Honremos a nuestros mayores y dejémonos de chorradas
Siento mucho el retraso en la actualización del blog. El estrés post-vacacional y una “sequía” literaria- creo que se la conoce con este nombre-, me lo han ido impidiendo día tras día.
Pero esta mañana cuando he leído que el gobierno del Sr. Artur Mas pretende retrasar hasta noviembre el copago que las residencias de ancianos concertadas reciben por parte de la Generalitat he despertado al instante de mi letargo.
¡Dios mío, no me lo podía cree! ¡Que falta de respeto y de justicia con nuestros mayores!
¿No se les podía haber ocurrido cerrar la caja “sin fondo” con el que se subvenciona todo lo que tiene que ver con la inmersión lingüística obligatoria, la sin razón de muchas embajadas, las actividades de esparcimiento de inumerables asociaciones juveniles, o las fiestas “patrióticas” ; en vez de recortar los servicios para la atención y el cuidado de nuestros ancianos?
“Honra a tu padre y a tu madre”- leemos en la Carta a los Ancianos de Juan Pablo II en 1999-, un deber, por lo demás, reconocido universalmente. De su plena y coherente aplicación no ha surgido solamente el amor de los hijos a los padres, sino que también se ha puesto de manifiesto el fuerte vínculo que existe entre las generaciones. Donde el precepto es reconocido y cumplido fielmente, los ancianos saben que no corren peligro de ser considerados un peso inútil y embarazoso.