el que tienes enfrente.
No solo para hacer la vida diaria mucho más agradable, sino porque el respeto por los demás nos hace más libres y más tolerantes.
No estamos solos en el mundo. Y nuestros gestos, la forma de vestir y de comer, los saludos, apagar el móvil en cines, teatros o reuniones de trabajo, ceder el asiento del autobús a una mujer embarazada o dejar paso a los ancianos, no son costumbres trasnochadas, sino detalles de urbanidad, de convivencia, a las que todavía hoy, en pleno S. XXI, es recomendable prestar atención.
Nadie duda que las costumbres han cambiado y que la naturalidad ha enterrado los comportamientos encorsetados de antaño. Pero, aun así, parece que todos estamos de acuerdo en que para vivir de forma civilizada y tolerante es aconsejable un comportamiento socialmente correcto en la mesa, en el trabajo, al volante, con el móvil, … con el que podamos demostrar, sin exageraciones, el respeto a los demás como deseamos que nos respeten a nosotros.
Pues bien, ahora que muchos de nosotros comenzamos nuestras más que merecidas vacaciones y que, para ello, elegimos pasar unos días de playa con nuestra familia, ¿qué les parece si recordamos algunos aspectos en los que parece más necesario insistir en estos momentos para TODOS podamos disfrutar en la playa?
BUENAS MANERAS EN LA PLAYA
- Busque un sitio tranquilo donde pasar el día y disfrutar de su familia.
-Si tiene niños pequeños, asegúrese que no molesten a los demás. Si es necesario busque un lugar más apartado donde sus hijos puedan jugar, correr y divertirse, como lo que son…niños
-Coloque la sombrilla sin invadir el espacio del vecino. Si para ello tiene que madrugar un poco más, recuerde el refrán: “Si quieres con buen pie empezar…tienes que ser puntual”.
-Intente dejar la ropa, las chancletas y las bolsas más o menos recogidas, de manera que no entorpezcan el paso y la estética. Las varillas de la sombrilla son una opción estupenda
-No ponga la música a todo volumen, ni grite a los niños, ni mucho menos se pelee con sus hijos adolescentes en público. No hay nada más molesto cuando se está tumbado en la playa.
- No deje a su perro o gato por la playa. Recuerde que hay niños, personas mayores o incluso, personas con enfermedades alérgicas a las que les puede molestar.
-No toque, ni deje tocar a sus niños, las cosas de los demás sin permiso. Si sus hijos se empeñan, mejor dicho, se emperran en utilizar el cubo y la pala del hijo del vecino, haga que se la pidan por favor y que den las gracias cuando la devuelvan.
- Tápese la boca cuando, amodorrado por el sol, le entren ganas de bostezar.
-No hable con la boca llena ni haga ruidos al beber.
-No escupa en la arena.
- No eructe. Recuerde que no hace falta ser “hombre orquesta” para que todos sepan que ha bebido Coca-cola.
-Si fuma, intente que el humo no alcance al vecino de toalla. Recuerde que puede pedirle al vigilante un cenicero de estos en forma de cono para guardar las colillas.
- Piense que al sacudir toallas o levantar arena de playa al andar, ésta puede ser llevada por el aire y molestar a los que tiene a su alrededor.
-Vigile sus conversaciones o chistes “subiditos de tono”. Recuerde que la playa es un espacio abarrotado de niños y los pequeños, y más aún los adolescentes, tienen el oído muy fino.
-Respete escrupulosamente las normas de seguridad aconsejadas por los socorristas o los “vigilantes de la playa”.Es una cuestión de prudencia, sobretodo teniendo en cuenta la cantidad de niños pequeños que hay en la playa.
-Evite posturas provocativas o vulgares para no ofender la sensibilidad de los que están a su alrededor. Por ejemplo, queda muy ordinario tumbarse boca arriba con las piernas “demasiado” abiertas para que le dé el sol en la parte interna de éstas. Sea elegante, por favor.
-Nunca se ría del vecino ni lo señale con el dedo (en especial de las mujeres “raras” que llevan el bañador de una pieza).
- Sea respetuoso en el vestir evitando extravagancias, vulgaridades y exhibiciones de la intimidad que puedan molestar a los demás. Recuerde que no está solo y que el uso del ‘top-less’ o los bañadores tipo “chulo de playa” reflejan la personalidad de cada uno y su buen o mal gusto.
Como dicen los grandes modistos: es más atractivo insinuar que enseñar.
Y por último, y muy importante, antes de abandonar la playa recuerde dejar su “parcela” tan limpia como la encontró. Recoger las latas de bebida, las colillas o los papeles, y tirarlos al contenedor más cercano, sólo cuesta unos segundos.
RECUERDE: TODOS MERECEMOS DISFRUTAR DE UN DÍA DE PLAYA
12 comentarios
Hay mucha experiencia detrás de cada consejo. Y aunque alejado de la costa hoy me has hecho transportarme no sólo a un sitio agradable si no también amable.
Supongo que a algunos se sonreiran con su consejos, otros pensarán que son consejos para los demás, pero aunque solamente sirvan para que una sola persona los siga, bienvenidos sean.
Y ya puestos ¿sería mucho pedir que esas normas de conducta se mantuvieran a lo largo de todo el año?.
Cada vez que tengo tiempo salgo al monte a caminar, ahora lo llaman traking o senderismo, y es de vergüenza ajena, de auténtica pena las cosas que uno se encuentra en los sitios más reconditos, en sitios verdaderamente bellos. ¿Sería mucho pedir que no nos dediquemos a tirar basuras al campo, al rio, a la playa?. ¿Nos cuesta mucho cuando llegamos a un sitio dedicar una de las bolsas que llevamos a recoger la basura, y cuando volvamos a casa la depositemos en los cubos de basura?.
¿Qué le parecería a quien tira las basuras en medio de la naturaleza, si las recogieramos y se las esparcieramos en el salón de su casa?
Se nos escapan discriminaciones indignas de una católica. Si es un espectáculo indecorosos el cuerpo desnudo, que lo sea porque la desnudez pertenece a la intimidad, pero no por la edad o los cánones de belleza convencional y machista.
Así, luego nos extrañamos de que a una mujer madura se la considere la hez de la sociedda, si nosotras mismas nos discriminamos y nos ponemos como ejemplo de "LO" desagradable e inelegante.
Ni la desnudez de un tipo como el famosos Darek me parcería un espectáculo elegante ni bonito si me lo topo en una playa sin yo desear ni pedir verlo. Y creo que los hombres que me rodean -con ser muy viriles- tampoco consideran elegante ni oportuno el denudo de una joven miss universo si se la plantan al lado sin su permiso ni consentimiento.
Seamos menos machistas, señoras, que la elegancia no reside en la edad ni en la belleza, sino en adecuar el curerpo a lo que piden las circunstancias, al respeto debido a los demás y al pudor que nos debemos a nosotros mismos.
Opino que, a pesar que hay normas que han caído en desuso, quizás por su excesiva exuberancia, hay muchas que son universales y podríamos decir eternas. Lo esencial no desaparece y las que has citado son básicas y fáciles de cumplir, incluso sin darse uno cuenta.
Me gustaría destacar dos cosas que me han llamado la atención por la cuestión estética, que son la del bañador de una pieza y lo del top-less. En el primer caso, sin ánimo de apelar al pudor, me parece que es una prenda elegantísima: un bonito bañador de una pieza nos favorece a todas y da ese toque exquisito de distinción y feminidad. Ahora bien, preferimos el bikini por lo del bronceado. En el segundo caso, ¡qué acertado!, el insinuar es mucho atractivo que el enseñar y es verdad, dónde esté el incipiente asomo, lo que se percibe pero no se ve, que se quite lo del despojo de prendas.
Y comparto el comentario de ciudadano. Hay veces que pasear por el bosque o el campo es deprimente por la cantidad de basura que te encuentras, abandonada por descuidados que ni piensan en la naturaleza ni en los que vienen detrás. No cuesta nada, pero nada recogerlo todo y meterlo en una bolsa. Es de sentido común, no ya por lo desagradable que resulta observar ese sucio espectáculo, sino por prevención al daño que puedan causar determinados objetos o desperdicios a los animales, que engañados por el color o la forma se los comen. Ello ocurre muy habitualmente en el mar.
Y mirando la playa con la boca tapada, les entra arena, y amodorrados al sol la piel se les va cambiando como a las serpientes, mientras se escucha la orquesta de fondo y se contempla como el humo hace su aparición tras sacudir la arena que quedaba en las toallas a primera línea contra viento.
¿Será eso lo que enseñan en Educación para la ciudadanía?.
Pues en mi playa, parecer que no hay playa… ¡Vaya, vaya! Aquí no hay playa. Y pocos observan las banderas de la torre de socorro y muchos se distraen con las curvas juveniles que se van moviendo, mientra el vecino se apunta con el dedo para que el cocotero le de su premio.
Por lo que deduzco que “No todos merecen disfrutar de un día de playa”. Y habría que hacerles presentar el certificado conforme han aprobado la asignatura de educación… ¿Cuántos has dicho que son?.
Ya lo decía… ¡Vaya, vaya! aquí no hay playa... Para usted, no hay playa hasta que apruebe.
Por lo que deduzco que “No todos merecen disfrutar de un día de playa”.
¿No cree Vd. que todos tienen derecho a un dia, o dos, o cien, de playa?.
Pues bien para que todos podamos -que pena vivir en el interior- tener y gozar de un dia de playa, es aconsejable, que todos sigamos los consejos de Dª Remedios.
NO creo necesario, para disfrutar de un dia de playa, tener que molestar a los demás con actitudes poco cívicas.
Cierto que esas actitudes deberían ser rechazables en cualquier sitio y oportunidad, no solamente en la playa.
Por tanto bienvenidos las recomendaciones de Dª Remedios
Todos tenemos derechos, pero también tenemos deberes y los que no saben cuales son sus deberes no pueden generalmente disfrutar de sus derechos, pues sucede aquello que queremos evitar, es decir, fastidiar al prójimo y no respetar los derechos del prójimo.
Así pues, aunque todos tienen derecho, pocos pueden con el derecho en la mano, disfrutar de un día de playa.
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