Dice Pilar: Dios nos regaló no uno, sino dos ángeles…
Pilar, una joven madre con dos “hijos especiales”, como los llama ella, me ha enviado este testimonio sereno y optimista, en el que abre su corazón y nos cuenta su experiencia.
Una autentica lección de amor , doy fe de ello.
Mi experiencia como madre de dos niños “especiales”
En ocasiones celebramos el Día de la Madre elogiando de modo especial a todas aquellas madres, y cuidadoras, que se olvidan de ellas mismas, para apoyar a un hijo con discapacidad, a un ángel, como más adelante os contaré.
Aunque en mi opinión, este homenaje no debería limitarse a un solo día, como algo excepcional, sino que sería aconsejable alargarlo en el tiempo. Agradecer el día a día de todas aquellas mujeres especiales que dejan atrás sus sueños como mujeres, como esposas, como profesionales, para transformar su vida en una constante atención “especial”, es una lección de esperanza y amor incondicional de la que nos beneficiamos todos.
No es nada fácil criar a un niño, y mucho menos, lo es criar a niños, llamémoslos “ESPECIALES”.
Yo tengo tres niños, dos de ellos con retraso psicomotor y rasgos autistas, y les aseguro, que ser su madre no solo es un privilegio, sino que conlleva un estilo de vida de amor…sin límites.
Intentar, día tras día, que nada sea un obstáculo para salir adelante, y llevar una vida lo mas normal y feliz posible, mientras te “gastas” en mantener una disciplina férrea en motivar a tus hijos a superar todo aquello que parece insignificante, pero que para ellos es un grandísimo logro , es una tarea ardua y complicada, se lo aseguro.
Y si a esto añadimos, que tenemos la obligación y el deseo de mostrar al hermano mayor un sano ejemplo de superación y estimulación diaria, de aprender a disfrutar y pasarlo bien en familia, de sentirme una persona feliz para transmitirle a el esa felicidad, entonces es casi heroico.
Pero les aseguro una cosa. Una sonrisa, una mirada profunda y un mínimo avance, que por pequeño que sea, se convierte en algo increíble por su parte, te hace olvidar esas malas noches de salir corriendo al hospital, de estancias interminables en una UCI, de escuchar malas noticias por parte de los médicos, de pasar tus días encerrada en una habitación de hospital sin saber cuando volverás a casa con los tuyos, de renunciar a salir a cenar con los amigos por miedo a que se pongan malos,…
Aunque he de confesarles que mi mayor reto fue ACEPTAR, con la llegada del primer “niño especial", que mi vida había cambiado para siempre, que había un antes y un después, y que no podía seguir lamentándome, ni pasarme la vida pensando en lo que podía haber sido y no fue, en una palabra QUERERLO.
Más tarde, con la llegada del segundo “niño especial” ya tenia mucho camino ganado. Dicen que la experiencia y la veteranía, son un grado. Y aunque fue un segundo golpe muy duro e inesperado, ACEPTARLO Y QUERERLO con una sonrisa fue algo mas fácil.
Mis hijos han cambiado mi vida, ellos me han hecho lo que soy, me han enriquecido como ser humano, y me han ofrecido un idioma diferente en el que vocablos como fortaleza, compasión, tolerancia, aceptación, felicidad, sacrificio, coraje y fe, han cambiado el significado de mi vida. Gracias peques!
Hoy por hoy con todo lo que esto implica puedo decir que me siento orgullosa de ser madre , de tener tres hijos maravillosos y de ver como diariamente mis dos “peques especiales” me demuestran su fortaleza , valentía y espíritu de superación inagotable, que bien seguro que mas de uno quisiera tener. Todo esto no entraba en el “guión", pero la gran mayoría de las veces, las partes improvisadas son las mas interesantes. Sois mi orgullo y mi privilegio!
No quiero terminar esta exhortación, sin dar las gracias a Dios por haberme elegido “mamá especial” de David, Cristian y Alex.
Y también, del regalo que ha supuesto en mi vida, todas y cada una de las personas maravillosas que han estado, están, y estarán a mi lado, que me apoyan y me impulsan a seguir adelante, en especial, en aquellos momentos tan difíciles en los que no se termina de encontrar ese rayo de esperanza, que aunque pequeño, tan necesario. Amigos dispuestos siempre a poner su hombro a mi disposición para apoyarme en momentos de desaliento, todas sus horas del día para que descanse, todas sus palabras para animarme, todas sus oraciones para que me consuele y me fortalezca,…En una palabra, toda su vida para que mi arduo trabajo no sea inútil.
Gracias peques! Gracias a todos!
Pilar
P.D. Aquí les dejo el texto recogido en Internet al que me refería antes al hablar de mis “niños especiales” como los ángeles que están en la tierra de Ramona Leyva C.
Dios estaba en el cielo mirando cómo actuaban los hombres en la Tierra. Entre ellos, la desolación reinaba…"Más de seis mil millones de seres humanos son pocos para alcanzar la magnificencia divina del amor” suspiró el Señor.
El padre vio a tantos hermanos en guerra, esposos y esposas que no completaban sus carencias, ricos y pobres apartados, sanos y enfermos distantes, que en buen día reunió un ejército de ángeles y les dijo:
-¿Veis a los seres humanos?… ¡Necesitan ayuda!… Tendréis que bajar vosotros a la tierra.
-¿Nosotros? preguntaron los ángeles ilusionados, asustados y emocionados, pero llenos de fe.
-Sí vosotros sois los indicados. Nadie más podría cumplir esta tarea. ¡Escuchad!: Cuando creé al hombre, lo hice a imagen y semejanza mía, pero con talentos especiales para cada uno. Permití diferencias entre ellos para que juntos formasen el reino. Así lo planeé.
Unos alcanzarían riquezas para compartir con los pobres. Otros gozarían de buena salud para cuidar a los enfermos. Unos serían sabios y otros muy simples para procurar entre ellos sentimientos de amor, admiración y respeto. Los buenos tendrían que rezar por los que actuaran como si fueran malos. El paciente toleraría al neurótico. En fin, mis planes deben cumplirse para que el hombre goce desde la tierra, la felicidad eterna. Y para hacerlo, ¡vosotros bajaréis con ellos!
-¿De qué se trata? preguntaron ángeles inquietos.
-Como los hombres se han olvidado de que los hice distintos para que se completasen unos a otros y así formaran el cuerpo de mi Hijo amado; como parece que no se dan cuenta de que los quiero diferentes para lograr la perfección, bajaréis con francas distinciones. Y dio a cada uno su tarea: Tú tendrás memoria y concentración de excelencia: Serás ciego. Tú serás elocuente con tu cuerpo y muy creativo para expresarte: Serás sordomudo. Tú tendrás pensamientos profundos, escribirás libros, serás poeta: Tendrás parálisis cerebral.
A ti te daré el don del amor y serás su persona, habrá muchos otros como tú en toda la Tierra y no habrá distinción de raza porque tendrás la cara, los ojos, las manos y el cuerpo como si fueran hermanos de sangre: Tendrás Síndrome de Down. Tú serás muy bajo de estatura, y tu simpatía y sentido del humor llegarán hasta el cielo: Serás enano.
Tú disfrutarás la creación tal como lo planeé para los hombres. Tendrás discapacidad intelectual y mientras otros se preocupan por los avances científicos y tecnológicos: Tú disfrutarás mirando una hormiga, una flor. Serás feliz, muy feliz porque amarás a todos y no harás juicio de ninguno. Tú vivirás en la Tierra, pero tu mente se mantendrá en el cielo; preferirás escuchar mi voz a la de los hombres: tendrás autismo.
Tú serás hábil como ninguno: Te faltarán los brazos y harás todo con las piernas y la boca. Y al último ángel le dijo: Serás un genio; te quitaré las alas antes de llegar a la tierra y bajarás con la espalda ahuecada; los hombres repararán tu cuerpo, pero tendrás que ingeniártelas para triunfar: Tendrás mielomeningocelle, que significa miel que vino del cielo.
Los ángeles se sintieron felices con la distinción del Señor, pero les causaba enorme tristeza tener que apartarse del cielo para cumplir su misión.
-¿Cuánto tiempo viviremos sin verte? ¿Cuánto tiempo lejos de ti?.
-No os preocupéis, estaré con vosotros todos los días. Además, esto durara sólo 60 u 80 años terrenos.
-Está bien, Padre. Será como tú dices: 80 años son un instante en el reloj eterno. Aquí nos veremos al ratito dijeron los ángeles al unísono y bajaron a la tierra emocionados.
Cada uno llegó al vientre de una mamá. Ahí se formaron durante 6, 7, 8 o 9 meses. Al nacer, fueron recibidos con profundo dolor, causaron miedo y angustia. Algunos padres rehusaron la tarea; otros la asumieron enojados; otros se echaron culpas hasta disolver su matrimonio y otros más lloraron con amor y aceptaron el deber.
Sea cual fuere el caso, como los ángeles saben su misión y sus virtudes son la fe, la esperanza y la caridad, además de otras, todas gobernadas por el Amor, ellos han sabido perdonar, y con paciencia pasan la vida iluminando a todo aquél que los ha querido amar. Siguen bajando ángeles a la tierra con espíritus superiores en cuerpos limitados y seguirán llegando mientras haya humanidad en el planeta.
Dios quiere qué estén entre nosotros para darnos la oportunidad de trabajar por ellos, para aprender de ellos. Y trabajar es servir: servir es vivir y vivir es amar, porque la vida se nos dio para eso. El que no vive para servir, no sirve para vivir.
Si tienes un ángel en tú hogar cuídalo y aprende de él porque Dios te ha elegido a ti y no a él… es un regalo valioso que muy pocos tienen pero muchos desprecian por eso tú que lo tienes aprovecha los dones que él tiene y trabaja, sirve, vive y ama.
Ese Ángel que tienes es el que te llenará de Luz, sabiduría, e inteligencia y te llevará por el camino de la felicidad!8 comentarios
Gracias muchas gracias por este post!
En la dirección que abajo copio puede verse y oírse una canción de Martín Valverde sobre los "niños especiales":
http://www.youtube.com/watch?v=2JW7_fp16OQ&feature=player_embedded#
A lo mejor ya la conocéis pero creo que es un buen ejemplo de lo que S. Josemaría llamaba un gran regalo de Dios porque es una ocasión perfecta para demostrar el amor que se puede llegar a dar. Porque, a veces, en nuestra "normalidad" no salimos de un burdo y simple querer.
Me has hecho llorar un montón con este escrito!!! Un beso
Gracias Reme por compartirlo con todos!!!!
Gracias Reme.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.