¡URGEN MUJERES CATOLICAS EN LOS MEDIOS!
“La tarea específica de las mujeres en épocas de cambio es procurar que no sean olvidados los componentes naturales de la sociedad: los seres humanos”. Singrid Undset, Premio Nóbel de Literatura.
Es muy grande la tarea que se nos plantea a todos, hombres y mujeres cristianos, en esto de crear una opinión publica que refleje la verdad y el bien, pues de ello, dependerá “la manera de pensar, de sentir y de actuar – como decía Pablo VI- de aquellos que –por su joven edad o por falta de cultura- no son capaces de formular un juicio critico”.
A lo que me atrevo a añadir: Nos urge la mirada femenina para transmitir, como solo las mujeres saben hacer, la verdad “políticamente incorrecta”, los valores humanos que parecen perdidos, la esperanza a “los más débiles de la sociedad: los niños, los pobres, los enfermos, los marginados y discriminados”.(Juan Pablo II en el Jubileo de los periodistas).
Y para ello, ¡Necesitamos mujeres en los medios de comunicación!
Es más, como afirmaba en una entrevista Rocío Figueroa, oficial del Consejo Pontificio para los Laicos: “la mujer ha de responder a los desafíos que presenta la sociedad actual para el anuncio del Evangelio, una sociedad que cada día ve claudicar la verdad y los valores que defienden la dignidad humana y la familia, un mundo que se construye prescindiendo fácticamente de Dios y que urge por una respuesta que dé razones de nuestra esperanza.
Es con esta conciencia que la mujer, según sus características propias deberá concentrar su fuerza y su empuje y deberá con conciencia formar y desarrollar sus capacidades humanas, intelectuales y espirituales para hacer llegar el anuncio del Evangelio a las personas humanas en los distintos ámbitos de la sociedad: la familia, la educación, los medios de comunicación, las ciencias, las leyes, la política etc. Podemos decir que como la Iglesia es universal por su llamada a evangelizar el mundo entero”.
Vamos, que si las mujeres no existiesen, sería necesario inventarlas, como dice uno de mis hijos.
Dicho de otro modo, “El genio de la mujer aún no ha dicho su última palabra en la historia de la humanidad”, y por tanto resulta urgente, “invocar aquel suplemento de alma del que la mujer es portadora para caminar sin prejuicios hacia ese humanismo integral”. Es más, “los valores etiquetados como feministas deben convertirse en valores humanos o la humanidad fracasará”, como asegura Enrica Rosanna, subsecretaria de la Congregación vaticana para la Vida Consagrada, en su libro “La riqueza de ser mujer”.
Esta afirmación concuerda con estas palabras de la periodista Margarita Rivère recogidas en el prólogo de Nosotras que contamos, mujeres periodistas en España que acaba de publicar la periodista Inés García-Albi: “Que una periodista pueda decidir qué es o no noticia o qué marca o no la actualidad es, hoy por hoy, una excepción. Quienes somos ya veteranas en este oficio…no podemos dejar de mirar un horizonte profesional en el cual los criterios de selección de la información reflejen otra forma de ver el mundo, de entender la realidad y de valorar lo que merece ser contado. Este reto esta ahí, agazapado, a la espera deque las nuevas generaciones jóvenes de periodistas de ambos sexos lo agarren por los cuernos. Es un reto mucho más ambicioso que Internet y todas las maravillas que trae la tecnología porque afecta al criterio y a la mirada, es decir, a cómo y por qué elegimos lo que hay que explicar a nuestros conciudadanos.”
En los últimos años se ha hecho mucho, es verdad. Pero todavía queda por hacer.
De todos es conocido mi apuesta exigente y esperanzadora por las mujeres, las nuevas mujeres del S.XXI, que, sabedoras de la responsabilidad que lleva consigo el titulo de “guardianas del ser humano”, y las cualidades propias de la personalidad femenino que el Padre Eterno nos ha concedido para ello, no se arrugan ante el gran reto de sembrar en los corazones la grandeza, la belleza, la bondad y la verdad del rostro de Cristo.
No obstante, esta responsabilidad me lleva a cuestionarme una serie de preguntas, a modo de lluvia de ideas, que como mujer, católica y, porque no decirlo, feminista (entendiendo por ello, un feminismo de la complementariedad fundamentado en la diferencia y la igualdad), creo necesarias en estos tiempos que corren. Les invito a leer y reflexionar conmigo.
¿Soy consciente de mis cualidades femeninas (ternura, delicadeza, intuición, fortaleza, valentía, generosidad, cuidado, respeto, comprensión,…) para transformar al ser humano, presente y futuro de nuestra sociedad?
¿Se utilizarlas para sembrar con ellas la doctrina de la Iglesia, para promover él dialogo y la cooperación entre los hombres de todas las razas y condiciones, y para defender los principios básicos de la dignidad del ser humano por todos los rincones del planeta?
¿He dejado de dar mi toque de mujer cristiana en las conversaciones con mis hijos, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, y con todo aquel que se cruce por mi camino?
¿Qué medios humanos y sobrenaturales voy a poner en juego para ello?
¿Soy consciente de la responsabilidad que tengo para con la felicidad de las generaciones futuras? ¿Voy a dejarles “colgados” con mi silencio, como dicen ellos, por comodidad, complejos, o simplemente por miedo a que me miren mal por pensar y decir algo “políticamente incorrecto”?
¿Defiendo con seguridad y, porqué no, con la cabeza bien alta y unas dosis de descaro, la maternidad, la conciliación familiar con el trabajo profesional, la imagen de la mujer en los medios de comunicación, su dignidad, etc?
¿Con qué impedimentos técnicos, culturales y organizativos me encuentro a la hora de utilizar las nuevas tecnologías para dar gratis lo que has recibido gratis? ¿Qué puedo hacer para superarlos?
Si, es difícil, no lo voy a negar. Pero Dios cuenta con nosotros en esto de la opinión pública. No debemos olvidar lo que dice el Evangelio de San Mateo: Jesús, “Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para su cosecha”.(Mat 9, 36-38).
Por lo tanto, el que no sepa escribir, que se instruya. El que no tenga argumentos, que lea, asista a conferencias, que pida orientaciones a personas con criterio. El que no sepa hablar, que sonría y hable con el corazón. Y “el que no pueda escribir, ni hablar, que rece todos los días por la opinión pública”, como aconsejaba San Josemaria Escrivá de Balaguer. Es más, añadía: La Opinión pública es tarea de todos. Los profesionales aportando sus conocimientos y dando doctrina; y los ciudadanos, participando en los medios a través de cartas al director, encuestas, llamadas, foros,(…) Nos aguijonea la responsabilidad de llevar la doctrina al mundo entero, a los hombres y mujeres de todas las razas, lenguas y condiciones”
¿Se acuerdan de aquella frase de la televisión, que Fernando Tola le dirigió a Carmen Maura: “Nena, tu vales mucho”?
Pues eso. ¡Ánimo! Y recuerda aquellas palabras de Juan Pablo II: “NO TENGAIS MIEDO DE LA OPOSICION DEL MUNDO…… QUE LA VIRGEN SANTA NOS AYUDE A COMUNICAR, CON TODOS LOS MEDIOS, LA BELLEZA Y LA ALEGRIA DE LA VIDA EN CRISTO NUESTRO SALVADOR.”
36 comentarios
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Sólo uno, pero grave: los varones "católicos"
Los impedimentos pueden ser muchos, pero la voluntad tiene que ser más grande.
Ya está bien de echar la culpa a los hombres de todo lo que nos pasa!!!
Lo que somos y lo que queremos está en nuestras manos. ¿Qué tal si nos ponemos manos a la obra?
Decía la periodista Christiane Amanpour, en el libro póstumo dedicado al fotoperiodista Miguel Gil: “Cuando la gente buena no hace nada los malos triunfan. Creo que los periodistas ( en este caso , TODOS,HOMBRES Y MUJERES que participamos en los medios de comunicación) podemos ayudar a hacer del mundo un lugar mejor”.
Miguel
He estado paseando por Catholicosonline.com y me parece una web muy valiosa. Gracias por esta aportación.
"Por lo tanto, estimular honestamente la inteligencia y la libertad de una persona hacia el encuentro con Cristo y su Evangelio no es una intromisión indebida, sino un ofrecimiento legítimo y un servicio que puede hacer más fecunda la relación entre los hombres".
Congregación para la Doctrina de la Fe
Y este tipo de ideas es desde las que actuo porque creo firmemente en ellas.
Magnífico artículo.
Gracias.
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Yo no echo la culpa a los TODOS varones de TODO lo que nos pasa.
He respondido a esta pregunta concreta:
"""¿Con qué impedimentos técnicos, culturales y organizativos me encuentro a la hora de utilizar las nuevas tecnologías para dar gratis lo que has recibido gratis?"""
Los varones "católicos".
Se me ocurre otro impedimento. Esta concepción de las "cualidades femeninas":
""¿Soy consciente de mis cualidades femeninas (ternura, delicadeza, intuición, fortaleza, valentía, generosidad, cuidado, respeto, comprensión,…) para transformar al ser humano, presente y futuro de nuestra sociedad?""
Bueno, en algunas mujeres no las veo para nada...
Si me das la razón...
"ternura, delicadeza, intuición, fortaleza, valentía, generosidad, cuidado, respeto, comprensión" son cualidades que se ven en algunos hombres, en algunas mujeres, en unos más, en otros menos, no todas en bloque necesariamente; se puede ser muy tierno pero algo cobarde, etc...
En fin:
Que la reacción a ese querer igualar los sexos de la llamada "ideología de género" no debería consistir en volver a encasillar, encorsetar y, en definitiva, condenar a los sexos a cualidades tan castrante y arbitrariamente adjudicadas.
La ternura, la delicadeza, la intuición, la fortaleza, la valentía, la generosidad, el cuidado, el respeto, la comprensión ¡¡contarían con el doble de "virtuosos" potenciales si admitiéramos, sencillamente, algo tan obvio como que lo mismo un varón que una mujer pueden tener esas cualidades!!
Ésas... y otras como: la inteligencia, la prudencia, la empatía, la intrepidez, el dinamismo, el juicio, la agudeza, la lealtad, etc, etc, etc.
Somos diferentes. Y viva la diferencia. Pero la diferencia reside en pocas cosas ¡como para querer que nos vuelvan a "castrar" a unas y otros con esos encasillamientos!
Esas mujeres que me impiden querer ser mujer, que me dicen que tengo que ser como un hombre y, la verdad, no tengo ningún interés. Ni en ser como un hombre ni en que un hombre sea como una mujer.
Porque creo que sí tenemos unas cualidades diferenciadoras muy clarificadas que nos hacen distintas al hombre y, entre ellas, las que se exponen en el post. Esa aportación, contribuyendo el varón con las suyas propias, mantiene el equilibrio. No ya sólo en la familia, sino en la sociedad en general.
Y no estoy totalmente de acuerdo con Reme. Urge, urge…pues no sé, si es tan urgente. Opino que lo que urge es que la mujer no pierda la necesidad de ser la ejecutiva de su hogar, antes que ser la emisora de los medios. Porque los hogares están muy descuidados y no debido al hombre, sino a la mujer. La labor silenciosa y meticulosa de la mujer aporta grandes beneficios.
Y ahora, puede comenzar la lapidación.
Pues si esperas mi lapidación, ponte mejor a esperar que te lapiden otros.
Repito palabra por palabra mi anterior comentario.
No sé qué mujeres son ésas que quieren que dejes de ser mujer y seas hombre. A las que quieran eso... ¡no se lo permitas, claro! Si me encuentro alguna, yo tampoco se lo permitiré.
Palabra por palabra: mi anterior comentario
¡Claro que no se lo permito! No obstante, sigo insistiendo en que la mayor enemiga de la mujer, es la propia mujer.
Considero que ha disminuido su faceta femenina, sustituyéndose por la feminista. Yo no me considero feminista, al menos no abogo por una igualdad de género, por lo que he mencionado. Tenemos unas cualidades tan diferentes de los varones que nos hacen idóneas para responsabilizarnos de nuestro hogar (afición que se ha ido perdiendo) y creo que ahí reside el mayor poder de la mujer. Desde que no se ocupa con tanto esmero de ello, ha decaído el orden en las familias.
Y decir esto en mi entorno laboral, me supone el calificativo de machista por parte de las propias mujeres, puesto que a muchas dedicarse al trabajo doméstico les supone una depresión de varios meses.
Salir a los medios de comunicación las mujeres católicas, no me parece la solución porque la mujer católica tiene otras preferencias en su vida y son esas vidas familiares las que hay que arreglar, dando su fruto posterior que influirá notablemente en la sociedad.
Ello no quiere decir que no seamos modernas, que vistamos de negro o tengamos una verruga en la nariz.
Ya no somos iguales, nos han hecho más poderosas que el varón. Y eso es injusto.
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Serás tú. Soy católica y a mí, dedicarme sólo a eso que llamas trabajo doméstico no me supondría una depresión de meses sino de por vida. Además, a eso no sdeicamos todas (y todos) ¿o no? ¿O es que las que trabajan no tienen vida doméstica? A mí me espanta y lo único que me salva de ese espanto es saber que no es lo único que hago y que no estoy sola para hacerlo 8ahora más sola, pero no del todo).
decir esto en mi entorno laboral, me supone el calificativo de machista
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Pues no me extraña, pero si es lo que piensas debes decirlo con valentía. Ahora bien, no hables de "las muejeres católicas" en bloque porque no es así. reme y yo (por motivos muy diferentes, desde luego), no parece que compartamos esa idea. Y al menos a Reme no le negarás la condició de católica.
Ni a mí, espero.
Tenemos unas cualidades tan diferentes de los varones que nos hacen idóneas para responsabilizarnos de nuestro hogar
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Yo no tengo esas cualidades en absoluto. Y muchas mujeres que cononozco carecen igualmente de ellas. Tienen otras y no se les deben coartar.
que son prototipos creados, son naturales
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Rotundamente falso. Qué aburrido seguir demsotarndo evidencias. El movimiento se demuestra andando y que no existen de modo natural esos enacsillamientos se demuestra mirando a las mujeres de carne y hueso, nmo las de los libros de director espiritual de la Sección Femenina del Movimiento.
No hay vuelta atrás: millones e mujeres no nos dejaremos reducir de nuevo a esas "cualidades naturales". Millones de hombres no buscarán nunca más una mujer que no sea su igual por compañera.
Y lo de la discrimiación de los pobrecitos varones... ya prefiero no entrar.
Aquí lo dejo aunque hay para miles de páginas.
Como he dicho en otro blog, el silencio también puede traerme complicaciones pero al menos no habré gastado tiempo en decir nada que de antemano sepa que me van a malinterpretar.
Siempre he creído que no hay que dejar sin respuesta ninguna barbaridad, por sentido de la responsabilidad más que nada, pero hoy ya no sé si merece la pena.
No os niego la condición de católicas, ni a Reme ni a ti, por supuesto. En asuntos de fe no juzgo.
Sin embargo, no comparto vuestras proposiciones. Y como ya te he explicado, lo digo aquí como en persona. ¿Valentía? No, es que paso bastante de los demás. Y si, por motivos laborales debo tratar con personas , me encuentro con las injusticias que la ley otorga a los varones. Es un plano de desigualdad que me indigna.
No sé si tu último párrafo lo dices por mi opinión. es curioso que, como mujeres, estemos en extremos tan opuestos. Algunas veces te has quejado de discriminación en este medio. En una cosa te doy la razón: Normalmente, se toman en consideración las opiniones de los hombres y entre ellos se comunican, dejando a las mujeres sin respuesta. Pero ¿y qué? ¿estamos aquí por motivos feministas? ¡Bah! Estamos para expresar nuestras opiniones, nada más.
Menos urgencia en los medios y urge arreglar otras cosas.
Y me urge que no sean para mayor escarnio mujeres quienes pretendan regresarnos a estereotipos que no tienen nada de "naturales" y que rechazo rotundamente.
Los estereotipos nos los creamos nosotras. Nos los han hecho creer otras mujeres que no tenían ganas de arreglar sus casas.
Yo no me siento ninguneada porque me da igual. En concreto, tú, no te puedes quejar. Tienes trabajo entre los amigos y los enemigos.
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¿OTRAS? No, hija, no. Me encanta tener mi casa arreglada, soy feliz disfrutando de mi casa arreglada. Pero ODIO arreglarla, no lo soporto, es odioso para mí.
Nadie me lo ha hecho creer. El único año que no trabajé por haber pedido una licencia por cudado de hijo, me arrepentí enseguida. Nunca fui tan infeliz. Y era recién convertida por primera vez en madre. Con el segundo pensé: si es malo para mí, es malo para él. Y nos organizamos cde otra manera.
Y sí: los machitos, machotes, etc son más importantes que la cocina. Hay que acabar con ellos y hacerlos nada menos que varones en vez de machos. Y ellos solos no lo harán, mientras estemos en la cocina.
Oye, que si a ti te gusta, pues para ti tu cocina y la mía... pero a mí que no me vuelvan a estereotipar con virtudes y cualidades femeninas que incluyan la cocina y el resto de insufribles tareas domésticas en exclusiva.
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Con ese sarcasmo ¿te quieres directamente en el segundo grupo?
Los amigos no me dan trabajo, sino compañía, amor y placer que para eso están. Los enemigos dan tarea sí: dolerse y curarse las heridas. pero siempres se curan y no dejan ni huella. Los amigos siempre dejan espléndidas huellas indelebles, sin embargo.
Y no sé por qué me voy a poner en el segundo grupo (el pensar mal o sospechar de todo, es un defecto femenino). No me convierto en enemiga de toda persona que no piensa como yo. Aunque, pensándolo bien, en la red es difícil crearse amigos o enemigos porque, a veces, se observa que prevalecen más los propios intereses y se buscan metas muy apartadas de lo que, realmente, se dice. Lo digo en un aspecto general, claro, hay excepciones.
Pero, fíjate, que los varones no se atreven a decir de las mujeres ni la cuarta parte de lo que se dice de ellos. Tú dices que hay que convertir a los machitos en varones ¿qué pueden pensar ellos de esta apreciación? Al contrario, no se lo consentirías. Por lo que pienso que la mujer tiene la libertad de expresarse como le venga bien y, en cambio, el hombre debe andar con tiento no sea que se le atribuyan nombres como machista u homófobo o yo que sé. Y no me paga la “Asociación de varones reprimidos ante los comentarios de las mujeres”, simplemente considero que hay dos frentes abiertos contra los que luchar: El de los hombres que pueden pensar que la mujer es un ser inferior y el de las mujeres que se consideran superiores y con más derechos que el hombre.
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Sí, y precisamente aquí: tú
el pensar mal o sospechar de todo, es un defecto femenino
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Díselo, pues, a los "femeninos" siguientes: el ínclito luis de Argentina, el director de este portal, GG, don I. G. Expósito...
No me convierto en enemiga de toda persona que no piensa como yo
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Ni yo. Tú has usado las palabras amihgo y enemigo; no yo.
Tú dices que hay que convertir a los machitos en varones ¿qué pueden pensar ellos de esta apreciación?
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Si son varones y no machitos, estarán, lógicamente, muy de acuerdo conmigo. Justamente ayer por la noche, hablaba de esto mismo con un varón: fue el quien sacó el tema, lo formuló él con esos términos (macho= varón despectivamente como tío que exhibe su virilidad de manera machista) y obviamente estaba muy de acuerdo con esa "apreciación".
la mujer tiene la libertad de expresarse como le venga bien y, en cambio, el hombre debe andar con tiento no sea que se le atribuyan nombres como machista u homófobo o yo que sé
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FAlso eso de que la mujer toiene libertad para... Y en todo caso, lo en ello pueda haber de cierto es la reacción histórica lógica a la situación de discriminación inversa. Yq ue aún persiste y especialenbte entre machitos que visitan o residen en este portal. Las mujeres tienen que tener ciudado incluso al decir "hola"; y no digamos ya si tocan un tema de moral sexual: aquí he visto las clásicas bufonadas de machotes acodados en la barra del bar con los amigotes, en son de burla al hablar de una mujer como quien habla de una gata de callejón, por menos de nada.
considero que hay dos frentes abiertos contra los que luchar
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En efecto; contra ambos me siento alineada. Lástima que tú, voluntaria y gozosamente, te inscribas en uno de ellos
Esa reacción histórica que refieres me parece desproporcionada. Una vez ubicada la igualdad, no comprendo el motivo de hacerla más extensa hasta límites que sobrepasan el sentido común. Y sólo hace falta echarle un vistazo a la ley para verlo. Y de esa injustificada sobrevaloración se derivan nefastas consecuencias, que serían motivo para otro hilo de conversación.
De los dos frentes no me inscribo en ninguno de ellos. Ni me considero superior ni inferior al hombre, aunque repito que la proclamada “liberación” de la mujer, no sólo ha hecho daño a sí misma, sino a la sociedad, en general. Y gozosa y voluntaria, sí, me gusta tener controlado mi hogar, aún ausentándome para trabajar.
P.D. Ya he visto que hemos coincidido en la limpieza de nuestras respectivas cocinas.
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Falso. Aparte de las autodiscrimadas (que allá vosotras) están las que me han dicho que no vuelven por aquí porque, en el mejor de los casos, se las ignora; y en el peor, ni te cuento. Lo q ue pasa es que por razones evidentes, la presencia es más llamativa que la ausencia. Al menos hay tres mujeres que me vienen rápido a la cabeza, cuyos nicks te sonarían si te los recordara, que no vuelven por aquí por esa razón. Y ha habido más. A mí, con los rebotes que a veces me pillo y que me hacen pensar que no merece la pena andar por aquí, precismente esa sería la última razón por la que dejara de participar.
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...cuando eso ocurra hablamos de nuevo de esto
Una vez ubicada la igualdad, no comprendo el motivo de hacerla más extensa hasta límites que sobrepasan el sentido común
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Ni yo, ni nadie. Lo q ue pasa es que si tú llamas sentido común a eso de las cualidades específicamente femeninas, la atadura a las laborse doméstica "por naturaleza"... pues habrá que redefinir el sentido común.
me gusta tener controlado mi hogar, aún ausentándome para trabajar.
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Como a todo el mundo. pero como no vivo sola ni nunca he vivido sola, el control=responsabilidad hay que repartirlo y compartirlo
PD: seguro que, como tú disfrutas con eso, te habrá quedado la cocina como los chorros del oro. Nostros lo hacemos malhumorados, la verdad, así que para superar el cabreo nos ponemos al cantar el Magnificat de Taizé (que es lo que cantamos allí cuando se limpian las cocinas precisamente) y así vamos tirando. Pero no se acaba nunca de lo atrasado que está todo y total, para qué, dentro de nada hay que volverlo a hacer. El mito de Sísifo. Desesperante.
El cuidado de la casa no debe tenerse por un trabajo menor ni por una labor que insulta al coeficiente intelectual. Entiendo que es una labor necesaria, aunque se considere que no esté reconocida (no por mí, claro). Pero ese reconocimiento y agradecimiento permanece en los miembros de la familia y aporta un orden que, en estos momentos, se está perdiendo.
Ignoraba lo de esas mujeres que han dejado de participar por encontrarse discriminadas, aunque haría falta conocer más datos. Me refiero a las razones concretas y quién o quiénes provocaban la discriminación. Y si así era, podrían haberlo anunciado públicamente o, bien, formular una queja al responsable de la página. De todas formas, me sabe muy mal por ellas. Sobretodo por haberse dado por vencidas.
P.D. Mi cocina, con la prueba del algodón, limpísima. Aunque, tras hacer la comida para mi familia, he tenido que repasar un poquitín.
Y ¿qué me dices de los anuncios publicitarios de productos de limpieza en los que son protagonizados por mujeres, exclusivamente? Aunque una vez vi uno, que no recuerdo qué anunciaba, en el que salía una mujer que llegaba a su casa y tenía a su marido que le había puesto la lavadora, había cocinado, preparado la mesa, planchado y al final del anuncio, resultaba ser un robot. Como un electrodoméstico más. Cachis! No recuerdo el objeto del anuncio.
Aunque se sitúen en ángulos opuestos.
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Lo primero sé que una lo hizo. Lo segundo, ¿es una broma?
El cuidado de la casa no debe tenerse por un trabajo menor ni por una labor que insulta al coeficiente intelectual.
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salvo por que no requiere ninguna cualificacón y menos, intelectual; salvo porque no está pagado, ni tiene seguridad, ni vacaciones, ni horarrio, ni jubilación; salvo porque cuando se paga es con el sueldo más bajo de la escala social... no, no hay por qué tenerlo por un trabajo menor.
Y "no reconocido", bueno, pues tú lo reconocerás, pero es un hecho: no está reconocido porque además es que no tiene por qué estarlo. Lo que cada persona se haga en su casa es cosa suya. ¿Acaso las que trabajamos no llevamos nuestra casa, nuestros deberes domésticos, nuestros hijos? O los varones solteros, las amigas que viven juntas, etc.
Y si la remuneración la catalogas, exclusivamente, económica, es evidente que no lo está. Pero yo a la remuneración, en este caso, le doy otro valor y mucha más importancia. Por tanto, no lo tengo considerado como un trabajo menor. Muy al contrario, como un trabajo que reporta muchos beneficios porque cada célula, cada hogar, aporta su granito de arena a la sociedad.
Cada uno en su casa hace lo que cree más conveniente, es verdad. Y las mujeres somos capaces de encargarnos del trabajo profesional y de nuestros hijos y nuestras casas, totalmente de acuerdo. Y, volviendo al principio, las mujeres estamos más capacitadas (con las cualidades expresadas) que el hombre para realizar esas funciones. Por naturaleza, por tradición, por lo que quieras….pero es un hecho que, desde que la mujer renuncia a esas cualidades intrínsecas que la distinguen del varón, la cosa no funciona.
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Claro. cada persona está cualificada más o menos para unas u otras cosas. pero organizar una casa es algo que todoe el mundo (que tenga casa) tiene que hacer, con más o menos habilidad natural Y eso no depende del sexo.
"""Y las mujeres somos capaces de encargarnos del trabajo profesional y de nuestros hijos y nuestras casas"""
Y LOS VARONES TAMBIÉN
"""las mujeres estamos más capacitadas (con las cualidades expresadas) que el hombre para realizar esas funciones. Por naturaleza, por tradición, por lo que quieras..."
Por nada, por ninguna de esa tres cosas. Ninguna, es sencillamente falso. Y no hay que aportar ni siquiera argumentos, sino hechos. Contra facta... .
Las labores domésticas aportan a quienes vivan en esa unidad domstica ante todo, y a la sociedad, sí, pues claro. Pero vamos, tú sabes, como cualquiera que hacerlo hay que hacerlo, y que todo el mundolo hace y además, tiene que mantenerse (o que lo mantengan) con algo remunerado. Así que dedicarse en exclusiva a las labores domésticas cuando otros hacen ambas cosas empieza a sonar a un pelín de cara dura.
""es un hecho que, desde que la mujer renuncia a esas cualidades intrínsecas que la distinguen del varón, la cosa no funciona""
¿Qué no funciona? HAy cosas que no funcionan, pero no se debe a lo que tú dices. Creo que casi ninguna mujer renuncia "esas cualidades intrínsecas que la distinguen del varón" porque sencillamente no se puede: son unas pocas cosillas nada más y van en el mismo paquete natural (ovarios, etc.) Si te rrefieres a las que enumeraba Reme, como no tiene nada de "natural" qe sean exclusivas o más propias de la mujer con exclusión de otras, pues no hay más que decir. Todo eso es falso como muestra la realidad, que es más terca que tus empeños.
Por el contrario, "cuando no funcionaba la cosa" era cuando se obligaba a las mujeres a asumir esas cualidades las tuvieran o no; a renunciar a otras que sí tenían, y a ocuparse en exclusiva de tareas quisieran o no, renunciando a otras que sí querían. Entonces la cosa no funcionaba nada, nada, nada para muchas mujeres y, en consecuencia, para muchas familias.
Mira, si a ti te gusta dedicarte a lo doméstico en exclusiva -y tienes, claro, alguien que te mantenga y te satisface esa situación-, pues, chica, allá tú, serás feliz y ya está. Pero no intentes convencernos de que es "lo natural" y de que todas deberíamos hacer lo mismo. Es decir, puedes opinar lo que quieras, pero los hechos seguirán demostrándote que es un error y las que no queremos bajo ningún concepto regresar a aqeulla catastrófica situación no te haremos ningún caso e intentaremos contrarrestar tus argumentos con los nuestros. Y educaremos en ello a nuestros hijos. A los míos, por ejemplo, ni se les pasa por la imaginación casarse con un modelo de mujer como el que a ti te gusta. Y si tuviera hijas mujeres también las educaría para no caer en ese modelo. De todas formas, casi ninguna chica aspira ya a ser ama de casa y nada más. Ven a sus abuelas (algunas aún a sus madres) y eso es suficiente para salir corriendo lo más lejos posible de esa condena.
Las cosas que funcionan o no son más complejas, azahar. Simplificarlo así es muy interesado y, sobre todo, alejado de la realidad.
Por favor...
Bendiciones.
usted se ha enterado al revés: quienes sostienen esas cosas son las no-feministas
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